Train of Time [Kiheon/Kiho] [...

By Yarianafics

5.2K 847 404

Una dulce melodía que deja de sonar para Yoo Kihyun. No vuelve a oírla, no vuelve a tocarla. El tiempo pasó d... More

Prólogo.
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
Jooheon
Hyunwoo
Minhyuk
Changkyun
Hyungwon
Epílogo
Nota final + preguntas

1

326 41 10
By Yarianafics

Unos suaves golpes sobre el escritorio, justo al lado de su cabeza, consiguen despertarlo de aquel sueño tan placentero que por fin pudo sumergirse después de... ¿cuánto? ¿Una o dos semanas durmiendo, con suerte, dos horas? Kihyun se incorpora rápidamente mirando al frente del vacío salón donde estudia cada día de su vida, topándose con una enorme pizarra verde delante, lleno de cálculos que alguno de sus profesores dejó Aún perdido debido a que recién acaba de despertarse, se talla los hinchados ojos adornados con dos círculos morados formando ojeras por debajo de sus gafas, a las que luego acomoda para encontrarse con Shin Hoseok a su lado. Lo mira sonriente, mientras el menor aún intenta reaccionar, su mirada tan apagada y sin vida como siempre.

—¿No piensas comer algo?—pregunta Hoseok dejando una bandeja de sushi que preparó la noche anterior. Sabía que la obsesión de su amigo impediría que él dejara por un momento ese asiento en el que tanto pasa su tiempo para ir a buscar algo de comer o tan siquiera traerse algo ya preparado desde su casa, por lo que tuvo que preparar comida de más para dejarle.

—No tengo hambre—rechaza Kihyun con una voz baja y ronca. Ve las hojas desordenadas por todo el escritorio, junto con lápices y bolígrafos dispersos. Agradece que esos papeles con dibujos, cuentas y teorías estén enumeradas una por una para facilitar aún más el trabajo de acomodarlas nuevamente dentro de una carpeta con folios. Antes de que siquiera ese desorden acabe por darle un ataque de estrés mucho mayor al que ya tiene, comienza a juntarlo todo, bajo la preocupada y penetrante mirada de su mejor amigo quien toma asiento a su lado.

Desde luego que teme sobre el estado y la salud tanto física como mental del más bajo. Estos últimos años sólo se ha concentrado en una sola cosa, obsesionándose y poniendo en riesgo su salud por vivir encadenado a un suceso trágico irremediable, sin darse por vencido en poder conseguir el mayor objetivo fantasioso que quiere lograr la raza humana. A veces Kihyun se encuentra más delgado, con ojeras, pálido, otras no tanto y esas veces son escasas, en ese episodio donde por fin consigue salir un poco de esa depresión que lo ha llevado a su vida actual. Una imagen contraria a la que presentaba antes, donde la imagen de un joven saludable era evidente. Tan alegre con esa soñadora mirada y esa melodiosa voz acompañada de una enorme sonrisa. Hoy en día no es más que soledad, un enorme vacío provocado desde esa noche que desde luego cambió por completo a ese jovencito que parece vivir en su propia burbuja. 

—Llevas varios días comiendo y durmiendo muy mal, Kiki—comenta el mayor de oscuros cabellos con tristeza mientras el menor se mueve con lentitud recogiendo todas y cada una de las cosas que desordenó sin darse cuenta mientras dormía sobre la mesa, evitando por completo alargar el tiempo. Literalmente esos días pueden resumirse en... años.

Esta vez  aquel periodo donde Yoo abandona todos sus cuidados personales ha excedido el tiempo. Lo cuál, es desesperante para Hoseok que sea tan descuidado. Que se abandone a sí mismo con tal de descubrir algo que físicamente es imposible. Muy en el fondo, lo odia. Le echa a la culpa porque se llevó consigo al chico que alguna vez conoció y se volvió cercano a él debido a su personalidad tan atrayente, tan cálida aunque un poco complicada. Extraña reír con Kihyun más de lo que le gustaría, pero no puede dejarlo. Dejarlo sería llevarlo al suicidio.

La encorvada postura de Kihyun y sus lentos movimientos, sumando la falta de apetito, las noches que ha pasado sin dormir y el brillo triste de sus ojos que a cada día que va pasando se van volviendo más opacos. Las ojeras que adornan su rostro que luce cansado, sin ánimos. Está mucho peor de lo que parecía cuando él falleció, cuando dejó este mundo para marcharse a vete a saber donde. Si a otra vida, al cielo o simplemente su alma se perdió en el vacío. Durante un mes Kihyun no ha dejado de trabajar arduamente, perdiendo la noción del tiempo y es por eso que ahora se encuentra así, trabajando más que antes. De la universidad al trabajo, del trabajo a su casa donde con suerte consigue dormir una hora porque incluso allí continúa estudiando sobre el tiempo. Haciendo cálculos, armando nuevas teorías que necesita probarlas. Su obsesión con entrar a los agujeros de gusano que lo llevarán al pasado o tan siquiera encontrar la manera de romper esa barrera que lo separa del momento más feliz de su vida, donde estaba en la cima de la montaña rusa antes de caer, es mucho más grande que su preocupación por lucir sano y alegre frente a los ojos de todos, incluso los suyos.

A Hoseok le preocupa el estado mental, como es de saber y algo totalmente lógico. La presión que siente incluso teniendo bastante ayuda para no cargar con ese objetivo él sólo. Si no estuviera el pelinegro, al tanto de las comidas y el escaso descanso de Kihyun, definitivamente sería un saco de huesos sin alma vagando por las calles de la ciudad para ir a los mismos tres lugares de siempre como si estuviera metido en un bucle del cuál jamás en su vida saldría hasta que finalmente lo encontrarían muerto en su departamento. Bien por suicidio, bien por un paro cardíaco provocado por el estrés o bien por desnutrición.

—Vamos, come un poco—murmura insistente acercando esa bandeja de plástico a su amigo. Choca con su brazo únicamente para llamar su atención ya que al parecer él está dispuesto a ignorarlo.

Yoo mira la comida, luego al mayor. Suspira con cansancio y deja las hojas donde mantiene anotada la teoría de los cien años en una semana de Stephen Hawking. Un papel bastante viejo, de los primeros que ha escrito. Pero todo ese papelerío le servirá para armar sus propias teorías, sus experimentos y su viaje, usándolos de referentes. Todo es una guía para él. Y aunque sea basura, sigue manteniendo con firmeza que no va a tirar nada de lo que guarda en esa enorme carpeta hasta conseguir su meta.

Kihyun toma los palillos que le extiende su acompañante, en un total silencio. Toma su móvil dispuesto a ver qué hora es. Él puede jurar que son cerca de las seis de la tarde, pero dado a que justo se encuentran en un cambio de estación es probable de que se más temprano. 7 de Noviembre del 2020, 16:48 p.m. El tiempo había transcurrido demasiado lento allí dentro. Eso sólo hizo que su estado mental se agotara más y se sintiera más deprimido. Mucho más al recordar la fecha.

—Ya son tres años—susurra con tristeza viendo la fecha en la pantalla de su fino celular haciendo un suave puchero mientras sus ojos se van llenando de lágrimas. Deja caer su cabeza en el hombro de su acompañante.

Hace exactamente tres años atrás ambos se encontraban en el auto riendo y charlando con total ánimo para que en cuestión de horas llegara una llamada diciéndole que su novio ha tenido un accidente, que había muerto. El aniversario llegó justo en el momento menos estable de Kihyun, sintiéndolo así como si fuera una patada en la entrepierna o incluso mucho peor. Dolorosa, llena de recuerdos, melancolía. Añora sentirlo entre sus brazos, oír su voz. Pensarlo solamente hace que ese nudo en la garganta junto con la presión en su pecho se intensifiquen de tal manera que se vuelve asfixiante. Se niega a soltar el llanto, su garganta duele por eso, pero ya no más. Sin embargo, las rebeldes lágrimas resbalas por su mejilla y Hoseok se queda sin palabras.

—Lo extraño tanto—comenta con la voz totalmente rota. El mayor lo atrae a su pecho, abrazándolo con fuerza. Entonces Kihyun se rompe, soltando un doloroso llanto que ya no es capaz de retener.

Son tres años ya desde su partida. Yoo parece no poder sobrellevar bien el duelo del cuál aún no sale. Creía que el tiempo lo curaría todo, que encontraría a alguien más para vivir su vida. O tal vez hacerlo solo, sin la necesidad de que alguien llene un espacio vacío en su mano, en su cama, en su corazón. Pero cada día, cada mes, cada año sin un Lee Jooheon molestándolo o exigiendo atención como un bebé se va volviendo más pesado, más difícil de cargar. Se había acostumbrado tanto, vuelto tan dependiente de esa cálida presencia que ahora, la falta de esta está acabándolo. Tres años y aún recuerda momentos como si hubieran sido ayer, como si ayer hubiera fallecido. Incapaz de superar la muerte de esa persona a la que tanto amó, ama y puede apostar lo que sea a que seguirá amándolo.

—Todos lo hacemos, Ki—murmura Hoseok sintiendo total empatía, también llorando por su difunto amigo, por el dolor que está sintiendo su amor platónico ahora mismo, que llora entre sus brazos.

—¿Por qué no puedo aceptarlo?—protesta hipando— Lo odio, ¿sabes? Por dejarme así, tan de repente.

Faltaba demasiado poco para su primer recital en solitario, ese proyecto en el que trabajó tanto tiempo él solo. El fallecimiento de su novio enterró por completo sus planes, sus metas, sus sueños. El piano se volvió herramientas, las partituras se volvieron cálculos y teoría, el arte se volvió realidad. Desde que Jooheon falleció, sus alas se cortaron por completo. Jooheon se llevó todo lo que Kihyun era, desvaneciéndolo por completo. Se impide a sí mismo imaginar, crear, ahora lo considera una pérdida de tiempo. La música para él ya no tiene sentido, ¿para qué dejarse llevar por una melodía? Son sólo soniditos, ¿por qué le gustó tanto? Toda esa inspiración, esa imaginación que llevaba, terminó por apagarse. Con Jooheon se dejaba volar en la burbuja que ambos tenían, surgiendo idea tras idea. Ahora todo es monótono, aburrido, gris. Cuando se dejaba volar por la inspiración eras momentos bellos, pero todo eso se terminó en cuestión de horas.

—Kiki, llevas tres años atrapado en el pasado—murmura Hoseok—. A Joohoney no le gustaría verte así.

—Él no está para ver el desastre que soy ahora—contesta con firmeza—. Me propuse verlo, despedirme de él al menos una sola vez o impedir el accidente. Necesito hacerlo.

—Sabes que te apoyaré en todo, pero esto... Kiki, lo siento, es imposible.

Varias veces le ha explicado la paradoja del nieto y el abuelo, en donde el nieto viaja al pasado para matar a su abuelo antes de que conciba a su padre, quien al morir, tanto el padre del muchacho como él dejan de existir. Al dejar de existir, nadie mata al abuelo, por lo tanto el nieto sigue viviendo y entra en un círculo vicioso donde la historia se repite. Nunca ha dado resultado por más que Kihyun insiste en que puede pasar. Puede ver a Jooheon, manteniéndose firme a que el despedirse al fin conseguirá hacer que supere los hechos y pueda seguir adelante, el cierre de esa etapa.

Yoo se aparta del mayor, empujándolo ante sus palabras. La expresión de tristeza y enojo es lo único que puede notarse. Siempre es lo mismo, no tocan otro tema. Hoseok no puede evitar sentirse mal al respecto, odiando y envidiando en partes iguales a Jooheon, aunque es obvio que también extraña las estupideces que hacían juntos cuando no tenían una pequeña discusión. Se arrepiente de sus palabras, queriendo pedir disculpas y que no se deje llevar por su estúpido comentario, aún sabiendo que lo ideal sería hacerle caso a él, a Changkyun y a Hyunwoo de una vez por todas. Tres años ya, tres años de repetir los mismos consejos para quitar a Kihyun de su trauma, que lo supere y regrese a ser como era antes. Felicidad, tranquilidad, alguien inspirador que no dejaba de cantar con pasión. Hace oídos sordos, siguiendo su propio camino. Los chicos no podrían soportar otra pérdida en caso de que esto llegue a situaciones extremas.

El castaño toma sus cosas con rabia, guardándolas en su mochila. Entre sus manos sostiene la vianda que Hoseok le había dado al entrar, tendiéndosela a la fuerza, chocando con el pecho contrario. Shin lo toma, arrepentido.

—Muchas gracias—escupe con sorna, marchándose de allí.

Sin embargo, una mano lo sostiene y voltea a verlo con enojo. En este momento, tranquilamente podría ser fuego.

—Lo siento—dice Hoseok con sinceridad, tristeza, diciéndose a sí mismo que debe pensar más sus palabras para la próxima vez. Algo horrible, porque él está siendo realista y ver el repentino cambio de humor en su mejor amigo le parte el alma. Si no está deprimido por el pasado, está más que enojado con la realidad.

—No lo haces.

El mayor bufa, rodeando los ojos.

—¿Tomaste tus pastillas?

—¿Te importa?—arquea sus cejas con recelo. Shin detesta cuando su amigo está en esta faceta.

De más está decir que Kihyun tiene anemia por obvias razones. Sólo son esas pastillas, porque si fuera a un psiquiatra estaría con antidepresivos y si vamos más allá quizás tenga que tomar otras cosas. Y dada a su respuesta, Hoseok adivina que no las ha estado tomando. ¿Debería golpearlo o meterle sus medicamentos a la fuerza?

—¡Por el amor de Dios!—exclama— ¡Claro que me importa, Kihyun! ¿Te miraste en un espejo?

—No eres mi padre para controlarme. Soy adulto y puedo cuidarme solo—cuelga su mochila en su hombro, dispuesto a marchase con aquel profesor que le brinda un poco de ayuda en este proyecto. Hoseok suspira echando sus cabellos hacia atrás, preguntándole al aire entre murmuros inaudibles para el menor sobre qué puede hacer con él.

Se ha vuelto tan complicado donde sus cambios de humor son constantes, aunque muy rara vez suele estar de humor, con una sonrisa en su rostro que de todas maneras se sigue viendo triste. Los enojos y los llantos son algo tan frecuentes que asusta por más que ya se ha vuelto normal y sus amigos se han acostumbrado a verlo como un ente, un robot que sólo está programado para las mismas dos funciones: trabajar y estudiar. Lo demás que salga de ese enmarque no importa, prefiere no involucrarse en salidas a un café o un bar, a juntarse con amigos a pasarla bien. La última vez que sonrió de verdad, que experimentó la verdadera emoción, acabó en tragedia. ¿Y si vuelve a ocurrir? ¿Si Hoseok acaba yéndose de la misma manera que Jooheon? Kihyun no quiere eso, sería la gota que colmaría el vaso. Descubrir la forma para viajar en el tiempo sería la cura a todos sus temores y desde luego la cura a sí mismo. Esa llave que necesita para ser libre de esa prisión que él sólo armó en su cabeza.

—Tú ganas, conseguirás viajar en el tiempo—Kihyun detiene su paso, volteando a ver al mayor con curiosidad y a la vez dudando. Como si supiera que Hoseok sólo dice eso para que lo escuche, lo cuál, es más que cierto. El mayor sonríe de manera suave, brindando confianza y calidez al frío y abandonado corazón del menor. Lo mejor es sonreír y no regañar a Kihyun, eso nunca es bueno para él. Comprenderlo, eso es todo—. Confío en ti, lo harás. Eres Yoo Kihyun, ¿recuerdas? Podías aprenderte una canción en el piano por oído en menos de una hora.

El hombre de baja estatura toma su brazo con inseguridad, mordiendo su labio inferior. Hace tiempo que no toca ningún instrumento, tiempo que no canta. Todo quedó congelado hace tres años atrás, su arte no avanzó en nada. Quedó ahí, estancado, incapaz de oír la misma pasión en la música que antes. Su deseo de crecer como cantante en su pequeña banda que tocaba en bares o armaba shows en la calle para pasar en rato, se esfumó. Ya no tenía sentido. Una persona lo empujó a llegar hasta ese lugar, esa persona ya no está. Y Hoseok extraña la pasión de su amigo al cantar, esa paz que transmitía estando sobre el escenario tocando el piano. La alegría, todo el color que desprendía. De eso que él se enamoró.

—Salgamos un rato—propone Hoseok luego de unos segundos en completo silencio—. Te hará bien. Iremos a comer, caminar, tomar aire... así dejas un poquito este espacio tan...

—Estoy bien así—interrumpe instantáneamente Kihyun.

—Kiki...—suspira Hoseok.

—No tienes idea de lo importante que es esto para mí.

—Lo sé, por algo vengo aquí todos los días a intentar ayudarte—Hoseok no obtiene respuesta alguna, ya sabiendo a dónde va esto prefiere agregar:—. Mira, si salimos hoy prometo pasar una semana ayudándote con el tema de viajar. ¿Qué dices?

—Que sean dos.

Hoseok rueda los ojos. Bien sabe que apenas y tiene idea con respecto a la física, se ha encargado de estudiar y entender lo mejor posible sobre los viajes en el tiempo para comprender un poco mejor a Kihyun cuando le habla de las constantes locuras que pasan por su cabeza. Incluso ideas más locas que las que tenía al momento de querer componer algo nuevo, de nuevas cosas para cuando iban a presentarse. No obstante, esa pequeña ayudita básica sería más que suficiente.

—Bien, serán dos—lo que sea con tal de alejarlo a Kihyun un poco de todo lo que desequilibra su miserable vida.

Continue Reading

You'll Also Like

847K 126K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
15K 798 12
En un dia festivo en nuestro bello Karmaland una estrella fugaz cayo del cielo....una estrella fugaz en un dia soliado? No puede ser posible...Talvez...
5.6K 687 22
** Sanwoo Para muchos la apariencia fisica es importante. Para San es más importante una promesa y cumplir con ella. *Prohibidas copias y adaptacione...
600K 80.4K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!