Me gustas

By Daria_desu

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Las cosas están cambiando en la mente de Lily, ¿se ha dado cuenta de que James le gusta? Sin embargo el no le... More

De vuelta al colegio
El carrito de dulces.
El reencuentro.
El Gran Comedor.
Plan para conquistar a Potter
Amorssss
La risa te hará bien, Evans
Ella no te odia, solo la sacas de quicio.
Corrección: nos encerró.
Si pasas mucho tiempo en la biblioteca, aprendes.
¡PORQUÉ ELLA ES MI NOVIA, IDIOTA!
¡Me Gustas!
REMUS NO ES UNA BESTIA
¡Respeta mi privacidad mujer!
Hay dos cosas que mas te gustan: una los libros, y la otra, yo.
¿AÚN NO HAZ BESADO A LILY EVANS?/ ¿QUÉ JAMES POTTER NO TE HA BESADO?
El plan
El regalo
Eres James Potter, sus padres te amarán
El parque
La verdad es que no entenderé las cosas del amor, solo sé que pasan.
Nota
La graduación
El Final
Agradecimiento

James Potter me ha propuesto matrimonio.

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By Daria_desu


Lily:

-Dos años después de la graduación de Hogwarts-

Me encontraba en 'Las tres escobas' de nuevo. James había enviado una lechuza para decirme que quería verme en ese lugar. Últimamente ha estado actuando muy extraño, le da muchas vueltas a lo que dice y se mira las manos cada que se queda sin palabras.

Madame Rosmerta llega a atenderme y le pido una cerveza de mantequilla. 

Suspiro mientras veo a un grupo de chicos del colegio: debe de ser su primera excursión, pues traen un mapa. Sólo por distraerme en lo que James llega, decido escuchar su conversación.

Hablan a cerca de la casa de los gritos. Según sus investigaciones, no se han escuchados cosas perturbadoras desde hace mucho, y quieren ir a confirmarlo.

Sonrió de solo imaginarlo. Desde que James me contó todo lo que sus amigos habían hecho por ayudar a Remus, debo reconocer que me sorprendí.

Nunca llegué a pensar que era 'eso' a lo que se dedicaban cuando llegaba la luna llena, y ahora que estos niños han hablado, reviven los recuerdos de mi tiempo en el colegio.

Estaba tan distraída que no me percaté de que James había llegado. Rosmerta había dejado mi pedido en la barra y unas galletas también. Pero su voz fue lo que me sacó de mis pensamientos.

-¿Qué dijiste? -le pregunté mirando de reojo a mi novio. Llevaba una gabardina azul y pantalones negros, su sombrero descansaba sobre la barra y había tomado una galleta -. Esas son mías -exclamé atrayendo el plato hacia mí.

James simplemente sonrió. Algo le inquietaba, podía sentirlo.

-Estas nervioso -afirmé, mi novio se tensó y evitó mirarme -¿pasa algo?

Negó, pero no volvió su mirada. Eso me disgustaba, él me había citado aquí y ahora no me contaba lo que le ocurría.

Tomé su rostro en mis manos y lo obligué a verme. Parecía desconcertado un segundo, pero cuando nuestras miradas se encontraron, el brillo en sus ojos apareció.

-Es sólo que... el trabajado... es eso -me dijo por lo bajo.

-¿De nuevo te marginan por ser un Potter? -le pregunté. Era cierto que la familia Potter tenía una reputación muy admirable, pero que el mismo Ministerio de magia creyera que James no era capaz para su puesto me molestaba mucho.

James bajó la mirada y supe que había dado en el clavo. Por lo menos sabía que sucedía dentro.

Llevaba días tratando de infiltrarme en el Ministerio, pero Dumbledore me había pedido que no lo hiciera; mi novio aun no sabía de eso, por lo que hoy era necesario que le dijera.

-No quiero tu lastima Lily -afirmó James, era muy testarudo -sé que mi familia me apoya en lo que yo quiero, y puedo conseguir mis cosas por méritos propios.

-PERO NO ES JUSTO -exclamé un poco alto. Varios clientes del bar se voltearon a vernos, era un poco extraño, pues era la única pelirroja en el lugar y era más que obvio que llamáramos la atención.- Te la pasas siendo eficiente y esa persona que tienes por superior no lo ve. Espero que tu paga sea buena -le solté sin tacto.

De acuerdo, esta vez me había pasado tantito de la raya. Si mi novio no alardeaba de ser un Potter yo no podía jactarme de tener una fortuna inmensa, pues las oportunidades de trabajo me eran negadas por ser hija de muggles. Pero hacer comentarios sobre su sueldo, creo no era de muy buen gusto, a excepción que le estés pidiendo matrimonio o algo así.

-Eres el colmo Lilia -me respondió. Envolvió una galleta y la guardo en su bolsa, sacó unos galeones y los depositó en la barra, y por último se tomó la mitad de mi cerveza de mantequilla -.Tengo que irme, al parecer no fue buena idea vernos hoy.

Se dio la vuelta caminó en dirección a la salida. 

Bien hecho, 'Lilia', ahora tienes que contentar a James de nuevo.

De mi no te escapas, James Potter.

Corrí en dirección a donde había salido mi novio, pero no lo distinguí, pues había demasiada gente en las calles de Hogsmeade. Caminé por la vereda y vislumbré a un hombre con las características de mi novio y le seguí. Por el camino que había tomado, se dirigía casi a las afueras del pueblo, sí, se trataba de James. Sólo él podía tropezarse con un cumulo de nieve.

Verlo caer fue muy divertido y no pude contener mi risa.

-Muy gracioso, Evans -me miró cuando me había acercado a él. 

-No creí que cayeras, de verdad -le contesté mientras le ofrecía mi ayuda para levantarse.

James tomó mi mano, y tiró de ella para hacerme caer encima de él. Por suerte, su cuerpo amortiguo el golpe que me hubiese dado de estar el suelo seco.

-Estas mejor ¿cariño? -me preguntó fingiendo sorpresa. -¿o quieres que te llevé en brazos? 

Su tono juguetón no me pasó desapercibido.

-¿No estabas molestó? -le pregunté.

Aun seguíamos en el suelo, por lo que él sólo procedió a abrazarme y sentarme en su pierna derecha para no mojar mi ropa.

-En realidad no, sólo estaba... un poco estresado -se disculpó .-Pero tu también cooperaste para que eso fuese posible -me acusó.

Suspiré aliviada, por lo menos podíamos hablar con normalidad de nuevo.

James me pidió que me levantará, quería enseñarme algo, y por la dirección que seguía, su lugar no era nada más que aquel refugió en el cual pasaban sus días de diversión con los Merodeadores.

-Pero no es seguro -recordé lo que había escuchado en el bar y le conté -al menos, no por ahora.

-Se te olvida que estas conmigo Lily -sonrió con picardía.

De su gabardina sacó su capa. Me había comentado que era una reliquia familiar y que era una tradición que su futuro hijo la tuviera. Me cubrió con la capa, pero tuvimos que caminar encorvados cuando nos acercamos a  la Casa de lo gritos.

En esta ocasión, no podíamos entrar por la puerta principal, pero James tenía sus mañas para eso.

Una vez dentro me di cuenta de que no había cambiado en nada... La única ocasión en la que estuve presente fue cuando mi novio me contó la verdad sobre su grupo, y después de eso no quise arriesgarme a una noche de luna llena. 

-Si no mal recuerdo -le dije a James -la última vez que estuve aquí, te ayude con la limpieza.

James inspeccionó el lugar; si bien no contaba con que estuviera sucio, había demasiado polvo para mi gusto, y en cualquier momento, mi nariz no pararía de estornudar.

Por suerte, James hizo lo propio esta vez; con un movimiento de su varita limpió el lugar y acomodó el mueble que estaba en el rincón.

Lo miré un poco incrédula, pues no era común que mi preciado novio hiciera de las suyas, y era lógico que algo traía en manos. Pero al ver sus esfuerzos, decidí tomar asiento en el sofá desgastado.

-Lily -me llamó -quiero hacer algo contigo.

Eso no me lo esperaba. Alcé una ceja en señal de sorpresa.

-No tengo intenciones de acostarme contigo en este lugar, James -le espeté.

James se carcajeó en esta ocasión, pero acercó a donde yo me encontraba y tomó mi rostro en sus manos.

-¿Estas segura?-me preguntó. El brillo en sus ojos era de diversión pura.

-Completamente -le respondí. En mis planes estaba llegar virgen al matrimonio, y la belleza de James no iba a impedírmelo. Aunque siendo sincera, consideraba las opciones ahora.

Pero no pude poner mis pensamientos en orden, pues James me besó. Habíamos pasado por mucho desde que salimos del Colegio y a pesar de los años que lleváramos de relación, nunca me propuso hacer algo que no quisiera. Él conocía mis ideas y que ahora saliera con esto, era simplemente, una broma.

Pero volviendo al momento, no podía ordenar mis ideas, el perfume que despedía mi novio me hacía sentir en las nubes. Sus besos se intensificaron y me decepcioné cuando se apartó de mi.

-¿Eso no cambia tu postura? -me preguntó de nuevo.

Negué. 

-De acuerdo, entonces sólo existe una forma en la que accederás -afirmó James. Lo mire un poco desconcertada y al parecer, él mismo se dio cuenta de mi expresión.

Sonrió con timidez y me dio la espalda.

Escuché susurros de ánimo y me sentí curiosidad por lo que a continuación venía.

James se dio la vuelta y se puso de rodillas frente a mí.

-Lily Evans -recitó. -¿Me darías el honor de desposarte? 

Estaba demasiado sorprendida por lo que estaba escuchando.

James Potter me ha propuesto matrimonio.

****************************************************************

-Y así fue como tú padre por fin se dió cuenta de que me amaba -exclamé alegremente. Estaba segura de que James me escuchaba en alguna parte de la cocina.

-¡TE ESTAS SALTANDO DETALLES LILY! -escuché que gritaba.

Harry se encontraba en mis brazos y le estaba contando de nuevo la historia que nos había unido y cómo terminamos casándonos un año después de su propuesta en la casa de los gritos.

Desafortunadamente, nos llegó la noticia de que algo malo podía sucedernos, y eso me aterraba.

Temía por mi hijo más que nada.

James llegó de la cocina y corrió al gato de la sala, se había acostumbrado a tenerlo por compañía mientras yo arrullaba a Harry.

-Te amo -me dijo mientras me daba un beso en la frente. -Y a tí también, Campeón.

Me dió tanta ternura ver cómo James se había acostumbrado a nuestra nueva vida que llevábamos apenas unos meses, en lo que el peligro pasaba.

Las cartas que recibía de mis amigos eran inexactas.

Desde que nos unimos a la Orden del Fénix y nuestras vidas peligraban, habíamos llegado a un acuerdo de que nos enviaríamos cartas siempre y cuando nuestros nombre reales no fuesen detectados.

Pero aun así, a mi marido le había afectado más que a nadie.

Por un lado, Sirius había hecho algún acuerdo con James y no sería él nuestro 'guadián', sino Peter, a quién yo no había visto en años, pero por información de James, era de confianza.

De Remus no sabíamos nada, se había mantenido oculto por un tiempo y esperábamos noticias de él en algún momento.

Mis amigas se habían casado hace un tiempo, tenia poco contacto con ellas en realidad, pues Annie se fue a vivir a América y Joan daba sus vueltas por Italia.

Todo el mundo había encontrado su lugar, nosotros nos refugiamos en el Valle de Godric y compartíamos vecindad con una adorable señora.

Aunque eso sólo alargaba lo inevitable.

Tarde o temprano teníamos que hacerle frente a ese tal Lord Voldemort.

*********************************************************************

-¡Lily, corre las cortinas! -exclamó James desde la entrada de la sala.

Se encontraba empuñando su varita en dirección a la puerta y me señalaba a Harry.

-Sube -susurró.

Tomé a Harry en mis brazos, el pobre se había dormido y al sentir mi tacto empezaba a despertarse.

-No me iré sin ti -le respondí conteniendo el aliento.

-No esta a discusión, sube y trasladate a Grimmauld Place -contesó James un poco alterado.-Te daré el tiempo necesario Ly.

Sus palabras me paralizaron. No podía hacerlo.

Se acercó a mi y me besó. De la misma manera en que lo había hecho desde hace años, el recuerdo de la biblioteca vino a mi y por un instante recordé que estábamos en esto juntos, a fin de cuentas, eramos una familia ahora.

Corrí hacía las escaleras y cuando llegaba al último peldaño, lo sentí.

Mis fuerzas se vinieron abajo cuando un haz de luz se vislumbró a mi alrededor.

Quise regresar pero algo me lo impedía, el sudor comenzó a correr por mi cara, tal vez eran las lágrimas que derramaba cuando me dí cuenta de qué hechizo se trataba...

Oh, por dios, James...

Llegué a la habitación de Harry. Lo abracé y besé por ultima vez y lo deposité en su cuna; no estaba dispuesta a irme sin antes dar batalla. Se la debía a mi esposo.

-Aquí estoy, Tom -susurré.

Me puse de espaldas a la cuna de mi hijo, para servirle de escudo en caso de... Aunque la posibilidad era escasa, no podía abandonar a mi familia ahora.

-Harry, te amo, recuerda eso -le dije al pequeño, aunque no me entendía -la vida será difícil de aquí en adelante, pero estoy segura de qué podrás con ella. Conocerás personas maravillosas... y el amor no te faltará, cariño...

Un golpe en la puerta me interrumpió.

La puerta salió disparada en dirección mía, y cuando estuvo a mi vista, no pude flaquear.

Este quizá será mi fin, pero al menos viví una vida plena.

Su varita apuntó en mi dirección y me negué a apartarme.

Él no tocaría a mi hijo.
















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