Cuando abrió los ojos, la luz del Sol le cegaba, pero no solo eso, el reflejo de los cristales de los altos rascacielos que había por todos los lados, hacía que la luz fuese casi insoportable para sus ojos. Cuando por fin se habituaron, Clarke comprobó atónita aquellos colosos de la ingeniera que solo había visto en antiguos libros. Habían existido en el pasado, eran reales. Vio como sus acompañantes, Bellamy y Murphy estaban igual de sorprendidos. Miraron en todas direcciones, el suelo estaba asfaltado, limpio sin un ápice de suciedad. Los edificios eran simétricos y estaban alineados perfectamente. "Hola ¿Me escucháis?" la voz de Monty les sacó de su ensimismamiento. Bellamy le respondió afirmativamente "Nos quedan 3 horas hasta que las bombas se activen, tenéis que buscar un edificio blanco de arquitectura barroca, ahí está la central desde donde se puede desactivar las bombas". Monty no sabía dónde se encontraba el edificio exactamente, pero seguramente fuese en el centro de la ciudad, ahora mismo estaban en la periferia. Tendrían que llegar hasta allí. Primero de todo, debían armarse. Tal y como había prometido el asiático, en el suelo les esperaban varias armas de fuego. Clarke se hizo con un pequeño fusil, una pistola y una daga. Después de recoger las armas, se pusieron en marcha sin saber muy bien a donde dirigirse. Anduvieron durante varios minutos y no tardaron en darse cuenta que la ciudad parecía inhabitada. Habían pasado por varias manzanas y no había rastro de presencia humana por ningún lado. Solo se escuchaba una tenue brisa y sus pasos al andar. Era inquietante. Otra de las cosas que se dieron cuenta es que la ciudad parecía un laberinto interminable, todas las calles eran iguales. Clarke sugirió que lo mejor era separarse y buscar el edificio central, total allí no había nadie y no corrían ningún peligro si lo hacían. Bellamy parecía reticente a dejar a Clarke andar por la ciudad sola, pero tenían muy poco tiempo y Monty les confirmó que era una ciudad demasiado grande como para poder recorrerla en tres horas. Si se dividían tendrían más posibilidades de llegar uno de los tres a la central. Se mantendrían comunicados a través de Monty, así que si alguno encontraba algo podría avisar al resto y Monty orientarles para poder reunirse.
Cada uno fue por una dirección, Clarke empezó a correr en un trote suave para ir más deprisa por la dirección que ella había decidido. Estuvo unos treinta minutos corriendo y no había encontrado ninguna pista ni indicación para saber hacia dónde estaba el edificio central. Tampoco había visto a nadie. No obstante, pasado ese tiempo, hubo algo que llamó su atención. No sabía desde cuándo, pero ahora los edificios tenían una altura menor, parecían más antiguos y estaban algo más descuidados y sucios. Se detuvo para observar su alrededor, el paisaje había cambiado, quizá estaba acercándose a la central, Monty había comentado que era de una arquitectura barroca y esos edificios estaban más cerca de parecer barrocos, que los que había visto anteriormente. Sin darse cuenta, había bajado la guardia y no se había percatado que varias personas se acercaban a ella. Se detuvieron al verla "¡Eh tú!", la llamaron en la distancia todavía. Clarke supo que no debía dejar que la capturasen y empezó a correr en dirección opuesta a ellos, miró de reojo y supo que la seguían. Eran cuatro. No podía enfrentarse a ellos cuerpo a cuerpo. Debía esconderse y desde ahí, disparar. Se introdujo por un callejón que encontró y ahí trató de ocultarse en la entrada de un portal, esperando que pasaran. Enseguida se dio cuenta que no había sido buena idea, el portal era demasiado pequeño y no era lo suficiente para poder ocultarse sin ser vista. Cuando se aproximasen, sería descubierta. Agarró con fuerza su pistola, dispuesta a enfrentarse a ellos. Escuchó sus pasos aproximarse lentamente, cuatro venían por el lado derecho del callejón y luego había otros dos que seguramente habían sido llamados por los que la habían visto y se aproximaban por el costado izquierdo. Estaba acorralada y tendría que hacer frente a seis guardias. Intentó controlar su respiración y concentrarse, quizá si actuaba rápido podría vencerles, aunque lo dudaba mucho ¿Pasaría algo si la mataban? ¿Moriría en la vida real? Monty no se lo había comentado antes de partir. Lo que estaba claro es que no iba a dejar que la capturasen. Contuvo el aire y se preparó para salir y enfrentarse a ellos hasta la muerte. Sin embargo, algo detuvo su salida, vio volar unas flechas y clavarse certeramente en el corazón y cuello de dos de aquellos hombres, los que venían por la izquierda, luego sin pausa, vio como una tercera volaba y acertaba también en el corazón de uno de los que venía por la derecha. Seguidamente alguien salió velozmente de un edificio con una espada y con una gran destreza acabó con la vida de los tres que quedaban y que no habían tenido tiempo a reaccionar. Clarke estaba alucinando ante el espectáculo que acababa de ver y más aún cuando reconoció a la persona culpable de aquel espectáculo ¡Era Lexa! Al verla, no pensó en nada más y se abalanzó en sus brazos. No le importó que la sangre de los que acababa de matar recorriese sus brazos y su rostro. Estaba viva, tenía que comprobar que era real. Se aferró a su cuerpo aspirando su aroma, sintiendo su respiración y notando su calor. Podrían estar en un mundo virtual, pero era tan real, que deseó que ese momento no acabara nunca y quedarse allí con ella para siempre. Lexa, por su parte, también parecía haber echado de menos el contacto con la rubia porque respondió al abrazo con fuerza y parecía no querer soltarse.
- Tenemos que ocultarnos, es peligroso estar aquí.- murmuró la Comandante, separándose de Clarke, que parecía haberse olvidado del peligro que corrían.
Lexa condujo a Clarke dentro del edificio por donde había aparecido, la rubia observó un poco su alrededor y vio que era una casa normal y corriente, pasaron por el recibidor hasta llegar a un salón con una mesa en el centro y una librería en una esquina con varios libros. Clarke sintió curiosidad por ellos y tuvo la tentación de ojearlos, pero se detuvo al ver como Lexa apartaba una alfombra que decoraba el suelo y levantaba una trampilla que conducía a un sótano. Lexa hizo un gesto impaciente para que entrase. La terrestre parecía conocer muy bien todo aquello, Clarke la siguió y Lexa cerró la trampilla tras ellas. La estancia era pequeña y estaba sucia, únicamente estaba iluminada por una pequeña lámpara antigua que desprendía una luz muy tenue. Clarke tenía muchas preguntas y no sabía por dónde empezar, sin embargo, fue Lexa quien habló.
- Te estaba esperando, Clarke.- dijo con una pequeña mueca de satisfacción.- Sabía que encontrarías la manera de llegar hasta aquí.
Clarke quiso decir algo, pero estaba tan perpleja por todo, que realmente no sabía ni qué decir. Así que fue Lexa quien siguió hablando. Le contó que ella desde siempre había conocido la existencia de la Ciudad de Luz, era un lugar sagrado protegido desde después del apocalipsis nuclear por todos y cada uno de los comandantes. Empezando por Becca, la primera comandante, llegada del cielo. Ella era la que dio a conocer la existencia de aquel lugar y advirtió de los peligros de la inteligencia artificial que habitaba allí, Allie, que había sido la causante de la destrucción del mundo. Por aquel entonces, había conseguido encerrar a Allie en una memoria, en un lugar lejano y solo si alguien la liberaba podría suponer un peligro. Si aquello sucedía, Becca sabía que trataría nuevamente de destruir el mundo. La científica no tenía los medios para entrar en la Ciudad de Luz desde la Tierra y simplemente destruir el lugar donde habitaba Allie, no quedaba ningún ordenador ni ningún tipo de tecnología. Así que optó por guardar todo su conocimiento en un dispositivo que había traído desde el espacio y que sería portado por uno de ellos, generación tras generación, esta persona sería llamada Comandante y actuaría como líder y protegería con su vida el dispositivo, la Llama. En aquella memoria, se guardaba toda la información necesaria para activar los misiles, por eso Jaha la necesitaba. No obstante, Becca también guardó los códigos para poder desactivarlos y destruir la Ciudad de Luz.
- Becca ha sido destruida y con ella los códigos.- dijo Lexa siguiendo con su explicación.- Cuando me nombraron Comandante, me los repetía cada noche. Los tengo aquí.- se señaló la cabeza.- Desde el momento que me sacaron la Llama, he tratado por todos los medios llegar a la Base, pero está muy protegida por Jaha y los suyos, y yo sola no puedo. Por eso esperaba tu llegada.
- ¿Llevas todo este tiempo aquí?- preguntó atónita la rubia, Lexa asintió.- ¿Estás muerta?- sintió miedo a conocer la respuesta, pero necesitaba saberlo. En el mundo real, Lexa continuaba respirando como si estuviera dormida, por lo que científicamente estaba con vida, pero la rubia cada vez entendía menos todo aquello y ya no se sentía capaz de dar nada por cierto.
- No, claro que no.- se apresuró a decir Lexa con el fin de tranquilizarla.- No puedo estar en dos lugares a la vez y para que pueda estar aquí mentalmente, no puedo estar físicamente en la Tierra.- Clarke entendió la explicación, aunque científicamente no le parecía posible y se mantenía pensativa con el ceño fruncido.- He tenido que entrenar muchos años para conseguirlo.
- ¿Sabes cómo llegar a la central?- preguntó Clarke cambiando de tema y centrándose en lo realmente importante en ese momento, esperaba tener otro momento para hacerle más preguntas.
- ¿A la Base? Sí, no estamos muy lejos, pero está muy protegida.
Clarke se acordó de Bellamy y Murphy, ellos podrían ayudarles. Llamó a Monty a través del auricular, que llevaba en el cuello. Le anunció que había encontrado a Lexa y que ella sabía dónde estaba la Base, necesitaba reunirse con Murphy y Bellamy para que entre los cuatro poder entrar. Quedaba poco más de una hora para el lanzamiento de los misiles. Monty se puso manos a la obra y en menos de un minuto, dijo que había conseguido contactar con ambos, pero que estaban bastante alejados. Esta vez fue Lexa quien habló con Monty, poniéndose al mando. Le explicó donde se encontraba la Base para que supiera guiar a Bellamy y Murphy. Estos servirían como señuelo, mientras que ella y Clarke entraban. Monty sugirió que podía provocar algunas explosiones cerca de la Base para distraer también la atención. Allie sabría que había alguien dentro de su sistema, pero poco importaría cuando supiera que Clarke y los suyos estaban allí con Lexa. De esta manera, atacarían por diferentes frentes, dividiendo las fuerzas de Allie y podrían introducirse en el edificio. La clave era que Lexa llegase con vida, era la única que sabía los códigos para detener un nuevo holocausto nuclear.
Emprendieron la marcha ambas, una al lado de la otra, hacia la base, guiadas por Lexa, que parecía conocerse el camino perfectamente. Clarke tenía un montón de preguntas, pero no era el momento de formularlas. De vez en cuando miraba a la castaña de reojo, como para asegurarse que Lexa era real y estaba a su lado en ese momento, aunque fuese en un maldito mundo virtual. Creía que no iba a volver a verla nunca más. En ese momento, Lexa dio el alto y señaló un edificio blanco de un estilo distinto al resto, justo en el centro de una gran plaza. Era la Base. No obstante, para llegar a ella tendrían que enfrentarse a los guardias que protegían la entrada y seguramente a los que estuvieran dentro del edificio. Clarke llamó a Monty solicitándole ayuda, ellas solas no podrían. Al parecer, Bellamy y Murphy se habían encontrado y estaban muy cerca de la Base ya, habían tenido problemas y tuvieron que hacer frente a varios habitantes que les descubrieron, pero habían conseguido abrirse paso. Monty iba a provocar una explosión en un edificio cercano para llamar la atención de los guardias. Ese sería el momento de atacar para Clarke y Lexa que deberían aproximarse rápidamente para enfrentarse a los guardias.
La explosión produjo un gran estruendo, Clarke y Lexa se miraron antes de salir de su escondite y hacer frente a los guardias que estaban custodiando la entrada de la Base. Clarke recargó su fusil y se dispuso a disparar a los pocos guardias que se habían quedado en la entrada y no habían acudido al lugar de la explosión. Disparó certeramente sobre un guardia y escuchó volar una de las flechas de Lexa que se clavaban en la cabeza. La Comandante tenía una gran puntería con el arco, era una increíble guerrera tanto con la espada como con el arco. Los guardias respondieron y ambas se vieron obligadas a resguardarse en la esquina de uno de los grandes edificios, próximos a la escalinata que llevaba a la plaza. Tenían que despejarla para poder entrar al edificio. Iniciaron un largo tiroteo, en el que desgraciadamente partían en desventaja por mucho que Lexa fuera una gran arquera. No dejaba de ser un arco con flechas contra fusiles que disparaban potentes proyectiles por segundo. Parecía que estaban perdiendo terreno y que los guardias acabarían llegando hasta a ellas, cuando Monty produjo otra explosión muy cerca de ellas haciendo volar varios cuerpos. Pudieron acabar con facilidad con los guardias que quedaban y empezar avanzar sin oposición hacia la entrada del edificio "Clarke ¿Me escuchas?" era Monty comunicándose con ella mientras caminaba "Allie me ha descubierto..." El asiático trató de seguir hablando, pero Clarke únicamente escuchaba palabras entrecortadas hasta que finalmente se cortó la comunicación. Ahora no contarían con su ayuda. Además, nuevos guardias salieron de la entrada tratando de cortar su avance, por suerte Clarke y Lexa se adelantaron y consiguieron acabar con ellos fácilmente. De repente, escuchó un grito desgarrador procedente de su espalda y al darse la vuelta se encontró con el rostro de Jasper, que caía a peso en el suelo. Más allá aparecían Murphy y Bellamy que llegaban justo a tiempo.
- Esto por dispararme, capullo.- masculló Bellamy ante el cadáver de Jasper, antes de dirigirse a la rubia. Se detuvo para escrudiñar a Lexa, sabía que estaba con Clarke, pero era evidente que la Comandante no era de su agrado.
- Gracias por salvarnos.- empezó Clarke, ni ella ni Lexa se habían percatado que Jasper se acercaba por su espalda y los chicos habían llegado justo a tiempo para evitar que fueran atacadas por sorpresa.- No hay tiempo que perder, cubridnos las espaldas mientras Lexa entra e introduce los códigos para detener los misiles.
- ¿Te fías de ella?- preguntó con desprecio el moreno. No tenían tiempo para enfrentamiento entre ellos.
- Es la única que puede salvarnos a todos, Bellamy.- respondió la rubia con impaciencia, pero la respuesta no convenció al chico.
- No se puede confiar en un terrestre, Clarke, lo sabes.- esta vez fue la castaña quien le respondió.
- No volveré a fallar a Clarke.- contestó escuetamente Lexa.
- No quiero interrumpir este bonito reencuentro virtual, pero deberíamos movernos.- intervino Murphy que hasta el momento había sido un espectador más.
Bellamy finalmente asintió. No le quedaba más remedio que confiar en la Comandante y esperar que no les traicionase. Después de todo, había sido la que les había guiado hasta la central de operaciones de Allie y al lugar donde podían desactivarla. Murphy se quedaría protegiendo la entrada y evitaría que los guardias volvieran a entrar, mientras que Bellamy las acompañaría al interior. La clave era proteger a Lexa, tenía que llegar con vida al ordenador central.
Cuando entraron Clarke se quedó impresionada de cómo era aquel lugar. Creía que iba a entrar a una central de operaciones, a algo similar a lo que estaba acostumbrada en el Arca, pero por lo contrario, se encontró con una impoluta mansión, decorada con artículos de lujo y una gran escalera que llevaba a un piso superior. Tampoco parecía haber nadie esperándoles dentro, al parecer todos los guardias habían salido a su encuentro y habían conseguido acabar con ellos. Sin embargo, poco duró esa impresión, ya que empezaron a salir guardias armados desde varios costados, obligando a los tres a refugiarse tras un gran sofá que permanecía en el salón. Clarke se dio cuenta que muchos de ellos no sabían cómo funcionaba un arma, eran simplemente habitantes de Arkadia que habían sido abducidos por Allie, no tenían ninguna instrucción en armas y para ellos tres, sobre todo para Lexa y Bellamy acabar con ellos estaba resultando más fácil de lo esperado.
- Tenemos que llegar a la habitación que hay subiendo las escaleras a la derecha, ahí es donde está el ordenador central.- informó Lexa en una pausa.
- Bien, subid, yo os cubro desde aquí.- dijo Bellamy que respiraba entrecortadamente por el cansancio. Clarke no le gustaba la idea de dejar a su amigo allí, pero la verdad es que tenía un buen ángulo de tiro y podría hacer frente a los guardias si hacían su aparición.
Las dos empezaron a subir por las escaleras de forma precipitada, no les quedaba mucho tiempo para desactivar los misiles y estaban muy cerca de lograrlo. La puerta estaba cerrada, pero no con llave, por lo que la abrieron con facilidad. Clarke fue la primera en entrar y sin tiempo a reaccionar notó un dolor agudo a la altura del brazo. De repente se encontró con Raven tratando de acabar con su vida con una daga, la misma que le había tratado de seccionar el cuello y, por suerte, solo había alcanzado el brazo. Se abalanzó cayendo al suelo sobre ella, le había conseguido herir el brazo y Clarke había perdido fuerza en el mismo, estaba en desventaja. Por suerte, Lexa reaccionó rápido y separó a la ingeniera de una patada del cuerpo de Clarke y de un rápido movimiento acabó con su vida, clavándole su espada en el corazón. Lexa se acercó a Clarke para ayudarla a levantar.
- Lo siento por tu amiga.- Clarke negó con la cabeza restándole importancia, había intentado matarla. Esa no era Raven, como aquel de antes no era Jasper.- ¿Estás bien?- preguntó inspeccionando el brazo ensangrentado por el corte que le había hecho Raven.
La rubia asintió y dirigió su mirada al fondo de la sala donde había varios monitores y teclados: habían llegado a la central de operaciones. Lexa también miró hacia allí.
- ¿Sabrás hacerlo?- preguntó Clarke, no dudaba de Lexa pero le costaba imaginarse a una terrestre frente a ordenadores.
- Sí, Becca me enseñó.- afirmó la castaña avanzando hasta una de los teclados.
- ¡No toques nada, Lexa!- la voz conocida de un hombre irrumpió por la espalda de ambas.
Era Jaha, que había hecho su aparición en la sala e iba acompañado de una mujer alta y muy guapa. Clarke no la había visto nunca por Arkadia y dedujo que era Allie. Por fin le ponía cara a la inteligencia artificial que trataba de destruir el mundo. Lexa se giró para mirarles. Jaha estaba apuntando a la castaña con su pistola y Clarke reaccionó apuntando al antiguo canciller con la suya.
- Acaba con ella, es la única que puede detener nuestros planes.- dijo Allie que para sorpresa de Clarke tenía una voz dulce.
Clarke vio que el hombre se disponía a disparar y se adelantó interponiéndose entre Lexa y él. Escuchó el estruendo del arma al dispararse y enseguida sintió calor en la zona del estómago y un dolor bastante agudo. Se llevó una mano al estómago, estaba empapada de sangre. La habían alcanzado y era un disparo mortal. Para su satisfacción vio como Lexa había aprovechado ese momento de incerteza para lanzar su espada con fuerza alcanzando a Jaha que quedó clavado en la pared debido a la fuerza empleada por la castaña. Se acercó al hombre extrayéndole el arma y acabando también con Allie que se encontraba indefensa. Rápidamente lanzó la espada al suelo y se arrodilló junto a Clarke, que hacía unos segundos había caído al suelo moribunda.
- Clarke, escúchame.- le pidió Lexa acariciando su rostro con una mano mientras que con la otra trataba en vano taponar la herida producida por el disparo. La sangre salía a borbotones y en pocos minutos Clarke se habría desangrado sin remedio.- No te vas a morir, solo morirás aquí, pero continuarás con vida en la Tierra. Estate tranquila, por favor.- Clarke asintió, tratando de relajarse, algo que resultaba realmente difícil ya que todo era demasiado real, sentía que se estaba muriendo de verdad.- Tengo que introducir las claves.- quiso levantarse del lado de Clarke, pero la rubia lo impidió agarrándola de la manga con las pocas fuerzas que le quedaban.
- No te quiero perder...- murmuró la rubia con voz ronca. Temía realmente que al hacer desaparecer aquel mundo Lexa también se fuese para siempre. Sabía que para salvar al mundo tenía que dejar que Lexa introdujese los códigos, pero sentía que se estaba muriendo y lo único que deseaba es estar al lado de la Comandante, pasar sus últimos instantes con ella. Lexa le agarró la mano que sujetaba la manga con firmeza, pero delicadamente.
- No me vas a perder, te estaré esperando en la Tierra.- repuso Lexa con voz dulce.- Te lo prometo.
Suavemente apartó la mano de su manga y se dirigió a los ordenadores. Clarke sintió que se le nublaba la vista, que el dolor desaparecía y poco a poco todo quedaba en silencio. Solo esperaba que Lexa pudiese cumplir su palabra.