Capítulo 32 - Secreto a voces

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El rodaje de la nueva película iba bien, lo mejor de todo es que Rui y Michael estaban a cargo de dirigir, por un lado, se apoyaba el dramatismo y por el otro el romance.

—¡Necesitamos desesperación! ¡Sangre! — gritaba Rui en medio de una escena

—¿Podrían verse por más segundos?, cámara 6, enfoca los ojos de Lord Jonhson

Ambos dirigían las grabaciones, cada vez eran más intensas y agotadoras, Kyoko y Ren estaban llegando a su límite por las grabaciones.

—Nunca había ensayado tanto...— Kyoko estaba recostada en un sillón, mirando indiferente su móvil

—Es cierto, la exigencia que ambos tienen me abruma un poco, nunca me había pedido que rehiciera una escena tantas veces...— Ren por su parte bebía su botella de agua purificada

—No creo que podamos tener una pequeña cita, con las grabaciones tan pegadas unas de las otras...— se lamentaba la chica

—Ah, no te preocupes, sólo un poco de tiempo más...

—Es cierto, se me olvidó decirte, mi antigua mánager ya dio a luz a una dulce niña... mira, lo subió a su estado — la pelirroja le mostraba su móvil entusiasmada

—Que bueno, se ve bien la bebé

—Así es, le pondrán Sakura... Ah... debe ser muy lindo estar en esa etapa de la vida

Ren se quedó por un momento observando a la chica, ella se dio cuenta y lo miró avergonzada.

—Quiero decir, a su debido tiempo... Ahora tengo otras cosas que hacer, no es como si yo quisiera un bebé ajajaja, aún soy muy joven

—Más adelante tengamos un hijo ¿Qué te parece?

— ¡AAH! ¡Ren! ¡No lo digas así!

—¿Eh? ¿Cómo así?

La chica estaba completamente roja, a veces Ren decía cosas tan serias de la manera más despreocupada posible, eso le gustaba, pero a veces le irritaba también. Su mirada no mostraba alguna pizca de duda.

—Recuerda que estamos saliendo en secreto...

—Ah... que aburrido... — Ren se estiraba en si sillón, refunfuñando

Así pasaron los meses, hasta que por fin se terminó la película y se hizo oficial.

P E L Í C U L A: Años de oro

La chica corría llorando entre un montón de nieve, se subió al barco con la ropa desgastada y su nariz roja. De su maleta apenas contenía las cosas básicas para vestirse, no tenía nada para alimentarse. Su mayordomo estaba esperándola en el barco.

—Princesa Anna... ¿Se encuentra bien?

La chica estaba agitada, después de lo que había pasado en el palacio y de haber vistos tantas cosas horribles aún no podía hablar por el impacto, la chica tan sólo atinó a asentir.

En el largo viaje a Estados Unidos en donde estaría a salvo rememoraba lo ocurrido, la persona con quien estaba comprometida, el joven lord Hoods le había jurado amor eterno, a la vez que mataba a toda su familia, queriéndola incluir también, la rebelión de su mismo pueblo y del amor de su vida la hacían sentirse vacía.

Era la primera vez que había experimentado el amor, pero a la vez la misma desesperación. Su expresión no mostraba empatía, todo lo encontraba efímero y una farsa, no podía volver a confiar en nadie más. Después de tantas lágrimas derramadas su alma no encontraba salvación alguna, tampoco una creencia a la cual aferrarse.

Estás despedida! [Skip Beat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora