Capítulo especial: ¡Socorro! ¡Voy a la Creepy School!

5K 218 89
                                    

ATENCIÓN: Este capítulo especial no tiene nada que ver con la historia es un capítulo aparte. (Decidí poner un aviso ya que hay mucha gente que no entiende nada al leerlo xD) En fin, disfrutad del capítulo.

---

Cada vez que me voy a dormir no tengo que pensar en nada, me relajo, sueño mil y unas cosas que aunque sean bonitas en esta puñetera vida nunca pasarán... Pero aun así me encanta dormir. A veces me gusta tanto estar en mi cama que creo que en la otra vida fui un colchón. Pero lo malo de dormir es que a veces sientes picores en la espalda como los que estoy teniendo ahora mismo, te sientes incómodo, no encuentras una buena posición para dormir, parece que un elefante te esté aplastando el pie con su trasero... entre otras cosas. Pero el que más odio de todos es el ruido que hace la gente a las tantas de la noche.

Me levanté de la cama, que raro ya no notaba los picores en la espalda. Miré fijamente la cama y me encontré al gato de la vecina encima de ella. Ya decía yo... Se habrá colado en mi casa, yo lo aplasté mientras dormía y me estuvo arañando desde hace horas. Suerte que me levanté, si no lo hubiese hecho el pobre gato hubiera acabado como un papel. Me acerqué a la ventana y me asomé a fuera, genial, era tal y como me imaginaba: En el bar que hay justo en frente de mi casa, hay un grupo de adolescentes montando un escándalo. Pero eso no hay ningún problema, porque ahora lo voy a solucionar.

-¡EI VOSOTROS! ¡SÍ, OS DIGO A VOSOTROS BANDA DE CHONIS Y CANIS! ¡NO TENEIS MIRAMIENTO NINGUNO! ¡¿Es que no os dais cuenta de que la gente está durmiendo?! ¡LARGAOS DE AQUÍ O LLAMARÉ A LA POLICIA! —El grupo de adolescentes se me quedó mirando extrañados. Yo suspiré, cogí al gato y lo dejé en el balcón. Luego cerré la ventana y volví a tumbarme en la cama. En menos de 10 segundos volví a reconciliar el sueño, pero al cabo de unos cinco minutos mi sueño fue estropeado por un pitido- ¡Oh mierda ahora el despertador! —Le doy el botón para apagarlo pero no funciona, lo intento de nuevo pero el maldito cacharro seguía pitando, ya me harté así que lo tiré por la ventana.

Me asomé de nuevo al balcón para ver a donde fue a parar mi despertador ¿pero qué...? ¡Maldito sea! ¡Aún sigue sonando! ¡Es un despertador inmortal! Bueno lo era ya que acaba sido atropellado por un coche... Descansa en paz despertador, ya te iré a ver al funeral. De repente pasó por enfrente un tipo... espera no era un tipo... ¡¡ERA UN COLCHÓN ANDANTE!! ¡Madre mía! ¿Desde cuándo los colchones andan y tienen pelo arriba? Tengo que dejar la droga pero, no puedo..... ¡¡Amo demasiado a las chucherías!!

¡Eh tú!- Grité. El colchón con cara, pelo y patas supuestamente me miró- ¿Cómo te llamas?- Pregunté.

-Gheorghe -Respondió.

-¡Oh! ¡Un colchón con nombre! Pensaba que era la única que le ponía a los objetos nombre ¡Encantada colchón Gheorghe! ¡Yo soy Sally! -Exclamé feliz- ¿De qué laboratorio te has escapado?- Pregunté. Me miró con una cara confusa- Es para ir a ver si hacen una chuchería girante que hable y camine -Argumenté- ¿Si me tiro te tumbas para que rebote en ti, colchón? —El colchón se fue a toda prisa asustado- Colchón, ¿a dónde vas? ¿A buscar un somier donde acomodarte para que te compren?

-¡Deja de drogarte niña! —Exclamó el colchón mientras corría.

-¡NUNCA DEJARE LAS CHUCHERIAS! ¡El que debe de dejar de drogarse eres tú! ¡Colchón mal hecho! -Grité enojada. Me metí en mi cuarto- Jo... es cruel, y yo que quería saltar en el colchón porque el mío esta duro como una piedra y roto. Por cierto... ¿qué día es hoy? ¿Lunes? ¡OH NO MIERDA, SE ME OLVIDÓ QUE TENÍA QUE IRME A LA CREEPY SCHOOL! ¿Qué hora será? ¡Mierda, el despertador era el único reloj que tenía y ahora está hecho cenizas en la carretera! Putos lunes, por eso los odio tanto...

Corrí a toda pastilla por la casa como una loca, me preparé los cereales unas 10 veces ya que cada vez que terminaba uno se me caía al suelo y se pringaba todo de leche. Intentaré llegar antes que mi padre para recogerlo todo porque si no es así terminaré con un grave castigo... ¿o era una expulsión del colegio? No me acuerdo. Regresé a mi cuarto y me vestí con lo primero que encontré en el armario. Luego revisé el horario y preparé la mochila. Salí por la puerta corriendo, suerte que el colegio está a unos pocos metros de mi casa. Más bien diría que está al lado. Ya en la calle, vi pasar a... ¡mi amigo el colchón! Iré a saludarlo.

¡Socorro! ¡Estoy rodeada de idiotas! ©Where stories live. Discover now