Bueno, bueno aquí vamos, no llegamos a 30, pero llegamos a 20 ji ji, me encanta, además estoy muy feliz pues hoy tuvimos un maratón de cine con mi esposo e hijos (vi the Hunger games) así que les subiere el maratón :) si les gusta lo suficiente no olviden votar, a lo mejor les preparo otro maratón para el fin de semana, todo depende de lo inspirada que este y eso esta directamente proporcionado a sus votos y comentarios ;)
MARATON 1/3
Levantó la cabeza de la almohada y busco a tientas el edredón, no podía acostumbrarse al aire acondicionado aunque quisiera, cuando John estaba en la cama con ella era una cosa distinta, ese hombre era una estufa andante, pero sola, moría del frio.
Estiro las manos en un ángulo que creyó que era imposible, pero agradeció cuando finalmente lo alcanzó, intento volver a conciliar el sueño pero por mucho que intentó acomodarse, esa cama no era la misma sin John, tenía que convencerlo de alguna manera de que compartieran la cama, pues si el seguía insistiendo en dormir separados, ella insistiría entonces en volver a su apartamento.
Busco con la vista su próximo objetivo, es decir, el control del aire acondicionado y lo encontró encima de la mesita de noche, lo apago y espero unos minutos para que el frio pasara un poco y cuando finalmente se quitó la sabana de encima, corrió al baño, sabía que allí posiblemente todo estaría igual de frio, pero con solo abrir la ducha de agua caliente el frio pasaría rápido, se aseo un poco meditando en lo que haría esa mañana, era sábado y había planificado pasar ese día con John en la cabaña de Anthony, pero John había cambiando sus planes, pensó que sería bueno ir hasta su casa por algunas de sus cosas y después lo reconsidero, debía librar la batalla de la cama primero para después buscar sus cosas, con ese John mandón tenía que moverse con cuidado.
Salió del baño y vio una nota en la cómoda, fue hasta ella y la leyó:
Paso por ti al mediodía, ponte ropa cómoda
Celia sintió como una absurda alegría se apoderaba de ella, saldrían juntos, eso era un gran progreso, se preguntó a donde irían, le había advertido que se pusiera ropa cómoda, lo único que tenía cómodo era un jeans, lo saco de su bolso y miro el reloj, le daba tiempo de desayunar, por eso de que seguro le preguntaría, y tomaría su vitamina, no quería que nada le arruinara la tarde.
Salió de la habitación y corrió a la cocina, saco un bol para tomar un poco de serial y la cara de John con el ceño fruncido le hizo reconsiderar su elección, dejo el bol en su puesto y se fue a la nevera, saco algunas frutas y se hizo una ensalada, tostó un poco de pan e hizo el fulano batido de leche y berro, le agregó un poco de fresa para mejorar su sabor.
Sonrió contenta con el resultado, si tuviera una cámara le tomaría una foto como prueba de lo bien que se estaba portando, fue a la gaveta que John le había indicado y tomo una de sus vitaminas.
Después de disfrutar del rico desayuno, se fue nuevamente a la habitación a arreglarse un poco, volvió a mojar un poco su cabello y lo arregló con ondas naturales, se enfundó sus janes y tuvo que recurrir a una franela de John, le hizo un nudo en la espalda y se maquillo un poco los ojos y los labios.
Observó su reloj y faltaba unos 20 minutos para el mediodía, se preguntó si John seguiría tan puntual como antes, se fue hasta la sala y se sentó frente al multimueble para entretenerse un poco viendo televisión, un programa de investigación llamo su atención y cuando noto ya había pasado más de 30 minutos de la hora en la que supuestamente John pasaría por ella, se encogió en hombros y siguió buscando algo con lo que entretenerse.
Pasaron 2 horas y Celia no estaba molesta, ya había pasado esa etapa unos minutos atrás, estaba decepcionada, definitivamente el John que ella conocía, de quien se había enamorado, no haría algo como eso, había verificado su teléfono celular y el teléfono de la casa y ambos tenían cobertura y tono, y el no solo la dejo plantada si no que ni siquiera se había dignado a llamar, se sintió tonta y utilizada, más de lo que se había sentido en su vida.
Se levantó al sentir que su vista se nublaba, no iba a llorar otra vez, ni por John, ni por nadie, si el pretendía que ella se quedaría sentada esperándolo hasta que él se dignara a aparecer, no la conocía tan bien como pensaba, busco su bolso y tomo las llaves que él le había dejado sobre la mesa, justo cuando estaba por salir por la puerta, su vena buena le aconsejo dejarle una nota, pero descarto la idea, solo daría un paseo y regresaría cuando se sintiera segura de seguir aguantando todo ese absurdo matrimonio sin quebrarse en el proceso.
Salió del edificio y le dio la bienvenida al sol en su cara, camino unas cuantas cuadras en dirección a un parque que, sabía, estaba cerca y fue hasta un cajero, saco un poco de dinero y se compró un helado, se sentó en un banco y comenzó a ver a las personas pasar, era agradable hacer eso,, le gustaba, en cierta forma la hacía sentir normal, veía a todas esas personas e intentaba descifrar que estarían pasando, algunos parecían felices, más que todo aquellos que iban en familia o parejas, otros parecían meditabundos e incluso uno que otro preocupado.
Ella debía parecer como los últimos ¿porque John se empeñaba en hacerle daño? ¿Porque se esforzaba en mantener las distancias y luego la consolaba en la distancia sin involucrase demasiado? ¿Qué sería de la vida de ese joven despreocupado y agradable que había conocido?
Si bien le había tocado pasar por cosas muy difíciles con su familia y trabajo, no entendía como ahora parecía tan diferente, si no fuera por esos momentos en los que había un pequeño destello de lo que solía ser, Celia apostaría que un extraterrestre estaba usando su cuerpo como en las películas de cine, sonrió al pensar que debía ser unos extraterrestres especialistas en seducir pues el episodio de la noche anterior no tenía precedentes, no conocidos por ella.
Escuchó su teléfono sonar más lo ignoro, estaba tratando de hallar su propósito, necesitaba encontrarse con lo que la protegería del dolor el tiempo que estuviesen en esa farsa de matrimonio.
Una joven jugaba con su hija en la hierba mientras Celia intentaba no mirarlas con demasiada evidencia, le encantaba la imagen; le recordaba al único momento de su vida en la que fue realmente feliz, en la que nada de la maldad del mundo podía tocarla, cerro sus ojos e intento atraer la imagen de su madre, ya casi no podía recordarla, sintió las lágrimas intentar salir cuando recordó como había perdido la única foto que conservaba de ella.
Abrió los ojos y la joven había desaparecido, suspiró y revisó su teléfono, era Sara quien la había llamado, decidió devolverle la llamada.
- ¿Celia? - contesto Sara, se escuchaban voces y risas al fondo.
- ¿Quién te llamaría desde mi celular si no yo? - podía imaginarse a su amiga rodar sus ojos.
- Necia - le regaño, Celia solo sonrió - ¿qué haces?
- Estoy en un parque dando de comer helado a las palomas - escucho la risa de Sara al otro lado de la línea.
- Me alegra que estés de buen humor - nada más alejado de la realidad, pensó Celia - ¿qué tal si te vienes a mi casa?
- No lo sé, no quiero hacer de mal tercio.
- No, para nada, no estamos solos - Celia lo pensó unos segundos y acepto resignada.
- Ok, estaré allí en unos minutos.
- Puedo ir por ti - Le ofreció Sara.
- Estoy cerca - colgó antes de tener que explicarle más y se encamino al piso de su amiga, que estaba solo a dos calles de allí.
Escuchó un poco de música en el pasillo y frunció el ceño, eso no era normal allí, cuando finalmente llego a la puerta del piso de Anthony comprobó que la música provenía de allí. Toco la puerta indecisa.
Sara abrió la puerta ataviada con un vestido un poco más corto de lo que sabía se sentía cómoda de usar, la miro interrogante y ella solo le hizo un puchero, ese gesto lo había aprendido de Abi, le hizo seas para que pasara y le ofreció un poco de vino, Celia negó con la cabeza y avanzo pero se detuvo al vislumbrar la escena que tenía frente a ella.
Allí, en la sala de estar de su mejor amiga, estaba esa chica rubia tomada de la mano con John quien reía como si nada, dio media vuelta.
- ¡Celia! - se estremeció al escuchar su nombre de la voz de Anthony.
Se suspiró y practico su sonrisa más genuina.
- Anthony - se acercó a él y lo saludo con un beso en la mejilla para su sorpresa el esposo de su amiga el abrazo con fuerza.
- ¿Quieres algo de tomar? - Celia negó con la cabeza sonriendo, si no fuera por la destrozada que se sentía por dentro la actitud de Anthony le parecería cómica.
- Agua está bien - Sara le guiño un ojo y se fue a la cocina ella hizo amago de seguirla pero Anthony la mantuvo a su lado.
- Pensé que estarías en la cabaña para esta hora - Celia se encogió en hombros, agradeciendo que le hubiese preguntado solo a ella y que nadie más hubiese escuchado.
- Surgieron algunos inconvenientes - Anthony miro a su hermano de reojo y luego a ella.
- Ya veo - Celia abrió los ojos imposibilitada de disimular, Anthony sabía algo, se preguntó cuánto y cómo.
- ¿Que tanto sabes? - El mayor de los Arocha le miro sincero.
- Lo necesario - Celia no pudo evitar preguntar.
- ¿John te lo dijo? - Anthony negó de forma casi imperceptible.
- No, me entere por casualidad hace unos días de lo que planeaba, pero no sabía con quién, tú me ayudaste a sacar las conclusiones acertadas, mi hermano no se casaría con más nadie - Celia cerro los ojos con una sonrisa irónica.
- No sé porque eso no me parece un cumplido - Anthony la miro preocupado, afortunadamente Sara apareció en ese momento con su agua, tomo un trago mientras evitaba mirar hacia el sofá donde John y esa chica estaban.
- Te ves un poco mejor ¿fuiste al médico? - Celia asintió dejando a un lado el vaso de agua era extraño estar sentada al lado de Anthony y Sara en frente.
- Si, me ha mandado unas vitaminas y ya me siento mucho mejor - sintió la mirada de John.
- Eso es una muy buena noticia - su amiga le sonreía sincera, Celia quería levantarse y darle el puesto al lado de su esposo pero de alguna manera sentía que la forma en la que la rodeaban la estaba protegiendo de no desmoronarse - ¿esa franela es nueva? - Anthony se fijó también en su vestimenta.
- Si - contesto sin más - ¿puedo usar el baño?
- Claro - contesto Anthony interrumpiendo a su esposa, tendría que contarle a Sara, si no todo se volvería un auténtico lio, no quería que su amiga se enterara de los motivos, ese era el problema ¿cómo explicarle a Sara que se había casado con John y este estaba ahora allí con otra mujer?
Se levantó y se fue directo al baño que estaba más alejado de la sala, necesitaba aire y espacio.
Entro al baño y se miró al espejo, eres un imán para la decepción ¿no? le comento a su reflejo, respiro un par de ves y luego se lavó las manos tomo una toalla y se secó con rapidez, salió del baño y fue acorralada por John.
- No es lo que piensas - le comentó en voz baja, Celia no tenía fuerzas para tener esa conversación ni ninguna otra con él.
- No estoy pensando nada - metió la mano dentro del bolso y busco lo que necesitaba - toma - John tomo su mano y la cerro con las llaves adentro.
- Te dije que era tu juego de llaves - Celia suspiro cansada.
- No pienso volver allí - la expresión de John se helo.
- Si lo harás - Celia le miro igual de indiferente.
- No te permitiré pisotearme, te hice daño, lo sé, pero nunca fue a propósito, si crees que merezco todo lo que estás haciendo, no eres ni la sombra de quien creí que eras, no voy a volver a tu piso, ya tienes el papel que necesitas, puedo ir a una reunión o cualquier otro lado para que me vean contigo pero no quiero estar cerca de ti, no quiero vivir contigo - John cerro los ojos y la encerró extendiendo sus brazos a los lados de sus hombros.
- Déjame explicarte - Celia lo miro con dureza, estaba cansada de él, de la vida y de que siempre la agarraran con la guardia baja.
- No tienes que explicarme nada, no hay nada entre nosotros más que un papel que te ayudara a salir de apuros.
John la miro a los ojos por varios segundos y le costó toda la precaria fortaleza que le quedaba para no quebrarse frente a él, luego dejo caer las manos a su costado y le permitió seguir.
- Una última cosa John, conseguí el dinero que necesitaba, el martes estará en tu cuenta - John la miro furibundo.
- ¿Cómo la conseguiste? - Celia evito llevarse las manos a la cara y dejarse caer en el suelo a llorar, en su lugar levantó la barbilla y le miro desafiante.
- No es tu problema.
- Claro que lo es - el agarro por el brazo, Celia le miro suplicando a los cielos que le hiciera daño para ver si con eso dejaba de amarlo tanto.
- No, Avísame cuando podamos firmar el divorcio - espero paciente a que se saliera de control, pero volvió a su expresión neutra y le soltó el brazo asintiendo, ella miró despectiva el lugar donde la había agarrado y luego dejo el pasillo, pensaba llegar hasta Sara y decirle que debía irse a su casa pero esta la sorprendió a medio camino y la empujo hacia la habitación principal
- ¿Que... - iba a preguntar pero Sara la miro compasiva y eso la desarmo sus hombros cayeron y cerro sus ojos.
- ¿Que fue todo eso?
- lo de siempre, John y yo y nuestros asuntos inconclusos - Sara la miro con el ceño fruncido.
- Pero si ha venido con esta chica... - cerró los ojos buscando en su memoria el nombre pero no lo hallo y siguió - esa, pensé que ya lo peor había pasado.
- Creo que esta vez ha entendido el mensaje - Sara la miro como si estuviese leyendo en ella, eso no le gustaba pues era tan buena como su madre en eso.
- ¿Y tú? - le preguntó, Celia levantó los hombros y se quitó el cabello del rostro.
- Yo ya lo he superado - Sara hizo una mueca.
- Quisiera creerte pero no voy a insistir, sé que la estás pasando mal, pero voy a esperar que estés lista para confiar en mí, te quiero, siempre voy a apoyarte, no importa lo que pase - Celia asintió agradecida deseando creerle.
- Vamos afuera, Anthony debe estar extrañándote - Sara sonrió cómplice.
- Esa chica no le cae para nada bien, lo he dejado solo con ella, debe amarme un poco menos por eso - se encogió en hombros consiente de que lo que decía era una terrible mentira, se sintió feliz por su amiga y su felicidad.
- Salvemos al pobre Anthony entonces.
Sara la tomo del brazo y salieron, al entrar a la sala John se puso de pie ignorando la cara de confusión de la chica que lo acompañaba.
- ¡Nos vamos! gracias por el almuerzo Sara - Sara asintió seria - Celia podemos dejarte en tu casa - Celia pensaba negarse pero Anthony contesto primero que ella.
- Nosotros la llevaremos - John casi retrocede ante la dureza de la expresión de su hermano, pero luego de la primera impresión paso de él con un gesto y tomo la mano de la rubia y salió del apartamento con pasos largos, emanando hostilidad.
Celia sintió un poco de placer al verlo así, le debía una bien grande a Anthony, no, la que le debería seria el préstamo que pensaba pedirle.
- Voy por mi abrigo - comento Sara, Anthony se acercó a ella ceñudo.
- No... - Celia paro en seco su comentario, tenía poco tiempo y necesitaba tener la seguridad de que tendría el dinero de John.
- Necesito un préstamo y no tengo más nadie a quien acudir - Anthony la miro confundido más en pocos segundos asintió meditabundo.
- ¿Cuánto? - Celia suspiro.
- 500 mil bolívares - para su sorpresa Anthony asintió.
- El lunes lo tendrás en tu cuenta o prefieres que la pase directamente a la cuenta de John - Celia sopesó sus posibilidades, eso sería lo ideal así ella no tendría que ir al banco, asintió.
- Con respecto al pago - Anthony sonrió de medio lado.
- Lo deduciré de tu salario, por supuesto - Celia asintió agradecida y reprimió las gana de abrazarlo por ser tan comprensivo, una punzada de dolor le llego directo al corazón al recordar que así solía ser John y por su culpa se había vuelto un ser insensible, la mayoría de las veces.
- Lista - anuncio Sara a su espalda - nos vamos, pero no a la casa, vamos al cine y luego a comer algo y después pasaremos por la casa de Jared, tenemos que cuidar a Emma esta noche - Anthony le miro suplicante y Celia sonrió, Sara podía llegar a ser súper intensa ella lo sabía por cuenta propia.
Voten y comenten ;) besos a todos