"Un alma desterrada del paraíso y el infierno, con un único y eterno castigo: Vivir entre dos cuerpos, vedado de conocer la verdadera felicidad.
Un peso que nunca había sido tan difícil de cargar hasta el día en que cumplió su décimo milenio.
Sung Yoonjin, un adolescente fácilmente influenciable y quien nunca ha podido disfrutar de la vida. ¿La razón? Cada memorable momento de su existencia está cubierto por un velo negro. Por eso, a a sus dieciocho años, sabe que mientras más odio y sufrimiento empape su día a día, menos oportunidades tendrá la oscuridad de nublar su juicio.
Por otro lado, Kang Yangmi nunca ha podido verse realizada como mujer. Con casi la mitad de su vida dedicada a las fuerzas especiales de Corea, está completamente consciente que, mientras más alejada se mantenga de sus verdaderos deseos, menos probabilidades habrá de cometer una imprudencia y acabar con la paz en su país.
Dos cuerpos infelices que terminarán encontrando al otro en una situación jamás imaginada. Una que hará tambalear no sólo la paz mental de ambos, sino la paz de todo el planeta".
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Taehyung se había dicho a sí mismo que, en medio de esa habitación llena de personalidades reconocidas del mundo del espectáculo, no actuaría como un recién graduado fácilmente impresionable. Que por una vez en su vida intentaría verse como alguien culto, maduro y sensible. A fin de cuentas, no todos los días le tocaba sentarse al lado del mismísimo Gong Jichul.
Pero... Rayos, era imposible. Es decir, ¡Estaba tan emocionado! Ni siquiera sabía cómo había aguantado tanto tiempo sin pedirle un autógrafo. "Recuerda, Taehyung, autocontrol", se repitió, mordiéndose el labio inferior. La sola presencia de Jichul lo tenía con los nervios de punta, y el que Yoon Eunhye también estuviese allí, sentada al otro lado del salón de reuniones del lujoso hotel, sólo hacía temblar el poco dominio que tenía sobre sí mismo.
"El Príncipe del Café" aún seguía tatuado en su memoria como el primer drama que había visto en su niñez. El primero en el que había memorizado líneas y había interpretado una que otra escena, intentando lucir tan genial como Jichul había lucido en aquella época.
"Respira. Respira".
Dejando de lado sus alocados pensamientos de fanático, volvió la atención a donde Eunsook y el director, Lee Eungbok, seguían hablando.
―...Y como ya habrán notado con el grosor del guión, será un rodaje largo ― siguió explicando Eungbok, con gesto pensativo ―. Quizás unos seis o siete meses si somos prudentes. Los que ya han trabajado conmigo saben que me gusta abarcar las grabaciones a ritmo moderado, y mucho más aún si son las obras de arte de Eunsook-nim las que estoy adaptando.
Varios asintieron, mientras otros alcanzaron a sonreír. La mencionada sólo rió por lo bajo, negando ante sus francas palabras.
―Gracias por el cumplido, pero mis obras no serían nada sin tu trabajo ― comentó ella, regresando la vista al resto de actores en la habitación ―. Por mi parte, estaré en constante contacto con Eungbok ― comentó, apretando el grueso guión entre sus manos ―. Hagamos de esto un éxito, chicos.
―Demos lo mejor de nosotros para los meses venideros ― siguió el director, levantándose de su lugar ―. La semana que viene les estaremos pasando a sus correos el itinerario. También necesito que sus managers le pasen a mi equipo todos sus datos personales y fotocopias de los pasaportes ― recordó, palmeando sus manos―. Del resto, ¡muchas gracias por su asistencia!
La excitación recorría cada vena de su cuerpo, mientras todos a su alrededor se incorporaban de sus asientos, hablando con la persona próxima o yendo hacia donde el director se mantenía charlando junto a una sonriente Eunsook.
"Realmente quedé. De verdad voy a participar en una obra de Kim Eunsook". Advirtiendo cómo sus ojos se empañaban, alcanzó a bajar la mirada a su regazo, obligándose a calmar sus alteradas emociones.
Desde el día que, por llamada telefónica de la propia Kim Eunsook, le habían informado que había quedado seleccionado para personificar a Sung Yoonjin, su mente se había sumido en una especie de trance. Y mientras todos a su alrededor habían enloquecido luego de comentarles las buenas nuevas, él tan sólo había alcanzado a encerrarse en su apartamento durante todo ese fin de semana; rechazando las invitaciones de Jimin, Minho, y el resto de sus amigos, para quedarse dos días enteros encerrado en su habitación, estudiando sus dramas preferidos mientras personificaba las escenas más complicadas.
Necesitaba mejorar.
Así, en medio de su auto entrenamiento, alcanzó a reunirse docenas de veces con Seojoon y Hyungsik, en busca de tips y consejos que le ayudaran a sentirse más confiado de su actuación. A fin de cuentas, seguía siendo un novato.
Y cuando la primera reunión con Eunsook y el resto del elenco se dio, entendió que su reacción había sido la más acertada. Esa vez ni Jichul o Eunhye habían asistido, pero la sola mención de sus nombres y la presencia de tantos rostros reconocidos de la industria había más que suficiente para incitarlo a prepararse más arduamente si era posible.
Desde ese día, no sólo había asistido a capacitaciones para mejorar algunos problemas específicos que tenía a la hora de actuar y expresarse por medio de su cuerpo, sino que había terminado inscribiéndose en el gimnasio al que Jungkook y Seokjin asistían. Algo que odiaba, pero debía hacer.
Era ridículo recordarlo, pero no había llegado ni a la segunda semana cuando tiró la toalla.
Estar encerrado en un apestoso lugar, cumpliendo con una rutina que no le gustaba mientras su supuesto entrenador no hacía más que regañarlo, no era para él. Y al final, no pudo sentirse más alegre de su pronta decisión mientras recorría Namsan en bicicleta. Una actividad que había empezado a repetir fielmente todos los días de la semana, mientras que los sábados prefería ser un poco más extremo, haciendo senderismo en las montañas de Samcheong. A veces con Jimin, y otras -sus preferidas- completamente solo.
Solo...
Estar solo no era malo, como muchos creían.
En ese pequeño lapsus había aprendido más de sí mismo que en sus veinticinco años de vida. De ahí, su inesperado y vibrante amor al arte -y por Vicent Van Gogh- había nacido. También había desarrollado un interés muy grande por la fotografía, y al igual que Jungkook, había empezado a estudiar con tutoriales de Youtube y otras plataformas para mejorar las constantes capturas que tomaba de los paisajes que lo rodeaban.
En ese tiempo había comprendido lo mucho que le gustaban los paseos en bicicleta, y lo divertido que se volvían cuando eran en compañía de Heeyeon y sus miles de anécdotas que siempre lo hacían reír. Y ni hablar de la revelación más asombrosa del año: su loco amor por el inglés. A esas alturas, ya no sabía lo que era una noche de viernes sin los dramas de vaqueros y "Friends" -recomendación encarecida de Namjoon-, una de sus series favoritas por los momentos.
Desde su regreso de Daegu lo había estado intentando, pero fue después de la entrevista con Eunsook que lo vio claro.
La vida seguía.
Y bajo esas tres palabras había estado existiendo esos últimos meses. Mejorando sus habilidades, dedicándose largos períodos de tiempo para sí mismo, compartiendo con su familia y amigos... Y ahora, cuidando de la pequeña bola de pelos que Hobeom le había regalado.
Habían sido días pacíficos en los que no se había dado tiempo a pensar lo que conllevaba ser el actor principal en una serie colmada de las más famosas e increíbles figuras del entretenimiento. Una serie que ya estaba siendo catalogada por la industria como el futuro mayor éxito de la televisión.
Estaba participando en el proyecto más grande de Kim Eunsook, y recién ahora despertaba del largo trance en el que se había sumido dos meses atrás.
Exhalando con suavidad, se forzó a tranquilizarse. No quería verse nervioso o abrumado -que era como se sentía realmente- delante de los demás. Así que, haciendo un gran esfuerzo, plantó una sutil sonrisa en su rostro mientras se incorporaba de su asiento, advirtiendo cómo Siwon y Yoonah cruzaban miradas con él antes de acercarse a su lugar.
―Kim Taehyung, ¿cierto? ― sonrió el mayor, tendiéndole la mano ―. Soy malo con los nombres, pero recuerdo esa particular sonrisa tuya.
Asintiendo, tomó su mano. A Choi Siwon lo había conocido en persona en la primera reunión con Eunsook y su equipo. Era un hombre alto y guapo; reconocido como uno de los hombres más deseados de Corea, el más masculino, y a quién mejor le quedaba la barba, según Naver.
―Es bueno volverte a ver, Siwon-nim ― soltó torpemente, alcanzando a Yoonah con la mirada ―. También a ti, Noona. Uhm, ¿cómo están-?
Y sabía que estaba siendo un desastre cuando la suave risa de ella cortó sus palabras.
―Eres tan lindo, Taehyungie ― apuntó, acomodándose el cabello ―. Yo estoy bastante bien. Y ahora que sé que vamos a pasar seis meses trabajando juntos me siento mucho mejor ― confesó, suspirando ―. Ten mucho cuidado, Siwon; este chico está subiendo muy rápido en las encuestas de los actores jóvenes más guapos de Corea― bromeó, a lo que rápidamente negó ―. Ah, Taehyungie, de verdad estoy impaciente por ver qué clase de interpretación le darás al rol de Sung Yoonjin.
―¡Daré lo mejor de mí para que te guste, noona! ― respondió tan rápido y seguro, que la franca y gutural risa de Siwon llenó el recinto―. Si tengo que sangrar, lo haré.
Ahora no sólo era Siwon, sino también Yoonah quien reía abiertamente. Arrebolado, los observó con determinación, sabiendo que sus palabras habían sido más intensas que un "trabajaré duro", pero así era como se sentía. Se partiría el lomo si era necesario con tal de dar la mejor de sus actuaciones.
―Estos meses serán muy divertidos ― comentó el más alto, con un atisbo de sonrisa bailando en sus labios ―. Es más, deberíamos ser compañeros de habitación.
―Eso... Sería un honor, Siwon-nim ― murmuró, realmente impresionado de que alguien de su talla quisiera compartir cuarto con él.
El nombrado volvió a reír, negando.
―No seas tan formal ― aseveró ―. Con que me digas hyung está más que bien.
―¡Oh...! Eso...¿De verdad? ¡Gracias, hyung!
De esa manera, y con el pasar del tiempo, la conversación fue fluyendo de forma natural, atrayendo la atención de otros actores que se encontraban cerca. Y de repente, ya no eran sólo Siwon y Yoonah quienes lo rodeaban, sino también Jongsuk, Goeun y Kyungsoo. Justamente las cinco personas con las que compartiría más tiempo en cámara.
A esas alturas se sentía tan cómodo que, en medio de una charla intrascendental acerca de las escenas que más les habían gustado en sus anteriores dramas, no pudo evitar soltar una pregunta que hizo que todos se destornillaran de la risa.
―¡Eres demasiado lindo! ― exclamó Goeun, luciendo particularmente asombrada ―. ¿De verdad pensaste que la escena del río Han en "Dear Boy" era real?
―Adorable, adorable ― canturreó Yoonah.
―Lo bueno es que ahora vas a conocer mundo y entenderás cómo se las ingeniaron para que luciera real―comentó el más bajo, a lo que sintió la vergüenza llenar sus mejillas.
―Yah, Kyungsoo, no eres nada lindo.
Aún bromeando a costa suya, y ahora de Kyungsoo, siguieron hablando por un rato más, hasta que la presencia de Eungbok y Jichul cortó toda conversación. De inmediato, todos guardaron silencio, luciendo diversos grados de respeto y admiración para con Jichul.
―Me alegra ver que hicieron buenas migas ― comentó el mayor, desviando su atención a Jichul ―. Justamente estábamos hablando con el equipo del excelente grupo con el que trabajaremos. Creo que no podríamos estar más satisfechos, ¿verdad, Yoo?
―Totalmente de acuerdo ― sonrió ―. He tenido el placer de compartir set con algunos, y conozco el trabajo de la mayoría. Aquí lo que sobra es potencial, Eungbok-nim.
Sintiéndose en el aire, sonrió tontamente hacia Jichul, sintiéndose más y más entusiasmado por el momento en el que ambos tuviesen que trabajar codo a codo.
El suave carraspeo del director llamó su atención y la de los demás.
―Hemos estado hablando con sus managers, con el equipo de producción, y con los demás actores que cubrirán la historia de Yangmi. Lo más probable es que esté partiendo junto a ellos la semana próxima, ¿no, Eunsook-nim?
La mujer, quien se acercaba a ellos junto a Eunhye, alcanzó a asentir, terminando de ocupar un lugar al lado de Eungbok.
―Esta primera parte de la trama es mejor trabajarla de forma separada. A fin de cuentas, la historia de Yangmi y la de Yoonjin transcurren en diferentes lugares ― recordó, pensativa ―. ¿No tenemos un día exacto para la culminación, verdad?
―No. Pero estoy totalmente seguro que para principios de julio deberíamos tener listo el arco de Yangmi ― comentó, volviendo su mirada a ellos ―. Apenas estemos listos con las grabaciones en Nueva Zelanda, partiremos junto a ustedes para las grabaciones en Nueva York.
―Disculpe, Eunbook-nim, ¿pero cuánto tiempo tomarán las grabaciones en Nueva York? ― interrumpió Siwon, luciendo algo preocupado. El mayor pestañeó rápidamente, antes de rascarse la nuca por segundos, abstraído.
―Quizás un mes― terminó por decir, y él no pudo menos que sentirse aliviado. Sus padres se harían cargo de Yeontan mientras él estuviese fuera de Corea, ya habían hablado de ello, pero aún así... No quería separarse de él por mucho tiempo.
―Oh... Por la cantidad de escenas pensé que serían dos semanas a más tardar ― comentó Goeun, extrañada.
Eungbok volvió a sacarlos de las dudas.
―Me gusta que saques eso a relucir ― comentó, entusiasmado ―. Justo estaba comentándole a sus managers el porqué extenderemos las dos semanas de grabación a un mes. Y la razón es porque anexaremos las prácticas en las primeras dos semanas ― oh, eso sí que no se lo esperaba. Él pensó que tendrían las prácticas ese mismo mes... ―. Mi idea desde un principio era que tuviesen todas sus capacitaciones antes de viajar, pero la persona que les va a enseñar sólo tiene disponibilidad para julio.
―Él fue mi inspiración al escribir sobre los movimientos y la vida de Yoonjin en las calles― agregó rápidamente Eunsook, sonriendo ―. Lamento que sea así. Creo que a todos nos hubiese gustado que las prácticas hubiesen sido este mismo mes, pero... él es la única persona en la que puedo confiar para esto.
Entendiendo la importancia que le daba la propia Eunsook al que sería su mentor, ninguno se atrevió a decir nada. A fin de cuentas, ella ya llevaba dos grandes éxitos bajo la manga; así que si no tenía mayor problema en darles un margen tan estrecho para prepararse era porque estaba confiada, no sólo en las habilidades del maestro, sino en las habilidades de todos ellos.
"Bueno, ya he tomado clases de equitación y de danza con espadas. ¿Qué tan difícil puede ser aprender algo de baile urbano...?" se preguntó, mientras atendía con interés las últimas palabras de los mayores.
Apenas llegara al apartamento llamaría a Jimin. No le gustaba. Jimin era terrible enseñando. Pero era él o Jeonghwa; y aunque le doliese admitirlo, prefería ser regañado a cada segundo por Jimin que terminar jugando videojuegos junto Jeonghwa.
Ese papel era lo más importante que tenía ahora mismo en su vida, y como tal, debía darle el peso que merecía.
Con eso en mente, se despidió de sus nuevos amigos con una sonrisa e hizo varias venias a los mayores, alcanzando a Hobeom en la puerta antes de encaminarse a los ascensores, dejando el trabajo de lado mientras hablaban de Yeontan y su manía de dejar regalitos en cada rincón de su hogar.
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Tuve que llevar el capítulo a borrador cuz lo releí y estaba HORRIBLE. Más nunca vuelvo a subir algo sin corregir 😩
¡Gracias por los 20k, son un amor!