jeoɴ jυɴɢ ĸooĸ
El timbre de entrada aún no sonaba, por lo tanto muchos de mis compañeros y compañeras platicaban animadamente con sus amigos. Yoongi, por otro lado, no daba señales de haber amanecido vivo.
Bufé, dejando mi móvil sobre mi pupitre.
Un fuerte golpe hizo quedar a todos en silencio, y algo curioso levanté la mirada encontrándome con Sooyun en la puerta.
Su mirada cayó sobre mi y a pasos rápidos se aproximó hasta donde estaba.
—Puedes irte a la mierda, Jungkook —soltó, tirando sobre mi pupitre la rosa y nota que había dejado esta mañana en su casillero. Para luego, girar sobre sus talones sin siquiera dejarme tiempo de responder.
Algunos en el aula comenzaron a murmurar, mientras otros me observaban con burla, y finalmente estaban los que solo decían las cosas.
—¿Han rechazado al gran Jungkook? —preguntó con burla, uno de mis compañeros.
—Tal parece que sí —le respondió otro, mientras no dejaban de mirar en mi dirección.
—Cállate antes de que te rompa el rostro a golpes —mascullé.
Tomé mi móvil del pupitre y salí corriendo tras Sooyun, esperando encontrarla.
—¡Sooyun! —grité, cuando la divisé caminando metros delante de mi— ¡Sooyun! —nuevamente elevé la voz. Y al ver que no se detenía, no me quedó de otra que comenzar a correr.
Joder, que mujer.
—Hey... —hablé, tomándola por la muñeca.
—Suéltame —respondió, deshaciendo de manera brusca el agarre.
—Vamos a hablar —dije. E hice lo posible por impedir que continuará adelante.
—No quiero hablar contigo —sus brazos se cruzaron sobre su pecho, y evitó a toda costa mirarme.
—Bien, fui un idiota —comencé, preparando un discurso mental— Que tú no me tomes en cuenta no quiere decir que saldré corriendo detrás de alguien más, lo que pasó con Minsoo... yo estaba ebrio. Venía después de haber salido con Yoongi e iba con copas demás.
Si, claro.
Y estaba tan ebrio que a la noche siguiente también me llevé a Minsoo a la cama.
—Aún así, eso no justifica mi mal comportamiento ayer —continué.
—Por supuesto que no —murmuró, aún con enfado en su voz.
—Preciosa...
—¿Acabaste? —me interrumpido, y luego bufó— Ni siquiera sé porqué tú me estas dando explicaciones y el porqué yo las estoy escuchando.
—Porque me gustas.
De alguna manera tenía que recuperar la poca confianza que ella había comenzado a tenerme.
—Me gustas, y quiero que entiendas que no lo hice estando consciente —mentí.
Claro que estaba consciente.
Y esperaba, en un futuro no muy lejano, disfrutar del mismo placer con ella.
Sooyun era aún más guapa que Minsoo, y no dudaba en que iba a ser la mejor experiencia sexual en mi vida.
Rostro angelical y todo, pero sus curvas se dejaban notar bastante en el uniforme escolar.
—Debo entrar a clases —dijo simplemente, intentando esquivarme.
—¿No vas a decir nada?
—¿Que quieres que diga? —atacó, con otra pregunta de inmediato.
—Yo... nada, puedes tomarte tu tiempo —respondí, bajando a propósito el tono en mi voz— Ten por seguro que no miento. No soy de dejar regalos a las chicas, tampoco de permitir que me humillen —dije, buscando su mirada— Ahora lo he aguantado por ti.
Y así como ella hizo volví por el camino que había tomado para seguirla. No sin antes echar un último vistazo hacia ella.
Sonreí satisfecho.
—Llega tarde joven —me regañó la maestra.
—Solo fui al baño —mentí— mi mochila está ahí —agregué, señalando mi pupitre. Y sin ningún problema me dejó ingresar.
—¿Y esa sonrisa? —preguntó, Yoongi mientras extendía su mano. Me encogí de hombros y correspondí a su saludo.
—Debería ser actor ¿no lo crees?
—¿Qué? Explícate, idiota.
—Lo digo porque creo que se me da bien fingir —respondí, elevando aún más las esquinas de mis labios.
—Jamás te entiendo —bufó él.
Me encogí de hombros.
—Olvídalo.
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Cuando salimos al receso, comencé de inmediato a buscar a Sooyun con la mirada, obteniendo cero resultados.
Tal vez esté en la cafeterías.
—Quiero ir por un café ¿me acompañas? —le pregunté a mi amigo.
—No, ve tu —respondió, encogiéndose se hombros— Tengo que ir a Justificar mi falta al entrenamiento.
Asentí, pensando más en Sooyun que en su respuesta.
—Nos vemos —dije. Y comencé a correr.
Para mi desgracia, la cafetería estaba llena —razón por la que jamás entro— no veía a Sooyun por ningún lado y estaba seguro que teniendo a todos esos estudiantes ahí no iba lograr verla tampoco.
—Oh, hola Jungkook —saludó con voz seductora ¿Yowon? ¿Yowin? ¿Ye...? Creo que comenzaba con Ye.
—Hola —respondí, inevitablemente utilizando el mismo tono seductor.
—¿Sabes? Anoche pensé en lo sucedido y no sé... tal vez quieras repetirlo.
Iba a sonreír. Juro que iba a hacerlo e inmediatamente iba a seguirla, pero entonces Sooyun apareció entre los estudiantes.
—Eh, no —me apresuré en responder— Ya tuve suficiente de ti, preciosa.
Y seguidamente ingresé como pude a la cafetería para ir tras Sooyun.
—Hola, linda —saludé, intentando sonar lindo y no como un idiota necesitado.
Fue horrible.
—¿Que quieres ahora? —preguntó, posicionándose en una mesa con dos asientos disponibles.
Perfecto.
—Pues, platicar contigo —respondí, sentándome frente a ella— O simplemente pasar un momento juntos.
Noté como se removió sobre su lugar y sonreí.
—Basta, Jungkook —pidió, seria pero aún nerviosa— Las chicas vendrían dentro de poco, y no creo que quieras encontrarte con Minsoo ¿o si?
Mierda.
Olvidé a esa chica.
—Bueno, pero puedo llevarte a otro lugar. A uno más tranquilo.
—No, Jungkook —se negó, al instante— Solo vete.
—Vale, me voy —suspiré, rendido mientras fingía decepción— Espero que podamos hablar en otro momento —dije, poniéndome de pie— Te veo luego, hermosa.
No conseguí nada, pero al menos ella ya no me gritaba intentando alejarse.
El resto del día se mantuvo así. Aburrido. Y no me quedó más opción que acompañar a Suga a entrenar.
—No se jugar a esto —dije, volviendo a lanzarle el balón.
—Eres un aburrido —bufó, volteando los ojos.
—Si claro, mira quien lo dice —respondí, con una sonrisa burlona.
—Cambiando de tema, ¿no deberías estar en las tutorías con Sooyun? —preguntó, y entonces reaccioné levantándome rápidamente del suelo.
—Oh demonios —murmuré. Acomodé mi mochila sobre el hombro y miré rápidamente a Suga— Me voy.
Había olvidado por completo las tutorías. Ahora si tenía una razón para verla ¿no?
No recordaba exactamente si ella debía venir aquí o yo ir a su casa, así que opté por vestirme rápido e ir a la suya.
Lamentaba que ella no viniera aquí, porque justo hoy la casa estaba vacía.
—Oh, hola Jungkook.
—Minsoo... —musité, sin saber que decir— Eh, Jihyun no se encuentra en casa, y no sé realmente donde pueda estar.
—Lo sé —respondió, dando un paso hasta mí— Vengo para verte a ti.
—Uhm, como puedes ver, estoy saliendo ahora y tengo prisa.
—Pero sea lo que sea... —murmuró, acercándose a mi de manera seductora— puede esperar un poco ¿no?
Sus labios rozaron los míos peligrosamente, e hice un esfuerzo por no entrarla a la casa.
—No... Minsoo, detente —con mis manos sobre sus hombros la alejé rápidamente de mí— En serio tengo prisa.
—Entonces ¿Podría ser hoy por la noche? —preguntó, con una tristeza fingida.
—Espera, lo de nosotros solo fue... bueno, de dos noches, pero ahí se queda —le aclaré— No tengo la intención de meterme contigo nuevamente.
Al menos no por ahora.
—¿Qué dices?
—Digo, que no eres diferente a las demás. Sexo y luego ni de tu nombre me acuerdo ¿vale? —expliqué, terminando de cerrar la puerta a mis espaldas— Ahora, si me permites, debo irme.
—¡Jungkook! —oí a mis espaldas, pero continué mi camino.
—Por cierto... —hablé, girando hacia ella— Una palabra de esto a Jihyun, y acabaré contigo.
—¡Jungkook, vuelve aquí!
Tendrás que esperar, preciosa. Lamentablemente tendrás que esperar.
El autobús tardó algo de cuatro minutos en llegar, y unos quince en acercarme a casa de Sooyun.
La distancia entre la parada de autobuses y su casa era de otro par de minutos, así que e total habré tardado siquiera una media hora.
—Eh, hola —saludé, al pequeño niño que se asomó por la puerta. No me respondió, solo se me quedó viendo y ya— ¿Está Sooyun en casa?
—¿Eres su novio? —preguntó, manteniendo su rostro serio.
—No —respondí, extrañado ante el comportamiento del niño. Sabía que era su hermano, pero lo vi solo una vez antes, y eso fue en la escuela de Jihyo— ¿Podrías decirle que estoy aquí?
—No —respondió, inmediatamente dejándome desconcertado, para luego, cerrar la puerta en mi cara.
Pequeño demonio.
Iba a golpear nuevamente cuando la puerta se abrió de golpe dejando a la vista a ¿mi hermana?
—¿Que haces aquí? —preguntamos a la vez.
—Es casa de mi amiga, que no te importe que hago aquí —respondió. Llevaba el rostro sucio con lo que deduje era harina y algunas manchas de chocolate— ¿Que haces tú aquí?
—Soy su tutor ¿lo olvidas?
—Lamentablemente, las clases están canceladas hoy. Llegas tarde —respondió, burlona.
Bufé.
—Bien, pero quiero hablar con ella un minuto.
—¿Para qué?
—No te incumbe —le respondí, con una enorme sonrisa. Sooyun se asomó tras Jihyun, y al verla mordí levemente mi labio superior.
—¿Que haces aquí?
—Vengo para hablar contigo, preciosa —respondí, mirando e reojo a Jihyun— ¿Puedes deharnos solos, hermanita?
—Te estaré vigilando, mal nacido —murmuró, antes de entrar a la casa.
Sooyun traía su cabello atado en una coleta alta, y llevaba un pequeño delantal que cubría un poco su falda.
—Lo que dije en la escuela es cierto —comencé— ¿Has pensado en ello?
—¿Que se supone que debería pensar? —preguntó— Eres tú él que lo ha dicho.
—Si pero... —suspiré, esto no sería fácil— ¿Sigues enfadada por lo de Minsoo? —pregunté.
—Jamás estuve enfadada —dijo, rápidamente con notorio nerviosismo— ¿Por qué lo dices?
—¿Por qué me golpeaste quizá?
—Tú... Tú ibas a besarme, por eso estaba molesta.
—Estabas celosa —afirmé, acercándome lentamente hasta ella— Es eso ¿no?
—N-No.
Levanté su rostro tomándola por el mentón, y me tenté al ver sus labios tan cerca.
—Ya te expliqué por qué pasó —susurré— Estaba pasado de copas, y cuando desperté ella ni siquiera estaba. No recuerdo nada, linda. De haber sabido que estarías allí, me habría quedado en casa esperándote a ti en mi habitación.
—No digas tonterías —murmuró, intentando apartarse.
Rápidamente rodeé su cintura con mi brazo para traerla más cerca de mi.
—No soy bueno demostrando mis sentimientos, así que si soy tan insistente contigo es porque... porque no encuentro otra manera de acercarme a ti. Siempre estás evitándome —dije, mientras intentaba buscar más palabras para hacerlo creíble— Ya te dije que me gustas ¿Que se supone que debo hacer ahora?
—Jungkook, mi madre está en casa y-y...
—Sooyun, no me importa tu madre ahora, sin ofender —la interrumpo. Mis labios caen sobre los de ella, dejando un pequeño y suave beso, que a mi parecer no duró ni dos segundos— Te veo mañana, y no te escaparás de hablar conmigo ¿de acuerdo?
—Ya basta.
—Si no es en la escuela, será en mi casa —agregué— No olvides las tutorías, pequeña.
La dejé libre y caminé hasta la acera frente su casa.
Levantando la mano para despedirme, comencé a caminar con una sonrisa en el rostro.
Sooyun cree tan fácilmente en todo.
Y eso es una ventaja para mi.
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SIENTO TARDAR, EN SERIO :(
LA SEMANA PASADA TUVE MUCHO QUE HACER EN LA ESCUELA, Y RECIÉN HOY PUDE LIBRARME DE TODO ESO, AL FIN :V
ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO EL CAPÍTULO, Y GRACIAS POR SER PACIENTES 💛