Lecciones de Amor

By starmy89

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¿Puede un corazón acostumbrado a la decepción confiar en el amor? Celia esta convencida de que en la vida no... More

¡Eres un desastre Celia!
La necesidad tiene cara de...
Malos ratos, Buenas noticias
Cena de ¿celebración o liberación?
Las mentiras tienen las patas cortas
La propuesta de Celia
Detalles de mucha importancia
El juego comienza
Preparativos
Matrimonio
Una noche de perros
Buscando un significado y sentido de las cosas
Duele no tener, pero duele mucho mas perder
De vuelta a sobrevivir
Sobrevivir puede no ser tan malo, casi siempre
Una velada agradable revestida de un nostálgico final
La estupidez en ocasiones no es excusa.
Un secreto a voces
Olvidate de ti misma
Tratando de ser quien no soy
Cubriendose las espaldas
Nadie me conoce lo suficiente
Entre hombres verdaderos y falsos cobardes
Convalecencia
Una confrontacion necesaria y otra no tan necesaria
Jugando a los enfermeros
Confesiones
Adrián
Adrian y Celia
Entre el amor y el deber
Escándalo debería ser mi segundo nombre
Permitiéndome soñar
Abriendo Caminos
Un pequeño pero significativo percance
Noticia que no se espera es como una oferta cuando ya estabas dispuesto a pagar
Una sorpresa tras otra
¿Enferma o Presa? es difícil establecer la diferencia :(
Cuando una duda puede mas que mil certezas
Cuando piensas que todo va mal...
... la demencia hormonal aparece
Algo mas
El principio de nuevos comienzos
Segundas ocasiones
Vestida para ser feliz
Luna de miel
Epilogo
Aviso de Historia de Adrian

En los brazos de tu amor

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By starmy89

Que sepan que este capítulo me ha sacado cañas verdes, así que no pueden irse sin dejarme saber que les pareció,  he dicho :p. No podía dejar pasar el día sin actualizar pues se han portado muy bien, todas me ha comentado cosas hermosas, gracias por cada minuto que me dedican, besos a todas y ya no las entretengo más, disfrutenlo

- Hazlo - Celia no podía creer lo que estaba diciendo, escuchó el teléfono caer y luego las pisadas fuertes de John alejandose, unas llaves y el sonido de una puerta al cerrarse, alejó el auricular de su oido y lo miró como esperando que le diera alguna explicación, unos segundos despues cuando fue consiente de que John llegaría en cualquier momento, recogió el desastre que tenía en la cama, guardó todas las cartas y los recuerdos de su madre y corrió al baño, se dio un baño en tiempo récord y se untó crema en las piernas, tenía tanto tiempo sin preocuparse por ella misma que parecía una piltrafa humana, sacó su estuche de maquillaje y se cubrió un poco las ojeras, se puso un poco de rubor, y crema humectante para los labíos, fue por un vaso de agua y buscó con la mirada algo para cubrirse, sacó un conjunto de lencería que no había estrenado y le molestó que le quedara olgado, nunca había adelgazado tanto en su vida y ya no era agradable.

Escuchó el timbre y brincó del susto, se soltó el cabello y se colocó una bata encima, abrió la puerta y un John casi sin aliento la saludó con una sonrisa, luego, y sin dejarla contestar el saludo, la tomó entre sus brazos y la besó apasionadamente, escuchó la puerta cerrar, y sintió como la recostaba en la pared del pasillo, le tomó la cabeza con las dos manos y metió con confianza y habilidad los dedos entre su cabello, Celia suspiró aliviada, necesitaba perderse en él, John volvió a leer sus pensamientos, pues la levantó en vilo y la llevó hasta el sofá, le quitó la bata y se paró en seco.

- ¿Qué te está pasando? ¿estás enferma? - Celia cerró la bata y se lo sacó de encima.

- ¿Porque tenías que arruinarlo? - John se levantó del mueble con una expresión preocupada en su rostro.

- Contéstame Celia ¿estás enferma? ¿es eso? ¿es por eso que no quieres que estemos juntos? - Celia deseaba que fuera asi de sencíllo.

- No, no lo estóy - John suspiró aliviado.

- Entonces ¿porque estás tan delgada? - Celia se encogió en hombros.

- Estóy haciendo una nueva dieta - John se llevó las manos a la parte trasera de su cabeza.

- Por todos los cielos Celia, eso no es una dieta, eso es matarte de hambre ¿ya cenáste? - Celia evitó su mirada, John entonces se fue directo a la cocina, Celia le dio un golpe al sofá, adiós a su noche de pasión.

- ¿A eso has venido esta noche? ¿a hacerme de cenar? - John le observó pícaro.

- Sabes a que he venido, solo que comeremos primero - Celia se sentó en la pequeña mesita de la cocina tan diferente a la de él, pero en la que parecía sentirse de lo mas cómodo - con suerte tienes un poco de pollo, haré unas milanesas y una ensalada ¿puedes preparar algo de tomar? me vendría bien un poco de ayuda, así terminaremos más rápido, Celia se levantó pero no fue hacía la nevera por las frutas, sino que lo abrazó por la cintura y él se volteó hacía ella.

- Creo que hay limones, ¿te gustaría una limonada? - John asintió tomando sus manos y besándolas, las retuvo un tiempo allí en contacto con sus labíos, Celia estaba tan agradecida de que él estuviese allí, era tanto lo que podía tener con él, lo sabía, cada vez que estaban juntos vislumbraba una idea de lo que sería su vida con él, y le encantaba la idea, la imagen de su madre vino a su mente y ella asintió ante ella, tomaria esta noche como una oportunidad de comenzar de nuevo, si que lo haría.

- Me encantaría permanecer así un buen rato pero me temo que tenemos que comer antes de que las cosas se salgan de control - Celia sonrió, porque la realidad era que cuando estaban juntos todo lo que los rodeaba dejaba de existir, amaba tanto a ese hombre.

- Ok, va saliendo una limonada - anunció con voz gruesa y puso manos a la obra.

Treinta minutos despues, estaban sentados en la mesa comiendo mientras John le comentaba algunas novedades de la empresa.

- ¿Ronald como esta? - John le miró achicando los ojos, luego intentó esconder una sonrisita.

- Creo que ha mencionado en un par de ocasiones que le gustaría que te pasaras mas seguido por la empresa - Celia suspiró, afortunadamente su traversura no había sido descubierta - supo desde un principio que yo no te habia mandado a pedirle nada - Celia se atragantó con la comida, John fue hasta ella y le dio palmaditas en la espalda hasta que estuvo mas calmada.

- Necesitaba saber que tan enbarrado estaba tu padre - comentó apenada.

- Algo asi imaginó él, claro que es un poco dado al drama, así que le puso un poco de color, tienes que escuchar su versión de los hechos algun día, no me lo conto a mí, pero lo pille hablando con Alvarez, quién por cierto me ha preguntado mucho por ti, su esposa quiere verte - Celia sonrió al recordarla.

- Son buenas personas - John asintió.

- ¿Terminaste con eso? - Celia lo miró - No, yo solo digo, solo te falta hacerle la vuelta al mundo con el pan - Celia le sacó la lengua.

- Estaba delicioso - John inclinó un poco la cabeza.

- Barriguita llena - se llevó las manos a sus perfectos abdominales - corazón contento - le guiñó un ojo.

Celia se levantó de su asiento y caminó hasta donde estaba él, le hizo señas con la mano para que se arrimara un poco hacía atras cosa que John hizo sin demora, luego se sentó a horcadas sobre él.

- Una chica directa, justo lo que necesito - Celia acarició su cabello, desde su sitio podía verlo con toda claridad, el perfil de su nariz, sus ojos; ahora mismo parecian examinarla a ella tal cual ella estaba haciendo con él y sus labios, eran tan apetecibles, llevó sus dedos hasta allí y le acarició, John intentó morderla.

- Nada de juegos señorito, hoy vas a pagar todas las veces que me dejaste tirada - John iba a comentar algo pero ella lo silenció poniendo un dedo en sus labios - Cierra los ojos.

- Celia pérdon por llevarte la contraría pero no creo que pueda comportarme dócil esta vez, puedo prometerte que en algun momento de la noche podriamos intentarlo, pero ahora mismo necesito tocarte, sentirte - Celia le sonrió.

- Te dije que me las pagarías - se puso de pie en un salto y corrió a la sala, John no perdio tiempo y salió tras ella.

- Podemos negociarlo - le gritó mientras la seguía, Celia se protegió con el sofa mientras negaba - Ok entonces ¿cuales seran las reglas? - Celia se quitó la bata y la dejo caer al piso, la mirada de John paso de divertida a intensa - estoy perdido aqui cariño - Celia corrió a su habitación y puso seguro - oh vamos Celia - escuchó que John decía contra la puerta.

- Hay una llave - comentó mientras se veía al espejo y comenzaba a preparar el ambiente.

- ¿Donde? - sonaba desesperado.

- No lo recuerdo - comentó riendo.

- Creo que es mas rapido si derribo la puerta - Celia dejó de reir.

- En la cocina, en una de las gabetas - Escuchó los pasos apresurados de John alejandose hacia la cocina.

Dos minutos despues abría la puerta mientras Celia lo observaba desde la cama.

- Uff debí ser un niño muy bueno para merecer esto - Celia se puso de rodillas en la cama mientras el se acercaba.

Observó con deleite como este se retiraba su franela y se llevaba sus manos a los jeans desabrochando sólo el primer botón, se sacaba sus zapatos y ya estando a su alcance tomaba una de sus manos y comenzaba a recorrer su piel con sus labíos dejando una regera de besos, Celia se dejó hacer, John tenía razón conocía su cuerpo de una manera tan íntima que sabía exactamente lo que ella quería y dónde.

- Eres tan hermosa, te amo Mi Princesa - lo dijo con enfasis - solo mia - en la mente de Celia se activó algo, algo que la desconectó del momento, las imágenes del viejo baboso pasando las manos por su cuerpo la hicieron retroceder.

- No puedo hacerlo John - John la miraba confuso - tienes que saber todo y luego si despues quieres irte lo entendere - John la tomó entre sus brazos y la metio a la cama con él, la cargo cual si fuera una pequeña niña y luego le aseguró.

- Nada de lo que me digas me hara cambiar de opinión sobre ti, no necesito saberlo, no te sientas precionada - Celia negó con la cabeza - si te hace sentir mejor contármelo, pues venga, estoy aquí para ti nena - Celia sonrió ante el recuerdo de Anthony llamando asi a Sara, tomo una respiración profunda y empezó.

- Supongo que para que puedas entender toda la historia tengo que empezar por el principio - John besó su cabello animándola - Mis abuelos eran gente de mucho dinero, murieron en un accidente con mi padre cuando yo tenia 3 años, los padres de mi mama nunca los conocí así que asumo que tambien murieron cuando yo estaba pequeña o antes de que yo naciera - se encogió en hombros - mi madre era diseñadora de interiores y dejó las finanzas en manos de un tipo que era el contable de la familia, siendo tan joven como era para ese entonces mi madre acababa de tener a mi hermano y le costó mucho sobreponerse al dolor de perder a su esposo, pero luego de un tiempo, o por lo menos así lo recuerdo, ella comenzo a comportarse diferente, salíamos, paseabamos todos los días, jugabamos a las muñecas y yo jugaba a que ella y Adrián eran mis hijos, si mi hermano se llama Adrián - le aclaró - luego, de la nada, ella empezó a sentirse indispuesta y este hombre - John paro de acariciar su cabeza - el contable, empezó a aparecer por la casa, mama pasaba mucho tiempo en cama y este hombre insistia en que yo necesitaba salir para dstraerme y me llevaba de paseo y esas cosas, al principio me obligaba a sentarme en sus piernas e intentaba tocarme y yo comencé a morderlo y pegarle, un día casi le arrancó un tajo y finalmente, o por lo menos por un tiempo, me dejó en paz, mi madre murió y él se mudó a la casa, el servicio nos cuidaba, pero a veces, sobre todo de noche, él se metía en mi habitación, nunca pudo hacerme nada, una señora que trabajaba en la casa entraba tras él y lo obligaba a salir, y así estuvo, yo casi no podía dormir, nunca pude llorar a mi madre porque esa era su excusa para ir a mi habitación, decía que iba a consolarme - John la apretó con fuerza contra él - un día empecé a dormir con Adrián para cuidarlo, no quería que ese hombre le hiciera nada, el caso es que como pude me mantuve alejada de él hasta que cumplí nueve, ese día él insistió en llevarnos a pasear a mi hermano y a mi, Adrián estaba tan ilusionado que acepte ir para acompañarlo no podía dejarlo solo con ese tipo, nos llevó a comer helados y luego a un parque, yo comencé a relajarme, había pasado tanto tiempo desde que habíamos salido a jugar que Adrián estaba tan contento, al llegar a la casa el hombre insistió en que fuera con él al despacho y yo le seguí recelosa, al entrar se lanzó contra mí - Celia se estremeció, esos recuerdos estaban tan frescos en su memoria - me dijo cosas ofensivas, yo era una pequeña, apenas si sabía algo de mi cuerpo y una de esas cosas era que no quería tener sus manos encima, empezó a preguntarme sobre mis partes, como lucían y esas cosas, mientras intentaba sacarme la blusa. Comencé a gritar muy fuerte, tanto que dos empleados llegaron y comenzaron a forzar la puerta, pero él estaba fuera de sí, cuándo finalmente abrieron, él me había quitado la franela y estaba intentando bajarme los pantalones, el más viejo de los empleados le asentó un golpe, ese día los despidió a todos, no me quedaba en casa nadie que pudiera protegerme, así que esa noche le dije a Adrián que iríamos a un parque y nos fugados, estaba asustada, había preparado una mochila con ropa para ambos y algunas cosas que encontré en la cocina, esa noche dormimos en la calle después de caminar mucho, Adrián se quejaba así que tuvimos que descansar, nunca volvimos a saber de ese hombre y a pesar de que muchas noches nos acostábamos sin nada en la barriga, yo prefería eso a estar cerca de ese hombre, Adrián nunca entendió porque no podíamos regresar a casa y yo nunca le conté nada a nadie, eres el primero que lo sabe - John le agradeció con un murmullo - la actitud de Adrián con el tiempo se volvió cada vez más hostil, tuve que aprender a defenderme pues el intentó golpearme varias veces, hasta que hui de él también - John suspiró, Celia imaginó que el daría por hecho que ya había terminado pero aún le quedaba algo que decir - en el primer año de la universidad conocí a un chico, le faltaba un año para terminar la carrera de derecho y era un galán, el chico comenzó a coquetear conmigo y yo me sentí halagada, me creí todos sus burdos avances y le entregué mi virtud, y mientras yo soñaba con velos y coronas, él estaba revolcándose con todas las chicas nuevas de su facultad, cuando me enteré me dolió mucho, así que me prometí no volver a dejar que nadie pudiera herirme, Sara no ayudaba, ella siempre estaba con sus discursos de moral y también estaba Matías, no lo conoces pero es un gran amigo, hace un año me enteré de que ese chico se casó y yo llore como una tonta ¿sabes? todo lo que podía pensar era que yo era la del problema, no podía retener a nadie a mi lado, no era digna de amor, no tengo nada en mí que pueda ser lo suficientemente bueno para retener a nadie. Y esa soy yo, ni más ni menos, bueno quizás pueda agregar que hay algunas tiendas donde aún conservan la foto de una niña de cabello sucio que entraba a robar comida - Celia esperó, pero John no emitía sonido estaba tan tenso, Celia sabía que en cualquier momento se iría y quiso facilitarle las cosas - Si quieres irte lo entenderé, o si prefieres que tengamos intimidad primero por mi está bien, sé que viniste a eso y... - de repente se sintió tan tímida, tan necesitada de palabras de cariño, de amor, de promesas.

- No voy a ir a ninguna parte Celia, escúchame - la ayudó a enfrentarlo - tuviste una infancia que apesta - Celia quería agregar que no todo el tiempo fue así, que el tiempo con su madre eran recuerdos bonitos, pero prefería esperar a ver que tenía para decirle, ya podía imaginarlo; eres muy valiosa, eres un ejemplo a seguir y luego ya no volvería a verlo, algo así como: no eres tú, soy yo - ¿recuerdas el nombre de ese tipo? - Celia si lo sabía pero ni muerta se lo diría, es más deseaba con toda su alma que estuviese muerto.

- No - John le miró dudoso.

- Ok, ¿la dirección de esa casa? - Celia negó.

- No quiero saber nada de todo eso.

- Celia ese hombre tiene que pagar por lo que hizo.

- John - respiró profundo antes de continuar - he pasado toda mi vida tratando de dejar todo eso atras y una y otra vez la vida se encarga de recordarme que esa sombra siempre estará sobre mi, estoy cansada, cansada de tener que revivir una y otra vez todo esto, te lo estoy contando, no para que te conviertas en mi salvador, sino para que entiendas que eso soy yo, una mujer que nunca a podido, ni podrá, dejar de vivir las consecuencias de... - se paró al no encontrar como definir porque le habia tocado esa vida.
- ¿De que Celia? - la hizo sentarse derecha frente a él, Celia lo miró exasperado - ¿de haber nacido en una familia que por circunstancias ajenas a ti no pudo cuidar de ti, que desde muy pequeña te tocó cuidar de todo el mundo, que nadie te enseñó lo que vales, sino que por el contrario todo el que se ha acercado acercado ti a tomado lo que quería y te ha dejado a tu suerte? - Celia quiso agregar que todos tenian su consentimiento para hacerlo, menos el viejo baboso, claro está, pero por la expresión de John prefirió callar - Pues eso no es lo que eres, el hecho de que hallas salido adelante y que hallas enfrentado la vida de la forma en la que lo hiciste, grita lo que eres, siempre has sido una luchadora, y allí está el problema, solo le das la oportunidad a aquello sobre lo que tienes control y nunca podrás controlar lo que somos, no puedes controlarme, así como yo tampoco puedo hacerlo contigo, pero de eso se trata, de crecer juntos en esto, para mi también es nuevo toda esta necesidad que siento por ti, pero no por eso no le voy a dar la oportunidad, se que podemos hacer esto, y más importante aún se que puedes hacerlo, solo tienes que dejarme quedarme aquí - toco su pecho, donde su corazón latía con fuerza - déjame instalarme en tu mente, dejame ser quien te cuide, para mi eres lo más bello e importante en mi mundo, deja que sea yo quien te enseñe que puedes dar todo lo que tienes porque yo lo voy a cuidar, porque vamos a cuidar el uno del otro y porque no importa lo que pase, nunca te pediré que seas alguien que no quieres ser - Celia comenzó a llorar, de forma incontrolable, como nunca lo había hecho, John en un principio la consoló pero luego de unos minutos y ver que su llanto no menguaba se empezó a preocupar, Celia lo supo porque sus manos no paraban de sobarla, no tenía como explicarle lo que sentía, estaba librando una lucha en su interior, eran las palabras de John y las palabras escritas en las cartas de su madre contra toda una vida de golpes y traspiés, como si fuera una película, recordó el frio que sentía las noches que no encontraban un lugar donde dormir o los corrían de las instalaciones del metro, la sensación de irse a dormir con el estómago rugiendo de hambre y el llanto de su hermano, lloro también por el y por como lo había abandonado, dejándolo a su suerte, y la luz vino a ella como un reflejo, fue algo muy pequeño pero lo agarró con los dientes, allí radicaba su peor temor, cuando todo se complicaba demasiado ella huía, lo había hecho con su hermano, con el viejo baboso, y también con John, había visto como le destruía, y la pregunta era ¿podía intentar nuevamente ser feliz a su lado? ¿O saldría corriendo a las primeras de cambio?

Poco a poco la intensidad de su llanto fue disminuyendo, se incorporó, tomó la cara de John entre sus manos y comenzó a besarlo, lo tomó por sorpresa, Celia podía imaginarse que estaría pensando; que ella probablemente había perdido la razón, pero Celia insistió hasta que John finalmente reaccionó.

- ¿Estás segura? - Celia asintió sollozando - Entonces déjame curarte, dejame llenar todos esos vacíos y sustituir esos malos recuerdos, aquí y ahora solo somos dos almas aprendiendo y sanando a través del amor.

Celia se dejo amar, no intentó ser seductora o hacer lo que se esperaba de ella, dejó que John guiará su cuerpo y así este lo hizo, le hizo sentir amada y respetada, trato su cuerpo con reverencia, rodeando cada caricia con palabras de amor, aun cuando su cuerpo se rindió ante el y viajo a las altas esferas de placer, como nunca había sentido, lo que prevaleció fue que estaba entregándose a la persona correcta y por las razones correctas.

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