Capítulo 36 {3/3}

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Pasaron dos días, dos, desde que Sebastián Adams me habló por última vez. No responde mis mensajes, no contesta mis llamadas.

¿Podría ir a su departamento? Sí.

¿Lo voy a hacer? No.

¿Es que acaso tengo que estar persiguiendolo para recibir respuestas?

Golpeo con fuerza el trapeador contra el piso, haciendo que Dyret se asuste.
Es la quinta vez en el día que limpio el piso, estoy segura de que si paso el trapo una vez más la cerámica marrón se va a volver blanca.

-Calmate Ailen, calmate- trato de tranquilizarme.

El hecho de que la profe de yoga haya suspendido la clase de hoy no ayuda para nada.

"Mañana hablamos" me dijo, Y BUENO, YA PASARON DOS DÍAS.

A ver, que yo entiendo que tal vez lo que pasó fue muy fuerte y necesita tiempo, ¿pero no puede aunque sea decirme "mira, mi vidaaa, necesito conectarme con mi centro espirituaal, en unos días hablamos, estoy bien"?

Tal vez solo me estoy haciendo la cabeza.

Tenes que tranquilizarte

Mi celular empieza a sonar, por lo que Pet Cheetah deja de sonar.

-si?- pregunto una vez que contesto

-Holaaaa- la voz de Abigail rompe ni tímpano izquierdo- Che, estamos en la plaza que está cerca del departamento de Erica con las chicas, por qué no te venís para acá?

-ay si, por favor, que llevo?- 

-Trae yerba para el mate y unas galletitas

-Dale, nos vemos en media hora

Una vez que corto la llamada termino de limpiar el piso, me cambio de ropa y voy a buscar la correa de Dyret.

-¿Querés salir a pasear?- le pregunto al único ser que ha sido mi apoyo en estos días, y en seguida recibo sus ladridos como respuesta.
Si, necesito salir y despejar la mente.

**********
Narra Sebastian

-Hola, compa- me saluda Emiliano una vez que encuentro la mesa en la que está sentado- ¿hace cuanto que no nos reunimos? Ya te extrañaba-

-Supongo que estuvimos ocupados, ¿ya pediste algo para tomar?- le pregunto acomodandome en el asiento.

"Fat bottomed girls" suena a todo volumen en el pequeño bar al que me invitó el abogado. A pesar de que al principio no me agradó la idea de salir a tomar algo, terminé aceptando porque ya no podía seguir  taladrandome la cabeza  con pensamientos negativos. A pesar de que traté de mantener la cabeza ocupada en los modelos de examen para los chicos que tienen que rendir, la situación no mejoraba.
Últimamente todo está siendo complicado y un verdadero dolor de cabeza.

-Te estoy hablando!-Emiliano chasquea los dedos en mi cara para que le preste atención- hey, ¿qué te pasa?- pregunta.

-Nada, tengo muchas cosas en la cabeza, sinceramente vine acá para despejarme un poco de todo eso, así que mejor hablemos de vos.

Mi amigo se me queda mirando por unos segundos hasta que termina aceptando lo que le pedí.

-Yo estoy tranquilo, como sabrás, el caso de Abigail está yendo bien y...

-¿"Abigail"?- pregunto mientras agarro un puñado de maníes del plato que está sobre la mesa de madera

-Si, acaso ese no es su nombre?- pregunta  enarcando una ceja

Dos idiotas enamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora