El Gran Comedor.

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James

Tal vez sea un idiota enamorado pero sobre todo soy un caballero y eso es lo que hace falta hoy en día.
Y aún asi veo como se aleja mi pelirroja, me gustaría seguirla, pero recuerdo que no hago más que decir babosadas cuando ella está cerca. Eso me hace sentir inútil, o al menos por el momento, yo se bien que, en cuánto encuentre a Remus el me podrá ayudar en ese detalle.
Mientras tanto tengo que lidiar con Sirius y eso no ayuda mucho. De hecho, cuando regreso al vagón el ya está comiendo de mis dulces, y eso me enfurece:

-Primero tienes que pedir permiso para agarrar algo que no es tuyo -le digo con sarcasmo.

-Lo siento, ¿puedo coger este pastelillo, mi estimado señor Potter?

-Vale, pero no seas muy sofisticado -respondo de modo asustado, un Sirius asi no me agrada del todo.

-Tranquilo, ¿Qué tal Evans? -dice en tono seductor, como si regresara el viejo Canuto. Sin embargo, esa pregunta me toma por sorpresa y no evito esa sonrisa que sólo Lily me puede provocar.

-¿Has escuchado algo?- le digo un poco molesto y a la vez juguetón.

-No mucho- responde sonriente, y miro sus ojos, que son de un castaño oscuro y en ellos me veo reflejado, por lo que noto, sus ojos brillan y se que, ha escuchado todo, y cuando digo todo, me refiero a TODO.

-Bueno, no ha sido una platica muy importante-le suelto como sí fuera algo pasajero-. Aunque iba a perder una rana de chocolate.

-Sí, claro- responde el, riendo a carcajadas, y yo me uno a el.

-Es raro que Colagusano no aparezca.- comento de modo casual.

-Sí, tienes razón-responde Sirius-¿Quieres buscarlo?

Niego con la cabeza, porque se que el puede encontrarnos, o eso quiero suponer...
Y mientras llegamos seguimos nuestro viaje comemos bocadillos sin parar. Es muy divertido estar con Sirius, aunque pesar de que Remus no aparece se que ellos se encuentran bien.

Mientras esperamos llegar a Hogwarts alguien nos interrumpe:

-Necesito su ayuda chicos,-yo levanto la mirada rápidamente al escuchar esa voz y veo a Rose una chica de Raveclaw, es muy estudiosa y con aires de mandona, pero distingo en su voz que está preocupada por algo, más bien, alguien.

-¿Qué quieres? -responde Sirius un poco agresivo.

-Bueno, se trata de su amigo, Peter.- responde indiferente, como sí no hubiera escuchado a Sirius, y me ve fijamente, esperando algo, como sí yo fuera un héroe.

Más bien lo soy. Asi que arrastro a Canuto por el tren y seguimos a Rose a un paso firme. Ella se abre paso por la multitud y ellos nos miran asombrados: incluso los de segundo año nos señalan y dejar caer sus golosinas, esto es algo que no esperaba.
Nuestro recorrido nos conduce al final del tren, exactamente donde están los compartimientos de Slytherin y lo que veo a continuación no me sorprende:
Colagusano está petrificado.

Sirius y yo nos miramos, un poco asombrados, y en el vagón más cerca se pueden oír las risas de los de Slytherin. No me sorprende que lo hubiesen atacado, pero algo me dice que no fue asi.

Me acerco al compartimiento y veo a Malfoy muy orgulloso, señalando a Colagusano con varita. Eso me enfurece, y ya se que fue lo que pasó:
Colagusano vino a hechizar a Malfoy.

Bueno, eso es lógico, el es odioso, pero estoy seguro de que la razón por lo que vino fue por Narcissa. A Peter le ha gustado desde quinto año, pero no entiendo porque, ella es odiosa, maleducada, creía y todo lo opuesto a una persona. Pero a él le gusta y no hay manera de hacerlo entrar en razón. Es como yo y Lily, sólo que yo sí tengo una oportunidad con ella, y mi amigo no.
Sin embargo, a Peter le dolió enterarse que Narcissa anda con Malfoy y desde ese instante lo ha buscado para atacarlo, y nosotros le hemos repetido hasta el cansancio que no vale la pena, pero el no escucha. Es claro, que cuando uno está enamorado se la vive en las nubes, y no lo digo por mi, pero él se ha obsecionado.

-Asi que haz venido por tú amigo, ¿no Potter? -pregunta Malfoy en tono burlón.

-¿A que más tendría que venir? ¿No te ha bastado con que Gryffindor ganara la copa de Quidditch?

La sonrisa de Malfoy desapareció por completo.

-Mira, creo que los dos ya estamos demasiado grandes para estas cosas, asi que, ¿porque no dejamos la rivalidad atrás? -respondió y alargo su mano para estrecharla con la mía.

-Yo no olvido Malfoy-respondi fríamente.

-Es en serio, ¿Potter?- me miro alzando las cejas.

-Por supuesto.

Y voltié a ver a Sirius, el sólo se escogió de hombros y levantamos a Peter.

-Deberías decirle que deje de molestar- dijo Narcissa.

-Creo que ya le hemos dicho eso -respondió Sirius -. Pero se niega a hacernos caso.

-Haganlo entrar en razón -Narcissa se quejó.

-Entraría en razón sí tú no fueras muy creida- dijo Sirius muy entretenido, aunque el rostro de Narcissa reflejó asco, y Sirius se empezó a reír mientras cargaba a Colagusano.

Eso hizo que Lucius se enojara y estaba dispuesto a atacarnos, claro sí yo no hubiese soltado a Peter (que se golpeó fuerte, pero claro, está petrificado) y le dije alzando mi varita:

-Es una lastima que Quejicus no te haya contado como se siente flotar, ¿verdad?

-Pues creo que tú me dirás lo que se siente- Malfoy sonrio.

-¿Quieres probar?- pregunté desafiante.

-No querrás desafiarlo, ¿verdad?-intervino Sirius, había soltado a Peter, y esté descansaba aún lado de él.

-Mejor déjalo, no valen la pena-repuso Narcissa irritante.

Lucius pareció dudar, pero se volvió y cerró la puerta de su vagón.
Rose había contemplado la escena y parecía asombrada al vernos volver.

-Que bueno que no se metieron en problemas -dijo seria -. Ya que tienen a su amigo, me voy, pronto llegaremos y no quiero retrasarme.

Y al decir eso hizo se fue sin mirar atrás.

Llevamos a Colagusano a nuestro compartimiento y le lanzamos la contramaldición. No fue difícil, cuando se incorporó estaba aturdido y no recordaba lo que pasaba, asi que decidimos que una vez que estuviésemos en Hogwarts lo llegaríamos con la señora Pomfrey.

Sí, esa fue la mejor decisión que se nos ocurrió a Canuto y a mi. Porque, al salir de la enfermería, nos encontramos con Remus, casi lo tiramos al piso, eso sin mencionar la preguntas que le hicimos:

-¿Dónde estabas?, ¿Con quién?, ¿Porque no nos buscaste?- preguntamos Sirius y yo al mismo tiempo.

-Calma, tranquilos chicos, sólo hacia mi guardia de prefecto-respondió el muy tranquilo.

-¿Y porque no fuiste a nuestro vagón?- preguntó Sirius impaciente por llegar al Gran Comedor -¿Porque Evans no hizo la guardia?

Con sólo oír su nombre me hicieron sonreír como un idiota.

-Tal vez porque Remus sabía que ella quería verme -dije soltado una risita.

-Sí, es por eso -respondió Remus y los tres nos reímos juntos.

Entrando en el comedor, las velas nos cegaron, buscamos nuestra mesa y no dirigimos a ella, con Sirius y Remus a mi lado, recordé mi primera llegada a Hogwarts: primero nos seleccionarian y después de escuchar a Dumbledore pasaríamos los próximos siete años en ese maravilloso lugar. Y ya han pasado seis años desde entonces, no me extrañaría que me pusiera a llorar, pero todavía me quedan meses para disfrutar este último año, pero aún asi, no quiero pensar en mi último día en este castillo, porque se que este ha sido mi hogar, fue el hogar de mi madre y mi padre, y no se cómo pero haré que las futuras generaciones no me olviden. Porque dejaré una marca que será imposible borrar... Mientras tanto, Remus ya ha buscado un lugar donde sentarnos, y es cerca de los de primero, me encanta conocer las nuevas caras de Gryffindor, tal vez por eso eligió el lugar, bueno, no, el es prefecto y los prefectos tienen que conducir los de primero, ¡eso significa que Lily se va a sentar con nosotros! Pero mientras ella y los demás llegan, yo me preparo para verla llegar...

No fue una sorpresa para mi ver un destello color rojo acercándose a nosotros. Lily y sus amigas nos miran curiosas. Y, para mi sorpresa, Evans se sienta frente a mi, sin quitar la mirada de mis ojos.

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