The New Heartbreaker | DISPON...

isnotcandy tarafından

4.7M 313K 183K

PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA HEARTBREAKERS. YA DISPONIBLE EN LIBRERÍAS. (La version disponible en Wattpad es... Daha Fazla

THE NEW HEARTBREAKER EN LIBRERÍAS!
Prefacio.
Prólogo.
1. Adiós y hola.
2. ¿Te tocó?
3. Tus panqueques están envenenados.
4. ¡Sin gorrito no hay fiesta!
5. Lo que realmente quiere Stefan Fleming.
6. Seth tiene novia.
7. ¿Qué te parecería...?
8. Así que... ¿sabes cómo seducir a un hombre?
9. Espero que la sorpresa sean strippers.
10. Hablando de ansiedad.
11. La pirámide social.
12. Te quiero.
13. El plan de los chicos.
14. El dilema de Tyler y Stefan.
15. El pasado vuelve de golpe.
16. ¿Quién es Liam?
17. Al fondo de la biblioteca.
18. Este año va a ser divertido.
19. Adicciones.
20. La mejor cura para olvidar.
21. El final de algo nuevo.
22. La señora Van Lexer.
23. La dura convivencia en lo desconocido.
24. Entre cielos y estrellas.
25. Ganas de besos.
26. Parejas poco eficientes.
27. Promesas que no van a cumplirse.
28. Adiós, tía Stell.
29. Mi mala influencia.
30. Winter Dunne.
31. No hay lugar como tu hogar.
32. Mejores amigos.
33. ¿Tan ridículos seremos?
34. La policía siempre es un lindo detalle.
35. Será perfecto.
36. Feliz navidad, Quinn
37. Entre infieles se entienden
38. Zack Gallagher
39. Rompecorazones
40. El océano y besos
41. Alison
43. Todos merecen ser felices
44. Ley de hermanos
45. ¿En quién confiar?
46. La confianza es esencial.
47. La tranquilidad dura un instante.
48. Max sabe lo que hace.
49. El secreto entre Liam y Tyler.
50. Insoportable
51. Problemas a solucionar.
52. Los planes de Quinn.
53. No quieres saberlo.
54. Si no es ahora, ¿cuando?
55. Cayendo por ti.
56. Así fue como termino todo.
57. Que la vida nunca nos vuelva a cruzar.
Epílogo.
The Same Heartbreaker (2)
Agradecimientos.
LA CONQUISTA.

42. Efectos colaterales

67.6K 4.7K 2.6K
isnotcandy tarafından

No te olvides de votar y comentar!


42 | Efectos colaterales.

—¡Lagarto, si no sales ahora mismo, juro que me voy sin ti! —vocifera la inconfundible voz de Seth afuera de mi habitación. Termino de abotonarme la camisa lo más rápido que puedo sin perderme algunos botones.

—¡Ya voy!

Siempre tenemos quejas de los vecinos por nuestros gritos. No me sorprendería que un día de estos nos llegue una orden de desalojo. Tomo mi blazer y mi bolso. Ni siquiera tengo tiempo de verme en el espejo. Lamentablemente, ya pasé por veces en las que Seth decidió dejar de esperar e irse por su cuenta. Aprendí que tomar un Uber hasta Everdeen es demasiado costoso. Salgo corriendo de mi habitación y lo encuentro sentado en su «Silla Huevo» mientras termina de escribir unas cosas en su cuaderno.

—¿Lista? —pregunta sin alzar la mirada.

—Sí, vamos.

Seth guarda sus cosas y se quita las gafas. Grita un «Adiós, Rick» que me juro hace temblar el suelo. Repito, van a corrernos del edificio. Cierra la puerta y yo me adelanto a presionar el botón del elevador. Una vez adentro, tengo tiempo de revisar mi moribundo aspecto en la cámara frontal de mi celular. Es el primer día de clases después de las vacaciones de Navidad Olvidé lo que es despertarme tan temprano.

—¿Vas a viajar a Portland? —pregunta Seth una vez que las puertas se abren y entramos en el estacionamiento.

Suspiro al recordarlo. Papá me llamó hace tres días, invitándome a pasar un fin de semana en Portland. Suena como una locura dado a mi fuerte y enfermiza relación con Natalie, pero me prometió que ella va a estar en un supuesto viaje de trabajo en Boston, así que podría ir y pasar tiempo con él sin tener que preocuparme por mamá.

Hoy es lunes y tengo hasta el jueves para pensarlo. No quiero presiones como esta.

—No lo sé —suspiro. ¿Quiero ver a papá? Por supuesto. Desde que me dijo que él y Natalie no están bien, estoy preocupada por cómo estará. Sé que ella se la pasa viajando y estar solo en casa no debe hacerle bien. La parte que me está tirando a decir no es fácil: tengo miedo de volver.

—Deberías ir, Lagarto —sugiere Seth. Presiona un botón en sus llaves y el auto hace un tintineo de luces. Abro la puerta del asiento delantero.

—No lo sé —repito.

—Tus neuronas no están funcionando ahora mismo; si estuvieras pensándolo bien, irías sin dudar. Es tu padre —sentencia. Hace rugir el motor y en nada estamos en la calle.

No respondo y Seth no agrega nada más, sino que sube el volumen de la música para ahogar la conversación. Tenemos el mismo gusto musical, por lo que no hay ningún problema. Me despierta escuchar a Seth cantar a todo pulmón las canciones que se sabe de memoria mientras golpea el volante. Cuando llegamos, se detiene en la puerta y frena bruscamente a propósito. Seguro para asustar al Porsche de atrás.

—Que tengas un lindo día —me saluda y me bajo del auto. Una brisa fresca me golpea apenas pongo un pie afuera. Ajusto mi blazer y la coleta que me hice hace unos minutos en el auto. Al menos, disimula un poco el nido de pájaros que llevo hoy. No está tan mal.

Camino hacia la entrada, mientras mentalmente voy maldiciendo que es momento de volver a la realidad.

—¡Buenos días! —exclama una voz animada, interrumpiendo mis pensamientos. Volteo y encuentro a Aggie. Saluda con su mano a su chofer y se acerca a mí.

—Buenos días—respondo.

Luego de Nueva York, Aggie acompañó a sus padres a París por una cosa de negocios. No nos hemos visto desde la despedida en el aeropuerto cuando yo volvía a Miami y ella se iba al otro lado del mundo.

—Nuevo año, nuevas energías —declara con una sonrisa.

—Eso espero —murmuro. Muchas cosas horribles pasaron el año pasado. Fue una tras otra como cascada que nunca se detiene. Lo único que puedo rescatar es... Las nuevas amistades que hice aquí. El resto puede irse al demonio.

Aggie me cuenta sobre su viaje mientras entramos junto al resto de los estudiantes de Everdeen.

—¡Ah! Casi lo olvido —exclama—. Te compré un regalo.

—No deberías haberlo hecho, Aggie —respondo dándole una mirada.

—¡Claro que sí! Lo vi y pensé en ti —afirma—. ¿Qué te parece si esta tarde Riley, tú y yo vamos a mi casa? También compré algo para ella.

Elevo mis cejas con sorpresa al oír el nombre de Riley que nos trajo uno que otro problema en Nueva York y estuvo todas las vacaciones con mi exnovio. ¿Cómo olvidar eso? No la veo hace una semana. Realmente, con el único que estuve viéndome es con Liam.

—¿Se le pasó la locura? —interrogo. Todavía no sé cómo tomarme las noticias. No me importa con quién está o no Zack en lo más mínimo, pero ella sabía que era mi ex y parte de mí sabe que lo hizo en un intento fallido de venganza. Eso no me cae bien.

—Eso espero. —Exhala aire en un largo y pesado suspiro—. Ha estado... demasiado rara estas últimas semanas.

—¿Se te ocurre qué puede ser? —le pregunto.

—Sí... —responde al cabo de unos momentos en los que caminamos hacia nuestros casilleros. Aún faltan quince minutos para la primera clase—. La conozco desde que éramos niñas. Es evidente. Te envidia.

Si estuviera bebiendo algo, me ahogaría. Parpadeo con sorpresa. Debe estar bromeando, pero no, el rostro de Aggie me hace saber que no es chiste.

—¿Me envidia? —repito. Decirlo suena raro. Cuando la conocí, recuerdo haber sentido envidia porque, a mis ojos, Riley era perfecta y todo lo que yo no—. ¿Por qué?

—Es una respuesta simple, Gatita —contesta con una sonrisa cómplice.

Por Liam. Por más que era evidente en mi cabeza, saber que Aggie piensa lo mismo solo lo vuelve peor.

—Pero no estamos juntos. Somos amigos —sacudo mi cabeza.

—Amigos que se acuestan juntos, que se celan, que se llaman por apodos empalagosos... Y vaya Dios a saber qué más hacen porque pasan todo el tiempo juntos —eleva sus cejas.

Aclaro mi garganta.

—Liam no siente nada por mí que no sea amistad, no tiene por qué sentirse celosa —respondo mientras Aggie saca sus cosas de su casillero. Me apoyo en el de al lado.

—¿Y tú? —pregunta y voltea hacia mí con una mirada acusadora.

Respiro hondo.

—Somos amigos. Solo eso. No siento nada más —respondo.

Aunque vuelvo a preguntármelo internamente. ¿De verdad no siento nada por Liam? Las cosas son raras con él y al mismo tiempo no. Cuando estoy junto a él es como si recuperara esa chispa que pensé haber perdido hace tiempo. De cierta forma, siento que me impulsa a ser la mejor versión de mí misma.

Es bueno, y al mismo tiempo me aterra por lo que podría significar.

—Lo que tú quieras pensar, Quinnie. La primera fase es de negación —canturrea con diversión a lo que niego con la cabeza—. Nos vemos en el almuerzo.

Se gira y continúa su camino hacia su clase. Compruebo la hora. Faltan cinco minutos para que el timbre suene y mi clase de Química con el profesor Anderson y el enigmático Key Michaels, mi compañero de laboratorio, comience. He llegado tarde tantas veces el año pasado que seguir haciéndolo ya no me tienta.

Una vez en el salón, noto de reojo a Emily Murph, la pelirroja que está perdidamente enamorada de Liam, estuvo con Tyler, odia a Aggie y creo que jura matarme, no lo recuerdo.

—Buenos días, Key —saludo al encontrarlo en nuestro lugar de siempre. Tiene la mirada puesta en su celular y su cabello rubio alborotado esconde sus ojos verdes. Key es... atractivo de una manera diferente. No es solo por su rostro sino por el aura misteriosa que lo rodea. Me pregunto si tendrá novia porque no debe ser difícil encontrar a alguien.

—Hola, Meyer —contesta desanimado sin siquiera verme. Por lo menos me saluda, voy a tomarlo como una victoria. Saco mis libros y los dejo sobre la mesa que compartimos.

—¿Qué tal tus vacaciones? —pregunto intentando entablar una conversación. No espero una respuesta realmente.

—Bien —eleva su cabeza. Sus electrizantes ojos grises encuentran los míos. Me sorprende que me hable y haga contacto visual. Esto es definitivamente un paso grande en nuestra relación de compañeros de clase.

—¿Viajaste a algún lado? —pregunto sintiendo que me estoy atreviendo demasiado. ¿Debería grabar este momento?

—Los Ángeles —responde y continúa dejándome en pleno asombro. Intento ocultar mi sonrisa lo mejor que puedo—. ¿Tú?

¿Acaba de preguntarme algo que no tiene relación con Química? ¿Por interés?

—Nueva York —respondo contenta.

—Veo que te han incluido en sus viajes —comenta en un tono amargado.

—Son... mis amigos —me alzo de hombros.

Murmura un extraño «hm» como si no me creyera y baja la mirada a su celular. Doy por zanjada la conversación. Fue buena mientras duró.

En un impulso de curiosidad, desvío mis ojos y logro ver que está intercambiando mensajes con alguien. ¿Quién tendrá ganas de conversar a esta hora de la mañana? ¿Será su novia? No alcanzo a leer el nombre de la otra persona. El timbre suena y el profesor Anderson entra como un flash. Cierra la puerta tras él con fuerza. Solo falta que le ponga un candado.

***

Después de mi clase de Literatura, tengo un periodo libre. Decido pasarlo en el patio ya que el clima es perfecto para estar afuera. Hoy traje un libro conmigo, sabiendo que iba a tener este tiempo libre antes del almuerzo. Me siento en una de las bancas vacías cerca de las puertas que llevan al corredor principal. Debo llevar quince minutos de lectura cuando escucho las puertas abrirse bruscamente. Subo la cabeza y abro mis ojos con sorpresa cuando veo que es nadie más que Liam. Se acerca rápidamente a mí. Me levanto de mi lugar casi de un salto. Su cara preocupada me hace saber que sea lo que sea que vaya a decirme, son problemas.

Camino hacia él para encontrarnos en el medio.

—Quinnie, hice todo lo que pude, pero no pude detenerlo —suelta rápido y mira por encima de su hombro. Frunzo el ceño, ¿detener a quién?

Segundos después, Tyler llega hacia nosotros caminando apresurado y luciendo más enfadado que nunca. No hace falta que diga nada, tengo una muy buena idea de por qué está así. Presentía que era cuestión de tiempo, como también esperaba que no sucediera nada.

—Liam, largo —ordena Tyler sin quitar sus ojos de mí. Si las miradas pudieran matar, ya estaría metros bajo el suelo.

—No me iré a ningún lado —declara Liam.

—Vamos —pido mirando a Tyler. ¿Quiere hacer esto? Bueno. Lo hagamos, pero no con público para quedar en la boca de todos. Hay un par de personas sentadas en mesas de alrededor que ahora nos están observando con mucha curiosidad.

—Quinn —advierte él.

—Dije vamos. No aquí —hablo esta vez más alto. Camino junto a Tyler y Liam pisándome los talones.

Respiro hondo, empezando a sentir los nervios arremolinarse en mi estómago. ¿Qué le diré? Esperaba que Alison sepa callarse. ¿Por qué sigo esperando cosas de esa chica? Era obvio que con tal de arruinar mi amistad con Tyler fue a llorarle y exagerar cada una de mis palabras. Una vez que estamos alejados de todos, Tyler empieza a hablar sin guardarse nada.

—¿Por qué le hiciste eso a mi hermana? —interroga con rabia y aprieta su mandíbula.

Me mira de esa manera y me hace sentir como si fuera una basura que tienen que sacar del lugar. Su tono me hace temblar y replantearme todo de un chasquido. ¿Tal vez le dije demasiadas cosas? ¿Debería haber hecho eso realmente? ¿Alison se lo merecía de verdad? ¿O era mi deseo de hacerla sentir mal?

—Tyler... Yo... —titubeo, confundida conmigo misma.

—«Tyler» nada —gruñe y niega con la cabeza—. La lastimaste. ¿Quién te crees para decirle todo eso?

—Ella lastimó a mi hermano. No sé qué te dijo que pasó, pero solamente hablamos —respondo.

Pasa una mano por su cabello, claramente frustrado. Por favor, Tyler. Tienes que creerme.

—Alison es la única hermana que tengo. La única persona en mi mundo, mi única familia. Cuando todo se desmorona, ella siempre está —agrega, logrando que sienta una horrible presión en el pecho que tiene gusto a culpa—. Ahora no puedo ni siquiera hablarle porque se niega a salir de su habitación. Todo por tu culpa. No está bien lo que hiciste, Quinn. Tú... ¿Y a ti que te importan los problemas de tu hermano? Solo querías desquitarte con alguien.

—Eso no es cierto, Tyler —aprieto mis labios para no estallar en lágrimas—. Sí me importa mi hermano. ¡Y no fui yo la que la arruinó! Tu hermana ya estaba mal porque Scott la dejó y está buscando culpables porque no quiere ver la verdad. Ella es la única que tiene la culpa por como está.

Tyler bufa sin creerme.

—¿Eso te daba el derecho para decirle lo que le dijiste a mi hermana?

—Sé que estuve mal, pero... Si tú hubieses estado en mi lugar...

—¡Si yo hubiese estado en tu lugar, en vez de atacar a todo el mundo, habría estado para mi hermano! —exclama perdiendo la tranquilidad. Retrocedo un paso—. Tú solo quieres dañar a la gente y buscas excusas desesperadamente. Eso es lo que las personas tóxicas hacen, ¿no te diste cuenta lo que eres? No me sorprende, aprendiste todo del mejor —clava sus ojos en Liam.

Parpadeo sorprendida. ¿Qué tiene que ver Liam con todo esto?

—Tyler —digo empezando a enojarme—. Tú hermana no es quien tú crees que es y te está manipulando para que me odies. Le dije lo que le dije y, honestamente, se merecía mucho más. No intentes defenderla.

Tyler tensiona su mandíbula.

—¿Se merecía más? ¿Quién crees que eres para decir qué se merece quién? —bufa casi sarcástico—. Eres una...

—Ni lo pienses —declara Liam y se pone delante de mí tan rápido que me cuesta procesar lo que está pasando.

Oh, no. Por favor, no.

—¿Vas a defenderla? —espeta cargado de indignación—. No sé por qué demonios no me sorprende. Después de todo, ustedes son «mejores amigos», ¿verdad? No me sorprendería que estuvieses tirándotela cuando seguía conmigo.

Esto se está saliendo de control. Me muevo a un costado para poder mirar a Tyler mejor.

—Tyler, sabes que nunca te haría eso —responde Liam intentando mantener la calma—. Me dijiste que querías hablar con ella, no atacarla así. Tienes que calmarte.

—¿Que me calme? ¿Estás pidiéndome que me calme? Si fuera una de tus hermanas, estarías tirando abajo la ciudad —vocifera—. Yo... No puedo creerte, Liam. Tú más que nadie debería entenderme en esta situación. ¿Por qué te pones de su lado?

Liam se queda en silencio.

—Tyler... —murmuro sin remedio porque me interrumpe.

—Mi supuesto hermano me ha dado la espalda, ¿qué más falta? —Suelta y eleva sus brazos—. No me digas que te has enamorado, Hamilton. Dios mío, qué ridículo es esto. Parece que no recuerdas nuestra pequeña conversación de hace unos meses.

Mi corazón se detiene por un segundo. ¿Enamorado? Está bromeando.

—Tyler, basta —masculla Liam—. Estás diciendo cosas sin pensarlas bien y vas a arrepentirte.

—Es simple, Liam —Tyler se alza de hombros—. Quinn o yo. Claramente te cuesta tenernos a los dos si vas a ponerte en su lugar siempre por más que no tenga razón.

—Tyler no hagas esto —suplico. Una lágrima se escapa de mis ojos.

Por más que me cueste admitirlo, tengo miedo. ¿Que Liam decida entre Tyler y yo? El juego no empezó y ya lo perdí. Tyler es como su hermano, la persona que ha estado con él toda su vida. Mientras que yo llegué hace poco y puede que tengamos una buena conexión, pero no soy suficiente.

—«Tyler no hagas esto» —repite mis palabras incrédulo—. No tiene caso hablar contigo, me equivoqué sobre ti —habla con enfado. Lleva su vista a su mejor amigo—. Liam, vas a terminar igual que el resto y no quieres verlo. Después no digas que no te lo dije.

Dicho esto, se gira y se va. Estrella la puerta de salida y nos deja solos en el campus, el cual ya casi está vacío.

Siento a Liam moverse a mi lado; sin embargo, no me animo a mirarlo. Me encariñé demasiado con él. Honestamente, no esperaba que creciera en mí como lo hizo. ¿Es tonto que no haya pensado en que no sería para siempre y que en algún momento tendría que terminar? Voy a extrañarlo. Estoy al borde de las lágrimas. No quiero que me vea llorar y piense que soy débil. Respiro hondo y volteo para irme cuando siento que su mano sujeta mi brazo, me detiene y me obliga a que lo enfrente. Subo mi cabeza para enfrentar sus ojos a pesar de las lágrimas.

—¿Qué haces? —pregunta, su voz más grave, ligeramente afectada por la situación.

—Me voy —contesto como si fuera obvio.

—¿A dónde? —alza una ceja.

¿Y ahora qué está pasando?

—Necesito irme —respondo. Siento mis labios temblar, mis piernas. Solo quiero estallar en llanto. Necesito irme.

—¿No quieres quedarte conmigo?

Mi corazón comienza a latir con más fuerza y más lágrimas se arremolinan en mis ojos. Liam tira de mi mano y hace que choque contra su cuerpo. Apoyo mi cabeza justo en el comienzo de su hombro. Respiro su familiar fragancia y cierro mis ojos disfrutando la sensación. Pasa sus manos por mi espalda hasta llegar a mi espalda baja.

Intento no sollozar sin mucho éxito. Liam me aferra más a su cuerpo al escucharme.

—Todo va a salir bien —murmura en mi oído y deja un beso en mi mejilla.

Tal vez sí sea suficiente después de todo.




***


Okumaya devam et

Bunları da Beğeneceksin

300K 16.8K 68
En inglés: Friendzone. En español: Zona de amigos. En mi idioma: Mi mejor amigo me mira como a su hermanita y jamás de los jamases me verá como alg...
44.3K 6.8K 48
"No es nada personal, pero somos italianos y la familia es la familia" Una sonrisa dibujaba el rostro de dos hombres rubios de ojos tan claros como e...
6.7K 446 42
Meredhit esta en su ultimo año de instituto esta cree que este año sera tranquilo pero llegara Neithan quien le hara la vida imposible desde el prime...
388K 18.9K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...