Esto no es un cliché, ¿o sí?

By allierngll

3.1M 283K 490K

Luego de que su crush la golpeara por accidente sus vidas se mezclarán irremediablemente y ella descubrirá qu... More

Prólogo
1. La víctima
2. El castigo
3. El beso
4. La fiesta
5. El cretino
6. La salida
7. El deseo
8. El diario
9. La pregunta
10. El acercamiento
11. La excepción
12. El rumor
13. El partido
14. La plática
15. El plan
16. El paseo
17. La cosa
18. La revelación
19. El tiempo
20. La reconciliación
21. El viaje
22. El lago
23. La fogata
24. El mensaje
25. El cuidado
26. El espacio
28. La familia
29. La despedida
30. El despertar
Epílogo
Nota Final
1. Extra
2. Extra
3. Extra

27. La esperanza

35.3K 4.2K 1.8K
By allierngll

Capítulo Veintisiete

La esperanza

Me senté en la lápida.

No había parado de llorar desde que había llegado.

—¿Cuándo va a parar, papá? No lo soporto, no puedo seguir viviendo de este modo. Es que siento que me estoy ahogando cada vez más y temo no poder salir a flote.

En un acto desesperado me comencé a sobar el pecho para detener el dolor. No sé cuantas veces lo había intentando antes pero aún así lo seguía haciendo.

Tenía que existir algo que me aliviara el dolor.

Mi corazón seguía intentando asimilar todo lo que había pasado con Alex afuera de mi casa. Y las imágenes de todo lo que habíamos vivido llegaron a mi cabeza en forma de flashes. El primero fue cuando me había golpeado con el balón, desde ese momento había notado que él sería un completo dolor de trasero. Y, sin embargo, no dude en entregarle mi corazón a ese cretino. Porque yo me había dado cuenta que había algo más, y lo hice cuando recordé que me había traído una bolsa de hielo.

Esa había sido su disculpa.

¿Por qué? Porque así era Alex, no era ni actuaba como las demás personas solían hacerlo. Él siempre intentaba ser diferente en cada cosa que hiciera, no importaba que tan mínima fuese esta. Lo terminaba haciendo. Hasta la manera en la que se había enamorada de mí, ¿qué clase de persona masoquista se enamoraba de alguien que lo trata mal y cada que puede lastima su ego? Porque es lo que estuve haciendo yo todo este tiempo, intentar darle con todo lo que tenía sin saber por todo lo que había estado pasando y que era su manera de distraerse. Aunque nada justificaba sus acciones, pero no podía negar que lo hacía reír con todas mis tonterías. Hacía sus cargas más amenas y lo ayude sin si quiera tener alguna idea. Y después vino el recuerdo de nuestro primer beso. Si que éramos raros.

Hasta eso había sido fuera de lo normal.

Pero, ¿qué cosa había sido normal entre nosotros?

Ninguna.

Todos los recuerdos me hicieron sentir abrumada, y saber que ya no habría más de esos me destrozaba. Era como había pasado con papá, él ya no estaba para hacer más.

Me giré para ver su nombre grabado en la lápida.

—Perdón, ya sabes, por no haber venido a verte en todo este tiempo. Pero es que simplemente no podía. Me dolía el saber que estabas aquí, y que no te pudiese ver, abrazar o escuchar. Te juro que no hay día en que no te extrañe cada vez más, solo espero con ansias que nos volvamos a encontrar. Que podamos platicar de cualquier tema sin aburrirnos y que me llenes de los consejos que solo tú sabías darme. Te extraño tanto que me duele saber que aún me faltan más años que vivir sin tu compañía.

Me pasé el dorso de la mano por el rostro.

—Si estuvieses aquí, sabrías qué hacer con todo lo que le está pasando a mamá y me aconsejarías sobre cuál es la mejor manera de curar un corazón roto. ¿Sabes? Yo sabía que algún día iba a pasar, que no podía tener a Alex conmigo por siempre y me había hecho a la idea, solo nunca pensé que fuese tan pronto y que dolería como dolió. Es algo tan profundo, que sientes que tu corazón puede dejar de latir en cualquier momento. Aunque tal vez ya sabe algo de eso, muchos dicen que a todos en algún momento de nuestra vida nos han roto el corazón.

Me recosté en la lápida y me cubrí el rostro con el antebrazo para que el sol no me diese en toda la cara.

—¿Qué pensarías de mí en estos momentos? ¿Creerías que soy alguien débil por dejar que mis emociones me dominen como lo están haciendo? ¿O intentarías animarme para que me sienta mejor? ¿Qué harías, papá?

Me quedé en silencio.

Una parte dentro de mí deseaba con todas sus fuerzas que todo esto fuese una especie de sueño. Ese tipo de sueño en el que al despertar en mi cama todo estuviese en orden.

Nada le hubiese pasado a mi mamá.

Y Alex no hubiese querido alejarse de mí.

Mi vida seguirá siendo esa especie de felicidad en la que estaba acostumbrándome a vivir. En que una de mis mayores preocupaciones era el qué me iba a poner al día siguiente para ir a la escuela. Ahora entendía el miedo que me había invadido en esos días. Estaba tan acostumbrada a que me pasaran cosas malas, que me era difícil disfrutar de las buena sin sentir algún tipo de miedo. Y, al final, había tenido razón el pedirle a Alex que no prometiera algo que no iba a ser capaz de cumplir. No podemos decir que estaremos con alguien cuando no sabemos lo que puede pasar más adelante. No somos una clase de vidente que puede ver el futuro y asegurarles esa clase de cosas.

Por mucho que amemos a una personas, no podemos prometerle eso. Lo único que lograremos es decepcionarla y hacer que no vuelva a confiar en nadie. No es justo

Y entonces pensé...

¿Mi madre dejaría de confiar en nosotros?

Nosotros también le habíamos fallado en todo este tiempo que tuvo que hacer las cosas solas. Tendríamos que haber buscado la manera de animarla y hacer que quisiese estar en la casa con nosotros. Pero, ¿cómo íbamos a ser capaz de pedirle algo así? Si nosotros no pudimos hacerlo, porque muchas veces preferimos estar afuera que en esa casa llena de recuerdos. Algunos tristes, otros felices, pero después de todo; eran recuerdos. Los que nos perseguían cada día de nuestra vida y nos recordaban lo mucho que habíamos perdido. No solo por nuestro padre, también la confianza que existía, esa preciosa unidad que cualquiera se atrevería a envidiar. Las salidas que solíamos tener cada domingo y regresar hasta en la noche. Ese tipo de cosas que no habíamos vuelto a hacer desde que él se fue.

—Algo me decía que estarías aquí —su voz hizo que quitara el brazo de mi rostro.

Junte mi entrecejo y observó a Leo.

—¿Quién te dijo que estaba aquí?

—Digamos que un pajarito me contó que saliste llorando de la casa y que te mirabas realmente mal.

—Connor es un chismoso —solté.

—Puede que sí lo sea, pero si él no me lo hubiese dicho yo no estaría aquí. ¿No lo crees?

—¿Y qué tal si estaba en otro lugar?

—¿Cómo en cuál?

—Podría estar con Alex.

—Mhm... Por lo que Connor me dijo por teléfono, tú te pusiste mal después de que él te visitara. Solo uní puntos.

—Deberías trabajar como agente especial —murmuré.

Me sonrió y se sentó a mi lado.

—Tal vez.

—Además, ¿cómo llegaste tan rápido?

Él levantó su mano y en ellas tenía unas llaves.

—Se te olvida que tengo auto.

—Uy, pues perdóname. El rico siempre humillando al pobre cada que tiene la oportunidad. Eres un tonto.

Leo se comenzó a reír.

—Aunque no te puedes quejar, tus piernas son muy rápidas. Porque vamos, ¿cuánto tardaste en llegar?

—No lo sé —agarré una ramita, y comencé a jugar con ella para no mirarlo a los ojos—. Solo tenía en mente que quería llegar lo más rápido posible. No me detuve a ver la hora ni nada que me pudiese distraer. Ademas, ya tenía mucho tiempo que no venía a visitarlo y me siento mal por ello. Mi papá no merece que no venga a verlo.

Me observó en silencio.

—Estoy seguro que tu papá lo entiende y, además, no necesitas venir aquí para poder hablar —su dedo señaló mi corazón antes de continuar—. Él siempre ha estado en este lugar y créeme que siempre será de ese modo. No importa cuándo, dónde o con quién estés. Siempre te acompañará para que no te sientas sola y creo que eso es lo mejor que le puede pasar a alguien. Llevar a las personas que más amas contigo por todo el mundo.

Me recargué en su hombro.

—Siempre has estado para mí, desde el primer momento en que te conocí en la escuela. Y nunca te he escuchado renegar ni mucho menos intentar alejarte de mí.

Se burló.

—¿Por qué lo haría?

—Fue lo que hizo Alex —solté.

Leo se tensó.

—¿Qué fue lo qué pasó?

—Me pidió que nos diéramos un espacio, y digamos que yo no me lo tomé demasiado bien. De hecho, lo tomé tan mal que le pedí que los dejáramos hasta aquí. Solo que ahora que lo pienso no era tan malo lo que él me estaba pidiendo pero es que lo necesito tanto que me duele.

»Me enojé por todo lo que estaba sintiendo en esos momentos y, se que dije muchas cosas, de las cuales después me voy a arrepentir. Ya que sé que está pasando por tanto y soy tan egoísta que lo quiero para que me esté apoyando, cuando él también necesita el mismo apoyo. Y tiene razón en decir que no podemos estar juntos, no mientras estemos pasando por todo esto. No cuando estamos tan lastimados que lo único que nos podríamos ofrecer mutuamente son sobras de algo que no nos merecemos. Soy un completo caos, no te imaginas cuánto.

Él me escuchaba y asentía con la cabeza.

—Lo bueno es que lo entiendes —se burló.

—Idiota.

—¿Entonces? —preguntó—. ¿Qué pasará?

—No puedo negar que muchas cosas que le dije son realmente ciertas porque yo las siento. Pero también pienso que debí ser un poco más compresiva, y temo haber arruinado lo que teníamos. Solo que detesto que se esté alejando aún sabiendo lo que estoy pasando, sabiendo que eso también me iba a lastimar, no es como si pidiese que lo hubiese hecho después. Entiendo que de igual forma me hubiese dolido y que era algo inevitable.

—La mayoría de los cambios son dolorosos, me sorprende que tu más que nadie no recuerde eso.

—¿Crees que me equivoqué?

—A ver, no me sé su historia completa, así que digamos que pueda opinar mucho, pues no. Pero siento que debiste entender que él quisiera un poco de espacio para pensar un poco todo lo que sea que le está pasando. ¿Y sabes que hubiese pasado después? La primera, es que hubiese intentando que su vida tuviese más sentido y habría regresado a ti mejor de lo que estaba antes. Y la segunda, es que tal vez no habría podido super todo lo que le estuviese pasando y se hubiese alejado definitivamente de ti. Aunque eso es algo que nunca sabremos, ¿y sabes por qué? Porque no le diste la oportunidad de intentarlo, simplemente dejaste que tus emociones te dijeran que te estaba abandonando y antes de que él lo hiciera, lo terminaste haciendo tú. No te estoy culpando, así que por favor no me malinterpretes con lo que te estoy diciendo.

Mierda.

Había tomado el miedo de Alex y lo había vuelto realidad sin si quiera darme cuenta de ello. Lo había abandonado.

Me dejé caer nuevamente en la lápida.

—¿Qué demonios fue lo que hice? —me recriminé.

—Mi consejo es que dejes que las aguas se calmen y si después quieren arreglar las cosas, ya sea para quedar como amigos o algo más, pues ya será cosa de ustedes.

¡Ay! ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?

—La verdad es que dudo que eso pase —me sentía tan mal por todo lo que le había dicho—. Fui muy dura con él.

—Él se ha equivocado y lo has perdonado.

Solté un suspiro y pataleé con los pies.

—¿Y eso qué se supone que significa?

—Que tú también mereces ser perdonada —declaró.

—Ya no sé qué pensar o esperar...

—La esperanza es lo último que se pierde.

🏀📖
El perder a un ser querido es como si te quitasen una extremidad y tienes que intentar vivir sin ella.

Difícil.

Capítulo editado. ✔️

Continue Reading

You'll Also Like

902K 103K 75
Él detestaba a las personas que tenían alguna obsesión con los famosos. Ella amaba con locura a su banda favorita, ella era la fan número uno. "No en...
823 245 23
Nada, silencio. Todo se mantiene en calma hasta que por fin...late, una y otra vez. Abro los ojos pero ya nada es lo mismo; yo he cambiado; no, el mu...
117K 12.8K 41
Dean solía dibujar paisajes y siluetas incompletas, se había convertido en un artista sin inspiración quién soñaba buscar por todos lados a aquella p...
332 84 10
Amelie está desesperada por pintar el cuadro perfecto para la nueva exposición de arte luego de casi dos años sin presentar nada nuevo. Decidida a bu...