Maratón número 2 por cuarentena 1/3
3 años después.
Entre en pánico cuando el carro no se había terminado de detener en su totalidad y Giago abrió la puerta y bajo.
Corrí detrás de en el momento que me pude quitar el cinturón y bajar, sabia que no había sido buena idea no sentarlo en su silla, pero milo había insistido en que lo dejáramos atrás sin abrocharle a la silla, para que el pudiera jugar para mi no era una buena idea pero no quería llevar la contraria delante del niño, puesto que ambos comenzaban a llevarse un poco bien, aunque Giago seguía receloso.
Pero esto había dado pie a que el saltara del carro sin pensarlo dos veces.
- Giago vuelve aquí - grite detrás de el, pero ya estaba subiendo hacia la casa sin mirar para ningún lado-este niño va a matarme algún día- tire de mi cabello. El pequeño rubio apenas vio a uno de sus tíos abrir la puerta salto en sus brazos alegremente, su cabello estaba un poco largo y el viento agitaba el cabello que caía sobre su frente.
Camine con mas calma cuando el terremoto ya estaba seguro en los brazos de mi hermano mayor.
- No vuelvas a bajar así del auto, Giago. - agito sus pestañas de manera manipuladora- No me mires así, estoy hablando en serio. No vuelvas hacerlo.
Nunca podía enojarme con él- Lo siento mami.
- como podría enojarme con esos ojitos, Dios mío. Pero no lo vuelvas hacer o tendré que castigarte - asintió- Te amo, bebe.
- ya no soy un bebe, mama - se escondido en el cuello de su tío cuando trate de besarle el rostro.
Mi hermano mayor comenzó a reírse, lo salude besando su mejilla y un gran abrazo que casi me deja sin aire.
Todo estaba igual, como si el tiempo no hubiera pasado. Estaba feliz de volver y llevar a mi pequeño a los lugares donde solía ir yo de niña y dejarlo buscar sus propios escondites también, eso era lo mejor de este lugar, era bastante seguro para los niños.
Giago tenía 3 años, y era la primera vez desde que me fui que volvía al pueblo.
El ruido de la puerta trasera sonó anunciando que alguien acababa de entrar por la puerta de la cocina.
Unos segundos después un hombre salio de la cocina y se quedo -Damion donde dejaste ...- esa voz me dejo paralizada. No había pensado que este encuentro se pudiera dar tan rápido.
Pero era mas que seguro que ocurriera. Nadie en mi familia sabia quien era el padre de Giago,estuvieron preguntando durante un largo tiempo pero se habían rendido.
Pensaban que había estado con algún chico en la capital y solo me había usado. Bueno, ya sabemos que mis padres nunca creyeron aquello.
Los ojos de Thiago pasaron de Daimon, a mi y luego al pequeño niño que Daimon tenia en brazos. Casi pude ver como su piel pasaba de un color cálido a un blanco casi pálido.
Estaba totalmente segura que había notado el parecido con Giago, podía ver los engranajes en su cabeza maquinando todo, su boca se abrió y luego se cerro sin decir nada.
-Amor - sentí unos brazos en mi cintura . Milo sonrió mirándonos a todos reunidos en la puerta- ustedes deben ser los hermanos de mi adorada mujer - extendió la mano para que la estrecharan pero ninguno lo hizo.
Solté un bufido y mire de mala manera a Daimon, no tenia por que trata de esa manera a Milo, apenas se estaban conociendo y ya le salia con una grosería, y estaba consiente que mis otros hermanos serian igual con el.
Thiago tiro de su sombrero hacia atrás- No soy su hermano -el tono que uso thiago con milo fue de fastidio. Gracias a dios, mi prometido no lo no o simplemente no le dio importancia aquel gesto de desprecio.
-Yo si, soy Daimon - también hablo con fastidio pero este lo demostró aun mas que milo se tenso detrás de mi. Dejándolo con la mano extendida.
Thiago nos miro fijamente a los dos entrecerrando los ojos y frunciendo la nariz. Giago miro a su tío y luego miro al rubio frente a él con curiosidad e imitando el gesto.
Era primera vez que los veía ha ambos juntos, y no quedaba duda de que eran idénticos.
Agarre las manos de Milo y tire de él para que me siguiera- Ven te presentare a la parte de la familia que si es agradable- dije lo ultimo alargando las letras mientras miraba a mi hermano mayor con un poco de enojo, este levanto los hombros como si no le importara y Giago también lo hizo.
Lo único malo de aquella edad, era que su hijo imitaba todo lo que hacían los hombres a su alrededor.
Jale a milo para que entrara entrara en la siguiente habitación y nos alejáramos de aquel par. Giago no dejaba de moverse alegre en sus brazos así que lo deje con su tío.
[...]
Llevaba una semana aquí y se sentía como si nunca me hubiera ido, lo único que me hacia caer en cuenta de que no era así, era la risa de Giago por toda la casa, mis padres y hermanos estaban mas que felices con su presencia allí.
Había estado esquiando cada encuentro con Thiago cuando se encontraba en la casa o en el pueblo, aun no me sentía bien para poder hablar con él.
Espere ansiosa la llegada Jay pero nunca fue a casa, estaba segura que el sabia que estaba aquí. como no iba saberlo si su hermano seguramente le habría comentado, eso me puso triste cuando los Bieber y su hijo mayor fueron a casa de visita y Jay no estaba ahí entre ellos.
Al parecer, si estaba muy molesto como para no verme luego de tanto tiempo, no lo iba a culpar porque obviamente la culpa fue toda mía y de mis hormonas en ese momento.
Sonreí cuando el viento toco mi rostro luego de tres años, un pequeño pájaro voló cerca de mi para después pararse en uno de los arboles en ese momento note que pequeñas aves cantaban.
Todo lo que extrañe estaba aquí y no quería volver a irme nunca mas de aquí, no podría vivir nuevamente en ese apartamento sin sentirme encerrada. Pero todo se derrumbo cuando milo hizo notar su despreció diciendo que odiaría vivir por mucho tiempo en un pueblo pequeño y poco civilizado como este.
Que agradecía que solo estuviéramos aquí un par de semanas, que ya entendía porque me había ido de aquí para la ciudad. Pero el estaba tan equivocado, no me había ido de aquí porque no me gustara vivir aquí.
Para mi este pueblo era lo que siempre había estado en mi durante mi crecimiento y no lo veía poco civilizado. Al contrario mucha gente que vivía aquí antes había mantenido una vida en grandes ciudades y se quedaron por la paz que da vivir en un lugar poco industrializado.
Metí lo pies en el agua de mi parte favorita de este lugar. La laguna con su preciosa cascada, nunca cambiaría este lugar ni por todo el oro del mundo.
Todo me transmitía una sensación de que nada podía salir mal estando aquí.
El ruido de un caballo trotando llego hasta mis oídos, me gire encontrándome a Thiago Bieber venir hasta mí.
La sangre dejo de correr en mi cuerpo o al menos así lo sentí yo.
Bajo del caballo y camino hasta mi-¿Hasta cuando vas a ignorarme? -me enfrento con aquella actitud que antes me parecía fascinante.
Un escudo de protección se activo dentro de mi- No lo estoy ignorando Sr Bieber.
Metió ambas manos en los lados de su pantalón-¿Sr Bieber? Nunca nos tratamos así.
Le di la espalda, no podía mirarlo por mucho tiempo a la cara o terminaría llorando de la frustración-No recuerda como me prohibido rotundamente que lo volviera a tutear, o ya olvido las infinidades de veces que me humillo.
Toco mi hombro- Faih.
-¿O ya olvido como esta jovencita iba de pantalones en pantalones saltando? - tenia que sacar todo aquello que nunca pude decirle, eso que aun tenia atorado en mi garganta, porque nadie puede avanzar sino cierra un ciclo.
-Faraih yo...-vi como restregó su rostro.
Lo apunte con mis dedos, quería tirarme sobre el y golpearlo tanto para quitarme todo el enojo-Usted nada
-ya deja de hablarme como si no me conocieras -Se quito el sombrero y lo apretó entre sus dedos frustrado seguramente con mi actitud, pero como quería que lo tratara.
-Porque lo conozco le hablo así.
-solo quiero que me respondas algo -Me agarro por los hombros y me pego al árbol para evitar que escapara, me conocía y me molestaba.
Sabia que se aproximaba, mire fijamente sus ojos dorados que se mantenian brillosos-¿que?
- ese niño...¿es mio? -porque tenia que estar tan cerca y mirándome de esa manera. Como si de verdad lo que yo le fuera a decir, hiciera una gran diferencia en su vida, como si de verdad anhelara aquello.
antes de responder gire mi rostro-No
-Faraih joder, por el amor a Dios -grito.
-No es su hijo -grite tanto en su rostro como pude- Es mio,y de Milo.
- Ese niño no se parece a el- tomo mi barbilla para llevar mi rostro nuevamente al frente para que lo mirara- Es rubio y no moreno.
-¿y tiene que aparecerse a el para que sea su hijo? -esta vez lo enfrente, su mirada con la mía.
su voz se suavizo y bajo varios tonos- No pero...por favor, si el es mi hijo, no me lo niegues.
- Recuerdas como me dijiste que si solo se me ocurría atraparte con un embarazo planeado por mi ibas a hacer lo posible para negarlo? Porque yo era una manipuladora.
- Lo siento. Joder, fui un imbécil faih, lo fui....me sentí muy mal al momento de enterarme que te fuiste, pero pensé que eso había sido lo mejor -dejo de acorralarme y cuando me soltó, me dio la espalda.
- lo mejor para ti - grite tirándome sobre el para pegarle en el hombro.
se dio la vuelta forcejeando conmigo hasta que tuvo todo el control de mis manos en las suya, solo pude quedarme quita-No
-si, así fue - jale mis manos para que me soltara pero no lo hizo, solo se quedo callado mirándome -y ese niño no tu hijo, es mio y te quiero lejos de nosotros
Esto no era lo que tenia planeado, venia con toda la intención de decirle que Giago era su hijos. Pero no puede, el dolor era mucho mas fuerte que cualquier verdad.
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HELLO
AQUI NUEVO CAPITULO DE CUARENTENA... SE ACERCA EL FINAL.
ESPERO QUE DISFRUTEN EL CAPITULO <3