Detalles de mucha importancia

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Celia observo la reacción de John mientras este se rascaba la parte de atrás de su cuello y la miraba confundido.

- Necesito que me explique mejor, no entiendo, si solo estaremos casados dos o tres meses ¿que quieres decir con eso de real? - Celia se encogió en hombros, nunca había experimentado algo como lo que se proponían hacer, y quería sentir algo diferente, sentirse diferente por unos meses.

- Si vamos a estar casados y tendremos que convivir, lo mas sano para ambos es que hagamos que sea una experiencia que nos deje algo, no creo que pudiera casarme en circunstancias normales, así que me gustaría que, mientras dure, sea algo que nos quede como un bonito recuerdo, a menos que tu no lo quieras, claro - Celia sintió como el temor le cerraba la garganta, no quería admitirlo pero había apostado mucho con su ultima condición, pero era mucho pedir, imaginar que podría ser feliz una vez, John no podía lastimarla mas de lo que ya estaba y sabia que nunca podría olvidarlo, bien podría sacarle partido a esa situación y obtener como saldo unos días distintos.

- No estoy muy seguro de si es buena idea o no, pero te necesito para esto y si esa es tu condición lo haremos a tu manera - Celia se sintió decepcionada, en su mente había imaginado que John se mostraría un poco mas ilusionado con la idea ¿y si como había dicho en su apartamento era cierto y ya la había olvidado? era totalmente creíble, ya lo había vivido.

- Entonces ¿como piensas hacerlo? - John miró hacia el frente con esa expresión decidida que Celia estaba empezando a conocer, del chico que no pensaba sino en divertirse solo quedaban vestigios y a pesar de que le agradaba la idea de verlo madurar, extrañaba su sonrisa pura sin malicia o segundas intenciones.

- Como queremos que todo sea secreto tendré que ocuparme yo mismo de los detalles, comenzare el lunes y te daré aviso - tomó su celular y escribió algo en el, Celia observó el paisaje por la ventanilla - ¿tienes que volver a casa o quieres ir a comer algo? - el tono de su voz era indiferente, distante y Celia no quería ser una obligación, cuando le había pedido que tuvieran un matrimonio de verdad no había considerado la posibilidad de que se convertiría en algo así para el.

- Solo llévame a mi apartamento - evitó su mirada pues no quería que el notara cuanto le afectaba sentirse con el como se había sentido con todo aquel que la rodeaba, una carga.

- Esta bien - Encendió el auto y arrancó.

Después de unos veinte minutos y un silencio de lo mas incomodo, Celia bajo de auto de John y fue directo hasta su puerta, solo había recibido de su despedida un escueto adiós y estaba pensando en readaptar sus expectativas si su experiencia de matrimonio iba a ser así de frío.

Al llegar a su apartamento, busco en la nevera y se tomo un vaso de jugo de naranja, fue hasta la alacena y tomó el ultimo paquete de galletas que le quedaba, era un alivio no tener que pagar el préstamo, su estomago se lo agradecería, no se sentía del todo cómoda con la situación, pero de tantas cosas malas que le pasaban desaprovechar una buena era un crimen, no tenia nada importante que hacer, así que tomando su celular se fue a su cuarto a descansar, estaba temprano aun pero tenia muchas horas de sueño atrasada.

El lunes por la mañana a la entrada de la oficina Sara, como era su costumbre desde que había empezado a trabajar en su mismo piso, la esperaba con su secretaria Anahi para desayunar, siempre llegaba 10 minutos antes pues sabia que siempre la esperaban y no quería robar tiempo de su trabajo.

- ¿Que tal el fin de semana? - Sara saboreaba el sándwich que Anahi había preparado como si no hubiese cenado el día anterior.

- Lo normal, domingo de lavar y planchar - Sara hizo un mohín.

Lecciones de AmorWhere stories live. Discover now