Acompañada de su asesor Takeda Ichiro, se adentraron en la gran empresa Akatoki. Todos los que pasaban se quedaban admirados por el pelirrojo que acompañaba a Kyoko, él estaba vestido con un traje impecable y disponía de una postura llena de seguridad y distinción, por otro lado, Kyoko vestía como siempre, ordenada y modesta. Como se esperaba, un chico indeseable hacía su aparición.
- ¿A quién tenemos aquí? ¿La desempleada del momento? – Fuwa Sho con unos pantalones de cuero y un conjunto oscuro se interponía entre los dos.
En secreto Fuwa estaba preocupado por Kyoko y de corazón quería saber cómo se encontraba, pero su segundo de humildad se esfumó cuando la vio. Ella vestía unas tiernas botas y su falda de siempre. Tenía el semblante fresco y una pequeña sonrisa se podía dibujar en su rostro, al lado de ese hombre desconocido. De inmediato se enfureció, ese pelirrojo estaba muy cerca de ella.
-Shotaro...- de inmediato una oleada de demonios salían de su cuerpo, con una sed de sangre, en ese momento Takeda toca el hombro de Kyoko interrumpiendo su ritual
-Mogami-san ¿te está molestando? - con un tono muy serio, se dirigía a Fuwa Sho lleno de desconfianza
- ¡¿Y tú quién eres?!- Shotaro miraba desafiante a Takeda
-Soy Takeda Ichiro, el asesor de Mogami Kyoko, agradecería que nos dejara pasar, no queremos problemas- se sintió una gran presión en el aire, de alguna forma sus palabras estaban llenas de autoridad y al pronunciarlas dejaba muy pequeño al niño malcriado.
- ¡Tsk! - Fuwa daba media vuelta y se alejaba malhumorado de la escena.
Kyoko quedó impresionada, por primera vez veía que Shotaro se alejara tan rápido después de molestarla.
-uf, parece que ahora huele un poco mejor- Takeda soltó una de sus tantas bromas y Kyoko no pudo evitar reírse - ¿Sigamos? - ambos caminaron hasta la oficina de la presidenta.
Cappellini Natsue era una mujer de unos 55 años. Su pelo era café opaco tomado en una cola y disponía de unos poderosos ojos color oliva. Su piel, aunque algo arrugada aún mantenía asida su elegante postura y sus pronunciados pómulos. Era descendiente italiana-japonesa.
-Un gusto conocerla Mogami-san
-Lo mismo digo Cappellini-san- Kyoko estaba algo nerviosa por presentarse ante alguien del cual dependía su carrera, se inclinó como es debido
-Tanto tiempo Ichiro-kun ¿Cómo va todo? - Kyoko se incorporó rápidamente mirando extrañada la confianza de Cappellini con su asesor.
-Muy bien gracias, lamento no haber podido venir hace un mes, estaba algo ocupado
- ¿Ocupado con los elefantes de Lory?
- ¿Aún se acuerda de eso? Ja ja
-Mogami-san, Lory y yo somos amigos, y como no hay un mejor abogado que Ichiro-kun, a veces nos peleamos por sus servicios. Una vez pasó que Lory tuvo problemas con unos elefantes en la aduana, pasaba que no estaban registrados, casi lo arrestan ¿no es así? - La presidenta le explicaba educadamente a Kyoko lo que pasaba
- ¿Elefantes? - Kyoko no pudo evitar soltar una pequeña risa, lo que hizo que se relajara todo su cuerpo
- Así es, gracias a ese incidente no pude venir a hacer unos papeleos para Cappellini-san
- Me puedo imaginar eso
Los tres se sentaron en la oficina. En vez de portentosos adornos, se hallaba una decoración sobria y de buen gusto. Dentro de la reunión de ingreso para Kyoko se hablaron diversas cosas. Entre ellas el misterioso despido que tuvo, tanto Cappellini como Takeda sabían todo lo que pasaba por lo que dejaron el tema con rapidez.
-Muchas gracias por querer integrarte a nuestra compañía- la presidenta estaba muy satisfecha que ella misma haya solicitado ingresar, incluso cuando sus directivos ya tenían la invitación para ella prácticamente en el buzón.
-Mi clienta Mogami tiene algunas dudas respecto a su centro de educación actoral
-Ah, por supuesto- Cappellini saca desde su gafete un folleto, entregándoselo a Kyoko- Tiene un costo parecido al de LME, más que nada consideramos la capacitación para los novatos...- Kyoko puso una cara azul, si tenía el mismo costo, definitivamente no podría entrar.
- ¿Hay algunas becas que se puedan optar para Mogami?
La presidenta se reclinó sobre su asiento, tratando de pensar. No había llegado como presidenta dando beneficios o becas, si no, asiéndose firmemente con la demanda y el capitalismo. Pero se acordó de la charla que tuvo con Lory sobre Kyoko, en donde le había pedido que cuidara de su pequeña niña.
-Según tengo entendido que Mogami-san está trabajando en un drama y estoy segura que conseguirá otro papel, lamentablemente los ingresos se reparten, entre el sueldo de Mogami, con su futuro mánager... gastos de la empresa...- de repente sonríe de forma maliciosa, su ampolleta se había prendido de manera inesperada- tenemos una beca, muy especial, contamos con beneficios académicos para las estrellas emergentes... puedes optar al beneficio "Catastrófico"
- ¿Catastrófico?... - la chica abre sus ojos de par en par
-Sí, más que nada, aparte de los papeles que interpretarás en doramas, estamos algo escasos de actores de nivel en las películas independientes
- ¿Quiere que Mogami participe en ellas? - Takeda mira extrañado, había investigado a la empresa y sabía que no existía ese programa
-Así es, si aceptas Mogami-san, podrás unirte a nuestro programa de actuación, ¿Qué dices?
Toda esa información hacía que los ojos de Kyoko se iluminaran de gran manera. No estaba muy al corriente de las películas independientes, pero con tan sólo escuchar la palabra "película" imaginó una gran producción, una sala llena de efectos especiales, a Leonardo Di Caprio recibiendo un óscar y una multitud entrando al cine, emocionándose y aplaudiendo en un gran auditorio.
- ¿Mogami-san?... esto... ¿Mogami-san...? - Takeda llamaba a su representada mientras esta rondaba en otro mundo
- ¡Acepto! Me encantaría participar en su programa
- Me alegro Mogami, será una buena experiencia para ti.
Luego de esa larga reunión ambos salían de la oficina de la presidenta.
- Mogami-san, está bien que seas entusiasta, pero tienes que aprender a desconfiar de las personas
- ¿Por qué lo dice?
-No sabemos mucho del programa "Catastrófico", además el nombre no da mucha confianza que digamos.
-Ay, Takeda-san... de seguro va a salir todo bien. No se preocupe.
Cuando salían de la Akatoki, alguien los estaba esperando. Ren junto a Yahiro estaban ansiosos de cómo le iría a Kyoko. Además, Ren quería vigilar al asesor, si bien, no se había propasado no se sentía cómodo con él.
-T-Tsuruga-san
- Hola, Mogami-san ¿cómo les fue en la reunión?
Takeda se disculpó excusándose que tenía cosas que hacer. Aunque su cara no lo demostraba, ya que para ser un buen abogado no hay que dar indicios de debilidad, sabía que su presencia no era grata para el actor. Además, de verdad tenía que hacer.
Ren invitó a Kyoko a una cafetería para poder hablar de todas las cosas que habían pasado en la reunión, Yahiro inventó de que tenía cosas que hacer para que quedaran solos, por supuesto lo dijo cuando Kyoko ya había aceptado la propuesta para que no se echara para atrás.
Cuando llegaron a la cafetería la chica se admiró de lo lujosa que era.
"No me extraña que Ren pase por aquí a menudo"
Era perfecta, estaba rodeada de plantas con un toque campestre. Estaba compuesta por dos pisos, en donde en cada uno se encontraba una pequeña sección de librería. Subieron al segundo piso para sentarse en una mesa con una linda vista al parque, estilo japonés. Ya que, en la ciudad, cada ciertos metros se puede encontrar un pequeño paraíso entre la selva de cemento.
Kyoko estaba tranquila hasta que empezó a analizar la situación.
"Estoy sola... ¡con Tsuruga-san! ¡¿Yahiro-san, por qué tenías que hacer cosas a última hora?! Además, no estamos actuando ni nada, sólo soy yo... con él... ¡Esto definitivamente no cuenta como una cita!
- ¿Conociste a la directora?
- Sí... es muy simpática. Me sentí un poco feliz cuando me aceptó con rapidez en su agencia...
- Es normal Mogami-san, si tú formas parte de Akatoki aumentará su prestigio.
- ¿Lo crees?
Ren después de disimular su sonrisa, le indicó a Kyoko que seleccionara en su menú que quería comer. El lugar era muy tecnológico, así que sólo había que elegir las cosas que salían en la Tablet. Kyoko repasaba velozmente con los ojos en blanco, todo era carísimo, además de la "invitación", que al ser invitación se suponía que no tendría que pagar, no quería ser un gasto. Ren se dio cuenta de ello, así que algo enfadado la detuvo.
- Por favor, elige lo que quieras ¿está bien? – Kyoko se quedó en silencio, un tanto avergonzada de que él se diera cuenta- por cierto, hay un café que se llama "café real" ¿no te gustaría probarlo?
Los ojos de Kyoko se iluminaron, así que ignorando su precio se dispuso a seleccionarlo, además de un pequeño pastel de fresa. Ren por su parte eligió un capuchino simple y unas galletas dulces para acompañar. Al cabo de unos pocos minutos su orden ya estaba en la mesa y ambos se dispusieron a degustar.
-Está... tan rico...- se podía dilucidar montones de flores saliendo de los ojos de Kyoko
-Me alegro mucho... Mogami-san- los ojos del chico disfrutaban de la hermosa vista de su amada y de su simpleza. Kyoko se puso nerviosa cuando ambas miradas se toparon
-Gracias por la invitación, esto... es primera vez que vengo a un lugar así
-De vez en cuando me gusta pasear por acá, tiene un estilo occidental muy familiar. Y..., me gustaría... preguntarte algo
- ¿Sí?
- ¿No te molestó alguien cuando llegaste a la agencia?- remarcó con la palabra "alguien" con cautela
-Ah... sí... Shotaro se apreció, pero no se preocupe Takeda-san lo corrió, es increíble
-Ya veo
"Otra vez ese abogadito..."
De un momento a otro Ren se inclina hacia Kyoko, robando la frambuesa que decoraba su pastel.
- ¡Tsuruga-san! ¡Eso no se hace!
- ¿Acaso no te gusta verme comer? - con una sonrisa molesta, Kyoko estaba sumamente confundida, su humor había cambiado, pensaba que no se enojaría ya que Shotaro no la molestó, pero de hecho estaba enfadado de que él no la había rescatado del demonio de mil cabezas.
Ren se relamió los labios dejando a una Kyoko hipnotizada.
-¿Quieres probar?
-¡T-Tsuruga-san playboy!
- No te enfades, lo siento, hace tiempo que no probaba las fresas
- yo tampoco...
- entonces si quieres prob-
-¡NO!
Después de su pequeña discusión tocaron diversos temas, sobre la colegiatura tanto de su curso como de actuación. Estuvieron bastante tiempo divagando, cuando Ren recibió una llamada.
-¿Ren?... ¿Por qué no has llegado aún...?- Yahiro al otro lado del teléfono estaba nervioso y algo curioso
-Se me había olvidado la grabación...
Kyoko se sentía culpable de haberlo robado por tanto tiempo, pero lo que había pasado, era que ambos no se habían dado cuenta de cómo el tiempo pasó tan rápido, cómo ese sol se movía velozmente entre el cielo matando los escasos segundos que podían compartir juntos.
"Si tan sólo el tiempo se congelara..."
La chica dio un pequeño suspiro y se paró de la mesa abruptamente.
-No quieres llegar tarde, ¿no es así? – Ren irrumpido por su el extraño espíritu, se remeció- Tsuruga-san, vámonos. De todas formas, ya no soy tu kohai así que no es necesario que me aconsejes más, gracias.
Con un forzado apago de ojos Kyoko rompía el delicado hilo de senpai contra kohai. Él llevado por la determinación de palabras le devolvió la sonrisa, cerrando el trato.
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Muchas gracias por leer esta historia *v*)/! <3 He estado ocupada con algunas cosas, pero intentaré avanzar cuando me de el tiempo~