I'm (Not) A Hero (Pausada Has...

By EdwardPride0

211K 21.5K 3.5K

¿Cansados de las clásicas historias de héroes que salvan al mundo gracias al poder de la justicia y la amista... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Especial Aniversario
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77

Capítulo 60

1.2K 141 21
By EdwardPride0

[Aiden's POV]
[Varios días después]

Tras varios días de viaje al fin había regresado a casa. Después de todo lo que había estado haciendo últimamente, lo único que deseaba era pasar una temporada tranquilo y sin tener que viajar: hacer los recados del día por la mañana y entrenar por las tardes para no perder la forma. Simplemente vivir la vida y ver los días pasar hasta decidir que era el momento de buscar a mi siguiente objetivo.

Mientras pensaba en todo aquello, finalmente llegué a casa. Nada más entrar me encontré con Chain, que se hallaba detrás del mostrador leyendo un libro.

— ¡Pero mira a quién tenemos por aquí! —dijo Chain con una sonrisa—. ¿Qué tal te ha ido? Veo que al menos no has muerto en medio del Palacio… La verdad, eso era lo que me temía.

— Gracias por la confianza… —le respondí riendo—. No ha ido nada mal: no he llegado a avanzar demasiado en la mazmorra, pero he conseguido una recompensa lo suficientemente buena para que me haya merecido la pena el viaje. De hecho, puede que avance bastante con la recolección de los materiales para mi arma, por lo que estoy bastante contento.

— Ya veo —dijo Chain—. Por cierto, no te olvides de avisar a los demás de que has llegado… Sobre todo a Gun, me pidió que te dijese que en cuanto llegaras fueras a hablar con ella.

— Bueno... Está bien —me sorprendí—. ¿Dónde está ahora mismo?

— Pues justo hace un rato ha salido, pero seguramente vuelva en unas horas.

Como Gun no se encontraba en casa en ese momento decidí encargarme de todo lo que debía hacer para no tener tareas pendientes.
Para empezar fui a saludar a Regin y a Glint, los cuales se encontraban charlando en el cuarto del primero. En cuanto me vieron me saludaron efusivamente y empezaron a preguntarme cosas sobre mi viaje y mi experiencia en El Palacio. Parecían muy interesados, así que hablamos durante bastante tiempo y les di un gran número de detalles sobre mi travesía.
Luego me excusé porque tenía cosas que hacer, así que nos despedimos y me fui a mi habitación tras prometerles que al día siguiente seguiría contándoles más hechos sobre mi viaje, a pesar de que no me quedaba mucho más material interesante que explicar.

Una vez en mi cuarto organicé todas mis cosas, y una vez terminé me senté en la cama para utilizar el libro que me había dado Glenn, ya que tenía que informarle de que le enviaría una gran cantidad de objetos y dinero para pagar los materiales que estaba buscando. Al contrario de la última vez, su respuesta fue casi inmediata: tras solo un par de minutos me informó de que podía proceder a enviar todo lo que tenía mediante el mismo método que había utilizado la última vez.

Como no tenía otra cosa que hacer cogí las dos bolsas mágicas que había obtenido en El Palacio y me dirigí al bar a través del cual le mandé las cosas a Glenn la vez anterior. No tardé mucho en llegar, y al entrar pedí ver al empleado de Glenn para que examinara los objetos que se encontraban en el interior de las bolsas. Utilizando una especie de lente de color azul oscuro, comenzó a observar todos los objetos que iba sacando de las bolsas.

Cuando examinó la bolsa dorada no pareció sorprenderle demasiado lo que encontró en su interior, más allá de un par de lingotes que le hicieron esbozar ligeras muecas de sorpresa; pero cuando comenzó a examinar los contenidos de la bolsa roja, no pudo evitar mostrar su asombro.

—¿Sabes todo lo que tienes aquí? —me preguntó incrédulo.

— La verdad es que no…—le dije sinceramente.

— No sé de dónde habrás sacado todo esto, pero encontrando al comprador adecuado podrás conseguir cientos de miles de fidels... o incluso millones —me explicó seriamente—. He visto la lista de materiales que estás buscando, y al principio incluso me pareció absurdo que estuvieras buscando materiales tan caros… Pero con todo esto y algo de tiempo podrás conseguir todo lo que necesites fácilmente, e incluso te sobrará algo de dinero.

— Ya veo…—dije muy sorprendido.

Al final, hacerle caso Belfegor había resultado más beneficioso de lo que podía imaginar. Sin duda, la próxima vez que lo viera necesitaba agradecerle todo lo que me había dado.

Después de un rato, el hombre terminó de examinar todo lo que le había llevado y pude regresar a casa. Ya estaba anocheciendo, por lo que no tardé demasiado en cenar y poco después me fui a mi cuarto para ponerme el pijama y echarme en cama a dormir. No obstante, justo cuando estaba a punto de tumbarme y cerrar los ojos alguien llamó a mi puerta, por lo que me levanté a regañadientes y abrí.

— ¿No pensabas saludarme o qué? —dijo Gun apoyada en el marco de la puerta, esbozando una sonrisa maliciosa.

Me sorprendió verla allí: Chain me había dicho que había salido y no la había oído volver, así que pensaba que no iba a regresar hasta mañana.

— Creía que estabas fuera… —me excusé.

— Sí, sí… no intentes disculparte. Me he tenido que enterar por Regin de que habías vuelto, me siento herida —me interrumpió haciendo gestos dramáticos—. Pero dejémoslo, no me apetece discutir.

Quise decir algo, pero simplemente me quedé parado mirándola. No sabía muy bien qué decirle: ¿Por qué quería hablar conmigo? ¿Tendría que ver con nuestra última conversación?

Gun chasqueó la lengua.
   
— Bueno, si no piensas invitarme a pasar me invitaré yo misma —dijo entrando en mi cuarto y echándose sobre la cama de salto—. Quiero que me cuentes tus hazañas como superviviente de El Palacio, oh, gran Aiden.

Al oír aquella dramatización exagerada me destensé inmediatamente y reí mientras cerraba la puerta para sentarme al borde de la cama, junto a Gun. Ella rió conmigo, y por un momento parecía que éramos simples ciudadanos sin preocupaciones y no dos personas que volvían a verse después de embarcarse en viajes casi suicidas.

    — Si tan interesada estás supongo que no tengo más remedio que contártelo todo —bromeé.

    — Vaya, vaya… Has recuperado la vena humorística —rió Gun dándome un golpe en el hombro.

Sonreí vergonzoso y vi que Gun se sentaba en posición india mirando hacia mí, esperando que empezase mi relato. La notaba feliz, sonriente, sarcástica y dramática… La Gun de siempre, y eso me provocaba una sensación de calidez y comodidad, pero a la vez un sentimiento de nerviosismo constante. Siempre que estaba cerca de mí mis sentimientos se volvían un caos, pero intenté hacer caso omiso de aquello y comencé a contarle a mi compañera lo que había vivido durante mi viaje al Palacio.

Durante todo el tiempo ella pareció muy interesada: me miraba con aquellos ojos grandes, brillantes y curiosos.... unos ojos que no parecían esconder ya ningún tipo de carga ni preocupación, unos ojos que no creía haber visto nunca antes en ella. De nuevo, como solía suceder cuando la observaba, se me aceleró el pulso.

— Tierra llamando a Aiden —dijo Gun agitando una mano frente a mi rostro—. Te he preguntado si sabes cuanto dinero te sobrará tras todas tus transacciones.

Sacudí la cabeza y me disculpé:

    — Perdona, es solo que te ves bastante… ¿normal? —reí.

    — ¿Qué se supone que me estás llamado? — preguntó ella arqueando una ceja.
   
    — No, me refiero a que pareces estar de muy buen humor.

Ella sonrió ampliamente y se dejó caer de espaldas en la cama con un suspiro:

— Podría decirse que me he librado de un peso que llevaba encima desde hacía muchos años y ahora por fin me siento libre.

— ¿Eso significa que ya has solucionado los problemas de los que me hablaste la última vez? — le pregunté.

Ella asintió sonriente, y no pude evitar sentirme feliz: Gun no me había contado nada la última vez que nos vimos, pero aquel problema había sido el causante de que nos distanciáramos, por lo que me alegré al pensar que al fin podríamos volver a estar como siempre. De hecho, eso era lo que ella me había dicho, que “todo volvería a ser como antes”, y parecía ser cierto.

    — No quiero meterme donde no me llaman, pero… ¿Puedo saber ahora de qué problema tenías que ocuparte?

— Bueno… si estás dispuesto a escuchar una larga historia podría contártelo —sonrió mientras volvía a incorporarse.

Yo asentí efusivamente, así que Gun tomó aire y se dispuso a contarme todo lo que había vivido, absolutamente todo: su infancia, la huida de su pueblo natal junto a su hermano, el cómo se unieron a una banda criminal y cómo su hermano los mató a todos. No obvió ni el más mínimo detalle.
   
    Cuando terminó me quedé en silencio durante un largo tiempo, procesando todo lo que acababa de escuchar. Hasta ese momento no había pensado que Gun hubiera tenido una vida demasiado distinta a la de cualquier ladrón promedio… Pero me equivocaba: era una mujer fuerte, incluso más de lo que creía, que no había dejado nunca de pelear por encontrar la seguridad en su vida. No nos confundamos, no sentía pena por ella; más bien se trataba de respeto, un profundo respeto y una gran admiración.

    — ¿Por qué no me pediste ayuda? —pregunté finalmente—. Podría haberte ayudado, podríamos haberlo hecho juntos… ¿Y si te hubiera pasado algo? Sabías que era una misión suicida y que podías no regresar nunca.

    — La muerte era un riesgo que tenía que asumir, Aiden… No le temo a la muerte, pero sí a la muerte de la gente que me importa.

Mi corazón latió con fuerza y, de repente, los nervios regresaron.

— Ya sé que soy muy bruta y todo eso, pero quiero que sepas que robarte aquella daga en el mercado seguramente haya sido la mejor decisión de mi vida —me confesó—. Si no nos hubiéramos conocido seguramente ahora seguiría escondiéndome de mis miedos y siendo una ladronzuela de tres al cuarto.

— No sé qué decir… —respondí avergonzado—. Yo también te considero una gran amiga, Gun.

Al oírme, ella resopló y rodó los ojos, para luego echar una sonora carcajada. Luego se inclinó hacia mí y me miró fijamente:

— Aiden… ¿No lo entiendes, verdad? —preguntó con un tono de decepción.

Mi pulso se aceleró de forma incontrolable. Todo era muy extraño, parecía… No, no era posible que Gun tuviera algún tipo de interés en mí, mis enredados sentimientos me estaban jugando una mala pasada. Pero ella siguió inclinándose hacia mí. Me tensé y mi cuerpo se volvió rígido como una piedra, esperando el contacto de sus labios… pero nunca llegó. Gun se detuvo justo antes de besarme, soltando una risa que parecía esconder tristeza, y se levantó con rapidez de la cama.

    — ¿Sabes qué? Al menos no puedo decir que no lo he intentado —dijo pasándose una mano por el pelo.

Luego, sin dirigirme la mirada, caminó hacia la puerta.

    — Espera, ¿qué pasa? —pregunté confuso, yendo tras ella—. ¿A dónde vas?

Gun se giró hacia mí y me lanzó una mirada asesina.

    — Solo déjame sola, ¿vale? —me espetó—. Podrías haber sido un poco menos arisco, al menos.

— Gun, de verdad, no entiendo nada. Estábamos hablando y…

Ella me interrumpió empujando mi hombro derecho para que retrocediera.

— ¿Cómo te sentirías tú si la persona que te gusta te rechazase tan friamente? —me preguntó, claramente enfadada y dolida.

Después de aquello ambos nos quedamos callados, mirándonos fijamente durante un buen rato.

    — Gun, yo no sabía… —intenté decir.
   
    —  ¿En serio? —me preguntó ella, mirándome como si fuera un loco—. Ni se te ocurra intentar decirme que después de besarte y confesarme no tienes ni la más mínima idea de que me gustas. Sería lo más ridículo que he oído en toda mi vida, Aiden, así que mejor ahórratelo.

Casi perdí el sentido al escuchar sus palabras, pero no pude decir nada, porque acto seguido giró el pomo de la puerta y se adentró en el pasillo tras cerrar de un portazo, dejándome allí de pie como si fuera un completo imbécil.
No, de hecho sí que era un imbécil. Durante todo este tiempo Gun había estado intentando mostrarme lo importante que era para ella… que me quería. Y yo, como un idiota, todas y cada una de esas veces había tratado de negar lo evidente y me había quedado quieto y mudo. ¿Y todo por qué? Porque yo, al contrario que ella, no había afrontado mis miedos: no quería aceptar que yo también sentía algo por Gun, algo diferente, que nunca antes había sentido. Aceptar aquello me aterraba, y por mi cobardía había herido a Gun.

    Sintiéndome terriblemente mal conmigo mismo, salí de mi cuarto a toda prisa, esperando encontrar a Gun antes de que entrase en su cuarto. Y allí estaba, con la espalda apoyada contra la pared del pasillo, con los brazos cruzados y mirando al suelo.

    — Lo siento, me he pasado —dijo antes de que yo pudiese dirigirle la palabra—. No es como si fuera tu culpa no sentir lo mismo, ha sido el calor del momento. Necesitaré algo de tiempo, pero quiero que sigamos siendo amigos: no quiero perder eso.

— No —respondí por impulso.

Ella me miró como si quisiera matarme.

    — No me he tragado mi orgullo y me he disculpado para esto —dijo muy molesta antes de ponerse a avanzar a través del pasillo a paso rápido.

Tragué saliva y tomé una gran bocanada de aire, y antes de saber lo que estaba haciendo, lo solté:

    — Tú también eres importante para mí.

Gun detuvo su paso, pero no se giró.

    — Está claro que no de la misma forma… —empezó.

    — Sí —la interrumpí—. Pero me he comportado como un imbécil, intentaba convencerme a mí mismo de que no sentías nada por mí y de que yo no sentía exactamente lo mismo por ti, y he acabado hiriéndote.

Mi corazón latía descontrolado, bombeaba a tal fuerza que temía que Gun pudiera oírlo. El silencio se hizo patente y miré hacia el suelo para intentar calmarme. Gun seguía allí parada sin decir nada, así que supuse que había estropeado las cosas hasta el punto de no poder arreglarlas… No obstante, al cabo de unos minutos, oí sus pasos acercarse a mí, así que levanté la cabeza para mirarla. La encontré frente a mí, mirándome aún con aquellos ojos amenazadores y, sin darme tiempo a reaccionar, me pegó un puñetazo en el hombro.
— Eso por imbécil —dijo.

Cerré los ojos esperando más golpes, pero lo único que noté a continuación fueron sus brazos rodeándome y su respiración contra mi cuello.
    No lo había estropeado. Gracias a Dios. Una enorme sonrisa se formó en mi rostro sin poder evitarlo, e impulsivamente rodeé la cintura de Gun con fuerza, respondiendo a su abrazo, estrechándola contra mí. Esta vez no hubo rigidez ni nerviosismo, sino una reconfortante calidez recorriendo mi cuerpo: había aceptado mis sentimientos y, aunque no sabía lo que sucedería en el futuro, decidí rendirme a ellos.

Estuvimos abrazados en silencio quién sabe cuánto tiempo. Puede que diez segundos o puede que veinte minutos, pero no quería soltarla. Las palabras ya no eran necesarias.
    Finalmente, un crujido en el suelo hizo que nos separáramos a toda prisa, temiendo que alguien nos encontrara en aquella situación. Al comprobar que no había nadie alrededor ambos nos reímos en voz baja y nos miramos: era hora de irse.

    — Buenas noches —se despidió Gun.
   
    — Buenas noches —repetí con una sonrisa.

Héroes enemigos supervivientes:214

Continue Reading

You'll Also Like

37.2K 5.6K 29
《 Transmigré a la antigüedad para ganar dinero y criar a mi cachorro 》 Continuación a partir del capítulo 200. Para leer la primera parte, busca la n...
457K 50.6K 62
Esta es la historia de una mujer que intentaron casar con muchos lords, pero que se enamoró de muchas princesas. ~~~ Monarca es la historia de la pri...
46.9K 7.8K 51
todos los personajes
822K 91.6K 12
Tercer libro en la trilogía Almas Perdidas.