- Así que... tu sabes quien soy.
Marinette se encontraba en una habitación apartada hablando con la que en un futuro sería su hija. Ambas sentadas una en frente de la otra con una pequeña mesa de madera de por medio.
- Si, pero tranquila,- tomó su mano y la acarició- tu secreto está a salvo conmigo.
Por instinto ella la retiró, cosa que a ojos de su hija resultó un tanto triste, pero podía entender su accionar. No siempre un desconocido hace un gesto de tan valor íntimo.
Igualmente, todo lo realizado por la nueva superheroina que tenía ante ella, por algún extraño motivo, le brindaba una cierta conformidad que le permitió continuar con un peso menos en la espalda.
- ¿Y cómo te enteraste?- prosiguió el interrogatorio- ¿Acaso el maestro te lo dijo?
- Eso... No te lo puedo decir.- miró apenada a sabiendas de lo que podía producir destapar la verdad en ese momento- Por lo menos no ahora. Pero con el tiempo iras descubriendo todo y al final sabrás la vedad, te lo aseguro.
La azabache se removió un tanto inquieta en su lugar. Esa era una respuesta que no la dejaba satisfecha en lo absoluto.
- ¿Y en estos momentos qué es lo que puedo saber?-consultó un tanto molesta- Porque por lo menos creo que tanto Chat como yo merecemos una explicación sobre lo que pasó hace unas horas. También me pregunto por qué no está él aquí.
- Él no está aquí porque no es su momento todavía. Y respecto a lo ocurrido... de eso poco se también,- se sinceró- pero es el por qué de mi aparición.
Su futura madre se inclinó lentamente hacia delante recortando las distancias, demostrando su interés creciente en esta nueva información.
- Ok, estoy ansiosa de saber ese poco.
La rubia largó un suspiro, la cercanía la ponía un tanto incómoda. Se levantó de su lugar, y luego se apoyó en uno de los muebles que adornaban la habitación.
- Bueno, hasta donde yo se nos enfrentamos a algo muy diferente a Hawk Moth. Es como una entidad. Puede producir monstruos de luz, y por lo que acabo de ver es capaz de poseer personas. Además de que es mucho más despiadado que el mariposon y es capaz de lo que sea con tal de conseguir su objetivo.
- ¿Y ese sería...?- tiró tratando de que la frase fuera completada por la otra.
- Tampoco lo sé. Para nuestra desgracia tampoco es uno de esos villanos parlanchines.
La azabache cerró los puños apretando los con fuerza por la frustración que sentía.
- ¿Y qué es lo que hacemos ahora?- consultó ya no enojada sino con un deje de preocupación.
- ¿Ustedes? Nada. -sentenció- Sigan haciendo sus dobles vidas tranquilamente mientras yo me encargo de esto, que para eso estoy aquí, no los necesito.
Marinette se molestó profundamente ante semejante comentario y, sin decir nada más, se levantó de su lugar y se dirigió a la salida ante la desconcertada mirada de su hija.
- Espera. ¿Qué pasa?
Se paró en seco en el marco para luego darse vuelta y mirarla fijamente a los ojos.
- Quiero que repitas eso la próxima vez que nos veamos los tres.
Y sin decir más cerró la puerta fuertemente.
- Eso fue... Extraño.-murmuro para sí misma.
Un minuto después la puerta se volvió a abrir dejando acceder está vez al maestro Fu. Su mirada reflejaba preocupación.
- ¿Por qué le has dicho eso a Marinette? Tú sabes muy bien que no puedes enfrentarte sola a esta amenaza.
La joven se rascó la cabeza. El nerviosismo se apoderaba de ella.
- Y-yo n-no sé. Sólo salió decirle eso.
Ambos se quedaron en silencio. Sabían que tenían temas diversos de los que encargarse por separado.
Y así pasaron los días, en el medio todo el incidente relacionado con el libro perdido ocurrió y se solucionó, sin ninguna intervención por parte de la rubia, por lo que eso ya no presentaba un problema para nadie.
Así lentamente llegamos a un nuevo momento en esta aventura temporal que arranca con Marinette. En todo este tiempo había estado con la cabeza llena de pensamientos. La aparición de este nuevo supervillano y, posteriormente, la super heroína no dejaban de atormentarla y llenarla con dudas y más dudas. Sabía que no debía centrarse en la chica, pero, a diferencia de su compañero de peleas, había algo que le resonaba. Necesitaba esclarecer quién era la persona tras la máscara, y esta vez no le importaba las consecuencias.
Por otro lado Alya se percataba de la situación, pero no podía hacer más que observar todo desde fuera sin poder intervenir ya que su amiga se encontraba más cerrada que lata de atún nueva.
Afortunadamente la solución a sus problemas vendría por parte de los rubios Agreste, que se encontraban inmersos en una acalorada discusión en medio del receso.
- Ay por favor, ese es sin duda el peor personaje de toda la saga.- la rubia soltó sin temor a las consecuencias.
Emma también tenía sus problemas con toda la situación ocurrida hace tiempo. No podía encontrarle respuesta a la reacción de su madre y tampoco al por qué de sus palabras tan frías y cortantes. Pero por suerte sabía disimular mejor que su progenitora.
- ¿Discúlpame?- Adrien no podía creer lo que estaba escuchando.
Ella le puso una mano en el hombro.
- Tranquilo, te disculpo. Al parecer tu buen estilo solo se queda en la ropa.
Nino, que se encontraba al lado de su amigo, no pudo más que sorprenderse y pasar su brazo por detrás del cuello del rubio.
- Hermano, eso sí que fue un golpe en la mandíbula.
La respuesta de este se avecino con una mirada... una mirada de curiosidad mezclada con orgullo herido.
- ¿Estás desafiandome?
A Emma le estaba encantando esto. Ella era consciente de la actual pelea interna que poseía el joven por encontrar una personalidad propia más allá de la de "niño bueno obediente", y verlo así tan a la defensiva le recordaba mucho al carácter que adoptaría su papá en próximos años.
- No, sólo estoy estableciendo los hechos. PR-58 es mucho mejor que NAD03.
En un acto sorprendente, el de ojos verdes tomó del cachete a la joven y lo pellizcó levemente.
- No sabes dónde te estás metiendo, niña. Quiero que sepas que soy el de segundo mejor puntaje en el juego en esta escuela que ha ganado el torneo intercolegial, y todo eso con el "peor personaje".
- ¿El segundo mejor? Entonces quiere decir que no eres el mejor, solo eres un segundon.
Varios "uhhhh" se hicieron presentes por parte de algunos de sus compañeros de clases que se encontraban alrededor escuchando involuntariamente la conversación, ya que ambos jóvenes no la mantenían en un muy bajo perfil que digamos.
- Es más, quiero saber quién es el primer puesto puesto en este lugar. Tengo ganas de establecer quién es la abeja reina en este lugar.
Max se hizo el desentendido, aunque el fuera el tercer mejor jugador, para evitar entrar en la riña de ambos.
De repente Alya saltó de su lugar y llamó la atención de todos, exceptuando a su mejor amiga que seguía en la quinta nube del pensamiento.
- Creo que yo puedo ayudarte con eso.
Y así fue que con un simple gesto de su mano señaló a...
- Marinette.- sentenció la rubia llamando la atención de esta.
Genial, sabía que mamá era buena desde la adolescencia, y además esta es la oportunidad perfecta para poder averiguar el por qué de su enojo el otro día.
- ¿A- Adrien? ¿E-Emma?- miró con un claro nerviosismo a ambos ya que, en primera instancia, la habían agarrado desprevenida, y en segundo lugar, estaban demasiado cerca.
- Hola M-Marinette. -todos observaron extrañados a la la joven Agreste- ¿Qué? Creí que el chiste era tartamudear los nombres.- admitió inocentemente.
El rubio rodó los ojos y miró de vuelta a la azabache.
- En fin. Está chica nos ha desafiado a unas luchas en el Ultimate Mecha Stricke.
- ¿De qué están hablando?
- Es simple, princesa, -golpeo con su mano el escritorio de la chica haciendola saltar- ustedes dos contra mi. El ganador es el dios indiscutido del juego.
- ¿Y el perdedor?- preguntó ingenuamente.
- Mmm, la verdad es que no había pensado en ello, ya que no voy a perder.
Alya y Nino solo podían observar la escena perplejos. Está batalla solo podía tener dos frases por parte de ellos: "Uhhhh" y "Ohhhhh".
Marinette entendió en seguida el juego de la chica y decidió seguirle la corriente, por lo que decidió sacar su lado Chat Noir a relucir.
- Wow. O tienes muchas agallas o eres más tonta de lo que yo creí.
Una cosa es querer pasarse de lista, y otra muy diferente es que tu madre te llame "tonta" tan gratuitamente. Aunque ella sabía que era un juego ese acto le dolió más de lo que debería.
- ¿En serio crees que soy tonta?- consultó poniendo una carita de perro mojado que casi derrite el corazón de Marinette.
Esta se sintió automáticamente culpable, además de que le agarró un poco de miedo por el tema de las emociones negativas y Hawk Moth.
- N-no no, pero como estábamos en todo este rollo de provocar creí que estaba bien. Perdón.- dijo lo más sincera posible.
Ahora era el turno de la otra para entrar al terreno de la culpabilidad.
- No no, lo que hiciste no estuvo mal, perdóname tu por creer que alguien tan buena como tú me estaba insultando en serio.
El desconcierto reinaba en la cara de los otros tres espectadores. En su vida habían visto semejante escena. Era algo extrañamente tierno.
Fue el turno del rubio para encauzar la conversación. Así que con una pequeña tos falsa llamó la atención de ambas chicas.
- ¿Alguien puede explicarme qué está pasando?- la de lentes consultó un tanto extraviada.
-Siento que las perdí como diez minutos atrás. - Nino acotó.
Emma rápidamente se recompuso y siguió con su show.
- Oh si, claro. Ustedes, yo, una consola, Ultimate Mecha Stricke VI.
- ¿Seis? La compañía recién sacó el cuatro hace unos meses.
- A-a-a ese me refería. Es que se me confunden los números romanos.
¡Dios creí que el seis existía ya! ¡No sé cómo es PR-58 en este!
Adrien y Marinette se miraron un tanto confundidos.
- El punto es que van a caer.
- La única que va a besar el suelo aquí eres tú.- el de ojos verdes dijo desafiante.
Unas horas y muchas... Demasiaaaadas explocaciones y súplicas a Nathalie y Gabriel más tarde.
- GATOKEN.- gritó Adrien acompañando el movimiento de su personaje dando así por completada otra ronda más con el mismo resultado... La derrota aplastante de su futura hija.
Actualmente los cinco chicos se encontraban en la habitación de Marinette. A ella casi se le había salido el alma del cuerpo cuando se eligió su casa como sede central para resolver esta disputa a causa de todas las fotos que poseía de su futuro marido. De no ser por el hecho de que el rubio sí o sí tenía que pasar antes por su casa y de que Alya le había dado una mano para acomodar todo por poco y no la contaba.
Luego de esta derrota se dispusieron a disfrutar de unos licuados de banana que se había encargado de preparar la madre de la azabache.
- Dios, todavía no puedo creer que hayas perdido quince a tres.- una mirada con tintes asesinos se instauró en el rubio que inocentemente probaba un sorbo de su bebida- Igual varias de nuestras victorias se debieron gracias al talento de Marinette.
- N-n-no fue nada.- se rascó la nuca nerviosa.
- ¿Que no lo fue?- saltó su amiga morena- Cuando te ponías seria en los momentos complicados casi que el personaje de Emma no podía tocar el piso por los combos que hacías.
- Solo son cosas que aprendí para hacer las peleas más interesantes.
- Uff, pues que bueno, porque yo ni loco me aprendería todas las combinaciones. Prefiero un estilo más... "libre".
- Ja, ustedes son tan Chat y Ladybug.
Ambos héroes se atragantaron simultáneamente con su bebida al escuchar tal declaración, cosa que le causó mucha gracia a su hija.
- Tiene razón.- apoyó Nino para poner aún más nerviosos a los chicos- Lo que quiero decir es que juegan como ellos luchan. Marinette es racional y tiene estrategias como Ladybug y Adrien es impulsivo y se deja guiar por su instinto como Chat.
La presión de ambos iba cada vez más en aumento. Algo que Emma estaba disfrutando como loca.
- También he de admitir que hice un poco de trampa.- saltó Adrien tratando de redirigir la conversación.
Todos lo miraron sorprendidos ante tal declaración salida de la nada.
- Vaya, vaya. El modelito no es tan perfecto después de todo.- miró satisfecha tratando de ocultar el hecho de que había perdido por no saber jugar- ¿Y qué artimaña usaste en mi contra, tramposo?
- Eso me intriga también,- intervino la futura periodista- porque yo grabé todo con mi celular y en ningún momento vi que hicieras algo raro.
Adrien rebuscó en el bolsillo de su pantalón y sacó algo que hizo que los ojos de las dos futuras Agreste casi se salieran de sus cuencas.
- E-e-ese e-e-s...- Marinette no pudo completar la frase.
El corazón de la chica estaba apunto de explotar de la emoción.
- Si, es tu pulsera de la suerte. La usé mientras jugábamos... Bueno, en realidad la llevo siempre conmigo, me hace sentir protegido.- la acarició mientras le brindaba una mirada de ternura.
Sin decir nada, la azabache sacó lentamente la pulsera que él le había dado de regalo de cumpleaños.
- Yo también tengo la que me regalaste.
Ambos se quedaron en silencio contemplandose con una sonrisa boba en sus rostros.
¡AYY SE VEN TAN BONITOS! Y yo aquí como la quinta rueda.
- Bueno, Nino y yo nos retiramos.- dijo Alya teniendo el mismo pensamiento de que sobraba allí.
- ¿Tan rápido?- la azabache se sorprendió.
- Si. ¿Por qué tan rápido, apenas si empezaba a acomodarme.- se quejó su novio.
- Ni siquiera jugaste una sola vez.
- Lo se, pero quería hacerle compañía a mi hermano.- chocó los puños con él.
Su novia, en respuesta, le pisó el pie disimuladamente y le hizo entender con la mirada que él era otra de las ruedas extra en ese momento.
- Peeeero tienes razón ehhh...- se retractó torpemente- Nosotros tenemos que... Hacer otras... Cosas.
Alya puso su mano en la frente y suspiró frustrada ante semejante acto.
Sin más se despidieron de los tres jóvenes y se fueron del lugar, no sin antes darle como mensaje secreto a la rubia que ella también tenía que irse, cosa que voluntariamente decidió ignorar, ya que no había cumplido con su misión de obtener respuestas.
Genial, ahora soy la tercera rueda. Perdóname papá. Perdóname mamá.
- Así que... - decidió cortar el silencio incómodo que se había formado una vez Marinette había vuelto de abrirle la puerta a los chicos para comenzar con su indagación- ¿Vieron las noticias acerca del incidente del otro día?
- ¿Te refieres a la pelea con el akumatizado en la Torre Eiffel?- consultó el rubio tratando de no mostrar demasiado interés para no levantar sospechas.
- A eso mismo. Que increíble fue todo. Encima oí que apareció una nueva superheroína y un supervillano.
- Si, ella...- Marinette dijo con un tono despectivo.
- ¿Qué opinan?
- Yo creo que es cool.- admitió Adrien- Saber que la comunidad superheroica sigue aumentando, y más si hay que hacerle frente los nuevos males que surgen.
- En mi opinión ella no es de fiar.- decreto su compañera- Quiere hacerse cargo ella misma de esa nueva cosa y eso no me gusta para nada.- el chico a su lado la miró sospechoso- E-e-eso son los rumores que he escuchado.
- ¿Y qué hay de malo en eso?
- Es simple. Hay cosas en la vida que uno puede hacer solo, pero en otros casos, y en especial en este, es donde se necesita de ayuda. Compañeros en los que puedas confiar.
- ¿Pero si ella solo quiere protegerlos de algo con lo que no deberían estar lidiando?
- Ellos son los defensores de París,- complementó Adrien comprendiendo a lo que se refería- no importa si el villano de turno es un akumatizado o un loco con luces...
- Van a estar ahí, porque es lo que todo héroe tiene que hacer. Es un tema de poder y responsabilidad.
Y en ese preciso momento algo hizo click en el cerebro de Emma y una lágrima recorrió su cachete. El recuerdo del sacrificio de sus padres le llegó a la memoria. Afortunadamente pudo evitar que los otros detectaran este echo y rápidamente se limpió.
- Bueno, ya tengo todo lo que necesitaba así que me retiro.
Los otros dos se miraron extrañados ante tal comentario pero lo dejaron pasar.
- Te acompaño.- dijo amablemente el rubio.
- No no, tu quedate con ella. Parece que tienen muchas cosas que hablar.- le guiñó un ojo a Marinette.
- Le abro y vuelvo.
Ambas chicas se fueron dejando solo a Adrien. Un par de pisos por escaleras las separaban de la puerta de acceso. En el medio del camino, Marinette se armó de valor y detuvo a la chica.
- Esta es la segunda vez que haces esto.
- ¿Hacer que?- consultó relajada.
- Dejarme sola con Adrien. ¿Qué es lo que tramas?
- ¿Yo? Nada. Solo creo que las almas gemelas deberían pasar todo el tiempo que puedan juntas.
Prosiguió su curso tranquilamente dejando detrás de ella a una joven con la cara totalmente roja y echando humo en terribles cantidades.
Mamá. exce ha dejado de funcionar.
- ¿A-a-almas gemelas?- rápidamente bajó hasta alcanzar nuevamente a su futura hija.
- Eres tan graciosa cuando tartamudeas. ¿Lo sabes? Aunque no lo creas ustedes dos se pertenecen el uno al otro. Solo que aún falta... un golpe de horno. Pero mientras yo esté aquí tienes que saber que haré todo lo posible para que terminen juntos.
- ¿Por qué?
- Mmmh...- se hizo la pensativa- no hay un por qué... o por lo menos no uno que puedas saber por ahora.
Emma abrió la puerta del edificio. Afuera el panorama no era nada alentador, ya que una lluvia torrencial estaba transcurriendo en ese preciso momento.
- Uff, qué lindo va a ser caminar bajo la lluvia.
- ¿Quieres que te de mi paraguas?
- No hace falta. Adoro cuando las gotas hacen contacto con mi piel, además de toda la ambientación melancólica que trae el clima.
Emma dió unos pasos quedando debajo de la lluvia, luego se detuvo a pensar en si haría lo que estaba a punto de hacer a continuación.
- Lo siento.
La declaración tomó a su futura madre por sorpresa.
- ¿De qué estás hablando?
- El comentario que hice... Es algo que nos incumbe a los tres, lo entiendo. No me había dado cuenta de mis sentimientos con respecto a todo esto, pero ahora, siendo honesta puedo admitir que... Siento mucho miedo de que les pase algo. No me lo podría perdonar. Ese es el por qué de lo que te dije. Pero ahora sé que es responsabilidad nuestra hacer lo que es correcto y detenerlo. Y eso me reconforta. Saber que no estoy sola en esto.
La azabache se quedó paralizada. Las piezas estaban callendo una por una en su cabeza.
- Bueno... Ahora sí, adiós.- se despidió la rubia para irse caminando como si nada.
Marinette, sin importarle el hecho de empaparse toda, salió de su casa y se quedó observando cómo ella se alejaba lentamente.
- No, no puede ser. Ella... es... ¿Emma?
Hoooooola a todos!!!! Cómo están? Espero que bien, y sino acá está este capítulo para alegrarles el día.
Lamentablemente este va a ser el último capítulo que haga....
Hasta llegar a la meta de 500 lecturas (tranquilos, respiren de vuelta, que no estoy acabando la serie, que solo quería darle un poco de emoción 😅). No falta nada para eso así que no hay nada de que preocuparse, pero sepan que el próximo cap va a ser un especial cortito y pintoresco!!! YEEEEYY
Bueno, sin nada más que decir, aparte de agradecerles de corazón a todos los que deciden gastar minutos de su vida en leer lo que escribo, me retiro.
Nos vemos en el especial!!! Los quiero 😊😊😊