BACK FOR YOU » BARRY ALLEN/TH...

By _danef

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GUARDIAN'S LOVE I; PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU" Existe el mito de que en alguna Tierra paralela, los más... More

TRILOGÍA "YOU"
Sinopsis.
Reparto.
G r a p h i c s
Prólogo.
uno.
dos.
tres.
cuatro.
cinco.
seis.
siete.
ocho.
nueve.
diez.
once.
doce.
trece.
catorce.
quince.
dieciséis.
diecisiete.
dieciocho.
diecinueve.
veinte.
veintiuno.
veintidós.
veintitrés.
veinticuatro.
veinticinco.
veintiséis.
veintisiete.
veintiocho.
veintinueve.
treinta.
treinta y uno.
treinta y dos.
treinta y tres.
treinta y cuatro.
treinta y cinco.
treinta y seis.
treinta y siete.
treinta y ocho.
Notaaaa.
¡Wattys 2020!

epílogo.

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By _danef

»Epílogo: Rutina interrumpida. «

LA ALARMA SUENA rotundamente por toda la habitación, sacando un gruñido de notoria queja desde el fondo de su garganta. Gira por la cama caliente y mullida hasta apagar aquel sonido ligeramente molesto proveniente de su teléfono con cierto aire cansado, mientras suelta un enorme bostezo que fácilmente se asimilaría a uno que un cachorro berrinchudo soltaría después de haber sido despertado. Permanece un rato mirando al techo después de que el sonido incesante de hace unos momentos fuera acallado y se levanta de la cama con cierto atisbo de cansancio en sus movimientos, denotando al instante lo desesperante o repetitiva que había sido su rutina desde hacía mucho tiempo. Si antes se sentía como si algo le faltara, ahora podía sentirlo con mayor ímpetu. Aquel día parecía ser uno de esos donde iría a trabajar y regresaría a llorar a su habitación blanca e impoluta mientras pudiera, quizás hasta quedarse dormida, deseando poder encontrarle pronto algún sentido a la vida que la detuviera de volverse completamente loca por la soledad en la que había estado sumergida desde que su padre decidió que era peligroso vivir a unas calles de cierto criminal que él mismo se había encargado de meter tras las rejas. Donde había dejado a su amigo atrás...

Buenos días, nena.

Sí, ni siquiera ese ronco tono de voz al despertar la haría saltar de emoción por escucharlo como normalmente se esperaría. La soledad que ella manejaba era diferente, porque no es que no tuviera compañía... 

—Buenos días.

Es que a ella le incomodaba el tipo de compañía que tenía todos los días.

—¿Vas a trabajar hoy? —Le pregunta cerca del oído cuando ella se acerca al armario. Deposita un beso sobre su piel descubierta, haciéndola estremecer al instante—. Porque se me ocurren cosas más divertidas y entretenidas que podríamos hacer aquí...

Kailan carraspea algo nerviosa—. ¿Y tú no piensas ir a trabajar? 

CCPD puede esperar por mí. —Sus labios suben hasta la mejilla de la pelirroja—. ¿Cuándo será el día en que vayas a visitarme a la estación?

—Ya te lo dije, no me gustan los policías ni mucho menos tener que escuchar sobre asesinatos o criminales. —Kailan se gira y sonríe a él con los labios sellados—. Pero podemos vernos en CC Jitters, hace años que no voy por esos rumbos.

—Es que ya no trabajas por esa zona, o pasas por ahí siquiera. ¿A qué se debe ese cambio repentino tuyo de querer tomar café allá? Creí que tú cafetería favorita era Mike's, esa que está al lado de tu trabajo.

—Oh, lo es. Pero mi jefa quiere que vaya a recoger unos libros por la paquetería de la zona, cerca de CCPN. —Kailan besa rápidamente los labios del chico y se gira hacia su ropa colgada, comenzando a buscar el atuendo perfecto para el día—. Y como probablemente vaya a llegar tarde igual que tú, sería bueno que tuviéramos un rato del día para nosotros, ¿no crees?

—Tú siempre piensas en todo, ¿no es así, nena? —Besa una vez más su cuello antes de detenerse a deleitarse con los labios de la chica, mientras ella le sigue el beso lo mejor que puede. Al separarse, él sonríe—. Ve a ducharte, mientras yo prepararé tu batido favorito.

—Está bien.

Kailan suspira en cuanto el chico sale por la puerta de la habitación que compartían. Theo Wood era un buen chico bastante atractivo para el ojo femenino e incluso el masculino en algunas ocasiones, no tenía una mala vida a su lado pues siempre intentaba hacerla feliz con cualquiera de sus ocurrencias que, aunque no la llenaran, la distraían por un rato. No es que no lo quisiera, pero no era lo que ella necesitaba. Había pasado una eternidad buscando a su humano después de haber entrenado en el fuerte desde los once hasta que la soltaron con diecinueve años en la ciudad donde vivió los primeros años de su vida; se dedicó a buscar por todos lados, pero era como si ella simplemente hubiese sido creada para fungir como una guardiana de comodín, de esas que se terminan pudriendo en la miseria sin su razón de existir. Cada día notaba más la ausencia de aquel ser, su piel morada en algunas zonas igual a los moretones y su palidez aumentaba, incluso las orejas y su pérdida de fuerzas. Theo estaba preocupado todo el tiempo por ella, pero Kailan se aseguraba de calmarlo de algún modo, después de todo él era su lugar seguro en donde podía olvidar la desgracia que había estado viviendo los últimos años. Definitivamente no podía dejar que creyera que estaba loca y finalmente perderlo.

Después de guardar su batido en un vaso de esos decorados que a él le encantaba regalarle, ella sale del pequeño y modesto apartamento en dirección a la editorial que prácticamente quedaba a tres cuadras de su casa. Otro punto que había que tomar en cuenta era que ciertamente ella no adoraba su trabajo. No lo tomen mal, amaba leer, pero justamente era, como todo en su vida, sólo un plan B. Las aventuras, emociones diarias y demás eran lo suyo, incluso aunque se empeñara en demostrarle a Theo lo contrario. Si no lo visitaba en CCPD era simplemente porque odiaba no haber tenido el valor suficiente de poder entrar a la academia o por lo menos entrenarse como médico forense, pero eso su pareja no tenía por qué saberlo. Seguramente pensaría que era una cobarde, y tampoco quería eso.

—Buenos días, Kailan. —Saluda aquella señora estilizada y de cabello rubio en cuanto sale del elevador.

Kailan sonríe hacia ella, dejando el bolso que cargaba en el hombro encima de su escritorio—. Buenos días, señora Monroe.

Teresa Monroe era la mejor jefa que había tenido. Desde el año pasado en que su padre, Eric Monroe, había decidido dejar la editorial en sus manos, ella se convirtió en la defensora de los trabajadores de su empresa que adoraba consentirlos de vez en cuando. Era una mujer increíble que a penas era mayor por un par de años, Kailan había aprendido a quererla de manera definitiva. Quizás era una de las personas más reales en su vida que usualmente era una farsa.

—Hay unos cuantos borradores en tu bandeja que quiero que corrijas, creo que son los suficientes como para que estés ocupada todo el día. —Teresa explica con calma, caminando hacia ella—. Claro, además de que vayas a recoger los libros que te pedí. Es un día tranquilo.

—Y eso me parece perfecto, señora Monroe. —Kailan sonríe con los labios sellados y se pone manos a la obra.

Las horas pasan entre historias y libros nuevos que fácilmente podrían ser los próximos best seller de la ciudad. Le gustaba su trabajo un poquito, aunque no fuera en verdad lo que quería; lo disfrutaba. Era tranquilo, relajado, casi no se estresaba y como todo en su vida, era un método de distracción perfecto para poder olvidar por un momento que si no encontraba a su humano pronto... Bueno, dejaría de existir y no habría una vida de la cual quejarse.

El tiempo pasa volando y cuando menos se da cuenta ya está tomando camino hacia la paquetería después de haber bajado del bus. Camina con la mirada gacha, fija en sus pies sin prestarle realmente atención a las cosas como antes solía hacerlo. Su padre odiaba que esa pequeña niña que era curiosa y hambrienta por aprender se hubiese extinguido años atrás, cuando comenzó a perder la fe de encontrar a su humano, pero, ¿qué podía hacer? Se sentía desolada, nada la animaba realmente. Pronto se detiene frente la paquetería, firma el formulario que le entrega y toma la enorme caja entre sus pequeños brazos, reanudando su andar ahora en dirección a CC Jitters, donde había acordado encontrarse con Theo dentro de diez minutos. Entra con cuidado de no chocar con nadie, pero justo como era usual en ella, la torpeza le da una mala jugada y sus pies se enredan al intentar esquivar a un señor que salía por la puerta. Lo normal sería haber caído, pero en su lugar una mano se posa en su cintura casi al segundo de haber tropezado, ni dándole la oportunidad de ver dónde caería. Una mano más se atraviesa y toma la caja de sus brazos, pegándola contra el pecho de aquel individuo.

Kailan suelta una exhalación sonora y suelta una sonrisa ladina—. Dios, eso estuvo cerca... Gracias.

El otro no contesta, así que Kailan alza la vista hacia arriba, encontrándose a varios centímetros de distancia unos llamativos ojos verdes que le causan a la pelirroja un inesperado vuelco al corazón. Se toma de manera descarada la libertad de definir sus facciones que lucían aparentemente perfectas, con algunas pecas casi imperceptibles adornándole los mofletes. Sus labios rellenos y rosados permanecían entreabiertos mientras ella los apreciaba, una y otra vez, y es que no podía creer lo atractivo que era aquel chico, lo hermoso que se veía. Sus ojos vuelven a conectarse con los de él, es así que el chico se permite reír levemente, manteniendo una sonrisa adorable en su boca después del gesto. Kailan lo imita por inercia, sintiendo sus sentidos inquietos y más despiertos que nunca.

—Descuida. Mmm, qué suerte que estaba cerca, ¿no?

—Sí, fue una fortuna. —Concuerda con aire divertido en sus palabras. Al caer en la cuenta de su proximidad, Kailan se separa de golpe del chico y carraspea, sacudiéndose el vestido verde con nerviosismo—. Bueno, ¿podrías darme mi paquete?

—¿Qué? Oh, sí, sí. Claro. —El castaño traga grueso y le tiende la caja de cartón envuelta en cinta para después meter las manos en su chaqueta guinda, su favorita—. Es pesada, ¿no?

—Pues, son libros, y no son precisamente fáciles de leer, creo que no podrías terminarlos en una sentada. —Ríe, sacándole una sonrisa verdaderamente amplia y genuina al otro. Las mejillas de Kailan toman un ligero color rojizo que ella percibe al instante por lo calientes que las siente, así que se obliga a bajar la vista para eliminar ese bochorno—. No sé qué hago contándote mi vida...

—No te preocupes, es maravilloso escucharte hablar. Tu voz es preciosa. —Kailan sonríe con los labios sellados, sintiendo sus ojos brillar. Él se queda embobado mirándola unos segundos antes de carraspear—. Yo, mm... No me has dicho tu nombre.

—Oh, cierto, soy Kailan Bennett. —La pelirroja extiende su mano libre hacia el chico y él la acepta casi luciendo desesperado, agitándola con energía y alegría desbordante.

Barry Allen, un gusto, Kailan.

Barry... —Saborea su nombre en un susurro, mirándolo fijamente. De un momento a otro el castaño la ve abrir los ojos como platos y tiene que contener una enorme carcajada al verla boquear igual a un pez fuera del agua, como ya era costumbre en ella—. Yo, tenía un vecino que se llamaba Barry Allen cuando era pequeña. Éramos amigos.

—Pues yo tenía una vecinita llamada Kailan Bennett, bonita y pelirroja. —Kailan se sonroja una vez más, encantando al otro—. Y sí, éramos amigos.

—¿Eres en serio tú? —Barry asiente gustoso y Kailan suelta un chillido de emoción, acomodando la caja entre sus brazos—. ¡No puedo creerlo! Creía que jamás volvería a verte.

Barry suspira—. Te juro que yo también lo creía.

—¡Orden de Barry Allen!

—Eso es mío. Tú... ¿Te invito algo? —Kailan asiente efusivamente, pero de inmediato cierto chico morocho invade sus pensamientos. Theo.

La pelirroja hace una mueca—. No, olvidé que no podía. Estoy esperando a-

Se ve cortando su oración cuando su teléfono suena dentro del bolso que cuelga en su hombro. Barry se ofrece a cargar el paquete mientras ella saca su celular con una sonrisa tímida y una disculpa hacia el castaño. Al encender el aparato, su sonrisa se borra un poco al ver ambos mensajes que relucen en su pantalla de inicio.

Theo: Lo siento, tendremos que cancelar, las cosas se complicaron en el trabajo. The Rival está peleando con Kid Flash en la Quinta y Main. ¿Te veo en la noche? Llevaré pizza.

Teresa: Kailan, ¿ya vienes? Necesito que me ayudes a revisar los borradores que corregiste antes y el cargamento de libros que fuiste a recoger los requieren en el departamento de calidad.

—¿Todo en orden? ¿Pasa algo?

La aludida suspira, guardando su teléfono tras contestarle a ambas personas—. Sí, bueno, se canceló mi plan y debo volver al trabajo urgentemente. —Barry asiente con una pequeña mueca plantada en su rostro—. Pero fue un gusto verte de nuevo, Barry.

—Sí, igualmente, Kailan.

—Adiós. —Sonríe con los labios sellados al igual que el otro. 

La chica Bennett toma la caja con ambas manos y se dispone a salir de la cafetería sin siquiera pararse a ir por un café para rendir el día, pero en cuanto pone un pie fuera del establecimiento, escucha su nombre en un grito detrás de la pelirroja. Kailan se gira con cuidado, sonriendo ampliamente al ver a Barry acercándose trotando a ella con el café que había pedido antes de que llegara en sus manos.

—¿Qué pasa? —Le cuestiona con la cabeza ligeramente ladeada.

—M-Me preguntaba, yo, tú, creo que sería increíble que pudiéramos salir algún día, ya sabes, para recordar viejos tiempos y ponernos al día. Podríamos ir por un café, o por un té... No, eso es demasiado británico. Pero tú eres de Londres, ¿no? Recuerdo eso. Entonces debe de gustarte el té aunque probablemente te guste otra cosa, como, no sé, ¿la cerveza? ¡No es que diga que seas un alcohólica! ¡E-Es decir...! —Kailan suelta una enorme carcajada cuando éste comienza a balbucear aún más, sonrojando al otro y haciéndolo sonreír un poco—. ¿Estoy hablando de más?

—No, es lindo. —Barry suspira, sintiéndose plenamente satisfecho—. Y claro que me encantaría. ¿Tienes tu celular a la mano?

El castaño asiente y se apresura a sacar su aparato entre pequeños balbuceos y tropezones que a Kailan le parecen adorables. Le entrega el dispositivo y en un dos por tres ella ya ha anotado su número telefónico en la agenda del castaño, llamado al mismo para poder guardar más tarde su contacto. Le regresa el celular con media sonrisa, volviendo las piernas del otro gelatina.

—Bien, entonces te veré por ahí.

—Esperaré con ansias, Kailan.

La pelirroja se despide de él agitando la mano unos segundos hasta desaparecerse por la esquina más cercana, sintiéndose repentinamente feliz y completa, cosa que la extraña pero decide no tomarle importancia. Después de todo, seguramente sólo se debía a reencontrarse con alguien que la había hecho tan feliz en aquellos tiempo en donde su infancia era completamente inocente.

Barry se queda ahí, en el mismo lugar con los pies clavados en el suelo, mirando la figura femenina adornada de cabello fogoso alejarse de él, haciéndolo soltar un enorme suspiro para intentar controlar esa emoción y nerviosismo que había sentido desde que la vio a través de la ventana de Jitters. De no haber sido un velocista ni siquiera se habría percatado de su presencia, y claro que también ayudaba que hacía muchísimo tiempo que le era prácticamente imposible no notar a esa preciosa pelirroja. Adoraba su velocidad en ese momento más que cualquier otro día, porque de no haber sido por ella, jamás habría ideado la manera de hablar con la chica sin parecer un acosador maniaco. Una sonrisa enorme se planta al sentir por unos segundos el tacto de Kailan todavía cerca de su piel, su aroma impregnándolo por completo y su sonrisa enamorándolo aún más... La había encontrado y no planeaba dejarla escapar por ningún motivo.

Después de todo, le había prometido que siempre volvería a ella, y eso es lo que estaba por hacer.









Les dejo la canción que escuchaba mientras escribía el final del capítulo.

Yyyy SE ACABÓ. Ay, no puedo creerlo. No saben lo mucho que disfruté escribiendo una historia alterna de Flash, con mis personajes y mis ideas. Ha sido una experiencia hermosa y entretenida que definitivamente planeado repetir otra vez. Me encariñe con Kailan, con Marcus y con Vincent a pesar del poco protagonismo que quizás tuvieron los últimos dos, pero, ya saben, siempre hay oportunidad de desarrollar a tus personajes en una secuela...

En cuanto al final de la temporada... No sé, siento que fue un epílogo que nos deja la puerta abierta a mil oportunidades, con la esperanza de que Barry pueda enamorar a Kailan y de que Kailan, ¿finalmente esté con su humano? Quiero que sepan que intenté hacer a Kailan todo lo contrario de lo que es en la línea temporal original y espero que se hayan dado cuenta de eso, porque ya saben, sin Barry ella no es Kailan.

No se preocupen, nuestros bebitos estarán bien... Por ahora.

Revisando la historia me di cuenta qué hay muchos errores de congruencia y ortografía que deben ser revisados, así que en un tiempo la fic será editada y probablemente no esté disponible durante un tiempo, pero no se preocupen, pasará mucho para que eso suceda porque necesito mucho tiempo para corregir todo.

Quiero agradecerles todo el apoyo que esta historia tuvo desde el principio y lo mucho que ha crecido en estos días. Estoy muy orgullosa y muy feliz porque jamás creí que esto se hiciera conocido tan rápido como lo hizo. Gracias a Gr4nt_ y a ninno2003 por sus comentarios alegres que me motivaban a seguir subiendo muy seguido; gracias por sus teorías que me dieron mil ideas para seguir con la historia, porque sí..













¡¿QUIÉN QUIERE SEGUNDA TEMPORADA?!

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