Capítulo 5: ¡Socorro! ¡Me quieren casar!

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Me encontraba en mi habitación durmiendo la mar de a gusto, como si estuviera en un paraíso donde los unicornios existen, vuelan y cagan arcoíris. Hablando de cagar... ¡La habitación huele a mierda! ¡Qué asco! ¿Quién fue? Me levanté de un salto y miré al lado de la cama. Allí estaba mi padre durmiendo... ¿Pero qué carajos estoy diciendo? ¡No es mi padre! Bueno aunque a decir verdad lo considero un poquito... ¡Pero eso es todo! Supongo que está durmiendo... ¿o tiene los ojos abiertos? Ni idea, como no tiene es difícil averiguarlo. Me dirigí hacia la ventana y la abrí dejando que los rayos de sol iluminaran toda la habitación y pudiera ver la cara de Slendy. Enseguida y no sé porque los "ojos" de Slendy se empezaron a prender fuego por la luz.

-¡Waaaa! ¡Mis ojos! ¡COMO QUEMAN! —Gritó Slendy levantándose a toda prisa de la cama. Yo diría que está exagerando demasiado. ¡¿CUÁNDO ENTENDERÁ DE UNA MALDITA VEZ QUE NO TIENE OJOS?! Rápidamente se fue al cuarto de baño situado en frente del dormitorio. Al rato vino con la cara medio quemada y a la vez mojada. Yo le miré con una cara inocente, pero al mirarme no me hizo demasiado caso. Además... ¿Cómo puede estar tan tranquilo paseándose por la habitación con el mal olor que hace? Ah es verdad, me olvide de que tampoco tiene nariz.

Me senté encima de la cama. Un momento... Creo que aplasté algo con mi culo. Cuando estuve dispuesta a levantarme para ver lo que era noté que algo se tiró encima de mí. ¿Smile? ¿CÓMO SE COLÓ EL PERRO EN MI HABITACIÓN? Creo que llego a pensar que es un chucho-demonio fantasma... Conseguí quitármelo de encima a duras penas haciendo que el animal se bajara de la cama. Seguidamente me levanté. La verdad es que me sentía rara. Me acerqué al gran espejo que había en la pared y di una vuelta para poder verme bien y al final... descubrí de lo que se trataba.

-¡¡PAPIIIII!! -Lo llamé gritando. Si, odio llamarle así pero es la única manera de que me preste atención. Él acudió rápidamente hacia mí, yo caí al suelo de rodillas llorando- ¡Mira lo que hizo ese chucho asqueroso a mi vestido! ¡LO LLENÓ DE POPÓ DERRETIDO! —Hice algún que otro llanto que cualquiera que lo escuchara de seguro que lo dejaría sordo. Enseguida Slendy observó la cama y tal y como pensaba el perro había dejado un gran charco de mojón encima de la sabana. Por eso al tumbarme sin darme cuenta restregué mi vestido con el excremento.

-¡Maldito perro! ¡Ahora te enterarás! —Slendy cogió del baño una escoba, y con el palo empujó al perro por el culo haciendo que saltara por la ventana y que cayera al piso. Pobre perro, me pregunto cómo habrá acabado. Slendy suspiró y se acercó a mí- Dame tu vestido —Yo lo mire confusa. ¿Qué le diera el vestido para qué? ¡Ah, ya se! Supongo que lo lavará, tampoco es que vaya a salir con el vestido lleno de excremento de animal. Me lo quité y se lo di. Éste cogió el vestido con los dedos, fue al baño, abrió el fregadero y lo dejo en el agua para que el vestido se limpiara. Seguidamente salió del baño y quitó la sabana, dejándola recogida en el suelo de la habitación. Supongo que después la lavará. Después fue hacia la sala de mis juguetes, abrió un pequeño armario y de ahí sacó un vestido. Luego se dirigió a mí y me lo mostró- ¿Te gusta este? Ya sé que no es como el tuyo pero seguro que te queda muy bien.

Miré atentamente el vestido por unos minutos y en seguida grité de alegría. ¡Me encanta! ¡EL SI QUE ES UN PADRE CON ESTILO! Rápidamente cogí el vestido y Slendy me ayudó a ponérmelo. Seguidamente me acerqué al espejo y me vi. Estaba... ¡PRECIOSA! ¡Parecía que iba de boda! El vestido era de color blanco con algunos que otros volantes, adornado con un pequeño lazo en unos de los tirantes. Slendy me tomó de la mano y abrió la puerta del dormitorio.

-Las damas hermosas van primero- Dijo haciendo una reverencia. Yo reí ante su comentario y pasé por la puerta. Luego él pasó y la cerró con llave. Nos dirigimos al salón, me pregunto que dirán todos al verme, tengo un poco de vergüenza...

¡Socorro! ¡Estoy rodeada de idiotas! ©Where stories live. Discover now