-¡Yo no te la puedo creer!- exclama Anne poniendo los ojos en blanco
-"Esperame" dice el...el...-Erica mira al costado y sonrie a alguien-...el sopenco.
-"Sopenco" dice- rie- Eri, realmente sos una señora de 80 años- la carga Gabo- Yo creo que no tienen que juzgar tanto a Sebas, debe tener sus razones, osea, el mismo te dijo que esta solucionando las cosas.
-Concuerdo- dice Abby.
-Pero en todo caso tendría que dejar de alejar a Ailen y resolver las cosas juntos- replica Eri- al fin y al cabo, ¿Una relación no es de a dos?-
-Coincido- repite la psicóloga.
-Es verdad- concuerda Matt, irrumpiendo en la videollamada desde la casa de Erica.
-AH BUENOOOO-grita Gabo- ¿Y vos qué haces ahí? AMORR, ACÁ ESTÁ MATI-
En menos de un minuto, Lucas aparece en la pantalla mientras observa, entrecerando los ojos, a Matt, quien sonríe nerviosamente.
-¿No me habías dicho que no podías juntarte conmigo porque tenías algunos asuntos "importantes"?- pregunta el recién llegado haciendo comillas con los dedos.
-Vamo' a come' ¡Helado!- grita Mateo apareciendo de repente, mostrando a la cámara un pote amarillo.
-Bueno, creo que ya te darás cuenta cual era el asunto importante...- comenta el abogado sonriendo.
-ah...ya veo, ya veo- murmura el policía enarcando una ceja- ¡Hola, Teo! ¿Tu tio Mati te compró el helado?
-Sí, compró para regalarle a mamá y a mi- sonríe a su madre, la cual le da un beso en la cabeza- y Mati no es mi tío.
-¿Cómo que no? Si todos nosotros somos tus tíos, ¿Por qué el no?-pregunta ahora Gabo con una sonrisa en la cara, mientras se codea con Lucas.
-Porque no, el es sólo Mati- explica el nene encogiéndose de hombros
-Si me disculpan, me voy a llevar a alguien-interrumpe Matt alzando a Teo por las piernas, haciendo que este grite y ría por la sorpresa.
-Wow, por un momento pensé que se refería a vos, Eri- digo comiendo un par de pochoclos que me había preparado para ver una película. Los chicos ríen y concuerdan conmigo, haciendo que nuestra amiga se ponga colorada.
Suspiro.
Hablar con los chicos me hace bien.
La verdad es que, si me preguntan, estoy tranquila.
Trato de no pensar mucho en las cosas, no darles tantas vueltas.
Es increíble como ayer estaba con ganas de tirarme debajo de las vías del tren, con el autoestima en -1000, y hoy ya estoy como renovada.
Pero supongo que es una de esas etapas "bajón" que puede tener cualquier persona.
Mientras río por un chiste malo de Gabo (como siempre), agarro el celular para revisar WhatsApp.
Contesto al grupo de profesores diciendo que estoy de acuerdo con unos cambios que quieren hacer para la celebración del cumpleaños de la directora y le digo a Dani porque quinta vez que ya no estoy enojada con él.
Antes de apagarlo y volver a prestarle atención a mis amigos, vuelvo a ver el mensaje de Sebastián.
"Por favor, esperame"
Y de nuevo, la confusión que sentí al leer estas palabras la primera vez me invaden nuevamente.
¿"Esperame" qué?
¿Cuánto?
¿Para qué?
Bloqueo el celular sin darle una respuesta. Otra vez.
-No te tortures, Ailen- me reta Anne sacándome de mis pensamientos.
-¿Qué?-
-No te tortures, deja de pensar, basta-
Las risas de los chicos se detienen y todos miran seriamente a la cámara, como si me miraran directamente.
-Hacete unas pizzas, mirá una peli o corregí, pero despeja esa mente-dice Abby- El viernes tenes la entrega de diplomas, anda mañana o pasado a comprarte un vestidito o lo que quieras para verte bien diva, no te deprimas.
-Si, eso voy a hacer-trato de sonreír. Mis amigas realmente me conocen.- No estoy mal, ayer si, pero hoy estoy mejor, lo prometo.
-Ailen vos ya pasaste por esto una vez- dice Gabo, sin una pizca de diversión en sus palabras- Por favor, no caigas de nuevo. Nosotros vamos a estar acá, apoyándote siempre como hace años, pero no vamos a permitir que vuelvas a destruirte como esa vez, ya no.
Los chicos asienten y no dicen nada más.
Agradezco por última vez a mis amigos, prometiéndoles que todo va a estar bien. Pero cuando cortó la llamada y la pantalla de mi computadora se oscurece, las lágrimas que trataba retener hasta el momento, caen.
***************
Viernes
Me miro por última vez al espejo antes de salir del departamento.
Bajo con sumo cuidado las escaleras para no terminar rodando y romperme la cabeza.
Sabia que no tendría que haberme puesto tacos tan altos, pero según Anne eran la mejor opción.
-Ah buenooooo- grita la profe Grace desde el asiento del acompañante del auto.
-Hola chicos! Estoy nerviosa, decís que estoy bien así, Grace?- pregunto una vez que Carlos enciende el auto.
-Seeee, pero tranquila, no es la gran cosa, lo que pasa es que esta es tu primera vez dando diplomas, vas a ver que en unos años vas a estar más relajada. ¿Sabes a cuantos chicos despache yo? Fua, no te das una idea.
-¡Yo también!- comenta Carlos sin apartar la vista de la carretera- Antes los pibes se emocionaban un montón en estas fechas, ahora es como una alegría para ellos irse del colegio. No los critico, eh! Cada uno tendrá sus razones, pero verdaderamente me resulta curioso
-Lo que verdaderamente me resulta curioso a mi, es que no estés yendo a la graduación con Adams, osea...Vos y el son realmente unos muñequitos de torta, hubieran sido la pareja más bonita de la ceremonia.- comenta la profe mirándome por el espejo retrovisor con la ceja enarcada.
-Grace, a vos no se te escapa nada, eh- rio nerviosa mientras me apoyo en el asiento.
Sabia que esto iba a pasar.
Desventaja de trabajar en el mismo lugar.
-Y no, mi amor, estos ojitos azules lo ven todo. Contame, ¿Pasó algo?
-Es...complicado- la señora hace un gesto con la cara, mientras el profesor a su lado murmura un "MMMMMM", lo que me hace reir-Pero bueno, supongo que es un problema de pareja, como el que tienen todos
-Hablas como si fueran un matrimonio de 8 años...Mira Ailen, vos sos joven todavía, tenés una vida por delante-empieza a hablar Grace seriamente- Sebastián es muy lindo y súper inteligente, no te culpo, si tuviera tu edad también estaría enamorada.
-Ah, sí? ¿Y eso?- pregunta Carlos.
-Si, amor, pero tengo 60 y estoy con vos, relaja-le reta ella golpeándole suavemente la rodilla-A lo que voy, si vos ves que...NO DA, a otra cosa mariposa, vos sos joven, hermosa, inteligente, no te quedes por un hombre.
-Pero, Gordi, tampoco la bajonees, tal vez solo discutieron y vos ya querés que terminen- la reta Carlos.
-Bueno, sí, es verdad. Disculpa, Ailen, a veces soy muy exagerada.
Todo queda en silencio.
Contandola a ella, ya es la tercera persona que me dice esto y sinceramente no sé que pensar.
¿Ya no hay salvación?
-Esta bien, Grace, no pasa nada- murmuro después de unos minutos.
¿Realmente todo se está yendo a la basura?
**********
Media hora después, llegamos a la escuela.
Agradezco internamente el haber traído un saco. Debido a que la ceremonia se realiza a las 9 y media de la noche, era muy seguro que estuviera un poquito fresco.
Grace y Carlos me avisan que se van a buscar algo para tomar y me dejan sola.
A lo lejos diviso a algunos profesores terminando de adornar el lugar, con guirnaldas y fotos de los egresados.
-Estas hermosa-
No me muevo.
No parpadeo.
No contesto.
Por dentro rezo, pido, porque sea él.
Pero no.
Cuando me giro para observar al dueño de la voz, compruebo que no hay ojos grises mirando hacia mí, sino unos marrones amigables.
-¿Qué haces acá?-pregunto tratando de disimular mi decepcion con una sonrisa.
-Bueno, pensé que ibas a estar feliz de verme-se queja el cruzándose de brazos.
-Dale, bobo, en serio te digo, es una sorpresa verte acá porque...bueno, sos nuevo y los chicos todavía no te conocen.
-La directora dijo que iba a necesitar ayuda para la organización, así que acá estoy, "siempre listo" como cuando iba a los scouts de chico.
-Yo también fui a los Scouts - río por la coincidencia- Bueno, mejor entonces, necesito tu ayuda.
-¿Qué quiere la dama?- pregunta él, acomodándo su moño negro.
-Que no me dejes sola, por favor.
Que triste.
-Osea, están todos los profes en grupos hablando entre ellos y yo como que no encajo...¿podríamos quedarnos juntos y hablar de nuestras cosas?-
-Dale, caminemos entonces-
Y es así, como en 20 minutos hablamos de todo, desde lo que nos gustaba hacer cuando éramos más chicos, hasta de lo que nos parece la ceremonia de hoy.
-Tuve suerte de que me trajeran la profe Grace y Carlos, si no seguramente tenía que pedir un remis e iba a ser todo más complicado.
-Me hubieras dicho, boba, hubiéramos venido juntos.- me reclama el, empujándome suavemente.- Igual yo tampoco te dije nada porque pensé que...bueno, pensé que ibas a venir con el profesor Adams.
-¿Podemos evitar el tema? No quiero hablar de él- digo rápido, dejando de caminar.
Ulises va a decir algo, pero entonces mira detrás de mí.
-¿De verdad? Yo hablaría de vos todo el día-
Ahora sí
Río nerviosa mientras giro para mirarlo.
Me atraganto con el caramelo que me había llevado a la boca hace unos minutos.
No puede ser.
-Y hablaría siempre para decir lo hermosa que es mi novia- continua el inspeccionandome de los pies a la cabeza hasta que por fin clava su mirada en mis ojos- Y es que, a donde quiera que vaya, ella es la más bonita del lugar.
Que hijo de puta
-Hasta que al fin recordas que tenes una novia- digo apartando la mirada de su camisa blanca que le queda perfectamente bien.
Es injusto que sea tan lindo, es injusto que me guste tanto, maldita sea.
-Yo...voy a buscar algo para tomar-dice Ulises detrás, pero antes de que le pueda contestar algo, Sebastián me interrumpe.
-No nos conocemos, verdad?- pregunta con voz suave- Me llamo Sebastián Adams, soy el profesor de Literatura.- tiende la mano y Ulises la estrecha, con desconfianza.
-Si, Ailen me habló de vos-rie incómodo- Me llamo Ulises, soy el nuevo profesor de economía- separa sus manos y mete la suya en el bolsillo del pantalón.- Voy a buscar algo para tomar antes de que empiece la ceremonia, nos vemos después- dice y me guiña un ojo antes de caminar hacia el bufete.
-Parece...copado- murmura Adams una vez que Ulises desaparece.
-Bueno, esperaba algo peor, como que me hicieras una escena de celos, lo cual sería ridiculo- digo mientras comienzo que caminar. Adams me sigue.
-Lo sé, por eso no lo hice, y además ya estoy grande para esas cosas.- se encoje de hombros.
¿POR QUÉ TENÉS QUE SER TAN BUENO? ASÍ UNA NO SE PUEDE ENOJAR
-Es que yo ya no sé qué pasa por tu cabeza- me quejo- un día estás, al otro no. No sé si estas enojado, si estamos peleados, si seguimos juntos, si terminamos...-
-Ailen, yo...
-Profes- El preceptor llega corriendo hasta donde estamos nosotros e interrumpe la conversacion- están entrando las familias, y como fueron sus tutores, necesitamos que estén con los alumnos y que les digan algo.
-Esta bien, ahora vamos- dice Sebastián volviendo a mirarme.
-No, tiene que ser ahora, en cinco minutos salen- vuelve a decir el preceptor.
En un parpadear se ojos, Adams se inclina y susurra sobre mi oído un "Después", haciendo que se me erice la piel, pero no me da a tiempo a contestar ya que toma mi mano y nos conduce hasta el aula donde están los alumnos.
Calmate, componete que tenés que dar un discurso.
Sonrío como si fuera una madre orgullosa al ver a mis chicos vestidos tan elegantes.
-¿Vio profe? Le dije que me iba a graduar- dice uno de mis alumnos mientras me muestra su sombrerito negro.
-Y yo siempre te creí, Ivan-le respondo riendo.
En todo este año escolar, Ivan Serra fue mi alumno...especial, si se puede decir de alguna manera. Los primeros dos trimestres aprobó con 7, y en el tercero, cuando se dió cuenta de que estaba en la cuerda floja, fue uno de los 7 chicos que me entregó un trabajo práctico de 5 hojas hablándome sobre su sueño frustrado: Ser actor. Obviamente todo escrito en Inglés.
No puedo decir que el trabajo estaba IMPECABLE, pero ciertamente demostraba un avance, y su predisposición y trabajo en el aula hizo que pudiera cerrar el trimestre con 8.
-Bueno, chicos, escuchen atentamente que sus profesores les quieren decir unas palabras antes de que reciban el diploma.- dice Martín haciendo que toda el aula quede en silencio.
Sebastián me mira y me hace un movimiento con sus manos, cediendome la palabra.
Trago mis nervios lo más que puedo y escondo las manos detrás de mi espalda para que no puedan verlas temblar.
Calmate
-El día que los tuve por primera vez debo admitir que tuve miedo- empiezo. Los chicos ríen ante mi última palabra- Ya me habían comentado que los más grandes eran "bravos", y es que es normal, están en el ultimo año y tienen la cabeza más concentrada en Bariloche y en el boliche, que en las materias- ríen nuevamente mientras uno desde atrás grita "LA TEACHER SABEEE"- Pero me sorprendieron, la verdad. Me aceptaron a pesar de ser nueva, me escucharon, respetaron y hasta me hablaron de su vida con confianza, y es algo que les agradezco mucho- sonrío mientras observo los rostros felices de mis alumnos- En una de las últimas clases pedí, como última tarea, que me escribieran sobre lo que les gustaría estudiar al salir de acá, a lo que quisieran dedicarse en un futuro. Y ustedes me lo contaron, me hablaron de sus dudas, de sus miedos. Así que quiero decirles, a aquellas personas que tienen sueños, que no se rindan. A lo largo de estos años van a toparse con distintas situaciones, con distintas personas. A veces les va a ir bien, pero a veces pueden fallar. Se van a cruzar con personas buenas, que les van dar una mano, que van a estar con ustedes siempre, pero también se van a cruzar con personas que los quieran tirar abajo, que seguramente los van a subestimar. Pero ustedes no tienen que bajar los brazos, tienen que luchar contra eso. Se van a frustrar, van a llorar, van a gritar del enojo- miro a los ojos de las chicas que están frente a mí, quienes tienen los ojos cristalizados- Pero les aseguro que al final del camino, van a poder mirar hacia atrás con orgullo, y van a poder decir "Lo logré"- tomo aire e intento no emocionarme ya que mi cara se volvería un desastre- Una vez alguien dijo "Errar es humano", y es verdad. Permítanse equivocarse, no se depriman si reprueban un parcial o si no les sale algo. Las cosas buenas de alguna manera llegan, sigan esforzándose. Para finalizar voy a decirles algo que mi profesor me dijo hace unos años, cuando yo estaba en el mismo lugar que ustedes-carraspeo y sonrío- No les deseo suerte, a ninguno de ustedes, porque si así lo hiciera pensaría que ustedes necesitan de ayuda o de algo más para lograr lo que quieren, como si no tuvieran la capacidad suficiente para lograrlo, pero no es así. Por el contrario, les deseo mucho éxito, porque tienen lo que se necesita para luchar y lograr lo que desean. Gracias por todo chicos, los quiero.
El aula entera se llena de aplausos y dejo salir el aire, aliviada.
-LA QUEREMOS, TEACHER LA QUEREMOS, LA QUEREMOS TEACHER, LA QUEREMOSS- gritan mientras levantan los brazos.
No llores porque vas a quedar como un mapache.
-Una genia la profe, ¿no?- dice Adams cuando los alumnos se callan.-¿Y ahora como hago para superar ese discurso? La verdad es que ya no sé qué más agregar, porque la profesora dijo todo lo que pienso de ustedes.
-ESTAN CONECTADOOSS- grita una chica de atrás, haciendo que todos riamos.
Realmente son increibles.
Escucho atenta las palabras de Adams, mientras una parte de mi imagina cómo hubiese sido este momento hace ocho años si el se hubiese quedado.