La estrella que más brilla

By Killer_Queen21

234K 19.6K 814

HISTORIA GANADORA DE LOS WATTYS 2019. "-Lo siento -murmuró con su voz fantasmal. Al oírla hablar, sentí que... More

1. Parterre de camelias
2. Narcisos frescos
3. Pétalos de rosa
4. Geranios
5. Maravillosas dalias
6. Plantar margaritas
7. Petunias descuidadas
8. Consolidas moradas
9. Flores blancas
10. Campo de girasoles
11. Ramo de no me olvides
12. Nardos de plástico
13. Macetas de claveles
14. Diadema de verónicas
15. Ramas de manzano
16. Amapolas secas
17. Naranjo viejo
18. Té de lapacho
18. Cactus pequeño
21. Clivias dibujadas
22. Jazmín trepador
23. Azalea blanca
24. Brezos para el jardín
25. Álbum de lilas
26. Cornejos floridos del hospital
27. Crisantemos blancos
28. Jazmines amarillos
29. Hortensias
30. Varas de oro
31. Arco de madreselva
32. Lirios para mí
Epílogo
Agradecimientos
Portada
Preguntas

20. Glicinas tristes

5.3K 521 14
By Killer_Queen21

Al finalizar el cuarto ciclo de quimioterapia, alcancé un estado de apatía total del cual mi padre no podía sacarme ni con pastillas, ni con té y galletas. Me atrincheré en mi habitación y me acostumbré al calor sofocante que me rodeaba siempre y a tener las manos frías. Mi padre subía para ver cómo estaba y, si él estaba trabajando, Robert lo sustituía. Salía sólo para desayunar, comer o cenar. Escuchaba las voces de mi familia con expresión ausente, luego volvía a mi cuarto, arrastrando las piernas, que parecían de metal. Parecía que estuviese muy lejos de curarme, aunque sólo me faltasen dos ciclos de quimioterapia para terminar con el tratamiento. Mi padre ya se había reunido con el hematólogo, para discutir los pasos a seguir. Por el momento no había nada claro, sólo que debía continuar con la medicación.

James vino una tarde. Nunca venía por las mañanas, por su trabajo. Tampoco me había vuelto a invitar a ningún sitio. Debía ser por el estado en el que me encontraba. Aun así, venía siempre que podía, algunas veces acompañado de Jennifer. La tarde en la que irrumpió en la penumbra de mi habitación, había algo de melancólico en él. Mi vista se había habituado a la falta de luz, pero él venía de la calle. Giró la cabeza hacia mí, y, supongo, que sólo vio el montículo de mantas que me sepultaban. Tropezó con una esquina de mi cama.

—¿Puedo encender la luz? —preguntó a modo de saludo.

—No —contesté. No quería ver nada.

Él caminó hasta la ventana y subió las persianas. Los rayos de sol pronto invadieron todo el espacio, iluminando la moqueta del suelo. Vi las glicinas del vecino, que trepaban por toda la fachada de su casa. Me parecieron tristes. James volvió a mirarme.

—¿Cómo estás hoy? —quiso saber.

—Podría estar mejor.

No estaba para rodeos. Era algo que había aprendido después de tantos meses de enfermedad. Me senté en el borde de mi cama sin quitarme las mantas. Se sentó a mi lado y yo me tensé en cuanto sentí su peso hundir el colchón. 

—¿Qué haces aquí? —inquirí.

Normalmente avisaba de antemano si iba a venir. Yo no recordaba que lo hubiese hecho en esa ocasión.

—Nada. Acabo de terminar mi turno en la cafetería y pensé en venir a verte —sonrió tranquilo, sin mostrar los dientes.

Sonaba a mentira. Le miré los pies. Calzaba unas deportivas viejas.

—Pero, ¿por qué?

No respondió. Se limitó a observar el orden que reinaba en mi cuarto. Se detuvo en el escritorio. Sobre la mesa, descansaban unos libros que Robert había dejado allí con cariño y cuidado. De hecho, era él el que había arreglado mi habitación. Lo hacía siempre, sobre todo cuando regresaba del hospital. Me volví hacia James. La herida de su nariz era un recuerdo lejano, lo que tenía ahora era un moratón que sobresalía de la manga de su camiseta blanca. Saqué un brazo de mi armadura de colchas para tocarlo. En cuanto mis dedos gélidos hicieron contacto con su piel, me miró alarmado. Pero tampoco dijo nada cuando aparté la tela nívea y me di cuenta de que tenía todo el hombro morado. Bajó la mirada y, con suavidad, cogió mi mano entre la suya y la apartó. Un sudor ardiente me cubrió la espalda.

—¿Cómo te has hecho eso?

Todavía no me había soltado. Seguía apretando mis dedos entre los suyos, transmitiéndome el calor que emanaba siempre. Se dio cuenta de ello y finalmente me dejó ir. Volví a esconderme entre las mantas.

—No ha sido nada. Me di un golpe en mi casa, con el marco de la puerta —echó el hombro hacia delante, simulando el impacto. Luego se rio, intentando distraerme.

No quise seguir preguntando. Estaba demasiado cansada. James lo comprendió y me rodeó con un brazo, dejando que me apoyase en él.

Continue Reading

You'll Also Like

337K 18.3K 69
En inglés: Friendzone. En español: Zona de amigos. En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como alg...
42.3K 4.7K 8
Quien no tiene una cuenta en Peepers, no existe. Quien no publica en Peepers, no existe. Quien no tiene seguidores, no existe. Quien elig...
4.6K 838 51
¿Qué pasaría si algún día Dios te sorprende con algo que tú no esperabas para nada?. La vida de Darian y Skye siempre ha sido bastante simple. Han si...
85.8K 4.4K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...