Hasta el último de mis días...

By Andrea1174

5.4M 584K 510K

Libro 1 de la Bilogía "Te Amaré" Libro 2: Por Toda La Eternidad Puedes querer y hacer que te quieran, pero... More

SINOPSIS
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
15.
16.
17.
18.
19.
20.
21.
22.
23.
24.
25.
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
EPILOGO.
🤍
PARA TI. CARTA DE JACE.
Dedicatoria.
🏳️PLAYLIST🏳️
Libro 2. SPOILER
EN FISICO 🥳

14.

112K 15K 10.3K
By Andrea1174

JACE

Tan solo un beso me ha quitado el sueño durante todo el fin de semana. He pasado cada minuto de la noche cerrando los ojos y tratando de recordar todos los detalles de la fiesta. Definitivamente no estaba listo para eso. Creí que pasaríamos un largo rato mirándonos y luego un tema de conversación diferente se abriría camino; incluso cuando se puso de rodillas pensé que ya quería irse, pero no, tomó mi rostro y me acercó hasta sus labios, unos que llevaba deseando desde hace mucho, pero no me había atrevido a besarlos con seguridad. Aquella vez que casi pasa se quedó en eso, en un casi. Pero ahora, Dios mío, estoy muriendo y reviviendo al recordar ese momento, quiero gritar a todo el mundo lo que ha pasado.

Obviamente, no lo sabemos más que ella y yo, yo y la luna.

Y tal vez sea de esa manera por bastante tiempo, como un secreto nocturno.

Lo que ha sucedido esa noche me ha dado la suficiente seguridad para hacerle la propuesta del baile. No solo pienso darle la pintura y esperar su respuesta, he preparado algo digno de recordar, tal como ella dijo.

Hemos hablado durante todo el fin de semana, desde que la dejé en su casa y nos desvelamos más de lo debido hablando sobre música. También el domingo hemos estado hablando, sobre el partido que gané junto a mi equipo. Durante estos días, entre mensajes hemos pactado una clase de cita que ha sido idea mía, le he dicho que es algo casual, pero seguro que no tiene ni idea de que la voy a invitar al baile.

Ojalá me diga que sí.

Ahora mismo estamos conduciendo hacia el mirador en el que comenzó todo. He ideado algo muy sencillo, parecido a lo que hicimos esa noche, pero menos improvisado. Hay una gran canasta de pícnic en el asiento de atrás; obviamente Charlie la ha visto, porque cree que iremos a ver el atardecer al mirador, pero lo que no sabe es que hay otra parte de la cita que será más emocionante.

Estoy seguro de que no se la espera.

Al llegar comenzamos a acomodar las cosas, extendemos una de las dos mantas que he traído sobre la hierba, coloco la gran canasta y luego nos sentamos al lado. La suerte es que no hace mucho frío, casi nada, pero he traído una manta extra por si necesitamos acurrucarnos juntos para entrar en calor

—Extrañaba la tranquilidad de este lugar —comenta contemplando la vista aún iluminada por el sol a mitad del camino.

—Atardecerá un poco más tarde, pero por lo pronto podemos comer. He traído pastel de chocolate de mi madre, ya que en la fiesta estuvimos ocupados.

—Pues daremos cuenta de ese pastel de chocolate, es mi sabor favorito del mundo entero, y más cuando está recubierto de glaseado de fresa.

—Te encantará. Además de la comida también he planeado una actividad.

Me arrodillo junto a la canasta y comienzo a sacar las cosas: un par de lienzos pequeños, un montón de pinceles y muchas pinturas de diferentes colores.

—¿En serio? —pregunta, asombrada, tomando los pinceles.

—¿No te gusta?

—Claro que sí, he visto miles de parejas en Instagram haciendo esto en pícnics, es muy romántico. Bueno, tú y yo no somos una pareja, y lo romántico, bueno yo, tú

—Te entiendo —interrumpo su tartamudeo—. ¿Por qué no comenzamos a pintar antes de que se vaya la luz del sol?

Asiento con una sonrisa y toma uno de los lienzos en blanco y un pincel, después mira el lienzo unos segundos. No tarda en decidirse. Comienza a pintar sabiendo perfectamente lo que tiene que hacer, qué pinceles usar y qué colores combinar. Mientras tanto, yo no me decido si pintar un árbol o el cielo, y no sería de una forma muy artística, sino como un niño de preescolar.

Pero quiero hacer el día lo suficientemente memorable para no olvidarlo nunca.

Sin estar muy seguro comienzo a trazar líneas, con colores que no combinan mucho, ganándome miradas confusas de su parte. Estamos frente a frente, yo dándole la espalda al mirador y ella al auto. Constantemente mira al cielo y saca un poco la punta de la lengua. Estoy seguro de que está pintando el cielo, y le está quedando genial. Si viera lo que estoy haciendo, se reiría de mí. Por suerte no he decidido improvisar la pintura aquí. La real, la que me ha llevado mucho tiempo perfeccionar, está en el auto en un lugar que solo yo sé. Cuando llegue el momento de mostrar nuestras obras de arte, me inventaré una excusa para ir al auto y hacer el intercambio. Será emocionante.

—¿Por qué haces tantas líneas? —pregunta mirándome unos segundos sin dejar de pintar su lienzo.

Pues porque no sé pintar.

—Ya lo verás, es una magnífica obra de arte.

—No te creo nada, Jace.

—Créeme Charlie, te va a encantar.

Frunce el ceño y los labios, pero ya no dice nada, solo continúa con lo suyo.

Seguimos pintando conforme el sol se va haciendo menos intenso. Ya casi está atardeciendo, así que decido dejar de pintar para comenzar con la revelación y la propuesta.

—Ya acabé —le digo soltando el pincel.

—Solo necesito terminar unos detalles más.

—Está bien, iré al auto y, cuando vuelva, nos enseñaremos las obras.

Me levanto con el lienzo mal pintado entre las manos, tratando que de no se vea lo más mínimo. Abro la puerta del auto y guardo el lienzo malo en una bolsa de plástico y luego saco el bueno de una caja de cartón bien resguardada. Sin dudar, vuelvo con Charlie y la miro desde arriba.

—Ya he acabado. —Se pone de pie con una sonrisa y me mira—. ¿Listo para mostrarme tu pintura?

—Creo que sí —Tengo los nervios de punta en cada parte de mi cuerpo.

Los dos caminamos hacia el barandal de seguridad del mirador y nos ponemos uno al lado del otro cubriendo nuestras pinturas para que sean una completa sorpresa. Me sudan las manos, no puedo dejar de morderme el labio y no dejo de golpear la punta de un pie, una y otra vez, en suelo. ¿Qué se supone que haré si me dice que no? ¿A dónde voy a escapar? ¿Qué hago si dice que no? Y si lo hace ¿terminaría con mi avance? ¿Ya no habría más Jace&Charlie4ever? ¿Qué le diría? Algo como: bueno, gracias, o un simple bueno. Y luego tendríamos que regresar juntos y sería muy incómodo, y después ¿seguiríamos teniendo la misma relación o echaríamos todo por la borda?, o

—Jace.

—¿Qué? —pregunto, nervioso.

—¿Ya te puedo mostrar mi pintura?

—Ah, sí

Deja de esconder su pintura y estira los brazos hacia delante, sosteniendo en alto el lienzo para dejarme verlo. Ha pintado la vista que tenemos desde donde estamos, los árboles, el agua y las casas lejanas; además del cielo en tonos azules, con un tibio amarillo que apenas se ha comenzado a notar hace unos minutos.

—Es demasiado bueno. ¿Cómo puedes captar todos los detalles así?

—A veces me pregunto lo mismo, pero no tengo idea, solo lo hago.

—Es un don muy bueno. Tus pinturas las tiene que ver y admirar el mundo.

—Pf, ojalá pasara —se burla—. Pero anda, muéstrame el tuyo.

—Si no te gusta, sé amable porque podrías romperme el corazón.

—No seas exagerado, no me burlaré.

La miro durante unos segundos con cara preocupada, si supiera que no se trata de una simple pintura

—Aquí fue donde volvió a comenzar todo, así que este es el lugar perfecto para pedírtelo

Me mira con algo de cautela en los ojos. Mis nervios se esfuman como por arte de magia al ver que no juega con los dedos. Está tranquila, se siente bien a mi lado, así que aclaro mi garganta y comienzo a hablar.

—Sonará algo extraño, pero a ti te imagino con un vestido lindo y a mí con un traje a juego con el color de tu vestido. He pensado día y noche en cómo sería bailar el vals contigo, creo que seríamos los mejores en la pista, y he pensado en el modo en que todos te mirarían y me envidiarían. Y por eso y por muchas más razones, te entrego esto. Lo he hecho con mucho cariño, pensando solo en ti y en nadie más que en ti.

Finalmente dejo de esconder la pintura. Los trazos de mi madre son tan precisos que es imposible no entender qué pintura ha recreado, y su caligrafía es tan bonita que la pregunta es sencilla de leer. Charlie mira la pintura con seriedad, solo parpadea de forma entrecortada, como si no creyera lo que está viendo, y no sé si eso es bueno o malo. He comenzado a contener el aire en espera de al menos un sonido por su parte. Mi corazón va a colapsar con tanto silencio.

¿Acaso es un no?

—Sí —contesta sin dejar de mirar la pintura.

—¿Sí?

Traga sonoramente y se da la vuelta para mirarme asintiendo repetidas veces.

—Sí, sí quiero ir al baile contigo, Jace. —Sonríe mordiéndose ligeramente el labio inferior.

Y por fin puedo volver a respirar con normalidad. No me ha rechazado.

—¿De verdad? No estás obligada a aceptar, si no qui

—Jace, cállate, te he dicho que sí quiero.

Suspiro y sonrío. Le doy el cuadro y sus ojos repasan miles de veces cada detalle, incluso con las yemas de sus dedos toca la pintura ya seca. ¿De verdad le ha gustado?

—¿Lo pintaste en tan poco tiempo? —pregunta sin apartar la mirada de la pintura que tiene entre sus manos.

—No, lo ideé durante varios días. Al principio no estaba muy seguro, pero después de la noche del sábado tome las fuerzas suficientes. Así que planeé esta tarde para que fuese memorable y, obviamente, quise que fuera con algo que te gustara; aunque ha sido muy difícil recrear la noche estrellada de Van Gogh, y mucho más tratar de hacer siluetas de personas, y mejor ni te cuento lo mal que lo pasé escribiendo la frase.

Deja de mirar la pintura y me mira a mí con ternura.

—De verdad, es la mejor manera en que alguien puede hacer una propuesta; jamás imaginé que me lo pedirías, y menos de esta manera. Gracias, Jace. —Se acerca y me abraza con fuerza sin estropear la pintura.

—No me lo puedo creer, he estado nervioso todo el día. Mi labio, partido de tanto morderlo, ha sufrido las consecuencias de no saber qué dirías.

—¿Pensaste que te diría que no? —pregunta aún abrazándome.

—Sí. Aunque quería creer que sí, solo pensaba lo peor, y con lo de Chris me asuste más.

—Esto es diez mil veces mejor que un ramo de flores y una vergüenza estudiantil.

Rio con ligereza, la abrazo fuerte y luego me separo de ella. Nos sentamos juntos nuevamente y ella mira el cuadro, cada detalle, cada trazo y cada color

¿Podría haber otro día más feliz que este? Quizá el día que le pida ser mi novia, si es que logro ese objetivo. Pero pasos de hormiga

—Ahora tendré que buscar un vestido. Realmente no quería ir al baile, pero cómo negarme a ti

—Yo tampoco quería ir al baile, y aquí estoy, nervioso, pero ahora con pareja para el baile.

Sonríe y baja la mirada con vergüenza.

—Pensamos igual, entonces.

— ¿Te digo un secreto?

Asiente y me presta atención.

—No quería ir si no era contigo

—Pues yo habría seguido negándome a todas las propuestas que no fueran la tuya. Confío en ti tanto como para bailar un par de canciones. Creí que no lo captarías en la heladería.

Tengo el corazón nuevamente acelerado ¡Voy a morir!

—Vaya, cuánta conexión. Aunque me costó deducir tu indirecta. Eso no se nos da bien a los hombres, pero por suerte no lo he dejado pasar, y estuve a punto de hacerlo.

Asiente mientras sostiene el cuadro. Lentamente siento que su cuerpo se pega al mío y deja caer la cabeza en mi hombro, lo que hace que me ponga más nervioso, pero muy cómodo y, sin duda, esté más enamorado que hace un segundo. Aquí estamos los dos, solos, en el mirador donde nuestra relación resurgió.

—Si tuviera un diario, escribiría todo lo que he vivido en esta tarde con lujo de detalles, y luego lo colocaría en favoritos para leerlo una y otra vez —susurra y suelta una bocanada de aire.

Soy el chico más afortunado del mundo. Está pasando todo lo que una vez soñé y creí imposible, pero el tiempo decide por nosotros, y mi destino está siendo bueno conmigo.

Muy bueno

CHARLIE

Al llegar a mi casa me he despedido de Jace con un beso en la mejilla, he tomado mis cosas y un pedazo de pastel de su madre, que es delicioso; le compraría un pastel todos los días si tuviera una pastelería. En fin, a pesar de la felicidad que Jace me ha dado durante toda la tarde, al pisar la entrada de mi casa esa, emoción ha disminuido a la mitad. Me hubiera quedado con él en el mirador si hubiera podido. Eso hubiera sido mil veces mejor que venir a dormir a mi hogar y encontrarme con mi mamá malhumorada. Si hubiera un lugar en el que yo pudiera pasar todo el tiempo hasta altas horas de la madrugada, y solo volver aquí para dormir, iría todos los días.

Caminando hacia las escaleras, me topo con mi madre saliendo de la cocina con una taza de café entre las manos. Me mira seria y luego dirige toda su atención a mis manos, en las que sostengo el cuadro y el trozo de pastel.

—¿Dónde estabas?

—Salí con un amigo —susurro sin mirarla a los ojos.

—¿Amigo? ¿Cómo se llama?

—Jace, Jace Grey.

—Con el pequeño rubio de secundaria. He caído en la cuenta de que él es el chico de la heladería, quién lo diría. ¿Qué te ha dado?

—No es nada. —Trato de alejar el cuadro de ella, pero logra alcanzarlo y arrebatármelo de mis manos—. ¡Mamá, no!

Alzo la mano para quitárselo, pero me esquiva.

—Vaya, te ha invitado al baile. Espero le hayas dicho que sí porque es tu última oportunidad para actuar como una adolescente normal. También te ha dado todo ese pastel. —Me va a devolver el cuadro, y se lo quito de golpe. No quiero que toque nada mío—. Parece que te quiere engordar, cuidado con eso. ¿Te lo vas a comer todo?

—¿Puedes dejarme en paz?

—Uy, la niña está enojada —dice por lo bajo subiendo por fin las escaleras—. Suerte con tu bailecito

Aprieto los dientes guardándome palabras de odio hacia ella, pero no quiero pelear de nuevo, y mucho menos quiero ganarme otro golpe. Lo mejor que puedo hacer es ignorarla y sentir la emoción que me queda gracias a Jace. Subo las escaleras directa a mi habitación. Al entrar en ella, cierro la puerta tras de mí y dejo el pastel sobre mi escritorio. Busco el lugar perfecto para poner mi nuevo cuadro favorito. Finalmente me decido a colocarlo en mi mesilla de noche sobre un minicaballete, así lo tendré más cerca y para cuando esté triste pueda mirarlo y recordar lo feliz que fui en ese momento.

Sin más, me acuesto en mi cama mirando el techo con una sonrisa tonta. ¿Será Jace la recompensa por todo lo malo que la vida me hace pasar?

Ojalá sí.

Ahora con él cerca y la nueva amistad que he decidido comenzar con Daphne, tengo razones para continuar. Y, si mi papá gana el último juicio, no habría motivos para pensar en lo que llevo años planeando.

Todo depende del juez.

Continue Reading

You'll Also Like

11.1K 3.5K 48
POEMARIO DESTACADO EN POESÍA EN ESPAÑOL POR @WattpadPoesiaES Poemario destacado en lista de lectura de poesía libre por @WattpadPoesiaEs El amor es l...
45.6K 11.5K 9
Axel no entiende por qué su novia lo dejó, así que escribe todos sus defectos. No sabe si incluir al gato o no.
47.7K 4.8K 16
Whitney Dixon murió junto a su padre en un accidente automovilístico a las tres de la tarde de un día de lluvia como cualquier otro, dejando solo his...
18.2K 1.2K 9
Jassiel tiene graves problemas con el consumo de estupefacientes y su comportamiento no ha sido el más adecuado, teniendo problemas con la ley por su...