BACK FOR YOU » BARRY ALLEN/TH...

By _danef

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GUARDIAN'S LOVE I; PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU" Existe el mito de que en alguna Tierra paralela, los más... More

TRILOGÍA "YOU"
Sinopsis.
Reparto.
G r a p h i c s
Prólogo.
uno.
dos.
tres.
cuatro.
cinco.
seis.
siete.
ocho.
nueve.
diez.
doce.
trece.
catorce.
quince.
dieciséis.
diecisiete.
dieciocho.
diecinueve.
veinte.
veintiuno.
veintidós.
veintitrés.
veinticuatro.
veinticinco.
veintiséis.
veintisiete.
veintiocho.
veintinueve.
treinta.
treinta y uno.
treinta y dos.
treinta y tres.
treinta y cuatro.
treinta y cinco.
treinta y seis.
treinta y siete.
treinta y ocho.
epílogo.
Notaaaa.
¡Wattys 2020!

once.

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By _danef

»11. Bienvenido de vuelta, Flash. «

WOW, esa sí que es una herida. Del uno al diez, ¿cuánto te duele, Wells?

Kailan intenta bromear, sin embargo, el golpe que le proporciona Barry en sus costillas, que a penas y le causa dolor gracia a la delicadez que uso para no hacerle daño, le dice que no es el momento ni el lugar para soltar alguno de sus comentarios sarcásticos, ácidos o irónicos.

Afortunadamente, todo había salido de acuerdo al plan y tanto Caitlin Snow como Harry Wells y Cisco Ramón habían regresado casi ilesos y sin rasguños de rescatar a la doctora de las garras del gorila Grodd. Casi, pues Wells no salió bien parado de su enfrentamiento con el simio mutante. Todos se encontraban ahora reunidos en la entrada de la pequeña enfermería dentro del cortex mientras Caitlin se dedica a curar a Wells minuciosamente, regalándole una mirada llena de agradecimiento de vez en cuando, al sus ojos chocar accidentalmente. Y Kailan, aunque no quisiese admitirlo, sentía cierta gratitud con el de anteojos por haber salvado a aquella chica castaña que había comenzado a considerar como una amiga desde su vuelta a Tierra uno.

—Gracias. —Dice Wells en cuanto Caitlin termina de curar la herida que Grodd le causó.

—Gracias a usted por rescatarme. —Sonríe ella, alejándose un poco tras tirar los restos de gasa que había utilizado en él.

—Somos un equipo, ¿no?

Kailan suspira, sintiendo exactamente lo que Wells sentía en el instante. Jamás lo diría en voz alta, pero no puede odiar como siempre al morocho en esos momentos.

—Estoy impresionado, creo que todos lo estamos. —Apunta Barry mirando alrededor. Kailan le sonríe asintiendo, siguiendo el punto de vista del castaño.

—Como mi padre siempre dice, hay que reconocer un buen trabajo. —Marcus le guiña un ojo a la pelirroja tras sus palabras—. Lo hiciste bien, Wells. —Él sonríe levemente, casi pareciendo una mueca, y asiente hacia la pelirroja.

—Sí, pero necesitamos hacer algo con Grodd. —Recuerda Joe llegando junto a Iris dentro de la enfermería.

—¿Como qué?

—Como deshacernos de él para siempre.

—¿Quieres matarlo? —Pregunta Kailan ligeramente escandalizada.

—Considerando cuantas personas ha asesinado él, pues sí.

—Esto... Esto no es culpa de Grodd. —Caitlin se acerca a Joe con semblante serio, casi molesto después de escuchar sus bruscas palabras—. Él es así porque fue Wells quien prácticamente lo programó de ese modo.

—Sí, pero te secuestró y pudiste haber muerto. —Recuerda Barry mirándola con el ceño fruncido. ¿Cuál era la necesidad de defenderlo de ese modo?

—Ustedes no vieron lo que yo vi. Grodd se está volviendo más inteligente. —Argumenta.

—¿Eso es bueno?

—No del todo. —Caitlin suspira pesadamente—. Se siente triste y... Solo. Quiere a más simios como él.

—¿Más? Algo así como, ¿hijos perversos? —Cuestiona Kailan con cierto tono irónico en la voz—. No sé ustedes, pero algo me dice que un simio telepático malvado ya es demasiado para una ciudad tan pequeña como ésta.

Harry suspira mientras se coloca una sudadera de los laboratorios con cuidado de no llevarse la gasa que Caitlin colocó en su torso—. Se a dónde podemos mandarlo.

—¿De qué hablas?

Kailan intercambia miradas con su padre antes de dar dos pasos al morocho de anteojos—. Ciudad Gorila. —Balbucea sin pensarlo.

—¿Qué? —Barry toma el brazo de Kailan con cuidado para llamar su atención—. ¿Qué es eso?

Harry suspira y camina hacia los monitores del cortex, seguido por los demás miembros del Team Flash. Marcus y Kailan no se muestran tan intrigados, pues ambos conocen lo suficiente de Tierra dos como para saber a qué se refiere Wells con su posible plan.

—Cuando explotó la singularidad, encontré la brecha en S.T.A.R. Labs. Hice algunas pruebas y descubrí lo mismo que ustedes: 51 fisuras más adicionales. La diferencia es que todas las fisuras aquí están esparcidas alrededor de la ciudad mientras que en mi mundo definitivamente no. Están, ¿cómo podría decirlo? Mal colocadas. —Harry toma asiento frente los monitores y Kailan, por encima del hombro, le guiña un ojo a su mejor amigo, el cual la mira confundido.

—¿Y sabe a dónde lleva cada una de esas brechas?

—Estaba por averiguarlo cuando la doctora Snow me convenció de quedarme por aquí un tiempo más. Lo siento si la lógica la decepciona, señorita Bennett.

—Creo que puedo vivir con eso. —Se burla la pelirroja cruzándose de brazos mientras que Caitlin ríe.

—El caso es que si tengo razón, esta brecha de aquí —La imagen de una brecha en Central City se muestra en las pantallas del cortex— va a llevar a Grodd muy cerca de casa.

—Suena como a un buen plan.

—Gracias, señor Bennett.

—¿Cómo piensas que haremos para que lo atraviese? No es como que podamos simplemente cargarlo hasta allá. —Argumenta Joe, no del todo de acuerdo con el loco plan de Wells.

Todos intercambian miradas, hasta que Henry Allen, luego de regalarle una sonrisa a Kailan que la hace comprender todo de lo que charlaron él y su mejor amigo cuando ella estaba ausente, habla con cierto orgullo en su voz.

—Mi hijo lo hará. —Barry alza la mirada despistado en cuanto escucha a su padre—. ¿No es así, Flash?

Barry asiente seguro de sí. Entonces, todos se ponen manos a la obra. El velocista se enfunda en su traje escarlata mientras que la pelirroja cambia su atuendo por una ropa un tanto más cómoda que trajo directo de su Tierra natal y que definidamente le ayudaría a saltar en cualquier momento a ayudar a su mejor amigo si así lo requiriese. Todo el equipo sale pitando en una furgoneta hacia dicha brecha con Barry siguiéndolos por fuera y muy de cerca cargando a Caitlin en brazos. Pronto llegan a la posición de la fisura y mientras los técnicos preparan todo, Barry revisa el perímetro cerca del edifico donde Grodd se esconde y Kailan lo hace en el lugar del puente entre Tierras.

Por el audífono, la pelirroja lo escucha suspirar con pesadez—. ¿Nervioso?

Preocupado.

—No tendrías que estarlo, Barr.

—¿Y si las cosas no salen bien? ¿Y si no soy capaz? No podría soportar que-

—Voy a acusarte con Henry. —Barry sonríe desde su posición después de la interrupción, imaginándose a su mejor amiga con la nariz fruncida y los ojos estrechados—. Sabes que tú puedes, Bartholomew. Eres el mismísimo Flash y el súper humano más increíble que he conocido en toda mi vida, y mira que conozco a muchos. —Ambos ríen—. Tú puedes. Además, siempre estaré cerca de ti por si me necesitas.

—¿Y qué harías?

—Esa es una sorpresa que espero que no descubras. —Se burla ella con cierto nerviosismo recorriéndole el cuerpo, pero bien disimulado.

Eso espero.

Por detrás del castaño, éste escucha como la doctora Snow grita el nombre del gorila mutante, la señal que todos estaban esperando.

—Tengo que irme, quiero que estén preparados y atentos a mi llegada.

—Aquí lo estaremos. —Avisa Kailan.

Kailan corre hacia un lado de Cisco para esperar a los demás en la posición que todos habían acordado. No pasa mucho hasta que escucha la voz de Barry avisando que casi está cerca del lugar.

—Estamos listos. —Anuncia Kailan terminando por poner bien colocado el artefacto que Cisco había traído consigo desde los laboratorios.

—Cuando encendamos el cañón de velocidad, la materia quark se estabilizará, agrandado la brecha hasta este tamaño. —Harry señala el enorme círculo que dibujó en el suelo minutos atrás—. Cualquier lugar dentro de este círculo será suficiente para enviar a Grodd muy lejos de aquí.

Los tres se alejan del cañón de velocidad hasta estar a una distancia prudente, justo cuando cierto rayo amarillo deslumbrante pasa rápidamente frente a ellos, casi imperceptible. Kailan suspira, apretando las manos en puños, mentalizándose para al fin conocer cara a cara a ese enorme y temible Grodd y, claro, estar alerta ante cualquier señal que la haga correr hacia su mejor amigo y enfrentarse a ese gorila mutante.

—Justo a tiempo. —Suelta en un suspiro Wells.

Barry se detiene frente el círculo del suelo, mirando hacia todos lados—. No veo a Grodd... ¿Alguien sabe donde está?

Un estruendo se escucha en la lejanía, en el estómago de Kailan revolotean emociones contundentes y tóxicas que jamás había sentido durante su estadía ahí, en Central City. Comprende todo cuando un rugido ensordecedor suena por encima de ellos, obligándola a dar unos pasos alterada al frente sin poder llegar a más cuando Cisco la toma bruscamente del brazo, impidiéndole seguir su camino con intenciones protectoras hacia el castaño.

—¡Barry! ¡Muévete!

Barry alcanza a correr hacia otro lado en el momento en que Grodd cae estrepitosamente sobre el asfalto, causando un sonido sordo. La boca de Kailan se seca y los nervios afloran dentro de ella. Si bien sabía de la existencia de seres así en Tierra dos, jamás había tenido la desafortunada oportunidad de verlos tan cerca, de percibirlos tan imponentes y sobre todo tan... Aterradores.

—Ese es un maldito gorila enorme.

Grodd camina unos pasos hacia el velocista, claramente molesto—. ¿Dónde está Caitlin?

—¿Ustedes escucharon eso? —Pregunta Kailan sin aire, mirando fijamente al gorila.

—¿El qué?

—Grodd... É-Él habló en mi cabeza. —Balbucea confundida—. Lo escuché.

En ese momento, todo se vuelve incierto. Un malestar la abruma sin llegar a descolocarla por completo, pero si confundiéndola lo suficiente como para perder el hilo de la situación. Ve a Barry retorcerse a lo lejos, siente dolor y frustración que sabe no son suyas, justo antes de que este reaccione, a diferencia de Kailan, y sea disparado hacia el otro lado de la calle por Grodd tras soltarle un buen golpe. Kailan recupera conciencia en cuanto percibe la silueta de su mejor amigo tendida en el frío asfalto.

—Barry... —Murmura.

Grodd se acerca a grandes zancadas al velocista hasta colocar su enorme y pesada pata encima del torso del castaño—. ¿Dónde está Caitlin, Flash?

—¡Hey!

Cisco abre los ojos como platos, asustado, cuando Kailan llama la atención de la bestia—. ¿Qué demonios haces?

—Alejarlo de mi mejor amigo. —La pelirroja suelta su melena de fuego sobre sus hombros y camina hacia la calle, aún con los ojos rojos de Grodd encima de ella—. ¿No conoces las reglas del juego? ¡Eso que estás haciendo es trampa, bravucón!

El simio la mira fijamente y con furia, casi como cuando ella intenta entrar a la cabeza de los demás. Sabe que definitivamente sus efectos no surtirán efecto sobre ella gracias a sus poderes, sin embargo, el tener a Barry a la merced de aquella criatura no la tranquiliza lo suficiente como para concentrarse en dañar mentalmente al enorme gorila. Grodd termina gruñendo después de unos segundos al verse incapaz de manipular a la pelirroja, frustrado.

¿Quién eres tú? —Gruñe la criatura de manera gutural, ella se estremece pero no demuestra qué tan nerviosa está.

—Una pesadilla de la cual no despertarás nunca si no te alejas de él. —Amenaza ella con voz contundente, sus ojos brillando fugazmente en un rojo escarlata vibrante.

—No, no, no. Kailan... —Barry a penas y puede llamarla con el hilo de voz que le queda—. ¡Detente!

Grodd coloca más presión sobre el cuerpo de Barry, haciéndolo soltar un gemido de dolor que perturba a la chica de pies a cabeza—. ¡¿Dónde está Caitlin?!

—A salvo de ti, simio maniaco. —Kailan da unos pasos con los ojos flameando en molestia al verlo hiriendo a su mejor amigo—. Ahora deja ir a Flash.

¡Sin Caitlin, no hay Flash!

—¡No vas a tenerla! ¡¿No lo-?!

¡Estoy aquí!

Los ojos de todos vuelan estupefactos hasta la figura esbelta de la doctora Snow, la cual, parada a unos metros de ellos, está repleta de un pánico y un valor incontenible que sólo Kailan es capaz de percibir.

—Demonios, Caitlin, ¡vete! —Exige Kailan con voz dura dando unos pasos más cerca del gorila.

—Debes dejarlo ir, Grodd.

Flash es mi enemigo. Ahora, después de la traición que me has hecho, tú también lo eres

—No. —Caitlin mueve su cabeza de un lado a otro, acercándose sigilosamente a la enorme criatura—. Él intentaba salvarme de ti, todos lo hacían. No entendíamos lo que querías, pero ahora sí lo hacemos. —La castaña niega con la cabeza cuando ve a Kailan querer correr hacia ella, en un intento de alejarla del ser que fácilmente podría partirla en dos—. Puedo darte lo que quieres, puedo darte un hogar. Sólo debes de confiar en mí.

El gorila duda sobre sus acciones futuras unos segundos antes de alzar la pata del torso del velocista, el cual siente que el alma le regresa al cuerpo al ser eliminada tal pesada carga de encima. Kailan a penas lo piensa cuando corre hacia su mejor amigo y lo ayuda a levantarse, mientras que Grodd, concentrado en llegar a Caitlin, es ajeno a los movimientos de los otros dos jóvenes detrás de él que se alejan del círculo en donde la brecha debería de aparecer.

—Tranquilo, aquí estoy. Respira. —La pelirroja acaricia su cara por encima de la máscara, mirando de reojo el camino que toma Grodd—. Ahí va, prepárense.

Caitlin y Grodd, en medio del círculo, se miran fijamente antes de que la pelirroja de la señal que Cisco necesita para encender el cañón de velocidad. Barry corre hacia la castaña tras recuperar control sobre su cuerpo y la aleja del círculo antes de que la brecha aumente su tamaño a un lado de Grodd. Éste lucha contra la corriente que parece jalarle hacia la fisura, zafándose por momentos de la atracción invisible que es ejercida sobre él.

Kailan traga grueso cuando observa cómo Grodd lucha sin dificultad contra la brecha—. Cisco, máxima velocidad.

—Ya la tiene. —Contesta nervioso el de cabello con rulos.

Los ojos esmeralda de Barry conectan con los de su mejor amiga unos segundos que parecen eternos hasta que aparta la mirada en dirección al suelo. Su semblante no dice más que está dudando seriamente sobre qué hacer a continuación. Kailan suspira y da dos pasos hacia adelante después de cierto tiempo que parecía necesario darle al héroe escarlata.

—Hey, mira hacia acá, velocista. —Habla en voz baja, pidiendo internamente que únicamente él pueda escucharla a través del audífono que los conecta—. No puedes dejar que escape, Barr. Eres el único que puede hacerlo, el único que tiene la capacidad de enfrentar tantas cosas que son... Imposibles. Eres fuerte, eres valiente; ahora sólo debes de creer en ti tanto como yo creo en ti y mandar el trasero de ese gorila gigante lejos de aquí.

La mirada de Barry cambia drásticamente, Kailan siente cómo todo dentro de él también lo hace. Lo siguiente pasa muy rápido, tanto que parecería un sueño. Barry desaparece unos segundos antes de reaparecer para golpear con una fuerza contenida al gorila dentro de la brecha. Llega corriendo junto a su mejor amiga, ambos mirando expectantes a la criatura gigante retorcerse con medio cuerpo dentro de la fisura hasta finamente desaparecer en ella. Kailan sonríe ampliamente, lanzándose sin cuidado al cuello de su mejor mientras éste boquea como pez fuera del agua, buscando el aire que se le escapó en medio de tanto jaleo.

—Lo hiciste, yo sabía que podrías. —Kailan ríe ligeramente, alejándose lo suficiente de él como para mirarlo fijamente a los ojos, orgullosa—. Bienvenido de vuelta, Flash.

Barry le regala una sonrisa que llega hasta sus ojos, haciéndolos brillar de una manera que Kailan jamás había visto antes en él—. Gracias, Kai. Por todo.

[ . . . ]

Marcus se limpia la boca con una servilleta de tela, intentando aguantar una carcajada que amenazaba por salir después de un terrible chiste por parte de su única hija—. Por Dios, díganme... ¿Hace cuanto que no estábamos todos juntos en la misma mesa?

Kailan suspira, mirando con un destello de felicidad a su mejor amigo mientras éste mueve las cejas de arriba a abajo en un gesto bromista e infantil como en años pasados solía hacer, causándole una sonrisa divertida y alegre. Definitivamente no había nada mejor después de vencer a un enorme gorila mutante con poderes telepáticos que una comida con los Allen como en los viejos tiempos, reunidos en su único y verdadero hogar.

—Parece que fue una eternidad desde la ultima vez que pasó. —Contesta Henry a su mejor amigo, dándole un inofensivo golpe a Barry en el brazo.

—¿Joe te dio las fotos de Barry? Porque tengo unas que definitivamente puede interesarte llevar contigo. —Kailan canturrea, coloreando ligeramente las mejillas del velocista.

—¡Hey! A eso se le llama traición.

—No lo haría. De todos modos, me gusta guardar tus fotos vergonzosas para mí. —Se inclina sobre la mesa hacia su mejor amigo—. Son verdaderamente adorables.

Todos comienzan a reír a carcajadas mientras que Barry frunce el ceño sin poder llegar a molestarse con ninguno de los presentes. Cuánto había añorado escenas así, cuánto había extrañas la calidez y familiar sensación de amor que estar reunidos en una mesa con los Bennett le traía al corazón.

—Suficiente por hoy. —Barry interrumpe en cuanto todos comienzan a regular sus respiraciones, levantándose de su silla—. Papá, deberíamos de irnos si quieres llegar antes del atardecer a tu cabaña.

—Claro, claro. —Él sonríe antes de mirar a Kailan y levantarse a la par que él—. Hablaremos después sobre las fotos de Barry.

—Por supuesto que sí. —La pelirroja no se corta y se lanza a los brazos del que perfectamente consideraría un segundo padre—. Cuídate, Henry

—Tú también, Kailan. No sabes cuánto te agradezco por haberme ido a buscar; estoy tan feliz de que lo hicieras.

—Yo igual, créeme. —Se separa de él para verlo con los ojos cristalizados—. Barry te necesitaba.

—Al igual que a ti. —Ambos se giran, viendo como Marcus y el menor de los Allen conversan, riendo de alguna cosa que el castaño dijo—. Cuídalo por mí.

—Henry, por favor, siempre lo he hecho.

Por otro lado, Barry deja de reír para observar de reojo a su mejor amiga conversando con su padre, pausando su risa en compañía de Marcus—. No sé qué habría hecho si Kailan no hubiese buscado a mi papá.

—Ella sabe lo que necesita, señor Allen. Usted es una de las personas que más aprecia.

—Y ella también lo es para mí, señor. —Suspira, sonriendo al verla tan cómoda con su progenitor.

—¿Alguna vez ha pensado en...? —El morocho se corta a la mitad de su pregunta, arrepintiéndose de ella. Sacude la cabeza cuando llama la atención del castaño de vuelta hacia él—. Olvídelo. Amm... Joe, sí, él me pidió que le dijera algo acerca de Patty. ¿Que hablara con ella? —El semblante del castaño cambió drásticamente—. Supongo que no se tragó el cuento de que estaba resfriado. Tendrá que pensar en algo para convencerla.

El de ojos verdes suspira, refregando su rostro—. Pasaré por mí laboratorio después de dejar a papá, intentaré arreglar las cosas con ella.

—¿Con quién? —Henry aparece por detrás, colocándose la chaqueta mientras que Kailan sonríe—. Uh, ¿será a caso una nueva novia?

Barry ríe nervioso antes de tomarlo por los hombros y dirigirlo hacia la puerta—. Hablaremos de eso camino a la estación de autobuses. ¡Los veo luego, Bennetts!

A Kailan no le da tiempo de despedirse de su mejor amigo como es debido, pues este sale rápidamente de la casa. Ella suspira, dejándose caer con cuidado en el sofá más cercano, mirando con ojos brillantes y alegres el lugar por el que el velocista se fue. Marcus toma asiento frente ella, mirándola fijamente hasta que sus ojos esmeralda chocan contra los suyos, ónix y oscuros cuál cielo nocturno.

—¿Qué? —Pregunta con media sonrisa.

—No dudo que hayas extrañado eso tanto como yo. —Se cruza de brazos, señalando con la cabeza la puerta de entrada.

—Papá, soñaba con momentos así todas mis noches en el fuerte. —Kailan ríe ligeramente—. Incluso esto se siente como un sueño bastante realista.

Ambos se quedan callados, hasta que una duda pasa fugaz por la cabeza de Kailan. ¿Qué daño le haría preguntar una vez más lo de siempre?

—¿Pa?

—Dime, querida.

—¿Cómo supiste que mamá era la indicada? —Él boquea un poco y Kailan alza la mano—. Antes de que intentes evadir mi pregunta, necesito saberlo. Necesito una pista para al menos tener una idea de qué se supone que estoy buscando.

Marcus suspira, acomodándose en el sofá y palmeando el lugar a su derecha. Kailan está en un dos por tres al lado de su padre, con la cabeza bien colocada sobre su hombro lista para escuchar cualquier cosa que el morocho fuese a decirle.

—Sé que suena muy sencillo, pero sólo lo sabes. Algo dentro de mí despertó, nació en el momento en el que vi los preciosos ojos verdes y brillantes de tu madre. Sabrina era... Era el amor personificado, la valentía misma. No le tenía miedo a nada y eso fue lo que más me llamó la atención, eso fue lo que me hizo darme cuenta de que ella era mi razón de existir. —Una de las manos de Marcus van a parar a la piel descubierta del brazo de Kailan, otorgándole leves pero suaves y cariñosas caricias al recordar a su amor verdadero—. Siempre hay algo, Kai, que te hace darte cuenta de quién es la persona indicada. Ya sea su forma de ser, su manera de sonreír e incluso su manera de mirarte. Lo único que tienes que hacer es abrirte a la posibilidad de que tú humano esté más cerca de lo que tú crees.

Kailan frunce el celó confundida—. ¿Eso que quiere decir?

—Tendrás que descubrir eso por ti misma, mi pequeña guardiana. —Besa rápidamente la frente de su hija antes de levantarse del sofá y caminar a su habitación, dejándola con la palabra en la boca y mil dudas en la cabeza.

¿Cuántas probabilidades había de que su humano fuera Cisco? ¿Quizá Jay? No, eso sería una locura... ¿Y qué tal Barry? ¡Peor aún! Nada parecía indicarle a la pelirroja que compartiera momentos de su día a día en compañía de su razón de existir, pero, ¿entonces por qué Marcus había soltado eso? Siempre hay una razón por la que su padre dice las cosas, por la que actúa. No es una casualidad que le dijera aquello y mucho menos con la seriedad que transmitía en ese momento. Había verdad en sus ojos, Kailan la pudo ver y hasta la pudo sentir.

¿Qué se supone que su padre ocultaba?

El sonido de su teléfono suena, interrumpiendo sus pensamientos. Rápidamente lo toma por si es un mensaje de auxilio de Cisco y lo abre, sonriendo ampliamente nada más al ver el nombre del verdadero remitente.

"Voy a encontrarme justo ahora con Patty, deséame suerte".

La pelirroja sonríe, tecleando una respuesta que seguro lo haría rodar los ojos por su sarcástico humor. Ella suspira, dejando de lado el aparato para poner atención a la fotografía que descansa sobre una pequeña mesa a un lado del sofá, una de ella con Barry. Ambos, a penas entradas en la adolescencia, sonríen a la cámara, abrazados, derrochando amor por doquier. Cualquiera que viera la foto sabría que aquellos jóvenes definitivamente eran inseparables. Dentro de Kailan un sentimiento extraño baila alegremente, emocionado, justo en el centro de su estómago, todo por haberse imaginado la sonrisa de Barry tan brillante y contagiosa como siempre.

Pero, una vez más, se decide a ignorar eso que ella no puede comprender.

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