En los brazos de tu amor

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Que sepan que este capítulo me ha sacado cañas verdes, así que no pueden irse sin dejarme saber que les pareció,  he dicho :p. No podía dejar pasar el día sin actualizar pues se han portado muy bien, todas me ha comentado cosas hermosas, gracias por cada minuto que me dedican, besos a todas y ya no las entretengo más, disfrutenlo

- Hazlo - Celia no podía creer lo que estaba diciendo, escuchó el teléfono caer y luego las pisadas fuertes de John alejandose, unas llaves y el sonido de una puerta al cerrarse, alejó el auricular de su oido y lo miró como esperando que le diera alguna explicación, unos segundos despues cuando fue consiente de que John llegaría en cualquier momento, recogió el desastre que tenía en la cama, guardó todas las cartas y los recuerdos de su madre y corrió al baño, se dio un baño en tiempo récord y se untó crema en las piernas, tenía tanto tiempo sin preocuparse por ella misma que parecía una piltrafa humana, sacó su estuche de maquillaje y se cubrió un poco las ojeras, se puso un poco de rubor, y crema humectante para los labíos, fue por un vaso de agua y buscó con la mirada algo para cubrirse, sacó un conjunto de lencería que no había estrenado y le molestó que le quedara olgado, nunca había adelgazado tanto en su vida y ya no era agradable.

Escuchó el timbre y brincó del susto, se soltó el cabello y se colocó una bata encima, abrió la puerta y un John casi sin aliento la saludó con una sonrisa, luego, y sin dejarla contestar el saludo, la tomó entre sus brazos y la besó apasionadamente, escuchó la puerta cerrar, y sintió como la recostaba en la pared del pasillo, le tomó la cabeza con las dos manos y metió con confianza y habilidad los dedos entre su cabello, Celia suspiró aliviada, necesitaba perderse en él, John volvió a leer sus pensamientos, pues la levantó en vilo y la llevó hasta el sofá, le quitó la bata y se paró en seco.

- ¿Qué te está pasando? ¿estás enferma? - Celia cerró la bata y se lo sacó de encima.

- ¿Porque tenías que arruinarlo? - John se levantó del mueble con una expresión preocupada en su rostro.

- Contéstame Celia ¿estás enferma? ¿es eso? ¿es por eso que no quieres que estemos juntos? - Celia deseaba que fuera asi de sencíllo.

- No, no lo estóy - John suspiró aliviado.

- Entonces ¿porque estás tan delgada? - Celia se encogió en hombros.

- Estóy haciendo una nueva dieta - John se llevó las manos a la parte trasera de su cabeza.

- Por todos los cielos Celia, eso no es una dieta, eso es matarte de hambre ¿ya cenáste? - Celia evitó su mirada, John entonces se fue directo a la cocina, Celia le dio un golpe al sofá, adiós a su noche de pasión.

- ¿A eso has venido esta noche? ¿a hacerme de cenar? - John le observó pícaro.

- Sabes a que he venido, solo que comeremos primero - Celia se sentó en la pequeña mesita de la cocina tan diferente a la de él, pero en la que parecía sentirse de lo mas cómodo - con suerte tienes un poco de pollo, haré unas milanesas y una ensalada ¿puedes preparar algo de tomar? me vendría bien un poco de ayuda, así terminaremos más rápido, Celia se levantó pero no fue hacía la nevera por las frutas, sino que lo abrazó por la cintura y él se volteó hacía ella.

- Creo que hay limones, ¿te gustaría una limonada? - John asintió tomando sus manos y besándolas, las retuvo un tiempo allí en contacto con sus labíos, Celia estaba tan agradecida de que él estuviese allí, era tanto lo que podía tener con él, lo sabía, cada vez que estaban juntos vislumbraba una idea de lo que sería su vida con él, y le encantaba la idea, la imagen de su madre vino a su mente y ella asintió ante ella, tomaria esta noche como una oportunidad de comenzar de nuevo, si que lo haría.

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