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By _danef

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GUARDIAN'S LOVE I; PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU" Existe el mito de que en alguna Tierra paralela, los más... More

TRILOGÍA "YOU"
Sinopsis.
Reparto.
G r a p h i c s
Prólogo.
uno.
dos.
tres.
cuatro.
cinco.
seis.
siete.
nueve.
diez.
once.
doce.
trece.
catorce.
quince.
dieciséis.
diecisiete.
dieciocho.
diecinueve.
veinte.
veintiuno.
veintidós.
veintitrés.
veinticuatro.
veinticinco.
veintiséis.
veintisiete.
veintiocho.
veintinueve.
treinta.
treinta y uno.
treinta y dos.
treinta y tres.
treinta y cuatro.
treinta y cinco.
treinta y seis.
treinta y siete.
treinta y ocho.
epílogo.
Notaaaa.
¡Wattys 2020!

ocho.

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By _danef

»8. Llega Zoom. «

IRIS WEST era conocida como una de las periodistas más admirables que Linda Park alguna vez hubiera tenido el placer de conocer en persona. Era totalmente increíble ante sus ojos. Hermosa, talentosa, valiente y sobre todo de buen corazón. Siempre le pareció alguien digna de tener seguidores y estaba segura de que algún día llegaría lejos con tan maravillosos artículos con los que exhibía a la escoria de Central City. Y el que la morena, hija del detective más reconocido de CCPD, le hubiese salvado la vida unos días antes definitivamente sólo había incrementado la admiración que sentía por ella. Se sentía como que ahora confiase ciegamente en la periodista, justo por eso razón fue que la siguió sin preguntar nada cuando Iris le dijo que fuesen a S.T.A.R. Labs.

Desde luego, su curiosidad no se mantuvo oculta, pues al llegar a cierto piso de las instalaciones, las dudas comenzaron a crecer en ella. ¿Por qué diablos no se aseguró antes de que no estaba caminando hacia una trampa de aquella mujer? ¿Únicamente porque es Iris West quien la guía? Probablemente. Pero todo valió la pena cuando el mismísimo velocista escarlata, héroe de Central City conocido con el nombre de Flash, apareció frente su vista, pidiéndole con voz distorsionada ayuda inmediata por medio de personificar a Doctor Light, su doppleganger, para hacerle creer al terrible villano en turno que ella había logrado matar al súper héroe. Casi no tuvo que pensarlo y ya estaba enfundada en el traje, entrenando para poder adoptar bien el papel que se le había encomendando.

En palabras de Harry, todo fue un reverendo fracaso. Y Barry no podía sentirse más frustrado, sin contar que no había dejado de pensar en el vacío que la falta de sarcasmo natural que Kailan solía llegar a sus encuentros definitivamente dejaba un ambiente incluso más extraño de lo normal.

—De acuerdo, no quiero ofender a Linda, pero definitivamente no hay manera en que pueda lograrlo. —Caitlin, moviendo las manos de forma exagerada, entra al cortex seguida de los demás miembros del equipo.

—Bueno, tal vez lo lograría si no gritara cada vez que dispara. —Secunda Harrison.

—Hey, Linda tuvo un mal y duro comienzo pero ella puede hacerlo. Lo sé. —El velocista, mientras se pone su chaqueta, defiende a la que algún día fue la chica que ayudó a olvidar un poco los sentimientos que tenía por Iris—. ¿Encontraron algún lugar cerca de una brecha en donde no me tenga que preocupar de civiles?

—Sí. Hay un lugar en el muelle que está desierto de noche.

—Perfecto. ¿Y el atenuador de velocidad?

—Todavía lo estamos probando, pero debería de funcionar.

—Y lo hará. Ajustaré los guantes de Ramón para que trabajen mejor. —Harry sale del cortex.

Barry suspira y comienza a caminar hacia la salida a paso taciturno—. Bien, genial.

—Hey. —Cisco llama la atención del velocista—. ¿Nosotros en serio vamos a hacer esto?

—Sí, lo haremos. Voy a hacer que Iris deje a Linda lista para el momento.

Y como última palabra, Barry sale del cortex seguido muy de cerca por Joe hasta llegar al elevador. Su dedo presiona una y otra vez el botón, rápidamente, queriendo hablar con Iris sobre Linda lo más pronto posible para poder arreglar ese otro asunto que no lo ha dejado en paz desde hace unos días. Lo había arruinado al haber puesto primero a Iris que ella, pero Kailan debía entender; ¡Linda es la respuesta a su problema mayúsculo! Y aparentemente el único que puede ayudarle a cumplir con la misión que se le ha encomendado es él, Kailan debería entender.

Sin embargo, la pelirroja no entendería nada si Barry no puede ni acercarse unos centímetros a ella antes de que ésta la mire con ojos amenazadores.

—¡Barry! ¡Espera!

El nombrado se gira en su eje al entrar a la caja de metal, encarando a su padrastro—. ¿Qué pasa?

—Viste lo qué sucedió allá; Linda no está lista para algo tan grande como lo que queremos que haga.

—Claro que lo está.

—¿Por qué lo estás presionando todo de este modo?

El semblante de Barry se ensombrece, sabiendo que puede ocultar cosas a todo el mundo, menos a Kailan y a Joe—. ¿Por qué crees? —Suspira—. Quiero que todo termine. Quiero atraparlo.

—¿A quién exactamente?

—¿Esa es en serio una verdadera pregunta? —Lo mira con sus ojos verdosos confundidos.

—Tú dímelo a mí. —Contesta firme el otro—. Ni siquiera sé si esto se trata de Zoom. Empiezo a sentir que te estás proyectando y no, no estoy hablando de Kailan. —Informa antes de que su hijo adoptivo siquiera pudiese pensar en abrir la boca—. Es como si estuvieras detrás de Reverse Flash.

—Reverse Flash está muerto.

—Sí, pero después de todo lo que te hizo, no fuiste tú quien le puso un alto definitivo.

Barry sacude la cabeza varias veces, negado a siquiera pensar en la posibilidad de lo que Joe le dice—. Trabajamos todos juntos.

—Sí, y Eddie fue quien lo atrapó al final. —Barry aparta la mirada del detective—. ¿No te siente estafando? ¿Como que no te vengaste? ¿Sientes que detener a Zoom será lo más cercano a todo eso?

—No tengo tiempo para esto, Joe. No ahora. —Las puertas de metal se abren en el piso predeterminado y él sale de ellas—. Necesito concentrarme en preparar a Linda para después ocuparme de Kailan... —Bufa y pasa las manos frenéticamente por su rostro.

—Mi punto aquí es, que si le pedirás a personas como Linda, indefensas y nada poderosas en el sentido imposible, a que arriesguen su vida, será mejor que estés seguro exactamente de lo que estás haciendo.

—Lo estoy.

—Te conozco desde que eras un niño, Barry. —Le recuerda—. Y esa es la misma cara que ponías cuando Kailan te incitaba a hacer cosas que no te convencían.

El recuerdo de la pelirroja de niña le surca la memoria rápidamente, casi sacándole una pequeña sonrisa fuera de lugar en aquella acalorada conversación. Casi.

A unos pocos kilómetros de la localización de los que eran los famosos S.T.A.R. Labs, Kailan Bennett se encuentra recostada en su cama, con las manos detrás de la cabeza y mirando hacia su impoluto techo blanco como si fuera la cosa más interesante del mundo. La habitación que había dejado atrás con diecinueve años estaba intacta, tal como si el tiempo jamás hubiera pasado por ella y mucho menos la suciedad. Sus pósters colgados en las paredes, su librero repleto de libros de ciencia y novelas policiacas esparcidas entre lo que parecía ser la biblioteca personal de una completa nerd. Su computador de última generación en aquellos ayeres, sus preciadas fotos familiares, su favorita: la de su madre sonriendo, y sobre todo, la guitarra que Barry Allen le regaló a los quince después de haberla escuchado cantar una tarde de verano.

—Deberías de dedicarte a eso.

—¿A cantar? —El castaño asintió con la cabeza, mirándola casi ensimismado después de terminar de entonar la canción favorita de su padre. Ella rió ligeramente—. Sí, claro, me moriría de hambre.

Barry negó rápidamente con sus manos y con la cabeza—. Oh no, créeme. Tienes la voz de los mismos ángeles.

Sus mejillas tomaron color de forma violenta y rápida después de cerrar la boca tras tal halago, eso Kailan lo recuerda perfectamente, de manera nítida. Ella simplemente atinó a abrazarlo con fuerza y a agradecerle por sus dulces palabras, ignorando lo mejor que pudo la sensación caliente que ahora existía en sus pómulos. No podía dejar que Barry la viera sonrojarse con la misma potencia que él después de algo bonito que le dijo.

Aquellos eran tiempos buenos, donde el castaño no era velocista, donde ella no sabía su procedencia real, donde ambos desconocían el pasado así como el futuro y vivían el presente como cualquier otra persona normal. ¿Por qué las cosas tuvieron que cambiar? ¿Por qué nada pudo quedarse así, como estaba antes de que cumpliera diecinueve? Odiaba esa sensación de vacío cada que pensaba en la conversación de hace unos días con su mejor amigo, simplemente le asqueaba la idea del futuro que los esperaba. ¿Por qué demonios no pudo quedarse en la ignorancia para siempre?

Sus pensamientos se detienen al escuchar la voz robótica de Samira llamarle desde abajo—. Señorita Bennett.

—Dime, Samira.

—Tengo un holograma de llamada entrante. —La pelirroja se incorpora rápidamente en la cama, sintiendo su corazón latiéndole con fuerza dentro del pecho—. Vincent Weasley. ¿Desea que-?

—¡Sí!

Nada más gritar su respuesta, frente su rostro y saliendo del brazalete como un halo de luz maravilloso, el semblante gracioso de su amigo con, ahora, cabello platinado, le devuelve la sonrisa enorme y brillante de la pelirroja. Sus ojos se humedecen de forma inconsciente, porque hasta ese momento no había caído en la cuenta de que también había extrañado muchísimo a ese brujo divertido de Tierra treinta y ocho.

—¡Vincent!

¡Mi rojita! —Exclama alegre el otro—. Dios, había extrañado mucho ver tu carita de bebé toda adorable.

—¡Oye! ¿Ya vas a comenzar? —Kailan estrecha los ojos, sacándole una carcajada al otro—. ¿Cómo va todo por allá?

Si hablamos de los antipáticos de nuestros compañeros, todo es igual, pero sí hablamos de otros aspectos... Va mejor, bastante bien en realidad. —El chico toma un mechón de su cabello ligeramente largo y lo alza frente ella—. Mira, me teñí. ¿Te gusta?

Asiente con una sonrisa burlona—. Confirmado, ahora eres toda una princesa.

¡Hey! No me molestes, Ariel. —Gruñe, a pesar de que a Kailan no le molesta para nada aquel dulce e infantil apodo—. Los superiores dicen que probablemente salga en un mes.

Júralo. —Suelta sin aire. Vincent asiente sonriente—. ¿Y a dónde irás?

Redoble de tambores, por favor. —Por toda la habitación del de cabello platinado y de la pelirroja, su petición suena hasta que finalmente, el chico alza las manos—. ¡Central City!

—¡Oh por Dios! ¡No te creo!

Créelo, rojita. En un mes voy a estar ahí, contigo. —La sonrisa emocionada que Kailan le regala lo hace estremecer—. Vamos a patear traseros juntos.

—¡Esto es increíble! ¡Conocerás a todos mis nuevos amigos! Caitlin, Cisco... ¡Hasta a papá! Te llevare a todos los lugares que más amo de la ciudad, ¡hasta podrías darte una vuelta por los Laboratorios! —Ciertamente, Vincent poco entiende de cada palabra que la chica soltaba, pero vaya que adora su emoción—. ¡No puedo esperar para contarle a Ba-!

Ella misma se corta en medio de la oración y aprieta los labios con fuerza, sintiendo cómo la felicidad desbordante de antes se disipa con lentitud, poco a poco hasta que su ánimo decae considerablemente, cosa que no pasa imperceptible ante los ojos del de cabello plateado. Ladea la cabeza, confundido, y hace un puchero tierno que a cualquiera derretiría.

¿Kailan?

Ella sacude la cabeza, saliendo del trance en el que se había sumergido por pensar en lo mal que se sentía al tener lejos a Barry—. ¿S-Sí?

¿Todo bien? Estoy seguro de que ibas a decir el nombre del chico del que siempre hablabas y de repente, puf, te desanimaste. —Se acerca un poco más a la cámara que lo graba—. ¿Qué tienes?

Kailan titubea, pero al final le cuenta todo, y por la expresión que su amigo tiene, sabe que no le ha gustado nada su actitud aparentemente infantil. Sus cejas, que se juntan en medio de su frente, sus labios fruncidos al igual que su nariz y sus ojos chispeantes son necesarios para saber todo lo que se aproxima por parte del de cabello platinado, sumando que seis años fueron suficientes para conocer bien a ese chico.

Kailan...

—No me regañes, por favor. —Suplica en un quejido lastimero, cerrando los ojos por unos instantes para evitar la potente mirada del otro—. Estoy en todo mi derecho.

Sí, pero pasó el límite en el momento en el que decidiste negarte a hablar con Barry. —Ella, aún reacia a abrir los ojos, no puede ver cómo el semblante del chico se suaviza considerablemente—. Kai, necesitas comprender que el futuro es cambiante.

—Y tú entiéndeme. —Abre los ojos—. Podría perder a Barry.

Eso no es lo único que te perturba.

—Lo es.

No.

—Sí.

Te preocupa también su futura boda.

—Déjate de tonterías.

Lo hace.

—Vincent...-

Lo hace y odias la idea de que-

Kailan finalmente explota—. ¡No quiero verlo con Iris! —Exclama, sus ojos llameando y centellando en color escarlata.

Ni siquiera se preocupa por despedirse del otro. Simplemente cuelga la llamada, como haciendo un perfecto berrinche de niña de cinco años, y le prohíbe a Samira aceptar cualquier llamada, mensaje o intento de contactarla por parte de Vincent antes de acurrucarse contra su almohada, preocupándose de apagar la luz antes para poder dormir mejor. Necesitaba un sueño reparador después de ese ataque tan súbito e inesperado de... Celos de mejor amiga.

[ . . . ]

El timbre sonando una y otra vez simplemente puede con la poca paciencia que a Kailan le sobraba después de la pasada semana. Se levanta de golpe de la cama, apartando las colchas y todo a su paso con brusquedad, farfullando y bufando entre dientes palabras sin sentido además de algunas maldiciones dirigidas a quien fuera que estuviese molestándola tan de mañana así, a pesar de que realmente fuesen las tres de la tarde. Sus pies arrastrándose por el suelo parecen hacer más ruido del que planeaba y su padre asoma la cabeza por una rendija que hace en la puerta de su habitación, tallándose los ojos con una mano mientras que la otra sostiene la madera de forma floja. Kailan lo mira con una ceja alzada y una pequeña sonrisa, aún sin acostumbrarse completamente a la presencia constante de su padre después de haber estado viviendo sin él por seis largos años.

—¿Quién es? —Pregunta con la voz tan ronca que ella se piensa por unos segundos si así es como suena cuando utiliza su don.

Se encoge de hombros—. No lo sé. —El timbre sonando de fondo sólo hace que su padre pueda ver el espíritu de un destello rojo pasar por sus ojos, cosa que últimamente se ha vuelto costumbre en su hija—. Pero si sigue tocando así, no sólo va a tirar el timbre, si no que yo voy a matarlo. —Gruñe y camina ahora a zancadas hacia la puerta.

Ella la abre sin cuidado, encontrándose con el semblante de Cisco sumamente concentrando mientras timbra una y otra vez, sin siquiera percatarse de que ya no necesita seguir con el ruido tan molesto. Kailan rueda los ojos y toma al de rulos del borde de su camisa para obligarlo a entrar a su casa de sopetón, sacándole en el proceso un gran susto a su amigo. Ya adentro, Kailan tiene sometido a Cisco contra la pared, el cual, al verla en un adorable pijama de ovejas, más que tener miedo ahora no puede evitar sonreír ampliamente, burlón y, tal vez, algo enternecido.

—¿Qué demonios? —Kailan estrecha los ojos, apretando su agarre en el cuello de la camisa—. ¿Cuál era la necesidad, Cisco?

—Buenos ¿tardes? para ti también, Kai. —Ella gruñe y lo suelta, permitiéndole acomodar su vestimenta aún sin dejar de sonreír—. Bonito pijama, por cierto.

La pelirroja se examina de arriba a abajo, sintiendo cómo sus mejillas se calientan rápidamente, avergonzada, pero no se permite borrar tan rápido su semblante molesto del rostro—. Cállate y explícame qué haces en mi casa.

—Buenos días, Ramón. —Saluda Marcus apareciendo por el pasillo en dirección a la cocina.

El de rulos, que ya conocía al padre de Kailan, sonríe y saluda con un asentimiento de cabeza—. Buenos días, señor Bennett.

—Sé que es algo... Muy tarde, pero nosotros recién estamos despertando, ¿quieres algo de desayunar?

—Claro.

—¡Cisco! ¡Céntrate! —Le suelta un golpe, causándole una mueca de dolor y una carcajada pequeña al morocho.

—¡Hey! Eso dolió.

—Papá. —Ella observa a su progenitor con los ojos estrechados—. ¿Nos permites un segundo?

Marcus asiente taciturno y se mete a la cocina, dejando a los dos jóvenes solos. La pelirroja se cruza de brazos mientras que el otro suspira, pasando las manos por su cabello, algo nervioso, cosa que fácilmente la chica identifica incluso sin usar su preciado don.

—¿Qué pasa? Siento tus nervios a kilómetros.

—Yo... Logré tocar a Harry.

Los ojos de Kailan se abren cuál enormes platos y lo toma de los brazos, viéndolo fijamente—. ¿En serio? —Cisco asiente—. ¿Y?

—Vi a una chica atada de manos dentro de una jaula, creo, frente a ese... Ese monstruo. —Niega con la cabeza—. No entiendo qué era, pero la chica estaba asustada. Se veía más joven que nosotros y aparentemente conoce a Wells de Tierra dos. Parece que esa cosa quiere llegar a Harry a través de ella.

—¿Cómo era ella? —Le pregunta, intentando forzar su memoria lo mejor que puede.

—Pocos colores se ven en mis visiones, pero, era bajita y esbelta. Sus ojos eran como los de Harry.

Y entonces Kailan cae en la cuenta de que definitivamente había escuchado algo sobre una chica por accidente de la boca de Wells.

—Es familiar suya. —Balbucea Kailan—. Lo sé, estoy segura. Y también de que esa cosa sea el villano que buscamos y el cautiverio de la chica sea probablemente la razón por la que Harry se muestra tan pasional respecto a atrapar a Zoom.

—¿Qué crees que sea de él? ¿Una prima, tal vez?

Ella niega con la cabeza, mirando hacia el suelo impoluto—. No lo sé, pero definitivamente tenemos que averiguarlo. —Corre hacia el pasillo, pero antes de perderse por éste, mira a Cisco—. Voy a vestirme, no tardo.

—¿Puedo desayunar con tu papá? —Kailan alza una ceja—. Tomaré eso como un sí.

Media hora más tarde, los dos jóvenes están entrando corriendo a los laboratorios, intentando mantener las apariencias lo mejor que pueden para así evitar levantarle sospechas al Doctor Wells y que todo el plan que estuviesen armando se fuera a la basura. Los dos entran con los brazos rosándose entre ellos, riéndose de algún comentario idiota y fuera del lugar bastante gracioso que Kailan soltó, atrayendo todas las miradas hacia el par que entra al cortex, casi con los brazos entrelazados. Barry, apoyado cerca de su traje, frunce el ceño extrañado.

—Hola. —Saluda Kailan después de recuperar la respiración que perdió en medio de su carcajada—. ¿Por qué me ven así?

Caitlin sonríe—. Habías estado tan de mal humor que ya se nos olvidaba cómo era escucharte reír.

—Exagerada. —Se sienta en una de las sillas cerca del monitor principal, apoyando los codos en el escritorio sin dejar de examinar el semblante de todo el equipo—. Pero en serio, tienen unas caras... ¿Qué pasa?

—Están nerviosos por lo de Linda, es todo. —Kailan observa con una ceja alzada a Cisco, el cual, mira pasmado a Barry—. ¿No le dijiste?

—¿Cómo quieres que le diga si no me habla? —Masculla.

—Barry...

—¿De qué están hablando? —Interviene Kailan, ignorando olímpicamente el comentario de su mejor amigo.

Caitlin suelta un largo suspiro, sabiendo que probablemente Kailan no esté de acuerdo con el plan de Barry—. Vamos a hacer que parezca que Linda Park es Doctor Light y que consiguió matar a Flash.

—Queremos atraer a Zoom con ello. —Completa Harry, ajustando algo en unos extraños guantes.

—¡¿Qué?! —Exclama la pelirroja, poniéndose de pie inmediatamente. Barry tiembla por inercia—. ¿Están locos? ¿Y de quien fue la maravillosa idea? —Nadie habla, temiendo por la vida del velocista escarlata, y ella sin detenerse a pensar en nada más señala con un dedo al de anteojos—. ¡Tú! —Gruñe ella guturalmente—. ¿Cómo se te ocurre? ¡Barry estaría en un peligro latente! Y ni hablar de Linda... ¡Es una chica que no tiene la culpa de nada!

—Kailan... —Susurra Cisco, intentando tomarla del brazo, pero ella fácilmente se zafa.

—No. —A grandes zancadas ya está frente al morocho, tomándolo por las solapas de su chaqueta y acercándolo amenazadoramente a su rostro—. ¿No puedes pensar por un segundo en nadie más que no sea en ti? ¡Estás arriesgando la vida de mi mejor amigo y todo por tus malditos problemas personales con Zoom!

Antes de que siquiera el genio científico pueda defenderse o preguntar a qué se refería la pelirroja con "problemas personales", una ráfaga aleja a la chica del cuerpo de Harry. Unas manos la sostienen de la cintura delicadamente, tacto que ella puede identificar aún sin ver a quien que lo hace. Kailan se acomoda el cabello fogoso, encontrándose de inmediato con los ojos verdes brillantes de su persona favorita considerablemente cerca de su rostro, llameantes de emociones que le son difíciles de distinguir a la pelirroja.

—Fue mi idea.

El semblante de Kailan se ablanda pero a la vez se ensombrece—. ¿Tuya...?

—Creo que nosotros vamos a esperar afuera. —La voz de Caitlin avisando es lo último que escucha antes de varios pasos saliendo apresurados del cortex, dejando solos a los mejores amigos.

Kailan se libera del agarre del castaño rápidamente, mirándolo con impresión. Barry a penas y puede sostenerle la mirada, sabiendo que definitivamente debió de haberle dicho algo sobre el loco plan a pesar de no estarse hablando por el momento.

—¿Cómo se te ocurre? —Pregunta Kailan—. ¿Estás demente? Barry, atraer a Zoom de ese modo es algo casi suicida. ¡Estás rogándole a la muerte que venga por ti! ¿No haces caso a nada de lo que te dice Jay?

—Creía que él no te agradaba.

—Créeme, no lo hace, pero intenta protegerte de algo a lo que él ya se enfrentó y terminó perdiendo. —Se acerca con los brazos cruzados a su traje de velocista—. Le quitó su velocidad, Barry. Y tú podrías sufrir lo mismo si sigues jugando de ese modo tan inconsciente.

—¿Y qué es lo que quieres que haga, Kailan? —Barry la sigue por detrás, aún manteniendo una distancia considerable entre ellos—. ¿Que me quede esperando a que Zoom se lleve lo que más me importa para conseguir algo de mi velocidad? Kailan —Su cuerpo se gira forzosamente por las manos de Barry en sus brazos—, no puedo dejar que les haga daño.

—¿Y qué hay de ti? ¿Vas a poner tu vida y la de alguien indefenso en juego por todos los demás?

—Linda quiere hacerlo, no la obligué. Siente la misma responsabilidad que yo.

—¿Y cuál sería esa responsabilidad?

—La de hacer un bien mayor a costa de todo. —En un impulso, él aparta un pequeño mechón de cabello rojizo de su rostro—. Necesito que entiendas.

—¿Por qué? Ni siquiera te molestaste en preguntar mi opinión cuando se te ocurrió tal idea.

—Porque ahora que lo sabes, no voy a dejar de pensar en lo mucho que te afectó.

Kailan sabe que ya no están hablando de Light, mucho menos del plan contra Zoom. Sólo un vistazo a sus ojos es necesario para saberlo.

—Barry...

—He estado torturándome todo este tiempo por lo mal que se escucharon las cosas, pero créeme, no es tan terrible como te lo dije. —Barry suspira y posa su frente contra la de su mejor amiga—. Necesito que me escuches, necesito que hables conmigo.

—Lo íbamos a hacer, pero decidiste que Iris era más importante que yo. —Se burla amargamente en respuesta.

El castaño niega frenéticamente con la cabeza—. No fue así, Kai.

—Lo fue.

—Sabes que no. —Él cierra los ojos—. Sólo que te encanta crearte historias en la cabeza.

—No empieces, Bartholomew.

Barry ríe ligeramente. En un rápido movimiento, Kailan ya se encuentra entre los brazos del velocista, él aferrándose a su cuerpo con fuerza.

—Debo tener la mente despejada para que esta noche salga de acuerdo al plan, y no podré hacerlo si sigo pensando en lo distante que estás. —Ella entierra la cabeza en el hueco del cuello de su mejor amigo—. Prométeme que vamos a hablar en CC Jitters con una buena taza de café después de que todo termine.

—Barr...

—Prométemelo, Kailan. —Suplica.

Ella asiente y acaricia suavemente la mejilla del castaño con su nariz—. Lo prometo.

Después de que Kailan cerrara el trato con esa caricia inocente y se disculpara honestamente con Harry, todos estaban listos para el momento cumbre del día, el que estaban esperando. Kailan se encargó de meterle la idea a Linda Park de que definitivamente era una villana excelente y de que era lo suficientemente capaz de personificar a Light como para engañar a Zoom antes de que se fueran al punto en donde todo se llevaría a cabo, eso a petición de Joe. Con la pelirroja conocedora de la información del plan completa, para Barry fue posible irse tranquilo al muelle en compañía de Harry, Linda y Joe, dejando solos en los Laboratorios a Kailan, Iris, Caitlin y Cisco, con los últimos dos encargados de que las chicas no se atrevieran a cruzar la línea de matarse sólo con la mirada.

—No entiendo qué hace ella aquí. —Bufa Iris, dando vueltas en su silla apartada del escritorio de monitores, más específicos, a un lado del maniquí del traje de Barry—. Y por qué yo tengo que estar tan lejos.

—Sencillo: Yo sirvo más de este lado que tú. —Kailan lanza un beso a la morena, sacándole un bufido a ésta última.

—No comiencen, chicas. —Pide en un murmullo Caitlin, más nerviosa de lo que le gustaría admitir.

—¡Estoy aquí para matar a Flash! —La voz de Linda sonando por las bocinas interrumpe el intento de reclamo de Iris—. Y nadie me detendrá... ¿Cómo sonó?

Cisco mueve los labios hasta fruncirlos, así que Caitlin responde por él con media sonrisa—. Es un poco... Demasiado. Tal vez sea buena idea que dejes de jugar con el audífono. No creo que quieras que se te salga.

Por el monitor principal, el cual transmite en vivo desde el muelle, pueden ver cómo Linda alza la cara hacia el cielo, igual a si ellos la estuvieran viendo desde ese punto—. Sí, me lo dijeron. Lo siento.

Iris rueda los ojos y camina hacia los monitores, acercándose al micrófono para hablar—. No le hagas caso. Lo estás haciendo bien, Linda.

—Claro que lo está haciendo bien, yo me encargué de eso. —Interviene rápidamente Kailan.

Lo siguiente que se escucha es una ráfaga y en la pantalla aparece la silueta de Barry, parándose justo frente Linda—. Muy bien, Doctor Light. Aquí me tienes. —Ambos comienzan a caminar en círculos, morándose—. ¿Por qué no nos saltamos la parte en donde dices que vas a matarme y yo paso directamente a decirte que no voy a dejarte hacerlo?

Estoy aquí para matarte, Flash. —Barry niega con la cabeza ligeramente, casi imperceptible para cualquiera—. Espera, ¿qué haces? ¿Vamos a saltar eso?

—Sí.

Linda carraspea mientras Kailan se muerde el labio—. ¡Soy leal a Zoom! —Exclama Linda—. Prepárate para que te fría.

—La próxima vez que hagamos esto, me ocuparé de hacer un mejor guión. —Asegura Cisco.

—¿La próxima vez? —Preguntan descolocadas las otras tres chicas.

La pelea ensayada ocurre de acuerdo al plan muy al pesar de Kailan, la cual no deja de sentirse nerviosa por el bienestar de su mejor amigo, finalizando con Linda sacando el emblema del traje de Barry mientras dice, con voz fuerte, "Zoom siempre gana". La morocha lanza el emblema por la brecha y esperan cinco minutos... Diez... Media hora... Una hora. Zoom definitivamente no aparece en todo ese tiempo.

—Probablemente está esperando a ver si estás realmente muerto. —Kailan dice después de que Barry se quejara de su pierna dormida gracias a la ridícula posición en la que cayó.

—Sí, en cualquier momento atacará. —Cisco apoya su cabeza en las manos.

No. —Niega Barry y tras soltar un suspiro, se pone de pie, señal para que todos comiencen a irse del muelle.

Lo siento, seguramente metí la pata. —Se disculpa Linda, acercándose al velocista.

—No, Linda, lo hiciste genial. —Se le adelanta Kailan a Iris, la cual frunce el ceño.

Gracias, Kailan. Eres tan dulce.

Vamos para allá, chicos. —Avisa Barry.

Kailan suspira, dejándose caer sobre una silla. El plan no había funcionado, pero después de haber salido de un momento lleno de nervios, ahora estaba a punto de sumergirse a otro lleno de emociones.

Tres horas más tarde, tras Iris y Joe irse, Barry se queda acompañando al resto del equipo en el cortex mientras que Cisco arregla el traje del velocista para que quedase como nuevo. Él sonríe orgulloso al ver el nuevo emblema colocado en su lugar, mientras Kailan da vueltas en una silla del cortex y Harry analiza el video del muelle una y otra vez ante la fija mirada de Caitlin.

—Has visto esa grabación millones de veces. —Se queja Caitlin a espaldas de Wells—. Todo salió de acuerdo al plan.

—Sí así fuese, Zoom habría aparecido.

—Tal vez Light estaba equivocada. —Canturrea Kailan, moviéndose con la silla de rueditas hasta estar cerca de su mejor amigo—. Tal vez Zoom no puede ver a través de las brechas.

—O finalmente decidió rendirse. —Le sigue Barry.

El teléfono del castaño comienza a sonar justo cuando Kailan está por sugerir que vayan todos a tomar algo a CC Jitters para aligerar el ambiente. Barry suspira y toma el aparato.

»¿Iris?... Wow wow, ve más lento, no te entiendo. —De un momento a otro, el semblante del castaño se deforma para mal drásticamente, descolocando a la pelirroja justo cuando el reloj de Harry que detecta metahumanos comienza a sonar con un pitido irritante—. Zoom tiene a Linda. —Suelta sin aliento.

Cisco corre hacia el computador más cercano y teclea unas cuantas cosas—. Está en el techo.

Barry no lo piensa dos veces y pronto, ya se encuentra en la parte superior de los laboratorios, dejando a una Kailan totalmente preocupada corriendo hacia los monitores para poder estar pendiente de su mejor amigo seguida de los demás miembros del equipo. Se sienta en medio de Cisco y Caitlin, quienes comienzan a teclear para tener audio en vivo y en directo conectado al traje de Barry. La voz de Zoom no hace más que causarle escalofríos a la pelirroja, y todo empeora dentro de sí cuando deja caer a Linda del techo, disparando las emociones de todos que fácilmente son palpables para Kailan. Como siempre, Barry es capaz de atrapar a Linda y le permite escaparse, antes de volver a encarar a Zoom en la entrada de S.T.A.R. Labs, en donde Cisco enciende las cámaras de vigilancia para poder estar al pendiente de Flash.

—Zoom no puede ser humano. —Niega Caitlin casi sin aliento.

Kailan mira desconcertada a Cisco. Sabe perfectamente en qué está pensando el de rulos: En su visión—. No, no puede... —Secunda.

—Lo es. O al menos, solía serlo. —Responde Harry.

—¿Cómo se supone que Barry derrote a eso?

En la pantalla, se muestra cómo Barry sale corriendo lejos de los laboratorios, confundiendo al genio científico—. ¿Por qué huye?

Kailan fácilmente adivina y sonríe un poco—. No está huyendo; no tiene miedo.

—Uh, ¡lo va a electrocutar! —Exclama emocionado el de ascendencia latina.

—¿Qué?

—Jay le enseñó a lanzar un rayo. —Aclara Caitlin igual de aliviada.

Y todo hubiese terminado ahí, de no ser porqué Zoom aparentemente era capaz de atrapar rayos y redirigirlos. Kailan siente una corriente eléctrica bastante dolorosa pasarle por el cuerpo entero justo cuando el rayo impacta contra Barry, lanzándolo en el aire directamente a un anuncio de los Laboratorios. Kailan jadea y se pone de pie, verdaderamente asustada.

—Barry. —Suelta.

Estoy bien, extrañamente. —Aclara de inmediato el castaño—. ¿Vieron eso?

—¿Verlo atrapar un rayo con sus garras de demonio? Sí, lo vimos. —Contesta Cisco.

—Jay tenía razón.

—Barry no puede hacer esto solo. —Secunda Kailan a Caitlin.

Harry, con un arma en sus manos cargada con el atenuador de velocidad, se acerca a la entrada del cortex y antes de salir dice—: Él no está solo.

—Corre, Barry. —Suplica Kailan mientras observa agradecida el lugar por el que se fue el de anteojos.

No. —Se rehúsa—. Veamos si el suero de Wells funciona. ¿Qué quieres de mí? —Pregunta al otro velocista.

Todo.

¿Quieres ser yo? ¿Es eso? ¿Quieres ser un héroe? —Barry se mofa.

Los héroes mueren.

Sólo si los atrapas.

Una carrera entre ellos comienza, dándole oportunidad a Harry de llegar a la parte exterior de los laboratorios. Kailan, con el corazón en la garganta, observa todo desde diferentes cámaras de seguridad, procurando no perder de vista a su mejor amigo.

—¿Cómo se supone que Barry va a igualar su velocidad?

—Es un genio. —Responde Cisco a Caitlin—. Él no va a igualarla. Va a sacarlo de la ecuación.

—¿De qué hablas?

Kailan sonríe y se gira a la castaña al entender a lo que se refiere Cisco—. Velocidad límite. La máxima velocidad de un objeto que cae.

—¿Que cae por el aire?

—Sí. —Afirma Cisco, sentándose junto a Kailan después de haber vagado nervioso por el cortex—. En caída libre.

—La fuerza equivale a la gravedad...

—... Y ambas se netean, logrando...

—... Igual velocidad. Eso definitivamente es de genios.

Finalmente, ambos velocistas caen, pero por desgracia el escarlata termina llevándose la peor parte, quedando con el monstruo encima de él. La sonrisa que antes mantenía Kailan en su rostro al ver a su amigo con muchas probabilidades de ganar se borra, sintiendo no sólo su preocupación, si no la de los otros presentes, latente dentro de su sistema. Una y otra vez Zoom lo golpea, y por cada golpe, Kailan extrañamente siente dolor justo en las partes de su cuerpo donde Barry es agredido, hasta que ambos quedan sin aliento, uno más que el otro. La pelirroja en lo único que piensa es en ir a salvarlo, pero, ¿qué haría ella contra ese monstruo?

Entonces, un crujido suena.

—Barry... —Solloza Kailan, sintiendo pequeñas lágrimas mojar sus mejillas.

Es ahí donde Harry dispara en vano el atenuador, pues Zoom fácilmente logra atraparlo en el aire antes de clavárselo a Flash directamente en el pecho. Kailan, observando la telemetría del traje de Barry, palidece.

—¡Está matándolo! —Exclama asustada, llorando más de lo que antes lloraba.

No podía perderlo, no así, no sin que ella pudiese al menos intentar evitarlo.

—Voy... Voy para allá. —Kailan se levanta pero es detenida por Cisco.

—¿Y qué vas a hacer? —Pregunta desorientado el otro—. Barry no puede protegerte.

—¡Yo tengo que protegerlo!

—Kailan, necesitas quedarte. Hazlo por Barry. —Caitlin la mira desde abajo y ella, entre lágrimas, asiente para volver a sentarse en el sitio de antes.

Por las pantallas pueden ver cómo Zoom desaparece, llevándose consigo a Barry arrastrándose como un vil muñeco de trapo. Kailan siente cómo puede quedarse fácilmente sin respiración al no ver a su mejor amigo por ninguna de las cámaras de seguridad de los laboratorios.

—¿Dónde está? —Pregunta sin aliento Kailan—. ¡¿Dónde está?! —Exclama ahora.

—N-No lo sé.

—¡Cisco, ¿dónde está Barry?! —Kailan, alterada, lo toma por la solapa de su camisa, agitándolo mientras él percibe un atisbo escarlata vibrante lleno de miedo en sus ojos.

—Estoy buscándolo, Kailan. Deja que Cisco también lo haga.

Ella se levanta de golpe, acatando a las palabras de Caitlin y comienza a caminar por el cortex, justo cuando Harry regresa a éste con la respiración entrecortada tras su carrera para llegar. Mira apenado a Kailan antes de dirigirse a preguntar a los otros dos el paradero del velocista escarlata, los cuales niegan saber algo sobre ello. Es entonces cuando Zoom aparece frente el maniquí del traje, a unos metros de Kailan, sosteniendo sin cuidado el cuerpo inmóvil de su mejor amigo. Jadea y siente cómo las fuerzas se quieren desvanecer de su cuerpo, pero no se lo permite. Su persona favorita la necesita presente ahí.

—Barry.

—Harrison Wells. —Habla el velocista enfundado en un traje negro como el ónix mientras Cisco y Caitlin se levantan de sus sillas a la par que el nombrado se acerca a Kailan, intentando encontrar la manera de protegerla de la cercanía que Zoom mantiene hacia ella—. ¿Pensaste que podrías detenerme con ésto? —Levanta el cuerpo de Barry y éste se retuerce de tal modo que Kailan simplemente no puede dejar de llorar en silencio.

—Cometí un error.

—Sí, uno caro. —Zoom clava una de sus garras en el abdomen del castaño, obligándolo a abrir los ojos de golpe.

—¡Déjalo! —Exclama Kailan aterrorizada, con los ojos chispeantes en color escarlata—. ¡Suéltalo ahora!

—Señorita Bennett, no hable. —Masculla Harry corriendo hacia ella y colocándola detrás de su cuero, pensando únicamente en Flash.

—¿Esto te importa? Patético. —Se burla Zoom, alzando aún más a Barry antes de dirigirse a él—. Adiós, Flash. Tú tampoco fuiste lo suficientemente rápido.

Cuando parece que Zoom va a matar a su mejor amigo ante los ojos de Kailan, Cisco aparece disparando el atenuador al velocista de negro, causando que suelta de golpe a Barry y se tomase el cuello con dolor. Trastabilla unos segundos para después salir a velocidad del cortex, seguido por los gritos de negación de Harrison. Kailan no duda y corre hacia su mejor amigo, sin aliento, sintiéndose más muerta que viva.

—¡Barry! —Coloca la cabeza del castaño en su regazo con el mayor cuidado posible y Caitlin llega para comenzar a reanimar al velocista—. Barry, quédate conmigo. Por favor, Barry, por favor. —Solloza—. Tenemos mucho de que hablar, mucho por vivir... Barry, regresa a mí.

[ . . . ]

—Deberíamos de poner música, la última vez eso funcionó.

—Cisco, no empieces con eso ahora.

A la mañana siguiente, las cosas no han mejorado. Barry sigue sin despertar, Kailan sigue sin dormir y los otros dos siguen sin apartarse del lado de Kailan, la cual está reacia a dejar solo a su mejor amigo. ¿Qué tal que despierta y ella no está para verlo y responder sus preguntas?

—¡Puede funcionar! 

Kailan se vuelve ajena a la conversación, concentrada únicamente en los ojos cerrados de su mejor amigo y su precioso rostro magullado. La sangre seca desapareció de su ceja y pómulos, pero aún se ven las marcas que Zoom dejó en él. Un collarín sostiene su cabeza reposada en unas cuantas almohadas y sus brazos, llenos de moretones, permaneces a los costados de su abdomen, igual o peor que el resto de su cuerpo. La simple imagen de Barry tan herido la marea, puede decir que fácilmente se habría desmayado, de no ser porque algo dentro de ella le dice que debe resistir, qué debe de hacerlo por él.

Entonces, él comienza a retorcerse suavemente.

—Chicos. —Una sonrisa se extiende por el rostro de la pelirroja—. Está despertando.

Ambos se acercan a los lados de Kailan mientras ésta toma la mano del castaño, apretándola con delicadeza. Sus ojos comienza a abrirse y finalmente Kailan siente cómo el alma le vuelve al cuerpo.

—Barry. —Kailan acomoda el cabello del nombrado—. ¿Puedes oírme?

Una sonrisa, que parece más una mueca, aparece en los labios del velocista—. Hey.

Kailan deja salir el aire acumulado de sus pulmones al igual que los otros dos—. Nos asustaste demasiado. Estuviste inconsciente por mucho tiempo.

—¿Qué tan mal estoy?

Caitlin suelta una sonrisa lastimera—. Mal. Si no sanaras tan rápido, estaría preocupada.

—¿Cómo está Linda? 

—Está bien. Se está quedando con unos amigos en Coast City. —Informa Kailan, dándole caricias a la mano de Barry.

—¿Zoom?

Cisco suspira—. Preocupémonos por Zoom cuando estés mejor.

Barry asiente e intenta levantarse, pero es detenido rápidamente por las manos de la pelirroja en sus hombros—. Oh, no, no. Vas a quedarte en cama, Bartholomew. —Él comienza a tantear la cama, desorientado.

Cisco ríe—. Sí, es en serio. Te patearon el trasero, amigo.

—No, chicos. —Masculla Barry, mirando desconcertado su parte baja—. No siento mis piernas.

—¿Qué? —Kailan lo llama, conectando sus ojos.

No puedo sentir mis piernas.





Capítulo súuuuuper largo en comparación a los otros, pero lo necesitaba así. No quería cortarlo a la mitad, se sentía como que algo faltaba, jiji.

Las cosas van a comenzar a ponerse mejores a partir de la llegada de Zoom, sólo aguarden.

All the love! Xx

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