¡Socorro! ¡Estoy rodeada de i...

By misscreativee

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Siempre he tenido miedo de los criminales, pero nunca imaginé que gran parte de ellos fueran unos completos i... More

Capítulo 1: ¡Socorro! ¡Me adoptaron!
Capítulo 2: ¡Socorro! ¡Mataron a Teddy!
Capítulo 4: ¡Socorro! ¡Un chucho sonriente!
Capítulo especial: ¡Socorro! ¡Voy a la Creepy School!
Capítulo 5: ¡Socorro! ¡Me quieren casar!
Capítulo 6: ¡Socorro! ¡Hay masacre en el supermercado!
Capítulo 7: ¡Socorro! ¡Ahora todo tiene sentido!
Capítulo 8: ¡Socorro! ¡Un nuevo cambio!
Capítulo 9: ¡Socorro! ¡Empiezo el entrenamiento!
Capítulo 10: ¡Socorro! ¡No sirvo para esto!
Capítulo especial de Navidad: ¡Socorro! ¿A esto se le llama Navidad?
Capítulo 11: ¡Socorro! ¡Me he enamorado!
Capítulo 12: ¡Socorro! ¡Nos persigue la pasma!
Capítulo 13: ¡Socorro! ¡Aléjense de ese demonio!
¡Tráiler del libro!
Capítulo 14: ¡Socorro! ¡Asesiné a Hitler!
Capítulo 15: ¡Socorro! ¡Los chinos están locos!
Capítulo 16: ¡Socorro! ¡Aprendo a torear!
Capítulo 17: ¡Socorro! ¡Lo sé todo!

Capítulo 3: ¡Socorro! ¡Un acosador!

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By misscreativee

Era de mañana, el sol brillaba relucientemente iluminando la habitación, y bla bla bla. Bueno, seamos sinceros ¡aquí no hay sol ni hay mierdas en vinagre!, simplemente la persiana esta bajada y se ve todo a oscuras. Vagamente me levanté de la cama y me dirigí hacia la ventana. Tomé el cajetín de la persiana y estiré fuertemente de ella, pero la persiana no se abrió. Lo intenté de nuevo pero la puñetera persiana seguía sin abrirse. Debo de ir al gimnasio los músculos me fallan cada vez más. Lo intenté todas las veces que pude, pero seguía sin haber resultado. Por cada estirón que hacia me chocaba contra un mueble, y oía como caía al suelo brutalmente. Espero que tengan un seguro… ¡SI NO LO TIENEN SLENDERMAN LO PAGA TODO, A MI NO ME MIREN! Ah espera me di cuenta de algo: la persiana está atascada por culpa de un calcetín mal oliente. Cogí el calcetín con los dedos apartándolo a una pequeña distancia de mi nariz, y lo tire a suelo. Lo recogeré… en cuanto alguien de esta casa ponga huevos de oro.

Tiré nuevamente de la persiana, se notaba más ligera que antes. De repente la luz del día se posó en mi vista lo cual lo veía todo borroso. Si me hubieran avisado me hubiera puesto gafas de sol, ahora tendré que ir a un maldito oculista. Enseguida alguien me tocó por la espalda y pegué un largo chillido. Por el ruido que hice, en el techo se formó alguna que otra grieta. La persona que me tocó cayó al suelo al resbalarse con el apestoso calcetín y fue a parar con los demás muebles tirados por el suelo. Abrí más la ventana para poder verlo mejor. Ah, pero si es el espagueti de Slenderman. Corrí a ayudarle a levantarse, este se sobó la cabeza cuando estuvo de pie.

-¡Lo siento! ¿Te encuentras bien? Es que no podía abrir la persiana y sin querer me tropecé con unos muebles y cayeron al suelo… -Me disculpé. Cerré fuertemente los ojos, esperando un castigo pero en cambio de eso la mano de Slenderman se posó delicadamente en mi hombro.

-No pasa nada, lo que importa es que tú no te has hecho daño -De su espalda saco un peluche muy limpio, sin nada roto, adornado con una pequeña pajarita roja en el cuello- Toma, creo que esto te pertenece.

Cogí el peluche sorprendida, lo conocería en cualquier parte: ¡ES MI TEDDY! En ese estado parecía un juguete acabado de comprar. ¡Me encanta! Pero… si lo dejé medio destrozado… ¿Quién lo habrá…? Espera… ¡Slenderman lo cosió! ¡Lo arregló por mí! ¡QUE LINDO! Rápidamente me abracé a Slenderman ¿Cómo podría agradecérselo?

-No tenías que haberte molestado en arreglarlo, me sabe mal… -Dije abrazándolo cada vez más fuerte. Éste me cogió en brazos y me enseñó la habitación. ¡Qué bonita! El dormitorio era bastante grande, la mayoría de las paredes eran de color negro, donde había muchos marcos de fotos. Había un gran sofá negro junto con una mesita en la esquina y una televisión de plasma en la pared. Alrededor había muchos armarios rústicos y en el centro de la habitación un piano. Al lado del piano se encontraba una cama gigante. En una parte de la habitación las paredes eran de color rosa y hay estaban… ¡Todos mis juguetes! ¿Cómo han llegado a parar aquí? Supongo que Slenderman los habrá traído desde mi casa.

-¿Te gusta el dormitorio?- Preguntó. Yo asentí alegremente. Me solté de él, y fui a la zona de mis juguetes. Todos estaban colocados en un buen orden, también había una pequeña estantería donde habían libros para colorear y pinturas. Me dirigí nuevamente a Slenderman con una sonrisa en mi rostro. Enseguida me rugió la tripa.

-¡Vamos a desayunar! ¡Me ha entrado hambre! –Dije animada cogiéndolo del brazo pero éste me detuvo.

-Mejor ves tu sola, yo me quedaré aquí a descansar, no he dormido en toda la noche… -Añadió bostezando. Lo miré un poco triste. Pobrecito, se habrá pasado toda la noche arreglándome el oso, pero acepté. Me fui yo sola junto a Teddy hacia la planta de abajo. Todos estaban desayunando en el salón, así que me acerqué a ellos. Todos me miraron y me dieron los típicos “Buenos días”. Me senté en mi silla favorita, sí, es la estropeada le cogí mucho cariño. A mi lado se sentó Nina y Hoodie y en frente de mí Jeff que me miraba con una cara de odio. Llevaba puesta la sudadera rosa. Sin ofender, pero parece marica. Con un peinado de mujer y maquillaje, queda irreconocible. De seguro que triunfa como actor en la serie de Monster High.

De repente Jane entró al salón con los desayunos. Al ponerlo sobre la mesa estuve a punto de potar. ¡¿BOCADILLOS DE RATA?! ¡Qué asco! ¡Las ratas tienen muchas enfermedades! Veis amigos, a eso lo llamo maltrato animal. Jane se fue a la cocina, cuando volvió al salón, en frente de mí puso un plato de… ¡CEREALES! ¡Y también un vaso con zumo de piña! ¡AL FIN COMIDA NORMAL! Le di las gracias a Jane, ésta me respondió con una sonrisa. Empezamos todos a comer, en menos de 5 minutos ya me había acabado el desayuno, estaba riquísimo. Al acabar todos se fueron en una dirección: Nina, Jane, Hoodie y Ticci Toby se fueron del salón, los demás estaban sentados en el sofá charlando. Me acerqué a ellos, no quería sentirme excluida. Enseguida Jeff me miró al notar que me acercaba a ellos.

-Vaya, hola princesita ¿Qué llevas ahí? –Preguntó señalando mis manos donde yo tenía cogido a mi osito- ¿Lo arreglaste tú?

-No… Lo cosió Slenderman- Dije tímidamente.

-Ah, con que Slenderman… -Dijo sonriente- No me extraña, una mocosa como tú no es capaz de arreglar nada sin ayuda de su papi –Añadió burlonamente.

-¡Él no es mi padre de verdad! –Exclamé. Jeff rio a carcajadas.

-Y yo soy un unicornio en el país de los arcoíris ¿NO TE JODE? –Dijo sarcásticamente. Yo lo miré con cara de asco- Pobrecito Slender… Se pasó toda la noche cosiendo solo porque tú dejaste peor al oso… Así que creo que lo mejor hubiera sido que lo cosieras tú desde un principio ¿no crees? Y para eso… el muñeco tiene que ser destrozado de nuevo.

Masky y Eyeless Jack reían a carcajadas. Enseguida Jeff me arrebató el peluche de mis manos. Yo atemorizada fui a por él, pero Jeff se lo pasó a Eyeless Jack. Fui a donde estaba Eyeless Jack pero se lo pasó a Masky, intenté dar un salto hasta el peluche pero Masky se lo pasó a Jeff y así sucesivamente. Cuando Eyeless Jack se lo iba a pasar a Jeff, enseguida alguien cogió el peluche al vuelo. ¡Era Ben! Éste se acercó a mí y me lo entregó.

-G-Gracias… -Dije un tanto vergonzosa. Éste me sonrió y se acercó a los tres.

-¡Vosotros sin vergüenzas!  -Exclamo Ben enfadado- ¡COMO LA SIGAIS MOLESTANDO OS ENTERAIS!

-Un mocoso como tú no me va a impedir NADA, además le debo una venganza por lo que le hizo ayer a mi sudadera ¡Ahora devuélveme el oso! –Exclamó Jeff. Ben cada vez se iba enfadando más-¿No dices nada? ¿Te hiciste popó en los pañales?-Rio a carcajadas Jeff y lo apuñaló con su cuchillo. En ese instante cerré los ojos, pobre Ben… Esto más bien se parece a la película de Disney, Peter Pan luchando a muerte contra el capitán Garfio. Los otros dos son los imbéciles de sus esclavos. Supongo que a mí me tocaba hacer el papel de Wendy. Enseguida escuché una risita.

-¿Te crees que me has matado? Recuerda que soy un fantasma –Le habló burlonamente a Jeff. En ese instante abrí los ojos: es verdad, tenía el cuchillo clavado y él como si nada. Éste cogió el cuchillo y lo clavo en la pared justo al lado de Jeff.

-¡Tienes suerte de que seas un fantasma, porque si no lo fueras ahora mismo estarías muerto! –Gritó Jeff enfadado.

-El que estarás muerto vas a ser tu porque llamaré a Slenderman –Añadí metiéndome en la discusión.

-¿Y tú quieres que me lo crea? ¡No te vas a atrever, está durmiendo! –Rio a carcajadas Jeff.

-¡SLEN…! –Pronuncié pero enseguida Jeff me tapó la boca con la mano.

-Vale, vale tu ganas –Admitió Jeff suspirando- Pero ten por seguro que cuando Slenderman se largue algún día de aquí, yo me encargare de vosotros –Sonrió y mostró su cuchillo.

Enseguida Ben me tomó de la mano y me llevó a la entrada de la casa, lejos del salón. Se sentó en las escaleras, yo lo miré pensativa y me senté a su lado.

-¿Te encuentras bien, Ben? –Pregunté preocupada por el momento en el que Jeff le clavó el cuchillo.

-Sí, no te preocupes soy un fantasma no me pueden hacer ningún daño –Comentó sonriendo. En ese instante Jane me llamó para que le ayudara con algo, lo siento por no acordarme de varias cosas, a veces pienso que no tengo cerebro.

-Ah, por cierto… ¡Muchas gracias por defenderme! ¡Te debo una! –No me pude resistir y le di un beso en la mejilla. Tenía ganas de hacerlo, además yo creo que se lo merece.  Enseguida me fui corriendo a atender a Jane, pude notar que Ben se me quedó mirando desde la escalera.

Estuve ayudando durante varias horas con las tareas de la casa y demás cosas: No os lo recomiendo, ES MUY ABURRIDO. Fregué el suelo, le quité el polvo al trastero, lavé los platos del desayuno, intenté planchar pero la plancha acabo encima de mi mano y la dejó plana, genial ahora me servirá como bayeta para limpiar el fregadero. ¡ME TRATAN COMO A UNA CHACHA! Al terminar lo más difícil, le sugerí a Jane de hacer unos pasteles y unas galletas para merendar. A ésta le pareció buena idea así que comenzamos a hacerlos. Al principio se nos quemó la cocina entera pero al final quedaron muy bien hechos. La merienda la compartimos con Nina, los chicos se nos quedaron viendo con la baba caída como perros, como no, si los pasteles tenían muy buena pinta y las galletas también. Pero como somos tan tacañas nos lo comimos todo sin dejarles nada. Al cabo de un rato me fui a hacer un trabajito…

Pasaron las horas, era de noche y la hora de cenar. Estaba preparando la mesa junto con Nina y Ben. Pero hay algo que no me cuadra… Cada vez que me acerco o estoy al lado de Ben, éste se aleja de mí o desvía la mirada hacia otro lado. ¿Me está ignorando? ¿Por qué? ¡Pues peor para él! Al acabar de prepararla todos nos sentamos en la mesa. Al cabo de un rato bajó Slenderman por las escaleras y entró al salón.

-¡Hola! ¿Ya está la cena lista? –Preguntó mirándonos a todos. Hubo una larga pausa. Se oían algunas pequeñas risitas de fondo. Hasta que aquellas risitas aumentaron y llenaron toda la sala. Todos nos estábamos descojonando de lo lindo. Slenderman nos miró a todos extrañado- ¿Qué es lo que pasa? ¿Tengo algo en la cara? –Todos asentimos sonrientes. Slenderman fue hacia el gran espejo que había en una de las paredes del salón, enseguida se puso rojo como un tomate, pero no de la vergüenza, si no por las ganas que tenia de matar al que le pintarrajeo la cara. He de admitir que dibujo muy mal, lo único que me quedo bien fue el poni de corazones situado en su frente- ¡¿Quién… ha… SIDOOOO?! –Exclamo furioso.

-¡Yo lo sé! –Hablé rápidamente, Slenderman me prestó atención- ¡Fue Jeff! –Lo señalé. Slenderman se giró hacia Jeff, éste se quedó con la boca abierta, sin saber qué hacer.

-¡ESO ES MENTIRA! –Exclamó Jeff- ¡Yo nunca te haría eso amiguito Slender! Además, te recuerdo que nunca he podido entrar en tu habitación.

-Pero yo te vi con unos rotuladores y entraste con la llave de la habitación –Afirmé seriamente, la verdad es que actuaba muy bien menos mal que las clases de teatro en el colegio me sirvieron para algo.

-¡NO HAY NINGUNA PRUEBA! –Gritó Jeff.

-Pues esa tinta negra que tienes manchada en la mano y la llave guardada en tu bolsillo no me dice lo mismo –Dije, él se vio la palma de sus manos y efectivamente estaban manchadas de tinta luego registró sus bolsillos y sacó una llave dorada que era la de la habitación de Slenderman.

-Maldita… Lo planeaste todo…-Susurró. Yo disimuladamente le dedique una sonrisa diabólica.

-¡LA UTIMA VEZ QUE ESTROPEAS MI HERMOSA CARA!-Exclamó Slenderman cogiéndole la llave a Jeff y guardándosela en un bolsillo de su smoking.

-¿Hermosa? ¡Pero si ni siquiera tienes! –Dijo sinceramente Jeff.

-¡Pues ahora te quedas sin cenar! –Slenderman le quitó el plato de la cena a Jeff, por lo que se quedó desesperado. Éste me miró con una cara asesina, yo solo lo ignoré, que se fastidie, la próxima vez que se lo piense dos veces antes de meterse conmigo. ¡SOY INVENCIBLE, SALLY WILLIAMS POR SIEMPRE TRIUNFARÁ MUAJAJAJA! Bueno sigamos que se me va la olla. Empezamos todos a comer, como siempre la comida tenía una pinta asquerosa. Pero para mí prepararon un plato especial: una hamburguesa con patatas fritas. Todos comenzamos a comer. Durante la cena vi que Ben me observaba todo el rato y cuando yo lo miraba rápidamente desviaba la vista y sus mejillas se ponían rojas. Seguramente debería de tener fiebre.

Al acabar de comer me dijeron  que todos iban a salir esta noche. Normal, son asesinos ¿tendrían que hacer su trabajo, no? No iban a quedarse toda la vida encerrados en esta casa. Algunos se quedarían conmigo para que no me sintiera sola. El primero en ofrecerse voluntario para quedarse fue Slenderman, el segundo Jeff ya que Slenderman lo amenazó que si no aceptaba dormiría en la calle y el último… ¿Ben? Pensaba que se iba a ir con los demás, pero bueno si es su decisión no se lo voy a negar. Al rato la casa estuvo completamente vacía, solo habíamos 4 personas en total.

Slenderman estaba en el salón viendo la televisión, Jeff haciendo el mono por la casa clavando cuchillos por todas partes y Ben… bueno, donde estuviera, desapareció como por arte de magia. Estuve de arriba a abajo por la casa ¿Qué podría hacer para entretenerme? Estoy aburrida…

-H-Hola Sally… -Me habló tímidamente alguien detrás de mis espaldas, reconocí la voz: Era la de Ben. Me giré y lo saludé con una sonrisa, éste apartó un poco la mirada- Esto… M-Me preguntaba si querías jugar a los videojuegos conmigo, tengo muchos que puede que te gusten –Se me dibujó una sonrisa en mi rostro.

-¡Me encantaría! Justo ahora estaba pensando en qué jugar pero no se me ocurría nada… ¡Vamos! –Respondí animada, Ben sonrió y me guio hacia la planta de arriba, donde estaban todos los dormitorios. Abrió una de las puertas donde supongo que era su dormitorio y entramos, las luces estaban apagadas, la televisión encendida y un montón de cartuchos y CDs de videojuegos tirados por el suelo. Las paredes estaban decoradas por un paisaje de un bosque terrorífico, un gran armario donde supongo que guardaría la ropa, unas pequeñas estanterías donde tenía todo tipo de consolas: 3ds, Xbox 360, PSP, Wii, Game Boy, Playstation, etc. En una parte de la habitación había un gran escritorio con miles de ordenadores, todos conectados a una misma página llamada “Cleverbot”. Ben se acercó a la estantería y me dio la opción de elegir una de las consolas. Elegí la Wii, era la única que se manejar, las demás no las he probado en mi vida. De un cajón sacó muchos juegos para la Wii, elegí uno que se llama “Super Smash Bros”, era un juego de lucha entre todos los personajes de los videojuegos. Yo siempre me elegía a Kirby, era el más lindo de todos mientras que Ben elegía a Link obviamente. Si parecen gemelos, lo único que les diferencia son sus ojos. Hicimos combates unas 30 veces, y yo perdí… 30  veces. ¡No me culpéis, se me dan muy mal los videojuegos de lucha!

Luego jugamos al “Just Dance 2014” Era de los que más me gustaron ya que ganaba en todas las partidas. Si me vierais bailar, os juro que era para que me apuntara al “Tu sí que vales”. Ben no es que bailara mal, aunque le costaba mucho hacer algunos pasos yo intenté ayudarle y al final con un poco de practica consiguió hacerlos a la perfección. Estuvimos más de 2 horas jugando hasta que completamos todas las canciones que había.

Ben sudaba como un pollo y se sentó en una de las sillas de los ordenadores. Pusimos un juego llamado “Cocina con Sara”, era bastante divertido, me gustaba cocinar virtualmente. Mientras jugaba notaba que Ben no paraba de mirarme.

-Oye, ¿te ocurre algo?-Pregunté. Pero no respondió, parecía una estatua de piedra- ¡BEN! ¿Me oyes? ¡Que te estoy hablando! ¡Baja de la luna de una vez y préstame atención! –Pero nada. ¡SI NI SIQUIERA PARPADEA! Fui a por una garrafa de agua y se la eché en la cara, pero nada. Le di una bofetada, pero nada. Le acerqué el cuchillo, pero nada. Puse música a todo volumen, pero nada- Me rindo… -Suspiré dándole en la cabeza con un palito. Enseguida bajó de las nubes y regresó al mundo real.

-¿Qué estás haciendo? –Preguntó mirando fijamente el palito.

-Nada –Tiré el palo por la ventana- ¿Qué te pasaba? Parecía como si estuvieras hipnotizado.

-¿Ah sí? –Preguntó confuso. Yo asentí con la cabeza- Vaya… es la primera vez que me pasa eso… -Se quedó paralizado mirándome fijamente- Cuando es de noche… te ves más hermosa que de costumbre…-Susurró tocando un mechón de mi pelo suavemente. ¿Me está alagando? Seguramente. No pude resistir sonrojarme. Ben me cogió en brazos al estilo princesa, se acercó lentamente a mí, acarició mi mejilla suavemente y sus labios se disponían tocar los míos, ¡¿QUERIA BESARME?! ¡Eso lo vamos a tener que ver! Rápidamente le di una bofetada por lo que se cayó al suelo. Éste me miró extrañado.

-¡¿Pero tú de que vas?! –Grité- ¡Como quieras liarte conmigo te juro que tu cara acaba en la pared! –Ben no le importó lo que decía, se levantó fue hacia la puerta y la cerró con llave. Éste se acercó a la ventana y tiró la llave. Luego cerró la ventana con pestillo. Se giró y me miró con una cara malvada, he de admitir que me da miedo. Se acercó a mí, me cogió y me tumbó en su cama. Cogió unas cadenas y me las ató a mis manos. Se puso encima de mí, empezó a hacerme caricias y luego a quitarme el vestido mientras yo le daba patadas en la cara diciendo que me soltara. ¡¿PERO ESTE NIÑO QUE SE HA FUMADO ESTA MAÑANA?! ¡Si es peor que mi tío Johnny! Le supliqué llorando de que no me hiciera nada malo, pero éste seguía sin hacerme caso. Parecía que estaba como descontrolado… Me parece que solo hay una opción de salvarme- ¡¡¡SOCORROOO PAPI SLENDYYY!!! –Espera… ¿Había dicho papi Slendy? La verdad es que me agrada bastante el nombre, debería de llamarlo así más seguidamente, espero que me haya oído. Enseguida Ben se quedó quieto, mirándome fijamente. Inesperadamente alguien derrumbó la puerta de un solo golpe: ¡ERA SLENDERMAN! Me encontró sentada en la cama de Ben atada a las cadenas y llorando a mares. Con sus tentáculos me desató y me cogió en brazos, dejándome en el pasillo. Luego se acercó a Ben.

-¡TU…! ¡¿Qué le hiciste a mi hija?! ¡TE VOY A HACER HELADO! ¿De qué sabor lo quieres: De vainilla, de fresa…? Ah ya lo tengo, ¡Lo hare de pistacho! –Ben asustado corrió por toda la habitación perseguido por Slenderman éste lo consiguió coger del brazo con uno de sus tentáculos, pero Ben se metió dentro de la Wii lo cual eso hizo que arrastrara a Slenderman con él y se metieran los dos en el juego de “Cocina con Sara”. Al ver eso entré a la habitación, cogí el mando de Wii y empecé a jugar. En el juego había una gran cocina y hay estaba… ¿Slenderman de cocinero?

-¡Hola a todos y sean bienvenidos a… COCINA CON SLENDERMAN! –Me empezó a entrar la risa- Hoy cocinaremos… ¡Un helado de pistacho! Para hacerlo necesitamos un único ingrediente. Podemos utilizar cualquier objeto, pero que tenga algo de color verde. Como por ejemplo este duende –Pone a Ben sobre la mesa. Reí a más no poder.

-Oye yo no soy comida… -Se quejó Ben.

-Tu calla y déjame explicar –Se enfadó Slenderman- A lo que íbamos, ahora lo tenemos que cortar a trocitos. Para eso mueve el mando de Wii de arriba abajo para cortar -Lo muevo y veo como Slenderman corta a pedacitos a Ben con un cuchillo- Ahora lo que tenemos que hacer es meterlo en la batidora –Slenderman coge una batidora, pone los trocitos de Ben a dentro y le da un botón, lo cual eso hace que la batidora empiece a girar, los trocitos se convierten en un líquido rojizo. ¿Qué es eso? ¿Sangre? –No pasa nada, para que no se note le echamos colorante verde, seguidamente lo ponemos en el frigorífico y esperamos 5 minutos y ya estarán listos –Al cabo de 5 minutos Slenderman abre el frigorífico y de ahí aparecen un montón de helados de pistacho. Seguidamente sale de la pantalla de la Wii con varios cucuruchos de pistacho -¿Te apetece comer un helado?

-¡¡SIIII!! –Dije alegremente. 

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