—Lo lamento.— Se separa de mi, lame sus labios y despeina su cabello con su mano. Está nervioso.
—Está bien. —Intento no darle demasiada importancia para no ponerlo aun más nervioso.
—Lo siento, estás vulnerable y me he aprovechado de eso— Dice.
—Está bien.— Repito sonriendo. Estira su mano hacia mi, dudo un segundo y la cojo.
Su tacto es tibio y me encanta la sensación de nuestras manos unidas.
Me conduce en silencio entre los árboles, miro cuidadosamente donde piso con miedo a perder el equilibrio y caer.
—¿Has vuelto a ver al oscurus?— Interroga mientras seguimos caminando.
—Si. —Respondo después de un momento. —El lunes en la noche apareció en mi habitación, no creí posible pero me atacó. —Confieso. Él detiene su marcha y me mira.
—¿Te hizo daño?— Parece asustado, mas bien preocupado, me inspecciona como para corroborar que no tenga ninguna herida.
—No, pero pude sentir su mano gélida tomándome de la pierna cuando dormía.— Cuento sin soltarlo. —Sentí tanto miedo, estaba aterrada pero fue extraño me sentía... triste— Me mira apenado.
—Esas cosas se alimentan de tu miedo, se hacen fuerte con el dolor, con tus temores ¿Hace cuanto que ves esta criatura? — Me .
—Casi tres años, y no es solo uno... son dos—
—¿Dos? ¿Dos oscurus Cassy? ¿Estas segura?—
—No lo sé, Tristán dijo que había un Oscurus en mi habitación y solo he visto ahí esas cosas terroríficas.
—Voy a ignorar el hecho de que el idiota ha estado en tu habitación y dime Cómo se veian esas criaturas
—Uno... es igual a Luna, esta cubierta de sangre y mugre, se ve igual a ella la noche que todo sucedió —Hago una pausa intentado no pensar en eso —Sus ojos son aterradores y el otro es como Fancy la chica que murió en la biblioteca, también se ve horrible — Cuento
—Alguien te envío dos oscurus poderosos... se esta aprovechando de tus temores y se están haciendo fuertes Cassiell, los alimentas con tu miedo— Me explica.
—¿Alguien los envío? ¿Y como me deshago de ellos?— Pregunto.
—No lo sé, soy un Ángel muy joven aun no... no lo sé todo, pero te protegeré mientras averiguo como destruirlos. —Parece una promesa. Volvemos a caminar llegando a un sendero.
—¿Joven? ¿Joven a mi manera? ¿O joven para los seres inmortales de los cuáles provienes?. —Pregunto.
—Fui creado para ti... Me dieron vida exactamente en el mismo momento que tus padres a ti— Me confiesa. Aquello me hace emocionar no se muy bien porque pero lo siento algo verdaderamente nuestro, íntimo e increíble. —Estaba destinado a ti desde el primer momento. —No se que decir.
—No habría podido tener un mejor Ángel aunque lo haya deseado. — Él me mira y sonríe tímidamente. —¿Qué tal tu vida humana? ¿Qué haces cuando no estas conmigo?— Sonó como una toxica novia persiguiendo a su presa. Nos detenemos en nuestro pequeño puente.
—Amo ser un humano es alucinante. Mi madre humana es... adorable. —Me cuenta. —Si te preocupa que mis planes incluyan a Samanta estas equivocada. Me quedo en casa, me encanta la comida y ver películas, también me gusta oir música. Ya había visto mucho de este mundo cuando solo era luz, pero disfrutarlo yo mismo es algo... increíble. —Me cuenta. Adoraba que Cruz esté disfrutando su nuevo cuerpo, pero me dolió pensar en su primer huésped.
Me dolió Thomas. —Sigo estudiando, tengo tanto que aprender de ustedes.
—¿Qué es lo que más te ha gustado de la vida humana hasta ahora? — Pregunto curiosa.
Él lo piensa por un momento.
—Me gusta el olor del café en las mañanas, o el color del cielo cuando el sol cae pero aún no ha oscurecido, me gusta cuando la lluvia choca en mi cara, y la forma en que sonríe mi madre humana cada vez que me vé pero sobretodo lo que más me ha gustado del mundo humano es... el sabor de tus labios al besarme— Sin darme cuenta, estoy llorando.
No exageradamente pero siento un par de gotas escapando de mis ojos.
Apoyo la cabeza en su hombro mientras miramos el río correr.
》》》》
—Creí que estarías en clases hasta las tres— Dice John cuando llego, dejo el bolso en el sillón y voy con él a la cocina, le doy un beso de pasada mientras cocina el almuerzo y voy hacia el refrigerador en busca de algo que entretenga mi estómago.
—Sali antes, no me sentía bien. — No era una mentira. —¿Dónde esta July? Crei que se irían después de las ocho — Digo mientras me siento cerca de la barra y doy un mordisco a mi manzana.
Él parece ponerse tenso.
—¿Pasó algo?— Pregunto inocentemente.
—Jul y yo nos dimos un tiempo, creo que no pensamos bien las cosas al mudarnos juntos, volvió a su casa por el momento.— Me cuenta dándome la espalda.
—Lo siento, no me di cuenta que las cosas no estaban bien— Camino hacia mi padre y lo abrazo. Me sentía tan estúpida, era tan egoista que no había notado nada.
—Estoy bien, creo que fue lo mejor. Ninguno de los dos tiene el tiempo necesario para el otro, y aunque nos querramos a veces no es suficiente. — Dice.
》》》》》
—¿Estás bien?— Pregunta Cruz del otro lado de la línea.
—Si mamá — Bromeo. —Ya cené y me duché ahora voy a ver si todo esta en orden y me iré a la cama — Digo bajando las escaleras. Son pasadas las once de la noche y hace más de tres horas que John se ha ido.
—Solo quería corroborar que estés bien. —
—Estoy bien, me iré a la cama a mirar una película. — La sala estaba a oscuras asi que prendo la luz, voy hasta la estrada y reviso la alarma.
—Dime lo que verás, asi miramos la misma película. —Pide.
Todo estaba en orden, vuelvo pero cuando paso por la puerta de la cocina un movimiento llama mi atención.
Lo que alguna vez fue una chica hermosa estaba parada mirandome desde la oscuridad.
Mi corazón comenzó a martillar tan fuerte que me retumbaba en mis oidos.
Instintivamente corro escaleras arriba.
—¡Está aquí! ¡Cruz, está aqui!— Puedo oírla tras de mi. Cierro la puerta de mi habitación con seguro.
La llamada esta muerta, las luces parpadean, el televisor se prende y queda sin señal haciendo un ruido molesto.
Oigo algo muy pesado sobre nuestro piso de madera.
Me aferro a la daga china que Tristán me obsequió.
La puerta se abre lentamente
Ahogo un grito, estoy aterrada.
Me mira, sus ojos muertos me herizan el cuerpo, trago saliva asustada.
Fancy esta arrastrándose por el suelo del pasillo hasta llegar a mi habitación, disfrutando del terror que me provoca.
Se lanza sobre mi sin esperar ni un solo segundo más.
Mi espalda da contra el piso y mi cabeza se golpea fuertemenre.
Ella sostiene mi cuello, siento sus heladas manos apretandome con fuerza.
En un intento desesperado por sacarla de encima comienzo a apuñalarle su costado derecho pero no le hace absolutamente nada.
Ella es de carne y hueso, no solo un fantasma traslucido e inofensivo.
Su sangre negra se derrama sobre mi, y siento que mi cabeza esta por explotar.
El aire ya no llega a mis pulmones.
Le proporciono un golpe en la cara con mi puño pero ni siquiera se mueve.
El collar de piedra negra larga un destello rojizo y ella me suelta.
Me paro con dificultad ansiosa por aire.
Cuando quiere lanzarse nuevamente sobre mi, veo a Cruz aparecer tras ella.
Con solo un movimiento la atraviesa completamente con la espada que Tristán le había dado, El oscurus se desvanece y desaparece por completo.
Cuando Cruz llega hasta mi me doy cuenta que estoy llorando, mis manos tiemblan y parece que me va a dar un ataque en cualquier momento.
—¿Cassy te hirió? —Me pregunta mirándome preocupado. —¡Cassy estás sangrando!— busca heridas visibles.
—Es... es su sangre — Miro con asco el liquido negro sobre mi.
—Okay, ¿Estás bien?— Pregunta asiento rápidamente. —Tranquila ya paso. —Me abraza y escondo mi cabeza bajo su cuello.
Él envuelve mi cuerpo con sus enorme brazos.
—Ya pasó. Estás bien— Intenta calmarme. Después de un par de minutos me separo de él.
—Iré a bañarme — Digo mirandome.
Mis brazos, piernas y pijama estaban cubiertos de manchas negras y pegajosas. Mi estómago da vueltas.
He ensuciado a Cruz, sus brazos, remera y cuello tienen el mismo liquido asqueroso encima.
—Te prepararé la ducha, esta bien. Esperame aquí. —Ordena. Besa mi frente y sale de la habitación.
Me quedo un segundo pensando.
Miro mi reflejo en el espejo y le veía del asco.
Mi cara también tenia suciedad.
Camino hasta el baño, Cruz esta junto a la ducha probando con su mano el agua caliente.
Casi sin pensarlo me quito el pijama quedando desnuda, suspiro y me meto bajo la ducha.
Él parece sorprendido por aquello, dejo caer el agua caliente sobre mi llevándose la suciedad.
—Te- esperaré- te esperaré afuera.— Dice acomodando su voz.
Tomo su mano.
—Quédate. —Pido, tiro de él — Por favor—Lo miro a los ojos casi suplicando con la mirada.
Se separa un poco y comienza a desvestirse.
Quita sus zapatillas, luego su remera y su jean, duda un segundo más y se deshace de su boxer.
Tímidamente se mete bajo el agua caliente.
Él es enorme a mi lado, se queda tras de mi, sin moverse, tal vez con miedo a mi reacción, lentamente sus manos comienzan a acarician mis brazos,
Se acerca a mi y deposita un beso en mi nuca.
Me volteo desapareciendo todo espacio entre nosotros.
Lo abrazo mientras acaricia mi espalda desnuda sin decir una palabra, nos quedamos asi por un tiempo más, disfrutando el uno del otro.
Me separo un poco y le sonrió levementente, cansada por no poder disfrutar de ser solo una adolescente común y corriente.
—Eres aun más hermosa que el sol brillando entre las nubes del Edén — Susurra y me besa tiernamente.