Damián pidió que los llevaran a su departamento, después de todo ahí era donde estaban las pocas pertenencias que Laura estaba usando, después de salir de su casa debido al secuestro, pero ella se negó, deseaba estar cuanto antes con su hermana, no sabía si ya le hubiera llegado la noticia de la muerte de su esposo o no, pero la iba a necesitar.
_ Te acompaño. - dijo el a las puertas de su elegante edificio.
_ No. - lo detuvo ella. Necesito estar a solas con mi hermana, no creo que le agrade mucho verte.
Damián sintió como su corazón se contraía, ahí estaba de nuevo la acusación velada, ella decía que no, pero en el fondo lo consideraba culpable de lo sucedido, tan solo por ser familiar de Alfonso.
Sin decir más se apartó de la camioneta en donde ella estaba, no se sentía bien necesitaba darse un baño urgente y descansar, sus fuerzas estaban al límite, ella no quería nada de él, aun así, había estado dispuesto a seguirla a pesar de su condición. Pero ella no lo quería a su lado. No insistiría más.
No miró atrás, ella se iba y le resultaba más doloroso, más que todo el dolor que su maltrecho cuerpo sentía en esos momentos.
*****
Se acercaban a su destino. Laura había estado conteniendo el llanto, se sentía sola y desamparada, había rechazado a Damián, pero no pensó que se fuera a dar por vencido con tanta rapidez, eso solo confirmaba su opinión de que él estaba arrepentido de haberle propuesto matrimonio, de todas formas, se daba por hecho que esa propuesta estaba cancelada, después de todos los sucesos de esos días y de las actitudes de él, no podía esperar otra cosa, y le dolía.
Tontamente le había entregado su corazón y ahora estaba hecho pedazos, solo le quedaba recogerlo y seguir adelante, su hermana la necesitaba y tenía que estar para ella.
*****
Lidia salió al exterior cuando escuchó que había llegado una de las camionetas de los hombres de Roberth.
Cuando estuvo fuera, lo primero que vio, fue a él descendiendo para abrir la puerta de atrás y dar paso a su hermana.
La miró consternada, había cambiado tanto, se veía pálida y demacrada, además se apreciaban golpes en su rostro y brazos.
Corrió y la abrazo con desesperación.
_Lamento tanto esto. - dijo como si fuera su culpa. _perdóname. - la abrazó con más fuerza, las lágrimas fluían por sus mejillas. _yo no sabía... Si hubiera sabido...
_ Tú no tienes la culpa. - dijo entre lágrimas comprendiendo que ella estaba enterada de que había sido Alfonso el causante de su secuestro.
_De haberlo sabido te juro que no lo hubiese permitido. - aseguró.
_Lo sé. - la consoló.
Después de unos momentos en que ambas permanecieron abrazadas consolándose una a la otra, por fin entraron.
Roberth las observaba de lejos. Se preguntaba, si Alfonso hubiese sobrevivido, ¿su esposa lo perdonaría? ¿Sería tan grande su amor que le daría una nueva oportunidad?
Se reprendió a sí mismo por estar pensando esas tonterías, él estaba muerto y nada podía hacerse ya.
Sería él quien le diera la noticia en caso de que su hermana no lo hiciera y ella iba a necesitar de consuelo, deseaba ser él quien se lo diera.
*****
Lidia acompañó a su hermana hacia el interior, de inmediato se le asignó una recamara y Gloria la enfermera, que cuidaba de Lidia se encargó de hacerle una primera valoración de su estado, Justin venía en camino para revisarla, así que Gloria le recomendó darse un baño, mientras él llegaba.
Lidia salió al recibidor, esperaba ver a Roberth, sabía que él podría informarle de lo sucedido, él le había hecho una promesa y la había cumplido. Quería agradecerle, pero también él sabía que había sido de Alfonso, quería saberlo. Él no le mentiría, aunque en el fondo lo presentía.
_ Te lo prometí. - dijo él acercándose a ella. Ahora tienes que ser fuerte para apoyarla.
Un nudo se formó en su estómago y en lugar de preguntar nada solo lo miró con angustia.
_ El no sobrevivió. - dijo mirando su rostro contraerse de dolor.
_ ¿Sufrió mucho? - preguntó entre lágrimas.
_ No de la forma que tú crees. - se acercó y tomó sus manos. _ su muerte fue rápida, pero el hombre con el que se alió lo traicionó y le hizo creer que te había dado muerte, eso lo enloqueció de dolor, creo que cuando se fue ya no quería vivir y solo fue por ti, te amaba de verdad, aunque se haya equivocado en lo demás.
_ Y mi hermana... ¿También era una equivocación? - dijo sollozando, aguantando el dolor que sentía por dentro.
_ Ella solo era un capricho al que no tuvo acceso, ciertamente una equivocación, de haberlo visto no dudarías.
Ella le creyó y no pudo contenerse más, él llanto afloró y él estuvo ahí para, contenerla, la abrazó y le dio palabras de aliento. Hasta que su llanto fue aminorando, entonces la apartó con cuidado.
_ Lamento lo sucedido. - dijo, pero ahora tanto tú como tu hermana deben de ser fuertes, ahora sólo se tienen una a la otra. El hombre que asesinó a tu esposo y al esposo de tu cuñada. - dijo refiriéndose a Leonel. _también lo hizo con toda la familia.
Ella abrió sus ojos muy grandes, no podía asimilar lo que le estaba diciendo.
_ Lamento decírtelo en estos momentos, pero tarde o temprano tenías que saberlo.
_Pero... ¿A quiénes...? - lo miró desconcertada.
_ A todos, tus cuñadas, sus esposos, sus hijos.
_No puede ser. - se tapó el rostro, el llanto volvió a aflorar. _no puede ser...
El la volvió a abrazar y ella se desahogó entre sus brazos. La sentía tan vulnerable, que deseo no apartarse nunca de su lado.
*****
Justin ingreso al centro de ayuda, también él había estado en la sierra junto con Roberth, pero había regresado antes ya que su presencia no había sido necesaria y como decía Roberth en broma, no había que exponerlo, después ¿quién los curaría?
Cuando entró lo primero que vio fue a Roberth consolado a Lidia, no quiso interrumpir y siguió de largo.
Marco el número que Gloria le había dado y preguntó en donde se encontraban, sabía que no era necesario llamarla bastaba con preguntar a cualquier empleado del centro, pero quería escucharla, era su excusa para cruzar unas cuantas palabras con ella.
*****
Gloria escuchó los leves golpes en la puerta, sabia de quien se trataba, ese hombre era su perdición, lo admiraba tanto como le gustaba, era tan atractivo, tenía una presencia que volvía locas a todas las mujeres, todas concordaban en que era un privilegio tenerlo como médico y aunque había más médicos y doctoras que las visitaban con regularidad, él era, el que se robaba los corazones, no solo en ese centro sino en los demás que existían, ella lo veía poco porque no se encontraba en alguno en específico, si no que la rotaban a donde fuera necesario y era difícil coincidir, aunque desde que coincidieran en el rancho de Damián y hubieran cruzado más palabras y hubieran conocido un poco más uno del otro, ahora se encontraban con más frecuencia.
_Adelante. - dijo ella.
La puerta, se abrió y lo miró pasar.
_Hola. - saludó.- espero no interrumpir.
_ No. - contestó Gloria. _lo estábamos esperando. El observó a Laura que estaba muy callada.
_ ¿Te sientes bien? - se acercó a ella.
_ ¿Dentro de lo que cabe? sí. - contestó. _mi cuerpo está adolorido, pero nada que no pueda, soportar.
_ Eres una mujer valiente. - le sonrió. _ahora voy a revisarte.
Gloria se acercó para ayudar.
Justin sintió su cercanía, su aroma era muy agradable, últimamente ella acaparaba sus pensamientos, era tanto su anhelo de verla que valiéndose de su posición sabía en qué centro se encontraba y acudía ahí, tan solo para mirarla, aunque no cruzara palabra con ella.
Cuando Justin hubo terminado, le recomendó descanso y llamó a Gloria aparte para darle las indicaciones. Luego salieron.
_ De verdad que es una mujer muy valiente. - comentó Gloria. Igual que su hermana.
_ Cierto. - dijo el recordando las condiciones en las que estaban en aquel lugar. El no tuvo oportunidad de atenderlos allá, ya que al parecer no lo necesitaban, pero ahora que veía a Laura que era la que menor daño recibió, se dio cuenta de que debió ponerse firme y obligarlos a recibir atención médica, tanto a Santiago como a Damián, incluyendo a Laura. Tendría que hacerle una visita, a Damián, Santiago ya estaba fuera de su alcance.
_ Necesito hacer una consulta con un paciente que quizás no la quiera, ¿me acompañaría a realizarla? - pidió.
_ Si, por supuesto. - contestó aún sorprendida por la invitación. _usted me dice cuándo y en donde nos vemos.
_ Yo paso por ti, aún tengo muchos pendientes y varios lugares que visitar, probablemente sea más tarde, quizás ya no estés en tu horario de trabajo, ¿importaría eso?
_ No, por supuesto que no, esperaré su llamada.