Seis meses después...
Observé los últimos retoques que James —nuestro amigo tatuador— le daba a mi brazo, con una sonrisa plantada en mi rostro.
— ¿Qué tal? —cuestionó terminando de limpiar el tatuaje con sumo cuidado.
Moví mi brazo intentando no tocar la línea trazada con los dedos. —A juzgar por su simpleza, no puedo estar más contenta con el resultado.
Mirando ambos tatuajes realizados, una sonrisa escapó de mis labios. "Abierta al cambio", pues ya no más. El antiguo Delta abierto, ahora se encontraba absolutamente cerrado. Dándole más importancia a su significado, ya no debía estar preocupada.
Estaba fuera de contratos, con la consciencia tranquila porque no debía preocuparme por cambiarme de universidad, no tenía que estar pendiente de las bromas, no necesitaba estar al tanto de lo que los Sigma nos hicieran y estaba rodeada de gente que quería.
¿Qué más podía pedir?
— ¡Esto duele demasiado! —aulló Tyler agarrando el brazo de Luke con demasiada fuerza.
— ¡Tranquilo, Miller! —le respondió el rubio de la misma forma—. Si me mueves, más que un triángulo Delta, me quedará un octágono deforme.
Liam rió por el comentario luciendo su Delta en la pantorrilla. Sentí dos brazos cubriendo mi abdomen, era Brown enseñándome el mismo tatuaje en el cuello.
—Te ha quedado genial.
—Todo me queda genial —respondió con altanería.
—El egocentrismo no te queda genial.
— ¿Cómo que no? —cuestionó con sorpresa rodeándome para enfatizar la situación—. Si con eso te conquisté. Es parte de mi personalidad. ¡Parte de mi vida!
Rodé los ojos, sonriendo. —Como digas.
—Aunque te puedo asegurar que tú eres la mejor parte, tanto en mi vida como en mi corazón... —continuó alzando la mano, para luego, acariciar mi mejilla con suavidad. Sus ojos brillaron y unió nuestros labios haciéndome sentir que me había sumergido en un mar de amor.
Me parece que todos escuchamos a Madison decir "Wacala, qué puto asco".
— ¡Déjenos un poco de atención a nosotros también! —exclamó Liam provocando que mi novio y yo nos alejáramos enseguida. El chico tomó a Luke de la mano atrayéndolo hacia él. Miré de reojo a Brown, sonrío pasando su brazo por mis hombros y acarició mi brazo sin dejar de observar a ambos chicos. Intercambié miradas confusas con Tyler y Jayden, parecía no ser la única que había escuchado esa indirecta.
—Ehh, ¿de qué hablan? —cuestionó Chelsea con picardía, pegándose todavía más al brazo de su novio.
Luke suspiró y miró a Liam, sonriente. —Damas y caballeros, les presento oficial y formalmente a mi novio: Liam Carter —afirmó alzando al aire sus manos entrelazadas, para después, apoyar su mano en la mejilla del chico y besarse con lentitud. Solté un grito a la par de Thomas, Chelsea y Matthew.
— ¡Oh, por Dios! —gritó Chels abriendo la boca a más no poder.
— ¡Esto es increíble! —Thomas se abanicó la cara y rió como foca pariendo—. Creo que me desmayaré.
A su lado, Matthew asintió con exageración concordando con su casi gemelo perdido.
— ¡Felicitaciones! —vociferamos todos al unísono.
Corrí hacia la pareja y los abracé a ambos con toda mi fuerza de lenteja mientras los zarandeaba y estrujaba como naranja.
—Ash, por favor, quiero entero a mi novio —rogó Liam soltándose de mis garras. Escuché a Luke reír y decidí cumplirle el deseo al chico.
—Estoy muy orgullosa de ustedes, en serio. Ojalá sean muy felices juntos.
—Gracias, chiquita. —La Luky Heidi acarició mi cabello regalándome un gran enredo de cabello, no me quejé porque estaba junto a ellos y eso era lo que importaba.
— ¿A alguien más le gustaría hacer una confesión o declaración de amor? —indagó Emily abrazando a Keegan.
Tyler se encogió de hombros y besó a Lily, alias la lagartija, apasionadamente. Ninguno dudo en aplaudir y silbar, alabando la muestra de amor. La mayoría dudaba de la relación de aquella chica, a la que alguna vez presioné contra los casilleros para que nos dijera quiénes les habían dicho a los Sigma sobre las fobias y miedos de los Delta, y Tyler, nuestro divertido, cariñoso e infantil chico-sonrisas.
La chica asiática se ruborizó, cuando su novio la dejó con los pies en la tierra y susurró algo en su oído. Sonreí por ellos y por todos nosotros.
Era lindo saber que por fin las cosas estaban a nuestro favor.
— ¿Alguien más que decida aportar lo suyo? —continuó Alex haciendo un ademán. Los chicos lo miramos esperando que él siguiera con el mini discurso de amor—. A mí no me miren, ya saben que soy del tipo «mejor solo que mal acompañado».
—Y también del «mejor con Loreta Flankintin que sólo...» —insistió Noah codeando al ojiazul mientras que meneaba las cejas a ritmo, reímos por la acción de Noah. Alex Pejelagarto lo miró con mala gana y prefirió empujarlo para que dejara el espectáculo.
—Qué chistoso.
— ¡Ya que nadie va a decir nada más! —interrumpió Jayden, miró a su novia quien asintió respondiendo a lo que sea que haya sido esa mirada de ojos voraz, y el chico extendió su mano ayudando a Megan a levantarse de la silla—. Nosotros también le tenemos una gran noticia.
— ¡Me emocioné y todavía no dijeron nada! —gritó Luke agitando las manos.
Megan rió limpiándose la lágrima que le había caído en la mejilla.
El silencio inundó el lugar, cada uno había cerrado su boca para escuchar atentamente lo que el moreno estaba por anunciar junto a su pareja. Los nervios comenzaron a carcomer mi estómago y sé que no fui la única porque pronto Tyler gritó asustando a todos.
— ¡Ya dínos y deja el maldito misterio!
Jay rodó los ojos y acarició los hombros de su novia plantando una sonrisa deslumbrante en su rostro.
—Megan está embarazada. Estamos esperando una niña.
Todos gritamos de la emoción, a excepción de que yo me dediqué a tapar mi boca con la mano, Matthew se dedicó a desmayarse en el medio del césped, Chels y Emily comenzaron a llorar, a Thom le agarró un ataque de emoción y Ty volcó toda su cerveza en el vestido de Lily, quien no le importó en absoluto y se acercó inmediatamente a abrazar a la pareja.
—Felicidades, chicos. ¡Eso es asombroso!
Me encaminé hacia ambos, cuando la mayoría terminó de felicitarlos, y abracé a Megan con poca fuerza.
— ¿Ya saben el nombre de la bebé en camino? —pregunté observando la pequeña barriga de la chica.
—Estábamos pensando en Daphne o Astrid, ya sabes, algún nombre exótico y de carácter fuerte —respondió Jayden observando a su novia. Sus ojos llorosos reflejaron amor y casi me derrito por su mirada—. Nuestra nena va a ser una princesa valiente.
—Se me ocurren nombres de princesas valientes —comenté con euforia. Les asentí reafirmando mi respuesta y acaricié sus brazos—. Ashley es un buen nombre de princesa valiente.
Alguien rió detrás de mí y pasó sus brazos por mi cintura mientras acariciaba mi estómago.
—Ni me lo digas, princesa —Ashton plantó un beso en mi mejilla y me soltó para felicitar a la pareja. Se acercó a Jayden abrazándolo con fuerza y repitió su acción siendo más precavido con Megan—. Ojalá sean muy felices, se lo merecen.
Abracé a Jayden con un poco de fuerza bruta y lo zarandeé de lado a lado por unos segundos, para luego volver al lado de Ash y sentir sus brazo sobre mis hombros.
—Felicitaciones, estoy orgullosa de ustedes.
—Gracias, chicos. Estamos seguros de que nuestra hija va a tener tíos muy bonitos y divertidos —respondió Meg con una sonrisa, nos guiñó el ojo a Ashton y a mí y apretó nuestras manos.
— ¡Yo abro el champagne! —exclamó Ty alzando la botella al cielo. Rápidamente quitó los alambres alejándose de Megan y sacó el corcho con brutalidad, ocasionando que el mismo volase para cualquier lado y terminase aterrizando en el ojo de Ryan—. Oh, lo siento mucho.
Miley, su novia, rió al instante y le preguntó si se encontraba bien.
—Estoy bien, estoy bien. Casi ciego, pero bien —habló Ry tapando su ojo con la mano.
Ty se acercó a Megan ofreciéndole champagne y la chica negó sonriéndole.
— ¡Ah! Cierto que estás embarazada.
Reí leve por la acción de Ty y le agradecí por la copa de champagne.
— ¡Brindemos por un buen futuro juntos! —exclamó James alzando el líquido al aire. En un segundo, todos bebimos de nuestros respectivas copas y celebramos con silbidos.
Me tomé un segundo para observar a cada uno de los presentes y sonreí pensando en todo lo ocurrido.
Habíamos ganado la guerra de bromas. Delpha había ganado. Destruyendo y dejando en ridículo a todos los Sigma con muestras que ayudasen a los futuros abogados Delta a encerrar a los delincuentes en la cárcel.
Varios de los Sigma tenían cargos y un largo expediente; Sean y Cameron estaban pasando sus meses en celdas y haciendo servicio comunitario, y esperaba que Asher se pudriera años en la prisión.
Los Delta ya no eran los chicos arrogantes, rebeldes e infantiles que había conocido: los Delta eran unos hombres. Yo ya no era «The Queen of Problem», yo era una Delta y nadie iba a poder cambiar eso.
La guerra había finalizado, ahora estábamos en paz.
James se levantó del asiento guardando sus máquinas con rapidez y se unió al reciente amontonamiento de personas que los Delta y las chicas habían formado.
Fruncí el ceño con confusión cuando vi a Ashton sacar algo del bolsillo de su pantalón, para luego, arrodillarse sonriéndome de lado a lado.
Me crucé de brazos arqueando la ceja, ¿quién sería tan estúpida como para creerle una tercera vez? Estaba molestando, como siempre.
—Si crees que soy demasiado tonta como para caer por terce... —decía, la combinación de su melodiosa risa y la acción de abrir la caja fue lo que provocó que mi boca se cerrara. Y supe que era verdad, cuando las infinitas y relucientes piedras zirconia me recordaron la tradición de la familia Brown.
—Ashley Hannah Smith, ¿me harías el honor de hacerme el hombre más feliz del mundo y te casarías conmigo?
Ashton me había contado que el amor no tiene un final feliz porque el amor nunca termina, y esto recién empezaba.
Quizá no era el mejor final feliz.
Pero era mi final y estaba feliz con eso.