Viernes 6:55 AM
En la Alianza Heights, en uno de los pasillos solitarios y silenciosos, se escuchó el abrir de una puerta, junto con un bostezo perezoso.
Una fémina de alrededor de 16 años, con una sudadera hasta los muslos, y shorts que a duras penas se notaban, se asomó por la puerta de su habitación, observando el pasillo tranquilo y en pleno silencio. Poco a poco abrió la puerta sin hacer ruido y mientras se veía como la luz del amanecer la podía distinguir, te estiró la espalda arqueandola hasta abajo, haciendo que pudiera ver detrás, y tratando de tocar el techo con sus manos. Se trataba de tí.
Diste otro bostezo adormilado, gracias a ello pequeñas lágrimas salieron de tus ojos ya que recién amanecías. Tu cabello despeinado era corrido por el poco viento que hacia gracias a tu caminata con desganas. Tomaste el borde de arriba de tu sudadera y adentraste tu cabeza dentro de esta. La sacaste rápido y dijiste desinteresada - muy bien _______, mañana tendrás que depilarte - y volviste a bostezar.
Mientras bajabas por el ascensor, ibas descalza así que sentías el frío de cada parte del suelo. Al bajar por completo te dirigiste hacia la sala para tomar otra leche en cartón, tenías un poco de hambre, era solo para llenar el estómago sin más. Te quedaste mirando a cuatro chicos que se encontraban algunos sentados en el suelo apoyando la espalda en el sofá, y otros sentados en este, jugando a videojuegos. Mientras tomabas del pico la leche en cartón, Kirishima sintió que alguien los observaba, giró y te vió indiferente, tomando leche mientras los mirabas.
El pelirrojo tenía el mando en sus manos, así que perdió completa atención del juego, gracias a tu presencia. Mientras se te quedaba mirando se escuchó una voz que provenía de la pantalla.
GAME OVER
- ¡JA! - gritó Denki alzando los brazos y dirigiendo la vista hacia su amigo a punto de humillarlo, pero su expresión cambió al verte. Los demás se dieron cuenta de las reacciones de aquellos dos y se dieron cuenta de tí. Tokoyami y Sero se quedaron mirándote como los otros dos. - Buenos dias - dijiste tranquila mientras ibas al cesto de basura y tirabas el cartón ya vacío. Ninguno respondió así que decidiste hablar una vez más - ¿tan temprano? -
El pelirrojo salió de su trance y respondió - estábamos despiertos y ya no podíamos dormir - de la nada reconociste los personajes del videojuego, era uno de lucha, así que animada caminaste a paso rápido hacia ellos - ¿ese es (nombre x de videojuego :v)? - los demás volvieron a ver la pantalla y asintieron. Te sentaste en el suelo al lado del de cabellos rojizos y miraste como niña el juego. - hace semanas que no juego a esto ¿puedo? - miraste a Denki con una sonrisa.
El extrañado te lo dió en las manos y tú sonriente lo tomaste, Kirishima respondió rápido - ¿lo conoces? - giraste a verlo y mostrando una sonrisa asentiste - nivel 45 logrado hace un mes - dijiste levantando tu dedo pulgar y mostrando la punta de tu lengua animada - ¿¡que!? - dijo Sero con asombró al escuchar lo que dijiste. - vamos, Kirishima, elige - le apuraste con emoción refiriendote a los personajes del juego, él tomó a uno de los favoritos y tú tomaste uno aleatorio.
55 segundos después...
GAME OVER
- ¡EN TU CARA! - gritaste mientras dabas pequeños golpes con los pies al suelo, Kirishima se quedó allí pensando en lo rápido que acabó esa partida. Lo miraste ya que no contestó y sonreiste nerviosa - perdona, me obsesiono con este tipo de juegos - pero antes de que respondiera Sero le arrebató el mando a Kirishima y decidido gritó - ¡voy yo! - con entusiasmo comenzaste a acomodarte mientras elegías a algún personaje.
2 minutos después...
GAME OVER
- ¡NOO! - gritó con desilusión Sero al ver como su luchador caía al suelo acabado. Te pusiste de rodillas y te giraste al verlo, ya que estaba sentado en el sillón. Lo apuntaste sonriente con el ceño fruncido - ¡TOMA ESO! -
Tokoyami comenzó a reír por dentro, ocultando su rostro mientras Sero se lamentaba manteniendo los ojos cerrados. Kirishima que estaba a un lado tuyo sonrió al verte tan animada, sentiste su mirada y te sentaste otra vez enfrente suyo - ¿¡viste como lo hice trizas!? - preguntaste con alegría, el rió y puso una mano sobre tu cabeza. Lo miraste fijo y él paró de reír - ajá, fue increíble - como niña recién felicitada sonreiste orgullosa ya que había alimentado tu ego. Lo abrazaste con alegría y él se quedó en silencio, y como pudo, su respuesta fue acariciar tu cabeza con un leve rubor en su nariz.
- ¡hora de Tokoyami! - gritaste con emoción al separarte del pelirrojo. Sero aún desilusionado le pasó el mando al nombrado y comenzó otra partida.
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Viernes 8:03 AM
Estabas tirada en el sillón, ya todos los que se encontraban anteriormente contigo, se habían ido a prepararse para la escuela, hoy no tenías ganas de ir, además ¿qué te podrían hacer? No creías que Nezu te hecharia, era lo que menos quería, así que no tenías problemas. Probablemente irías a molestarlo mientras trabajaba, estarías aburrida gran parte de la tarde pero no tenías ganas de soportar más a los profesores, dándote los sermones del porqué tenías que mejorar tu actitud.
Estabas con tu teléfono acostada en el sofá, hasta que viste a Izuku entrar a la sala tranquilo. Eran los únicos allí - ¡sonríe chico lindo! - dijiste llamando su atención, al acabar de notar tu presencia, giró para verte nervioso, y se puso peor al ver como lo apuntabas con la cámara de tu teléfono. - ¿_-_______? -
*CLICK*
Moviste tu cabeza a un lado del teléfono, que obstruia la vista de Deku y tú, le desdicaste una sonrisa y reiste - Buenos días, Izuku - volviste a adentrarte en el teléfono y comenzaste a ver la foto - corazones aquí, otros allá y... - alzaste hacia arriba el teléfono y lo miraste ya listo.
(Ignoren el uniforme de entrenamiento ╥﹏╥)
Te sonrojaste mientras sonreías risueña y te movías de un lado a otro como idiota - ¡aaah~! ¡Que tierno! - el peli verde de pecas se asomó hacia el teléfono y tú para saber de que se trataba - ¿q-que ocurre? - le mostraste la foto y sonreiste - nada en especial - y te acercaste a el para juntar sus mejillas - que lindas pecas~ - murmuraste para tí pero el peli verde lo escuchó claramente. Con nervios se separó brusco y se fue a prepararse algo para tomar mientras sus mejillas se tornaban rojo carmesí.
De la nada Shoto apareció, haciendo que sonrieras ampliamente. Lo primero que notó, fuiste tú así que antes de que se diera cuenta, le tomaste una foto. Reiste mientras pataleabas como niña - Buenos días, otro chico lindo - y volviste una vez más a tu teléfono.
- taraa~ - le mostraste a lo lejos a Todoroki la foto la editada y decorada, el heterocromático la miró de lejos para después ignorarla y mirarte - Buenos días - otra vez te sonrojaste y dando una media vuelta en el sofá, hundiste tu rostro en la suave tela.
Todoroki mientras abría el refrigerador, miró a su compañero el peliverde preparando un té - ¿qué hace? - le preguntó al ojiverde acerca de tí - esta sacando fotos - dijo avergonzado, mientras le ponía azúcar a su bebida caliente con ayuda de una cuchara.
Deku al acabar de preparar la bebida, se sentó en uno de los sillones y te miró un rato largo mientras te sonrojabas al ver las fotos. - ¡buenos días! - se escuchó animado la voz de un pelirrojo, pasando con su cabello todavía sin peinar, sin mencionar que tenía el cepillo en sus manos - te estaba buscando - reaccionaste curiosa al ver que te hablaban a tí, lo miraste y éste te mostraba una sonrisa.
- ¡sigue sonriendo! - le avisaste mientras una vez más, lo apuntabas con la cámara. Como respuesta, él solo desvío la mirada con nervios y trató de que no se notara - espera... - no lo dejaste acabar y ya le tomaste la foto. Volviste a revisar y y te levantaste aún sin despegar la vista.
(Tambien ignoren su cabello xd)
- ¿qué ocurre, Eijiro? - te miró con nervios y miraste su mano sosteniendo un peine. Lo abrazaste por la espalda y lentamente comenzaste a empujarlo hacia su dormitorio - Nee~ Nee~ ¿vamos? - no querías ponerlo incómodo enfrente de los demás, así que te lo llevaste rápido.
Al llegar al dormitorio de Kirishima, le ordenaste que se sentará en el suelo, enfrente del espejo así lo podías ver mejor. Te obedeció y comenzaste a cepillarle el cabello con calma, mientras te arrodillabas detrás suyo. Kirishima no dijo nada, ya que se le hacía vergonzoso que tenga llamar a una chica para que le peinase, no era necesario en lo absoluto, él podía hacerlo solo, es más, ya lo intentó y le salió. Pero se desordeno el cabello como antes así te llamaba e ibas a peinarle.
Sonrió suspirando por la nariz con calma y dejó sus hombros caer debido a ello. Estabas retocando un poco hasta que acabaste. Por un momento sospechaste de que él si podía hacerlo solo. Así que no lo abrazaste, nisiquiera lo tocaste y te sentaste a su lado, mirándolo fijo. - ya acabé - dijiste mientras le dabas su cepillo en las mano, él bajó la cabeza y tomó el cepillo con desánimo. - esta bien... - se quedaron en silencio unos segundos y tus dudas quedaron claras. Así que lo abrazaste de lado mientras reías.
Te separaste rápido y reiste - ¿no te gusta? - le preguntaste a propósito mientras te levantabas, él sonrió con ánimos y también se levantó - n-no, esta bien, gracias, y... Por cierto - apuntó tu ropa con nervios y lo miraste con curiosidad - ¿no irás a la escuela? - negaste con una sonrisa y él se te quedó mirando - no tengo ganas, estoy cansada y quiero dormir un poco más - él asintió aún pensando en lo que le podrían decir los profesores - si preguntan, diles que tenía sueño - él casí grita de la confusión, lo abrazaste y juntaste su mejilla con la tuya para después separarte. - voy a tomar algo, adiós - y lentamente te fuiste mientras tarareabas tranquila y con desinterés.
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- ¡bye bye! - les gritaste a todos los que pudiste mientras estabas sentada en el sillón y los demás se iban a sus clases, parecías una madre pero no tenías ánimos de ir, querías saber como salir de aquí.
La mayoría se habían ido, pero faltaban algunos pocos. De la nada escuchaste como alguien venía corriendo, era Izuku - _______, ¡ya es ahora de irnos! - gritó alarmado mientras su mochila casi caía y corría hacia tí. - yo no iré - cuando te escuchó dejó de correr y se confundió - ¿que? - y caminó a paso lento cerca de tí - voy a a ver como salir de aquí - recordó que no estabas aquí por que querías, era porque el director te había obligado.
Pensó que hace unas semanas nomás eras una ciudadana común y corriente que solo le habías salvado de los villanos, nada más. Te diste cuenta de su cara larga y él sé puso detrás del sillón, mientras tú estabas de rodillas enfrente de él.
- ey! No es como si justo hoy mismo ya salga de aquí, sabes que es difícil y... - te detuviste al notar aún más su desánimo, tomaste sus manos y entrelazaste sus dedos con los tuyos. Levantó la vista y sus mejillas estaban rojas - ey~ - y ladeaste tu cabeza con una sonrisa, tratando de ver si eso lo animaba, el sacó una leve sonrisa. - no es el fin del mundo, cuando salga de aquí, te mandaré mensajes, nos llamaremos, te diré lo lindo que eres y prometo que algún día te voy a raptar - se asustó al escuchar lo último y comenzó a tartamudear confuso volvió a ponerse triste al escucharte reír. - cuando te vayas... - y te miró con sus ojos brillantes verde esmeralda - me... avisarás? - reíste y lo abrazaste - ¡ajá! Por supuesto - dijiste alegre, se separaron y te despediste de él.
Te quedaste sola, sinó fuera por que escuchaste gritos graves de un chico, giraste y era el rubio cenizo maldiciendo al tratar de acomodar su uniforme, reiste y él te miró con cara de pocos amigos. - ¡OE! - lo miraste desinteresada y pusiste tus manos en tu cintura mientras caminaba hacia tí con enfado - ¿¡QUE HACES AQUÍ!? - suspiraste bajando la cabeza - no voy a ir, ya lo dije un millón de veces - de las palmas de sus manos salieron explosiones mientras hablaba entre dientes - ¿quién te dijo que no irías? - volvió a mirarte con odio - yo misma, ahora, adiós Bakacchan - reiste mientras el chico explosivo se iba a paso rápido mientras te insultaba entre murmuros.
- Kacchan - lo llamaste, haciendo que se detuviera y se diera la vuelta para mirarte - ¿¡que mierda quieres!? - te levantaste y caminaste hacia él alegre - suerte - y le acariciaste el cabello como un perrito. - ¿¡QUÉ MIERDA CREES QUE HACES!? -
Detuviste tus caricias y reíste - si... Creo que fui demaciado dulce contigo - le diste una leve patada en el trasero, haciendo que salga por la puerta con pasos torpes, casi cayendo. - perra barata... - dijo y se dió la media vuelta para verte con molestia, encontrándote apoyada en el marco con un pie y las manos en cada códo contrario. Sonreiste de lado y lo volviste a mirar - te ves lindo insultando - levantaste una mano para después mover los dedos - adiós, Katsuki - se quedó mirándote sin enfado un rato, ya que le habías mostrado una sonrisa sincera.
Se dió la vuelta molesto y caminó lejos, hasta que perdiste la vista de él poco a poco.
Te diste la vuelta y miraste la cocina con seriedad. - muy bien... - al llegar tomaste un frasco con café, sacaste leche, azucar y batiste crema.
Al fin habías acabado, era una café con leche, crema y canela, se veía bien, así que sacaste un postre con buena pinta del refri y te sentaste en una de las mesas. Se sentía raro ya que nunca habías comido o simplemente sentado allí. Le diste un bocado al postre dulce y pataleaste con emoción y felicidad - ¡es tan delicioso! Arigato, Sato - le confesaste sin que esté a tu lado, ya que en realidad, ese tiramisu te lo había dado Rikido debido a que notó que siempre comías esos postres.
Detuviste la emoción y miraste con seriedad la bebida caliente. - quisiera que estuvieras aquí, así escucharas todas las cosas que me pasaron... - suspiraste mirando a otro lado y te estiraste - ya lo sé, suena muy hipócrita, pero - fijaste la vista en todo tu alrededor. Te encontrabas sola. - me gustaría que estuvieses aquí... - y comenzaste a cortar otro pedazo de tiramisu sin ganas.
(...)
Las clases habían comenzado, y Aizawa ni se molesto en preguntar por tí, digamos que no quería haber de tí en lo absoluto, no le agradabas.
Todos se encontraban haciendo su actividades del libro exceptuando Deku. Por alguna razón le quedó grabado lo que dijiste "no es como si justo hoy salga de aquí" escuchó el resonar de tu voz en su mente, mientras mordía la punta de su lápiz mirando fijamente las actividades. Cualquiera pensaría que se le hacía difícil el punto, pero estaba en su mundo dándose miles de preguntas.
En menos de un minuto ya tenía la libreta de apuntes de héroes encima del pupitre, dibujando tu traje con detalles "¿y si realmente se va hoy?" "No lo creo... Es bastante compleja la seguridad de la Academia..." detalló las zapatillas grandes y rojas "pero..." pensando en las dudas borró algunos marcas innecesarias del dibujo.
(...)
Te encontrabas con los ojos cerrados, acostada en el sofá, como si estuvieras tomando una siesta.
Te encontrabas controlando a uno de tus modelos que se encontraban en tu departamento, para revisar si todo estaba en orden, pero...
(...)
Aquel cuerpo sin vida controlado, estaba a punto de salir de tu habitación, tocando la puerta sin nisiquiera tomar la manija. Pero un ruido de sartenes cayéndose se escucharon a lo muy lejos. El cuerpo retrocedió y acercó su oreja a la puerta. Se escuchaban voces de varias personas charlar.
De la nada el cuerpo se cayó al suelo, como si se hubiera desmayado.
(...)
Abrirte los ojos ampliamente y te levantantaste con pánico. - ¡carajo! - golpeaste el sofá, aunque no hizo tanto impacto y saliste corriendo descalza sin tanta importancia.
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De una patada abriste la puerta de la Oficina de Nezu. Este solamente te vió con confusión mientras caminabas rápido hacia él - déjame salir, AHORA - remarcaste parandote encima del escritorio mientras lo decías laterada,mirándolo fijamente.
El de pelaje blanco dió un suspiro calmado y vió algunos papeles ignorandote por completo - ya te dije que- no lo dejaste acabar que lo tomaste de sus ropas cerca de su cuello y lo acercaste a tí.
Con el ceño fruncido y mostrando tus dientes le gritaste con fuerza - ¡ESTÁN ENTRANDO A MI DEPARTAMENTO! - lo dejaste caer otra vez en el asiento y él con un poco de desanimos pero seriedad, abrió un pequeño cajón del escritorio y sacó una tarjeta - usa esta tarjeta, es una vieja pero funcionará para salir - miraste como una tarjeta de identificación de otra persona, de seguro ya de hace años, te la ofrecía el director. En menos de 2 segundos se la arrebataste brusca y te bajaste del escritorio. - llamaré a la policia - dijo mientras se levantaba.
- haz lo que quieras - le hablaste mientras le dabas la espalda y caminabas hacia la salida, tronando los nudillos.
(...)
Las puertas de la clase A habían abierto al saber que el receso había empezado. Uno de los primeros en salir era Deku, que hablaba feliz con Iida y Ochako. Pero sin previo aviso una silueta femenina corrió por los pasillos, pasando por enfrente del peliverde. Se trataba de tí.
Como si fuera en cámara lentalenta... como si el tiempo se hubiera detenido, Izuku abrió los ojos de par en par y te observó detenidamente. Tenías el ceño fruncido, parecías enfadada. Lo que hizo que su corazón acelarara de un momento a otro, era la tarjeta de identificación para poder de la Academia.
"No es como si justo hoy salga de aquí..."
- ¿¡esa es _______!? - gritó Uraraka mirando con susto el pasillo. Para cuando el peliverde había salido de su mente, la fémina se había ido.
Sin esperar más, aquel joven de pecas comenzó a seguirla hacia su dirección. Se sorprendió al ver como sus piernas se movían sin que él lo hubiera deseado, pero cambió rápido de expresión al notar que te perdía de vista, comenzó a acelerar el paso mientras seguía tu camino. No sabía el porque lo hacía, simplemente no quería perderte de vista.
Simplemente no quería aceptar el hecho de que te ibas.
Mientras tú, ya habías salido del Instituto. Dándote cuenta de que estabas en medio de una montañana. Poco te importó ya que seguiste corriendo a paso acelerado. Mientras tanto, concentrandote, comenzaste a activar tu kosei.
(...)
El muñeco tirado en el suelo se había vuelto a levantar de la nada. Se asomó a la puerta una vez más y escuchó una risa de psicópata del otro lado de la puerta.
- JAJAJA este es el primer aviso, muñequita - ahora la voz había cambiado a una energética, mientras otras risillas de la misma persona salían de sus cuerdas vocales. Para que después, como si nada un cuchillo de gran filo atravesara la puerta, haciendo que roce la nariz del muñeco y este abriera los ojos de par en par.
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Dou.
3237 palabras (ू˃̣̣̣̣̣̣︿˂̣̣̣̣̣̣ ू)
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