Cuando regresaron a Monte Weather, se encontraron con el otro gran problema que ya se suponían en los días anteriores. Tenían reservas de agua para aguantar como mucho dos semanas y racionalizándola. De comida tampoco iban sobrados, pero todavía aguantarían un poco más. Racionalizándola también. Kane y su madre se pusieron a trabajar enseguida en una solución, mientras que ella se encargaba de la enfermería donde trataban a los quemados por el fuego. Los días siguientes estuvo totalmente volcada en salvar la vida a todos los que pudo, aunque tratar quemaduras era de lo más difícil que había. Al tercer día, volvió Bellamy y consigo traía más heridos y al resto de habitantes que habían sobrevivido, entre ellos Murphy y Jasper, que se reencontró con su gran amigo Monty después de varios meses sin verse. Con ellos también estaban Octavia y Lincoln, que estaban esperando que los pocos terrestres que quedaban ingresados por las quemaduras se acabasen de recuperar totalmente para acompañarles a Polis. Por una vez desde hacía mucho tiempo su gente volvía a estar junta, unida para enfrentarse a los tiempos tan difíciles que se avecinaban.
No había vuelto a tener contacto con Lexa, en esos días, lo último que supo es que se iba a quedar a reconstruir Polis junto a los terrestres, que ahora la apoyaban por haber aparecido cuando la creían muerta de la nada y dedicarse a ayudar a rescatar a los heridos. Con la muerte de Aden, los terrestres habían perdido a su referente y el regreso de Lexa les había llegado caído del cielo. Si alguien podía tomar el mando ahora, era ella, por su inteligencia, su autoridad y liderazgo.
Clarke había hecho llamar a Lincoln para que estuviese con ellos y le ayudase en la enfermería, eso parecía calmar a los terrestres, al ver una cara familiar. Se encontraban cambiando las vendas a uno de los quemados terrestres que más grave estaban, dudaba que fuese a sobrevivir, tenía quemaduras muy graves por prácticamente todo el cuerpo. El hombre había recuperado la consciencia e incluso habían entablado conversación, pero estaba bajo los efectos de los calmantes. Lincoln la ayudaba en esos momentos cuando el hombre susurró unas palabras que Clarke no entendió. Miró interrogativa a Lincoln, que acercó su oído a la boca del hombre porque él tampoco había llegado a escuchar lo que había dicho. Pasados unos segundos, levantó la vista.
- ¿Qué ha dicho?- preguntó Clarke intrigada.
- Que es un honor que la mismísima Wanheda esté cuidando de él.- le tradujo Lincoln, Clarke torció el gesto hacía mucho tiempo que nadie la llamaba así y no se sentía cómoda con ello.
- Yo ya no soy Wanheda, no soy nadie.- repuso Clarke en un murmuro siguiendo con su labor.
- Somos lo que somos, Clarke.- le dijo Lincoln, la rubia levantó la vista. Esa frase. La había escuchado hacía mucho tiempo en boca de Lexa.- Tú eres la líder de los skaikru y alguien importante para nosotros. Nunca dejarás de ser una líder, forma parte de ti- el terrestre soltó un suspiro antes de continuar.- Sé lo mucho que has sufrido...
- No tienes ni idea.- le interrumpió, nadie sabía por lo que había pasado, lo mucho que había sacrificado por su pueblo y por los terrestres. Nadie nunca podría saberlo.
- Pero me lo puedo imaginar, si le pasara algo a Octavia, me volvería loco.
Clarke le miró a los ojos, definitivamente, no eran tan diferentes. Los terrestres y ellos. Eran humanos, ambos eran capaces de amar o sufrir, por mucho que hubiesen estado noventa años separados, no dejarían nunca de serlo. Era lo que siempre había intentado demostrar desde que había llegado allí, desde que había conocido a Lexa, pero siempre había alguien empeñado en sacar a relucir diferencias que en realidad no existían. Lexa había tenido que "morir" para poder vivir en paz y no solo la Comandante, muchos antes que ella se habían dejado la vida por la paz.
- Eres un gran hombre, Lincoln.- dijo Clarke con sinceridad.- Octavia tiene suerte de tenerte.
- El que tiene suerte soy yo.- le rebatió con una sonrisa.- Es la persona más noble que he conocido nunca.
- Mi relación con ella nunca ha vuelto a ser la misma desde lo sucedido en TonDc- confesó Clarke con algo de tristeza, había perdido su amistad y confianza aquella noche y ni si quiera ahora que estaba con su hermano la había recuperado. Se respetaban, pero poco más.
- Ella sabe que eres una gran líder, pero le cuesta entender algunas decisiones que te viste obligada a tomar.- dijo el terrestre.
- Llevo el peso de mis decisiones en mis espaldas.- repuso con amargura Clarke, jamás olvidaría a la gente que se vio obligada a dejar atrás.
Estuvieron hablando un rato más hasta que Clarke le dijo que se retiraba a descansar un rato, no era muy tarde, pero prácticamente no había salido de aquella enfermería desde que habían llegado y necesitaba desconectar. Fue a lavarse con un poco de jabón, más que nada para quitarse el sudor de encima, hacía varios días que el agua para la ducha estaba cortada y únicamente se les permitía enjabonarse y aclararse con un trapo húmedo. Al salir, la sensación de suciedad prevalecía, como esto se alargase por mucho más tiempo no tardarían en aparecer las enfermedades y las infecciones por la falta de higiene.
Por suerte, pocos días después, Raven pareció dar con la solución a la falta de agua. La joven ingeniera había ideado una máquina que servía como depuradora y desalinizadora por lo que podrían recurrir al agua del mar. Por fin veían una solución a la crisis. El problema es que el mar se encontraba a un par de días de camino, por lo que tendría que ir una amplia expedición hasta allí. Lo más práctica era llevar la maquinaria hasta allí y guardar el agua en grandes depósitos y envases y luego llevarlo de regreso al Monte Weather. Para ello debían viajar en dos grandes camiones, donde uno llevaría la maquinaria, y el otro serviría para guardar el agua potable. Bellamy insistió en llevar bastantes soldados con ellos, los caminos se habían vuelto peligrosos por la falta de agua y comida, lo mejor era protegerse. También iría Raven por si hubiese algún problema con la depuradora. Y Clarke que llevaría un equipo científico para comprobar una vez depurada y desalinizada el agua que era potable. No podían arriesgarse a que una vez llegados a casa con el agua, se comprobase que esta no era apta para el consumo humano. Lincoln y Octavia también irían con ellos como apoyo militar y como enlace con los posibles terrestres que se encontrasen por el camino. Si tenían éxito, la idea no era solo abastecerse ellos, también les llevarían el agua a los terrestres del territorio.
Bellamy organizó el operativo en pocas horas, era imperativo salir cuanto antes, ya que estaban bajo mínimos y únicamente tenían agua para aguantar otra semana más. Si había dos días de camino, luego se pasaban un día recogiendo el agua y dos días más de regreso, esto sumaba cinco días. Tenían poco margen y debían salir cuanto antes. Decidieron salir de noche para evitar las horas de calor, aunque desde la lluvia de fuego, las temperaturas se habían normalizado bastante, seguía haciendo calor, pero ya no era un peligro mortal estar al aire libre. Lo malo es que seguía sin llover y ese era el principal problema. Después de tantos meses de altas temperaturas, la situación no se arreglaba simplemente con la bajada de las mismas, era necesario que lloviese durante varias semanas para recuperar todo el agua que se había perdido.
Clarke se sentó en uno de los jeeps y Lincoln se sitió junto a ella. La rubia miró para todos los lados en busca de Octavia pero no la vio.
- Está embarazada.- anunció escuetamente el terrestre con una sonrisa feliz dibujada en su cara. Nunca le había visto sonreír de esa manera.- Quería venir, pero la he convencido para que se quede.
La joven se alegró por Lincoln y por la hermana de su novio, a pesar de no tener una relación de amistad se alegraba por ella. Nacería el primer niño fruto del amor entre un terrestre y una skaikru. El ejemplo vivo de cómo podían amarse y convivir en paz ambos grupos. Bellamy también lo sabía y se le veía feliz. Ambos se enzarzaron en una charla sobre la paternidad y los planes de futuro de la pareja. Clarke y Bellamy habían hablado en diversas ocasiones sobre la posibilidad de ser padres en un futuro próximo, el joven quería, pero Clarke era más reticente y, aunque no se cerraba en banda, prefería esperar a estar más asentados en la Tierra y tener seguridad y futuro. Quizá cuando toda esta problemática del agua y la comida se solventase, podrían volvérselo a plantear. No era mala idea, realmente a Clarke le hacía ilusión ser madre, así que posiblemente se lo volvería a plantear a Bellamy, sabía que él aceptaría encantado.
El primer día de camino transcurrió sin mayores problemas, iban los dos camiones, ellos y cinco jeeps militarizados que les cubrían. Para Clarke era exagerado llevar un destacamento entero a una misión pacífica, pero Bellamy era el responsable de la parcela militar en el Monte Weather y lo había considerado así. Jasper era su segundo e iba en uno de los jeeps con el resto de soldados, comunicados permanentemente por radio. Raven iba en uno de los camiones, por lo que solo se encontraba con ella cuando paraban para descansar y comer algo. Por la noche, cambiaron de conductor y siguieron el camino, no podían permitirse el lujo de parar a dormir. A la mañana siguiente, volvieron a parar para desayunar algo y estirar las piernas, apenas habían podido dormir, ya que el asiento trasero de un coche no era el lugar más cómodo del mundo para poder dormir. Clarke observó con atención a Bellamy dando órdenes a todos sus hombres, parecía que estaba bastante alerta.
- ¿No crees que te estás pasando?- preguntó Clarke cuando su novio se acercó a ella para comer algo.- No nos hemos cruzado con nadie durante todo el camino.
- Eso precisamente es lo que me preocupa.- contestó el chico.- Es muy raro.
- La población ha disminuido por la hambruna.- repuso Clarke encogiéndose de hombros.- Antes también era difícil encontrarse con los terrestres.
- No sé, no me fio, esta gente es muy territorial. Tengo un mal presentimiento.
Bellamy se levantó y ordenó continuar, tenía prisa por llegar al mar. Solo quedaban un par de horas para llegar según sus mapas, Clarke deseaba acabar con ese viaje de ida lo antes posible, necesitaba descansar en una de las tiendas, aunque antes debería de hacer las pruebas para saber si el agua era potable. Cuando llegaron, la rubia fue de las primeras en bajarse del jeep, en realidad nunca había visto el mar, solo desde el espacio. Era inmenso, increíble y tan azul. La mayoría de ellos se quedaron varios segundos observándolo, nadie lo había visto. Dejaron los vehículos en la entrada y se dirigieron andando a la orilla, mientras que Raven y su equipo bajaba la maquinaria. No habían dado ni cinco pasos hacia la orilla cuando aparecieron una treintena de terrestres rodeándolos tanto por el frente como por los dos costados, solo podían retroceder y les apuntaban amenazadoramente con sus armas. Inmediatamente, todos extrajeron sus rifles y pistolas a punto de para defenderse. Lincoln fue el que tomó la delantera y dio un paso al frente, quedando entre ambos bandos.
- Esta gente viene en son de paz, con el fin de conseguir agua.- empezó con voz potente.- No queremos problemas.
- Estáis en nuestro territorio.- contestó el que parecía el líder de ellos.
Durante algunos tensos segundos, ambos se enzarzaron en una batalla dialéctica en su idioma nativo, nadie conseguía entender lo que decían. Clarke tenía algunas nociones del idioma de los terrestres, pero cuando hablaban tan rápido no conseguía seguir la conversación. Finalmente, Lincoln se giró para hablar con Bellamy y Clarke.
- Tenemos que irnos, no quieren que estemos aquí.- concluyó el terrestre.
- ¿Cómo?- dijo Bellamy incrédulo.- ¡No! ¡No nos iremos! Hemos venido a por el agua y no nos iremos sin ella. La necesitamos.
- Escuchad.- intervino Clarke por primera vez.- Solo queremos conseguir agua del mar, nosotros podemos hacerla útil para beber y para regar los campos. Si nos dejáis recoger el agua, os daremos una parte. Os lo prometo.
- Fuera o morid.- dijo amenazadoramente el líder apuntando con su lanza directamente a Clarke. Bellamy se interpuso protectoramente entre ambos, mientras alzaba el rifle apuntando también.
Lincoln miraba alternativamente a los dos bandos enfrentados, parecía no saber cómo solucionar aquello. Volvió a pedir que por favor les dejaran recoger el agua, pero el líder terrestre se volvió a negar y la tensión estaba llegando al límite.
- No es necesario derramar sangre, por favor, dejadnos recoger el agua y nos marcharemos en paz.- volvió a suplicar Lincoln.
En ese momento, Clarke escuchó disparos y poco después varios terrestres cayeron al suelo. Ya no hubo forma de parar aquello. Los terrestres devolvieron el ataque y lanzaron sus lanzas y flechas hacía ellos, antes de lanzarse a la batalla cuerpo a cuerpo. No obstante, apenas pudieron llegar, ya que antes los rifles de los soldados de Bellamy consiguieron acabar con cada uno de ellos, Clarke empuñó su arma, pero no le dio tiempo a disparar. Cuando el humo del tiroteo se disipó en la arena del mar había un reguero de cadáveres y sangre.
- ¡Lincoln!- Clarke se lanzó a la carrera al ver al terrestre herido en el suelo boca abajo.
Le habían atravesado varias lanzas, estaba muy malherido. Clarke pidió que le trajesen el botiquín para poder atenderle. Tenía una lanza en el costado, otra a la altura del estómago y otra cerca del corazón. Le dio la vuelta y vio el rostro de alguien que estaba a punto de morir. Escupía sangre al tratar de respirar.
- Aguanta por favor.- le suplicó, aun sabiendo que las esperanzas eran casi nulas.
Taponó las heridas, pero tenía tantos frentes abiertos qué no sabía muy bien cómo actuar. Lo principal era dejar que perdiese sangre, puso sus manos sobre el estómago y volvió a pedir el botiquín de manera desesperada.
- Clarke.- escuchó que la llamaba Lincoln con voz débil.
La chica alzó la vista, para mirarle y se encontró con un rostro abnegado por las lágrimas, Clarke no pudo evitar empezar a llorar. No había forma de salvarle, era un milagro que continuase con vida.
- Por favor, vas a ser padre.- dijo Clarke, como si aquello fuese suficiente para salvarle la vida. El hombre negó con la cabeza.
- Octavia... Dile que la quiero...- le pidió el hombre casi sin aliento.- Cuida de ellos...
Fue lo último que dijo antes de exhalar su último aliento, Clarke asumió que no había nada qué hacer. Lincoln estaba muerto. Le cerró los ojos y se levantó para encontrarse con Bellamy que había sido testigo de los últimos momentos de vida de Lincoln. Después de unos segundos sin saber qué decirse, el joven le dijo que había más soldados heridos y Clarke tuvo que ir a atenderles.
Las siguientes horas fueron frenéticas, Clarke estuvo atendiendo a los heridos que había provocado el enfrentamiento. Había cuatro fallecidos más, aparte de Lincoln, y otros seis heridos de diversa consideración. Clarke calculó que en las siguientes horas fallecerían un par más. Mientras Bellamy había estado peinando la zona y estableció una fuerte vigilancia en el perímetro, quedando Raven y su equipo bajo la protección de los soldados y Clarke también que tenía una tienda para tratar a todos los heridos. Lo único positivo de todo aquello es que Clarke había testado el agua y era potable, les serviría. El sacrificio de Lincoln y de los otros cuatro soldados había servido por lo menos para salvarles a ellos de morir de sed.