Cada día iba a visitar a Jay a su casa para tener la simple excusa de mirar a Thiago mientras se encargaba del trabajo o verlo merodear por la casa sin ningún motivo en particular.
Solo mirarlo e imaginar que algún día podríamos estar juntos, sueños estúpidos que nunca ocurrirán.
Como era de costumbre a las 3 de la tarde Thiago se deshacía de su camisa para pasarla por todo su rostro y cuello por el calor, se refregaba el rostro con el agua de un pequeño manantial artificial para refrescarse, había memorizado toda su rutina, la rutina que hacía de forma involuntaria.
Relamí mis labios mirando través de la ventana del cuarto de Jay, como sacudía su cabeza y luego despeinaba su cabello con los dedos. - ¿qué miras?
Se acercó por detrás sorprendiéndome-Nada –cerré las cortinas de golpe nerviosa, gire mi cuerpo mirándolo con una sonrisa- a estudiar se ha dicho –achico lo ojos sin creerme mucho.
Salte a la cama removiendo sus almohadas- Deja de desordenar mi cama –hice una pausa y luego lo mire elevando los hombros porque no me importaba. - Capital de Alemania- doblo una pierna bajo su cuerpo y se sentó en la esquina de la cama con el libro entre los dedos.
-Pero yo no quiero estudiar eso –golpee mi pierna en un berrinche.
El libro cayo en la cama, cruzo los brazos y me miro serio como solían hacerlo mis hermanos. -Mañana tienes examen de las capitales del mundo, si quieres salir mal, entonces recoge tus cosas y te llevo a casa.
La batalla silenciosa había comenzado y debo aceptar que siempre perdía contra el- bien –gruñí con fatiga.
- ¿Capital de Alemania?
Mastique mis labios pensando desinteresada– ¿Brúcelas?
-Faraih –me regaño- llevamos días estudiando esto, como es posible que no sepas aun –agarro un cojín que estaba a su alcance y me lo tiro dándome justo en la cara en el impacto golpee la parte de atrás de mi cabeza con el respaldo de madera de la cama.
-deja la agresividad – acaricie mi cabeza, no busque lanzarle el cojín de nuevo por dos opciones, o se iba a enojar mucho por no terminar de estudiar o me lo iba devolver con más fuerza, mejor prevenir que lamentar.
-Capital de Alemania –casi grito, salte sobre el colchón, sus pupilas relampaguearon.
-Berlín –le respondí de la misma manera.
-aleluya –mira al cielo en forma de alabanza elevando- ¿Grecia?
-Atenas –me acosté de forma horizontal en la cama dejando caer los pies al vacío mirando los posters pegados en el techo- ¿Venezuela?
- eh eh –tartamudeo tratando de encontrar la palabra, me senté quedando de frente a la puerta buscando la inspiración o sabiduría en ella – ya va, no me apures que soy de lento pensar –inhale y exhale- una pista.
Rodo los ojos agotado- empieza por C.
-no es Canberra porque esa es Australia- enumere pensando en los países cuyas capitales había con la letra "C"- mucho menos Copenhague porque todo el mundo sabe que es la capital de Dinamarca- hable más para mí que para Jay, despejando la mente de posibles opciones erróneas- Lo tengo –troné los dedos –Caracas –después de despejar mi mente nombrando las otras capitales recordé cual era, ya que existen muy pocas capitales del mundo por esa letra.
Jay no paraba de hablar.
Así estuvimos por aproximadamente dos horas, capitales, capitales y más capitales, mi pequeño iba a colapsar mañana de tanta información adquirida.
Bostecé por novena vez en lo que va de hora –Jay –atraje su atención- ¿no podemos descansar?
-No.
-por favor, tengo sed –le quite el libro de las manos y lo lance a algún lugar de aquella gran habitación.
-ahí hay agua –señalo la mesita de noche, murmure fastidiada.
Me dio la espalda para ir a buscar el libro. Me levante en la cama y cuando estuvo algo lejos salte sobre su espalda-no quiero agua – tire de su cabello, pero suave.
-entonces no tienes sed porque si tuvieras te tomarías el agua –agarro mis manos en su cuello y me bajo de su cuerpo.
-suenas como mi padre –le mostré la lengua aniñadamente.
-sigamos
-Hagamos un trato. –presto atención, no iba a engañarme él también estaba harto de estudiar esto, solo lo hace para mantenerme concentrada, así que nunca dirá que esta aburrido- tú me dirás le país más difícil y si logro responderte sin pensarlo mucho, tomaremos un descanso.
-hagámoslo, pero si no lo haces seguiremos estudiando.
-no pierdo nada con intentar.
-Turkmenistán
-Asjabad –abrió la boca para negar, pero se sorprendió al ver que era correcta.
-Te lo ganaste, ve abajo, trae comida y algo de tomar –como un resorte salte de la cama al piso para casi salir corriendo.
Pase por el pasillo donde se encontraban una fila de retratos a lo largo de la pared, me pare en uno específico que tanto me gustaba, un Jay de meses de grandes ojos llorosos se encontraba en los brazos de su hermano mayor de unos siete años o menos.
Caí de golpe al suelo sin ninguna razón, bramé en silencio mientras me levantaba al estar totalmente de pie me di cuenta que los cordones de los zapatos deportivos estaban desatados.
Mentalice dejar de distraerme con cualquier cosa así que termine de salir del pasillo bajando las escaleras en forma de espiral.
La escena que me encontré al estar dentro de la sala no fue para nada agradable, no puede serlo si la persona que amas esta con otra mujer besándose y manoseándose justo frente a tus narices.
Mi cuerpo no reaccionaba es como si mi sistema nervioso se hubiera desactivado en forma de autoprotección o tal vez autodestrucción.
Entre besuqueo y besuqueo trate de pasar sin ser vista pero no fue así, logre todo lo contrario atraer la atención- ¡Maldición! Faraih que haces ahí –bajo a la chica de su regazo casi de golpe acomodándole el vestido que estaba sobre su cintura dejando ver sus bragas, para luego rápidamente abrochar el botón de su pantalón.
Busco la camisa entre las orillas del sofá y se la puso al revés por el nerviosismo, yo aún me encontraba en shock solo respiraba porque era algo para lo que tu cuerpo estaba diseñado.
- ¿desde cuando estás aquí? –no respondí- creí que Jay había ido a tu casa.
-no –trague saliva por la presión que sentía que no me dejaba hablar – fue a buscarme y estudiamos aquí –murmure bajo sin mirarlos, me sentía intimidada por él y su novia.
La morena no dejaba de chillar mientras iba recogiendo sus cosas y terminaba de colocar sus tacones para salir de casa –cuando no estés de niñero me buscas, te amo –hablo por ultimo para después plantarle un beso apasionado y profundo.
No pude seguir mirando esa escena que está lastimando todo dentro de mí, deje la sala hasta llegar a la cocina y largar un par de lágrimas, lo amo.
Estiré las manos temblorosas para tomar los vasos, platos y una bandeja, puse todo sobre la isla afincándome en ella.
Esa debería ser yo.
Esa debería ser yo, sintiendo tu beso.
Limpié mis ojos para que no se notara ningún rastro de lágrimas o algo parecido, me propuse a servir la merienda, deje todo arriba de la bandeja, fui a la nevera y saque el jugo de naranja.
La voz de Thiago entrando a la cocina me hizo derramar el jugo fuera de los vasos. - tenemos que hablar
-yo no sabía, lo juro –el me miro paciente antes de hablar.
-Lo sé, fue mi culpa creer que no había nadie en casa. - pauso- lo que quiero decirte es que ... no quiero que pienses que eso es normal, ningún chico deber llevarte a su casa y tratarte así sobre el sofá.
-pero tú lo estabas haciendo con esa chica
-Pero yo soy un idiota y ella lo sabe
-entonces si él es un idiota y yo lo sé, no hay problema.
-no Faih –golpeo con su puño la isla. Aun traía la camisa puesta de la forma incorrecta cosa que me recordaba una y otra vez todo a medida que él hablaba- lo siento –paro frente a mi sacándome varias cabezas del atura- no tenías que ver eso, solo tienes 14 años –beso cabello como si se tratara de un bebe y salió de la cocina por la puerta trasera.
¿Por qué no puede verme como una mujer? No soy una niña.
Con manos aun temblorosas tomé la bandeja y subí nuevamente al cuarto sin detenerme a nada.
- ¿Por qué tardaste tanto? – hablo apenas empuje la puerta con el pie.
-por nada.
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Faraih 14 años
HOLA FRAMBUESITAS
VOLVÍ Y ESTA VEZ POR ALGO MAS DE TIEMPO (ESTOY DE VACACIONEEEEEES)
ESTARÉ SUBIENDO CAPÍTULOS AQUÍ Y EN RAWR
ESPERO LES GUSTE
NO OLVIDEN LA ESTRELLITA Y UN COMENTARIO