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By _danef

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GUARDIAN'S LOVE I; PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA "YOU" Existe el mito de que en alguna Tierra paralela, los más... More

TRILOGÍA "YOU"
Sinopsis.
Reparto.
G r a p h i c s
Prólogo.
uno.
dos.
tres.
cuatro.
seis.
siete.
ocho.
nueve.
diez.
once.
doce.
trece.
catorce.
quince.
dieciséis.
diecisiete.
dieciocho.
diecinueve.
veinte.
veintiuno.
veintidós.
veintitrés.
veinticuatro.
veinticinco.
veintiséis.
veintisiete.
veintiocho.
veintinueve.
treinta.
treinta y uno.
treinta y dos.
treinta y tres.
treinta y cuatro.
treinta y cinco.
treinta y seis.
treinta y siete.
treinta y ocho.
epílogo.
Notaaaa.
¡Wattys 2020!

cinco.

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By _danef

»5. Persona favorita. «

SU NOMBRE ES DOCTOR LIGHT. —Explica Harry mientras coloca la imagen de la criminal en las pantallas del cortex, limpiándose por lo bajo los dedos llenos de grasa de una gran hamburguesa de Big Belly Burger.

Barry había regresado a recoger a Kailan después de enfrentarse con la nueva invasora de Tierra dos, pequeña pelea que ciertamente no duró mucho y no es digno de mencionarse como una batalla agregada a la lista interminable de Flash. Al ella escapar, el velocista no tuvo más que irse corriendo resignado con su mejor amiga entre brazos hacia los laboratorios S.T.A.R., donde se encontraron con los demás del equipo para poder idear un plan contra la nueva metahumana que amenazaba la casi nula tranquilidad de Central City. Kailan tiene el estómago revuelto, no sólo por haber corrido a súper velocidad hace algunos minutos, sino también por no saber exactamente qué fue lo que sintió en CC Jitters, antes del extraño comportamiento que tuvo Cisco al decirles sobre la invasora.

¿Qué diablos te pasa, Kailan? Se regaña mentalmente, moldeando una pelota en sus manos. Deberías de concentrarte más en encontrar a tu humano que en las chicas con las que Barry tiene citas, con las que se besa, a las que mima...

—Era una ladrona más en mi Tierra hasta que se expuso a la materia oscura de la explosión del acelerador de partículas. —Kailan sacude la cabeza al escuchar a Harry, apartando los pensamientos locos que la azotaban—. Se convirtió en metahumana y puede derivar sus poderes de la luz de las estrellas.

—Increíble. —Susurra Cisco algo impresionado, con una pequeña sonrisa entretenida.

—Las estrellas tienen una temperatura de 5.300 grados Kelvin, y una luminosidad que te ciega. Yo no diría grandioso.

—Eres un maestro siendo aburrido, Wells. —Kailan rueda los ojos, jugando a lanzar al aire y atrapar la misma pelota azulada, apoyada en el escritorio de los monitores—. Podrías sacar una maestría para hacerlo oficial y con mucha razón serías el primero en la clase.

—Ignoraré su comentario porque ciertamente usted es la última persona que tiene efecto con sus absurdas palabras sobre mí, Bennett. —La pelirroja suelta una carcajada sarcástica y Barry sonríe por inercia.

Cisco alza los brazos en el aire paulatinamente—. ¿Sabes? Nuestro Doctor Wells era malvado, pero tú eres simplemente un idiota.

—Muy bien, entonces... —Barry interrumpe antes de que el de anteojos pueda decir algo, incluso la pelirroja—. Obviamente Zoom la envió aquí desde tu Tierra como a todos los demás.

Harry asiente—. Y ahora que sabemos eso, podemos utilizar eso para ganar algo de ventaja.

—Si vas a decir algo, explícalo, listillo. —Gruñe la pelirroja después de un rato de silencio interrogante.

—Olvidaba su poca capacidad cerebral, perdona. —Las mejillas de Kailan se encienden y éste camina hacia ella, mirando directamente al velocista, con fuerza—. Atrapamos a Doctor Light y la utilizamos para atraer a Zoom hasta acá.

—¡Estás loco! ¿Lo sabes? —Kailan se sobresalta al igual que Barry, mientras que Cisco aprieta los labios, imaginándose qué viene a continuación al ver a un Jay bastante molesto aparecer por la entrada del cortex junto a Caitlin—. No atraeremos a Zoom a ningún lado.

—Aparentemente se conocen, y a Jay no le agrada del todo. —Avisa Caitlin, caminando hasta colocarse junto a Kailan.

—Miren nada más. Como todos, asumí que el Flash de Tierra dos estaba muerto. —El morocho se gira hacia el alto—. ¿Por qué no me sorprende ver a Jay Garrick aquí? Aún con vida y ocultándose, a todo un universo de distancia, de Zoom.

—No estoy ocultándome. —Replica Jay, dando unos paso frente Harry, atemorizante—. Zoom casi me mata y robó mi velocidad antes de que la singularidad me trajera hasta aquí.

—¿Eso es cierto?

—Sí, lo es. —Gruñe.

—Bueno, en cualquier caso, durante tu ausencia Zoom sólo se ha vuelto más poderoso y más veloz. Barry —El castaño alza una ceja al escuchar su nombre—. debes acabar con Zoom ahora, mientras puedes.

—No, este no es momento de ser negligentes. Ni siquiera sabemos para qué Zoom mandó a Doctor Light. Ella es una ladrona, no una asesina.

—Zoom te obliga a hacer cosas que no quieres. —Recuerda el otro a Jay—. Ladrona o no, lo matará.

Kailan niega con la cabeza—. Cuanta testosterona hay aquí. —Una de sus manos se dirige a su nariz y la cubre con ésta—. ¿Alguien más lo huele?

—Muy bien, miren. —Interviene Barry, colocándose cerca del par incompatible—. Podemos decidir qué hacer con Light después, primero necesitamos encontrarla. ¿Está bien?

Harry toma su bebida de cola y le da un largo trago ruidoso antes de caminar hacia la otra esquina del cortex con Jay siguiéndolo fulminante, desesperando a más de uno. Kailan Bennett, al igual que Jay Garrick, no era para nada fan del aclamado Harrison Wells, y la única razón por la que lo está soportando es porque Barry cree que es una buena idea tenerlo en el equipo, al menos por el momento. Una idea loca, debe decir, pero no es capaz de replicar.

—Hey. —Barry llama a Cisco—. ¿Cómo sabías que Light estaba robando en el banco?

El chico boquea un poco como pez fuera del agua, extrañando a la pelirroja—. Me llegó una alerta. —Saca su teléfono y se lo muestra—. Es una alarma que suena cada vez que están robando en el banco.

—¿Qué?

—Pero, ¿saben qué? —El de rulos camina hacia los monitores, con Kailan siguiendo cada uno de sus movimientos de cerca con curiosidad—. Creo que puedo utilizar el satélite de S.T.A.R. Labs para escanear emisiones de radiación solar y así podremos encontrar a Doctor Light.

Cisco comienza a teclear con la vista clavada en el monitor mientras los otros tres intercambian miradas extrañadas. Kailan se imagina algo, lo siente porque es experta en eso, ni siquiera necesita preguntar pero tomará sus precauciones antes de lanzarse a hacer cualquier acusación.

—Está bien. —Susurra algo inseguro Barry—. Voy a llamar a Joe. Veré si en CCPD saben algo. ¿Por qué no los mantenemos separados hasta que regrese? —Sugiere señalando con la cabeza a los dos habitantes de Tierra dos.

—Estoy segura de que ese no será un problema. —Caitlin sonríe al velocista.

Barry se dispone a irse de los laboratorios, pero antes de que lo haga, la pelirroja les regala una sonrisa cargada de inocencia falsa a los demás presentes en el cortex antes de salir corriendo detrás de su mejor amigo, alcanzándole al minuto frente al ascensor de los laboratorios. Se cuelga por su espalda sin cuidado, sacándole un pequeño sobresalto al castaño, el cual sino hubiera sido por su sobrehumana velocidad, no habría alcanzado a reaccionar y ambos estarían sobre el suelo tirados y retorciéndose de dolor por el golpe que la caída hubiera causado. Barry la toma por los muslos con fuerza, acostumbrado a sus arranques de niña pequeña traviesa, y le da rápidas y mundanas vueltas en el aire antes de dejarla estable sobre el suelo una vez más. Kailan, entre carcajadas de ambos, lo jala hacia el suelo del brazo y lo obliga a sentarse junto a él para poder controlar las risas escandalosas de ambos amigos.

—Dios, sí que fue divertido, y eso que no lo hiciste con súper velocidad.

—De haberlo hecho estarías vomitando justo ahora, Kai.

—Wow... Habría válido totalmente la pena.

Una vez más, ambos estallan en carcajadas melódicas y retumbantes. No dudan que los demás del equipo sean capaces de escucharlos en su intenso momento de felicidad, pero sinceramente poco les importa en tal trance de poca lucidez. Barry sabe que la extrovertida actitud de Kailan es ese pequeño remedio casero que necesita en medio de las normales conmociones que su en vida siempre existen. Doctor Light puede esperar unos minutos a ser encontrada, al menos, hasta que esa paz efímera se esfume.

—Se me habían olvidado tus ataques de niña de cinco años. —Se burla el otro recuperando la respiración—. Y definitivamente no los extrañé para nada.

—No necesito usar mis poderes para saber que mientes, Barr. —Le da un golpe amistoso al brazo.

—No seas así de egocéntrica. —Soba por encima su extremidad con los ojos cerrados.

—No puedes privarme de mi naturaleza. —Se burla, apoyándose contra la pared más cercana. —¿Barr? —El chico hace un sonido con la boca para indicarle que continúe—. ¿Estás listo para responderme a algo?

—¿A qué te refieres?

—Es de mala educación responder con otra pregunta. —El castaño niega con la cabeza, aún sin mirarla a sus esmeraldas—. Tienes un tema pendiente que explicarme, Bartholomew. —Canturrea, moviendo sus pies cuál nena inocente.

Barry abre los ojos de golpe y se coloca firme sobre el suelo, orillando a la pelirroja a hacer lo mismo. Él lo sabe, claro que sí, no había dejado de pensar en el tema desde que salió a colación. Pero definitivamente creía que la chica tardaría más tiempo en recordar su rabieta de Jitters, lo que le daría el lapso suficiente para él poder inventarse algo, lo que sea, con tal de no hacer molestar tanto a la pelirroja. No es un secreto que Iris es la última persona con la que le gustaría verlo en cualquier situación, mucho menos en una amorosa. ¿Cómo se supone que va a explicarle a Kailan que todo este tiempo, que todos estos años de amistad, la realidad es que estuvo más enamorado de Iris de lo que alguna vez se atrevió a decírselo en voz alta? Era un suicido hasta pensarlo.

—N-No sé de que estás hablando.

—Serás tonto, Allen. —Rueda los ojos—. Siento tu nerviosismo hasta acá, genio. Puedo hasta tocarlo y moldearlo en mis manos si quisiera.

—Odio tus poderes. —Masculla.

—Mis poderes son geniales y te encantan, no puedes mentirme. ¿Recuerdas? —Se posiciona frente a él, llamando toda su atención—. ¿Cuándo planeabas decirme lo de Iris?

Nunca, piensa inevitablemente—. Cuando se diera el momento.

—El famoso momento nunca llega, lo sabes. —Ambos se levantan y caminan hacia el elevador; Kailan a zancadas para poder alcanzar a Barry, el cual toquetea varias veces el botón para llamarlo—. ¿Por qué me lo ocultabas?

—¿Podemos hablar de eso después? Tal vez, ¿en tu casa con un poco de chocolate caliente? —Suplica con mueca de agobio.

—Barry...

—Kailan, de verdad que quiero concentrarme en Doctor Light. —La toma de los hombros antes de que entrase a la enorme caja de metal, contradiciendo sus palabras cuando antes habían comenzado los dos a reír como tontos—. Y necesito tu apoyo en todos los sentidos, te necesito concentrada también así que por favor, ¿podemos hablarlo más tarde? —La chica se queda callada, mirando fijamente las esmeraldas de su mejor amigo—. Te prometo que te diré todo y dejaré que me golpees cuantas veces quieras.

—Suenas igual a mí cuando llegué. —Susurra con media sonrisa, dándole un toque a su mejilla—. Y sólo por eso lo dejaré pasar...

Barry suspira aliviado—. Gracias.

—... Aunque también la idea de golpearte es muy tentadora.

—Te odio.

—Me adoras.

El velocista pone una mano en medio de las puertas del elevador para así evitar que éstas se cerraran y la caja metálica se fuera sin él. Con media sonrisa, aparta un mechón de su cabello rojizo del rostro y le sonríe, teniendo flashbacks continuos de cuantas veces hizo eso en su juventud. Ese cabello rebelde suyo siempre le había divertido.

—¿Te quedas aquí? Podrías acompañarme a CCPD.

Kailan niega con la cabeza—. Estoy segura de que vas a ir a trabajar, no a pasear. Ve tranquilo, además, creo que iré a visitar a papá un rato.

—¿Segura? Entiendo que la testosterona palpable en el aire de hace rato no fue tu parte favorita del día.

—Segura. —Ríe limpiamente—. Anda, ve. Dile a Joe que papá me llamó y dice que lo quiere ver en la cena de mañana por la noche, esa que nos debes.

—Pero ni siquiera te ha llamado hoy.

—Lo sé.

Barry vuelve a sonreír entretenido—. Se lo diré.

Y con esto, el castaño entra al ascensor, picando el botón que lo llevaría hasta la planta alta. Sus ojos no se despegan de las esmeraldas de la pelirroja hasta que las puertas se cierran por completo, y se pregunta por qué no había visto en ellos ese curioso y llamativo brillo algo rojizo que ahora ve.

—Debo de estarme volviendo loco. —Susurra antes de salir de S.T.A.R. Labs, pues en lo único en lo que realmente debería de preocuparse, es en averiguar cómo diantres explicaría los sentimientos que tiene hacia Iris a Kailan.

Y en que definitivamente tiene que invitar a Patty a salir.

[ . . . ]

—¿Entonces Barry y Iris salieron en plan romántico el año pasado?

—Ese es el problema, papá, ¡no lo sé! —Exclama la pelirroja, batiendo violentamente la mezcla de pastel en el recipiente de aluminio, sin cuidado alguno—. No lo sé y me irrita pensar en ellos dos juntos.

Kailan, justo como había dicho antes de despedir a Barry en el elevador de los laboratorios, se excusó con el Team Flash diciéndole que tenía algo personal que hacer en casa, pero que definitivamente ellos podrían llamarla si algo malo llegase a ocurrir o si tuviesen alguna emergencia. Los chicos aceptaron sin réplica alguna y así, la pelirroja tomó marcha hacia su casa, topándose al llegar con la figura masculina de su padre leyendo alguna información de un nuevo caso mientras tomaba algo de café en la sala. Después de un pequeño intercambio de palabras, Kailan decidió cocinar un pastel frío que quedaría perfecto para la cena a la que habían invitado a Joe y a Barry. Así que ahí estaban, Kailan cocinando con molestia notoria, contándole a su padre lo que había descubierto sobre su persona favorita y su persona menos favorita el día de hoy, mientras que Marcus la mira desde la isla de la cocina con media sonrisa burlona.

—¿Y eso por qué?

—Sabes que he odiado a Iris desde que la conocí, papá.

—Sí, y yo te he dicho que es un odio irracional, querida. —Canturrea el otro.

—¡No lo es! —Sus ojos destellan rojizos por unos segundos, segundos que impresionan a su padre, además del fuerte golpe que se lleva la estufa con el bol de aluminio que sostiene entre sus manos—. Lo siento...

—Oh, Dios. Es más grave de lo que creí.

—¿Qué estás intentando decirme con eso? —Pregunta a la defensiva la pelirroja, limpiando la poca mezcla que salió volando por el golpe.

—Siempre supe que proteger a Barry fue tu responsabilidad auto adquirida desde que Nora murió y Henry fue a parar a prisión por un crimen que no cometió. Nunca fue un secreto para nadie, ni siquiera para Joe y apuesto que ni para el mismísimo Barry Allen. —Ella continúa limpiando lentamente, pensando en cada uno de los momentos en los que el castaño de ojos verdes fue su primera prioridad antes que ella—. Lo cuidaste más de lo que te cuidas a ti, hija. Pero no pensé que tus ganas de tenerlo en una cajita de cristal fueran tan grandes como para molestarte por las personas que Barry elija para salir.

Kailan suspira, dejando el trapo de lado y girándose para encarar a su padre—. No es eso, pa. Créeme que si fuera con cualquier otra chica no me molestaría, hasta lo apoyaría. —Miente ligeramente, pensando en lo extraña que se sintió al verlo tan nervioso con la presencia Patty en CC Jitters—. Pero Iris... —Niega con la cabeza frenética—. No puedo imaginármelo con ella.

—¿Por qué? Digo, además del odio que le tienes.

—Porque no es la indicada para él, papá. —En unos pasos que da la chica, ya se encuentra frente al morocho—. Ella no lo merece. Por mucho que diga que también es su mejor amiga, que lo conoce y que probablemente me haya tomado ventaja durante estos seis años, sé que no lo merece por la forma en la que lo mira.

—¿Y cómo lo mira?

Kailan cierra los ojos, recordando los últimos momentos en los que los vio convivir antes de irse al fuerte en su Tierra natal—. Como a un hermano.

—¿Crees que no haya cambiado eso en los últimos años? —La pelirroja abre los ojos, mirando las intensas orbes negras ónix de su padre fijas sobre ella—. Seis años son suficientes para que las personas cambien, recuérdalo.

—Lo sé, papá. Y por alguna razón eso me aterra.

Marcus sonríe comprensivo, lo hace porque no necesita los poderes de su hija para poder saber lo que siente. Se pone de pie y camina hacia ella, estrechándola rápidamente entre sus brazos para otorgarle un abrazo tranquilizante que rápidamente hace efecto sobre el temperamento de Kailan. Se estremece al sentir los latidos del corazón de su progenitor tan palpables, como si el sonido hubiese tomado forma física, y decide disfrutar de la energía que el abrazo del morocho le transmite. Si hay una palabra para describir estar contra el pecho de Marcus, ella sólo puede pensar en una cosa: Paz.

—Barry es lo suficientemente grande para saber qué es lo que quiere y qué no. —Susurra con la barbilla sobre la cabeza de la pelirroja—. Y tú, como su mejor amiga, debes aceptarlo. Además, no olvides que lo de Iris pasó hace un año aparentemente, y eso porque tú lo asumiste gracias a su silencio y a tu increíble don. —La mirada esmeralda de su hija choca con la suya—. Deja que se explique, que te cuente como fueron en verdad las cosas, y entonces sí puedes volverte cuan loca quieras.

Kailan ríe ligeramente—. ¿Eso significa que estoy siendo dramática?

—Oh, querida, tú siempre haz sido la reina del drama. —Ambos carcajean antes de que Marcus deposite un beso sobre la frente de su descendencia—. Hasta cierto punto, te comprendo perfectamente y sé que es normal tu actitud tan explosiva, sólo no sobre actúes y no armes historias locas en tu cabeza antes de saber los verdaderos hechos.

Kailan asiente con la cabeza y vuelve a esconderla en el pecho caliente de su padre, donde se queda durante varios minutos. La posición no cambia, y realmente no importa el entumecimiento que sienten al pasar el tiempo; esos momentos padre e hija habían sido añorados por ambos de los Bennett. Kailan solía pasar noches enteras en vela imaginándose lo acogedores y reconfortantes que se sentirían los brazos de su padre alrededor de su cuerpo cuando pensaba que los entrenamientos, que el esfuerzo al que la sometían en el fuerte, eran absurdos y que ella no servía para ellos. Mientras tanto, Marcus no podía dejar de imaginarse el tan esperado regreso de su hija, el ver esos ojos esmeralda brillantes y ese cabello rojizo que la volvían tan parecida a su madre, a su compañera, a su mejor amiga, a su humana y al amor de su vida. Todo eso realmente ya no importaba. Ahora se tenían de vuelta, y lo único que le quedaba rezar a Marcus, era que su hija tuviera allá suficiente capacidad para darse cuenta de que su humano se encuentra más cerca de lo que ella se imagina.

—Te amo, papá.

El aludido sonríe al escucharla llamarlo con esa voz de bebé tan adorable—. Yo te amo aún más, mi pequeña guardiana.

—¿Debería de seguir con el pastel?

—Me parece que es una buena idea.

Bennett hija sonríe agraciada antes de separarse de su padre. Marcus regresa a su posición inicial al igual que su hija, la cual toma el bol y se dispone a seguir mezclando. Su mano derecha se extiende para tomar la canela, justo cuando un espasmo la recorre de pies a cabeza anterior a un terrible mareo que la obliga a sostenerse con fuerza del bordillo de la mesa. Sus uñas se clavan con tanta brusquedad en la madera que termina por lastimar la piel delicada de la pelirroja, mientras que el cansancio comienza a agobiarla como si hubiese corrido un maratón. Termina desplomándose en el suelo con el grito de su padre de fondo llamándola, justo cuando su vista se desvanece. No se ha desmayado, está totalmente consciente de lo qué pasa a su alrededor y de que su progenitor está de cuclillas junto a ella, tomándole el rostro con efusividad. El problema es que, ciertamente, no puede ver los ojos color ónix de su padre.

—Kailan, querida. —Susurra el morocho lo más suave que puede para no agobiarla—. ¿Estás bien?

—Papá. —Sus manos corren hasta las de él, tocándolas, asegurándose de que es él quien la tiene tan aferrada—. Papá...

—Aquí estoy, querida. ¿Qué pasa?

—No veo nada. —Jadea después de unos segundos de silencio tortuoso—. No te veo.

—No juegues conmigo, señorita.

—¡No jugaría con algo así, papá! —Exclama la otra alterada.

El nerviosismo de Marcus ahora es palpable después del estruendoso grito que su hija suelta, además de que es imposible no notar el temblor en sus manos que mueve las mejillas de la pelirroja rítmicamente. Sabe que él le está examinando todo el rostro, sabe también que está pensando en llevarla al hospital, incluso a S.T.A.R. Labs por si llegase a ser algo que tuviera que ver con su condición de nacimiento, sin embargo, antes de que cualquiera de ellos pueda reaccionar, las esmeraldas de Kailan son capaces de finalmente enfocar el semblante serio y preocupado de su padre. Una sonrisa se le cuela por los labios y es seña suficiente para que Marcus suspire aliviado y la abrace con fuerza.

—¿Qué me pasó? —Pregunta a la nada.

Su padre niega con la cabeza—. No lo sé. Tal vez algo pasó con tu humano y te viste forzada a darle la suficiente energía para que pudiese salir del aprieto en el que se encontrase.

—Cada vez me da más miedo tener constancia de quién es, papá. —El morocho se separa de ella lo suficiente para verla a los ojos—. Los ataques que he tenido, esos momentos míos de debilidad me aterran.

—Lo sé, cielo, pero no hay nada que podamos hacer. —Acaricia su mejilla con cuidado—. Es nuestro propósito de vida, el destino que se escribió para nosotros incluso antes de siquiera haber sido concebidos en pensamiento.

—Suelo detestarlo. —Suspira—. Me emocionaba tanto en un principio encontrarlo, pero ahora...

—No comiences. Tú eres la persona más positiva de mi vida, no quiero verte con esa negatividad plagando tus ojos.

Antes de que ella pueda contestar, el sonido de su teléfono sonando los interrumpe. Con ayuda de su padre, Kailan se pone de pie y camina hacia su bolso, encontrándose con un número desconocido en el identificador. Su celo su frunce, y con una mirada su padre le dice que conteste, así que lo hace.

—¿Sí?

—¡Kailan! —La voz alterada y chillona de Cisco podría haberla hecho sonreír en cualquier otro momento, pero al escuchar las exclamaciones de Caitlin por detrás, su corazón late desbocado, sintiendo que algo anda mal.

—¿Qué pasa?

Necesitas venir ya, tenemos una emergencia.

—¿Otra? ¿A ustedes les encanta meterse en problemas o qué? —Bromea con una sonrisa ladina, intentando averiguar con eso la urgencia de Ramón.

Bueno, es nuestra especialidad. —Un suspiro de alivio se escapa de su boca cuando Cisco le sigue el juego—. Pero en serio deberías de darte prisa, es sobre Barry.

Sus manos tiemblan—. ¿Está bien?

No te preocupes de más, sólo ven.

—Voy para allá. —Asiente con la cabeza a la nada.

No deja que el loro hable pues ya ha colgado para entonces. Sus ojos chocan con los de su padre, preocupado, y él entiende el mensaje al instante sin necesidad de utilizar palabras de por medio. La única persona que podría poner así a su hija con su estado tanto físico como mental, además de él, es ese castaño de ojos verdes.

—¿Barry?

—Barry.

—¿Necesitas el coche?

—Si eres tan amable.

—¿Estás segura que puedes conducir después de lo qué pasó? —Marcus saca las llaves de su bolsillo y se las extiende a la pelirroja.

—Estoy bien. —Ella besa su frente y trota hasta la puerta—. ¡Volveré pronto!

—¡Yo mientras terminaré el pastel!

Kailan no tarda mucho en llegar a la localización, bajando del auto a tropezones, después de haberlo aparcado de forma inexacta en el estacionamiento de S.T.A.R. Labs. Corre con prisa hasta los elevadores, una vez más deseando tener esa súper velocidad de su mejor amigo para no tener que esperar tanto cuando las ansias la comen por dentro. ¿Ahora en que demonios se había metido Barry Allen?

—Jamás creí que volver sería así de problemático. —Susurra para sí misma antes de que las puertas metálicas se abriesen, dándole paso para poder correr hacia el cortex una vez más.

Cisco es el primero en enfocar su silueta. Comienza a hacer señas hacia ella, llevando su atención a la pequeña enfermería donde la habían atendido hace una semana, en su regreso. Kailan baja la velocidad de su caminar y se acerca con la respiración entrecortada hacia el equipo.

—¡Ustedes sí que aman los problemas! —Se burla la pelirroja nada más entrar—. ¿Ahora qué pasa?

—¿Es esa Kailan?

La mueca de confusión de la pelirroja es clara, al ver a Caitlin pasando una luz por los ojos del castaño—. Por Dios, Allen, ¿correr tan rápido ya te afectó? —El velocista busca su rostro, terminando por girar la cabeza hacia la posición contraria de la chica—. ¿Hola? Estoy aquí.

Kailan camina lo suficiente como para poder estar a un lado de Caitlin, la cual la ve con pena.

—¿Barr? —Sus esmeraldas, aparentemente despistadas, miran a todos lados menos hacia ella—. ¿Qué pasa?

—Light estaba robando de nuevo y Barry fue a intentar a dialogar con ella. —Cisco suspira antes de soltar la supuesta bomba—. Lo cegó.

—¡¿Qué?!

—No la asustes, Cisco. —Masculla Barry, mientras Caitlin aleja la lámpara de su rostro—. Kai, estoy bien. ¿Cuánto va a durar esto?

—Tienes retinopatía solar. —Informa la doctora en voz alta, permitiendo así que la pelirroja se enterase de igual modo—. Tus retinas esta gravemente dañadas. Eres alguien con suerte, afortunadamente no quedaste permanentemente ciego.

Caitlin se aleja y Kailan toma su lugar frente al castaño, colocando sus manos en los hombros del chico para poder examinarle por su cuenta—. Debiste de decirme al menos que irías por la de hablar con ella, Bartholomew. —Reclama. El castaño se encoge de hombros—. ¿Cómo te sientes?

—Mareado e inválido. —Barry le regala una sonrisa perdida—. Extrañamente, me siento bien fuera de eso.

—Con tus habilidades de rápida regeneración, tu visión regresará pronto. —Jay comenta desde la esquina de la enfermería.

—Dentro de seis punto veinticinco horas, haciendo los cálculos. —Harry irrumpe en la conversación, haciendo a los dos habitantes de diferentes Tierras restantes rodar los ojos—. Y todo esto se habría evitado de haber vencido a Light en lugar de pretender sentarse a hablar con ella.

—Ella tomó a Barry por sorpresa. —Replica Jay.

—Siempre encuentras una excusa, ¿no? —Harrison se cruza de brazos hacia el otro—. Él es el hombre más veloz del mundo, ¿cómo pudo hacerle eso?

—Mira, Wells... —Gruñe la pelirroja, dispuesta a defender a su mejor amigo cuando éste la interrumpe.

—Porque ella tiene la misma apariencia que mi ex novia, Linda Park.

El estómago de Kailan, de repente, se comprime al igual que su pecho, obligándola a apartar el tacto de Barry y que éste frunciera el ceño extrañado, pero no comenta nada al respecto. ¿Ex novia? ¿Cuándo le iba a decir eso?

—¿Kailan?

Hace caso omiso al castaño y sale de la enfermería. Ella adora el drama, generalmente le gusta hacer una tormenta en un vaso de agua por pura diversión pero justo ahora, se siente ligeramente traicionada. ¿Por qué Barry no mencionó nada de eso antes? ¿Por qué no dijo que tuvo novia mientras ella no estaba h qué pudo existir algo con Iris West, su persona menos favorita? No entendía nada y tal vez estaba exagerando, pero es su mejor amigo, su confidente, se supone que tendría que confiarle ese tipo de cosas a ella.

—Pero, ¿cómo me va a confiar cosas tan intimas si estuve lejos seis años? —Susurra a la nada.

Odia admitirlo, pero por mucho que lo deseara, las cosas no volverían a la normalidad tan fácilmente. Él cambió, ella también lo hizo y sólo es cuestión de tiempo para que ambos se den cuenta de ello. ¿Cuánto tardaría Barry para terminar por descubrir todo eso? ¿Y para alejarla? No, no puede, simplemente no.

—Por eso Zoom la envió, sabía que dudarías. —Harrison, aún dentro de la enfermería, habla, ignorando por completo la pequeña huida escurridiza de Kailan.

—¿Eso quiere decir que Zoom sabía, de algún retorcido modo, que Linda era tu ex? —Pregunta Cisco.

—Y es por eso qué Barry tiene que actuar ahora antes de que Zoom envíe a alguien más que logre engañarlo. —Harry se pone de pie, retando a Jay con la mirada.

El castaño sacude la cabeza, intentando olvidar el arrebato de Kailan y de ignorar las palabras del Doctor Wells—. Muy bien. Escuchen, en este momento estoy más preocupado por Linda que por lo demás. Cuando vi quién estaba debajo de su máscara dije su nombre. ¿Qué tal que Light no sabía que tenía una doble hasta que yo lo mencioné accidentalmente?

—Lo primero que hizo Atom Smasher cuando cruzó fue matar a su doble. —Recuerda Cisco.

—Sí, pero Light no es como Atom Smasher.

—Deberíamos de vigilar a tu Linda. —Sugiere Harry.

—Bien, yo iré.

Kailan sale de sus vacilaciones por completo cuando escucha a los demás del equipo intentar poner a Barry de vuelta en la camilla. Una sonrisa burlona se asoma por sus labios al ver al castaño chocar contra la pared más cercana, puesto que claramente aún no se encuentra con sus cinco sentidos encendidos. Sólo algunos segundos viéndolo actuar como bebé son necesarios para que ella deje salir un suspiro y camine hacia él; después de todo, él siempre fue su prioridad. Ya más tarde tendría tiempo de preocuparse por problemas existenciales dignos de una adolescente.

—Ven aquí, velocista escarlata. —Kailan lo toma del brazo y lo guía hacia el escritorio de los monitores—. ¿A dónde crees que vas?

—Voy a hacer guardia donde Linda, necesitamos mantenerla vigilada.

—¿Ya te viste? —Aguanta una risa cuando un ceño fruncido aparece en Barry—. Lo siento, no pude evitarlo.

—Me doy cuenta.

—Barr, no puedes hacer nada hasta que recuperes la vista, ¿lo sabes, no?

—Lo sabe. —Jay aparece por detrás de ella, sacándole un sobresalto—. Yo me encargo.

—Yo voy contigo. —Avisa Caitlin.

A Barry no le queda más que asentir resignado, como un pequeño niño berrinchudo. La sonrisa llena de ternura de Kailan no tarda en salir a la luz, justo cuando se acerca su mejor amigo y coloca una mano en su espalda, intentando darle ánimos con ello.

—Tu vista no va a tardar años en volver, y cuando menos lo esperes, ya estarás corriendo una vez más para ser el Flash que todos aman. —Barry sonríe y se maldice por no poderle ver la cara a Kailan en un momento así.

—Me preocupa Linda.

—Jay y Caitlin lo tendrán bajo control. —Suspira antes de apartar un mechón de cabello de sus ojos—. ¿Cuándo pensabas decirme lo de la chica?

—Supongo que nunca salió a colación. —Se encoge de hombros, restándole importancia—. Además, no fue tan relevante en mi año.

—Eso sonó tan seco para el Barry Allen tierno que todos queremos.

—Sé que te molesta pensar que te oculto más cosas de las que digo, Kai. —Busca a tientas la mano libre de su mejor amiga y le da un apretón—. Pero no es así.

—¿Entonces por qué siento ese vacío en el pecho al pensar que no me dijiste lo de Iris, sabiendo lo importante que sería para mí saber?

El velocista está por responder, cuando la chica de la que habían estado hablando antes aparece por la entrada del cortex, esquivando a todos a su paso. Una mueca de frustración se planta en el rostro de Kailan y Barry sólo puede sentirse confundido al perder el tacto cálido de su mejor amiga bajo la palma de su mano. Pero cuando escucha la voz de Iris, entiende todo.

—Barry, vine tan pronto como pude. —Dice con la voz entrecortada al estar ya a un lado del castaño—. Kailan.

—Hablando del diablo... —Una sonrisa socarrona aparece en los labios de la pelirroja—. Iris.

—¿Qué haces tú aq-? —La pregunta de la morena se corta al ver al Doctor Wells parado detrás de Barry—. Te ves justo como él.

—Quiero suponer que mi contra parte hizo algo que la hirió a ella también, ¿no?

—Su prometido murió por su culpa.

—Oh.

Kailan palidece, intentando conectar todos los puntos. ¿Iris estuvo a punto de casarse? ¿Y él murió por culpa de Eobatd Thawne? ¿Cómo entra Barry en esta ecuación? Harrison, por otro lado, camina lejos de la escena para evitar incomodar mientras que Cisco lo imita, sentándose lejos de los otros tres.

—Iris, sé que es raro verlo.

—Sí, últimamente tengo muchas cosas que procesar. Wells, mi madre, Kailan regresando. —La chica sonríe al ser mencionada—. Lo que me recuerda... ¿Qué haces aquí?

—Oh, cariño, ¿no lo sabes? Ahora soy parte del Team Flash. ¿No es emocionante?

—¿De qué estás hablando?

—Las palabras no son suficientes. ¿Quieres que mejor te lo muestre?

Ok, ok, suficiente. —Barry interfiere, alzando la mano con la intención de que Kailan la tome, lo cual hace—. ¿Por qué no dejas que yo le explique todo?

—Me encanta hacerlo y estoy segura de que una demostración le fascinará. —La sonrisa gatuna que suelta le causa escalofríos a la morena.

—No, gracias.

—Kai. —La jala lo suficiente como para poder susúrrale—: Deja que me encargue de ella.

La pelirroja rueda los ojos—. Bien. —Se suelta bruscamente del agarre del castaño, fulminándolo con la mirada a pesar de que sabe que éste no tiene consciencia de ello—. Te dejo con... Mejor me ahorro mis comentarios.

Iris bufa al verla alejarse hasta la esquina donde se encuentra Cisco, el cual da vueltas en la silla cuál niño pequeño. Kailan se cruza de brazos sentándose junto a él, y a pesar de que el de rulos ha detenido su actividad para prestar atención a la pelirroja, ésta no deja de atravesar a Iris West con los ojos mientras habla con Barry Allen. Cisco puede jurar haber visto un destello escarlata brillar con intensidad durante unos segundos en que Iris tomó la mano del velocista, antes de que el técnico decidiese distraerla para evitar algún accidente bien intencionado.

—Iris no parece ser tu persona favorita.

Kailan suelta una carcajada sarcástica antes de mirar al moreno—. No tienes idea.

—¿Por qué tanta amargura? La chica es buena y guapa. —Ella rueda los ojos al él mover las cejas de arriba a abajo, sugerente.

—Es una larga historia.

—¿Y piensas contármela? Dicen que soy excelente escuchando, es decir, ¿haz visto mis orejas?

La pelirroja no puede evitar reír a su comentario—. Ya recuerdo por qué salí contigo.

—Podríamos repetirlo.

—Sabes que después de haberte visto con la hermana de Snart, eso no se puede, ¿verdad?

—Tenía que intentarlo.

Kailan sonríe, sintiendo como su ánimo se colorea ligeramente gracias al humor del de ascendencia latina, justo cuando Barry comienza a caminar sin dirección exacta por el cortex, llamando a Cisco entre murmullos. Ambos se levantan y se aproximan a él, con el de rulos preguntándole qué le pasa mientras que la otra se mantiene al margen, controlando la molestia que tener a Iris ahí le causa. Se controla lo mejor que puede, porque es lo que su mejor amigo querría, pero todo en ella se tambalea al escuchar a Barry pronunciar:

—Tengo una cita con Patty esta noche y necesito tu ayuda.

Ese plan de salir más tarde con él para aclarar todo definitivamente ha sido rotundamente cancelado.







Dígame cuántos de ustedes shippean a Elizabeth Olsen con Grant, i mean, son hermosos juntos.

Voten y comenten!

All the love! Xx

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