DNA

By Nani-ssi

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[UNIVERSO ALTERNO] Su encuentro no fue una coincidencia. El ADN los llamaba. A pesar de ser tan diferentes... More

TODO ESTO NO ES CASUALIDAD
SOMOS TOTALMENTE DIFERENTES, BEBÉ
PORQUE ESTO NO ES CASUALIDAD (I)
PORQUE ESTO NO ES CASUALIDAD (II)
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28/01/18
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AGRADECIMIENTOS Y EXTRAS

SOMOS LOS DOS QUE ENCONTRARON EL DESTINO

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By Nani-ssi

[Chat con: Hobi hyung]

05:45

Sabes qué es peor que tener que levantarse temprano?

Tener que hacerlo luego de haberme acostado hiper-mega-ultra-súper tardísimo.

😭😭😭😭😭😭😭

Yaaah, hyung, no quiero levantarme 😭

Odio madrugar 

😣

05:46

No sé cómo le haces

Yo ya hubiese muerto

Estaría enterrado

muy

muy

muuuuy en el fondo de la tierra

05:50

Me gusta tu foto de perfil 😉

05:53

Por cierto, buenos días, hyung❤

06:15

Taetae 😱

Tú... Tan madrugador?

😱

Estoy impactado

😱

06:17

HYUNG😭

POR FIN DESPIERTAS

HYUNG TENGO SUEÑO😭😭

06:18

Realmente estoy planteándome qué tanto quiero ser actor😫

Y el "no necesitas ese título; repartir pizzas es más divertido" está ganando

ESTÁ GANANDO, HYUNG😱

06:19

😱😱😱😱

NO PUEDE ESTAR GANANDO

TAE

NO DEJES

QUE

GANE

NO

JAJAJAJAJAJAJA

TAE, REALMENTE NO QUIERES REPARTIR PIZZAS 😢

SÓLO PIENSA EN TI

A LOS 80 AÑOS

MONTADO EN UNA MOTO

TRATANDO DE LLEGAR EN MENOS DE CINCO MINUTOS A DONDE EL CLIENTE

PENSANDO EN CUÁNTO TE DESCONTARÁN SI LLEGAS TARDE

🤶🚲❌

NO QUIERES ESO TAE

NO LO QUIERES ❌

06:20

😨😨😨😨

Me convenciste, hyung

Sabía que si hablaba contigo, podría levantarme de la cama 👌😽

06:22

💃💃💃

Yas

Soy genial, lo sé 💁‍♂

jajajajajaja

06:23

Buenos días, Taehyungie 💚

Qué estuviste haciendo anoche?

Por qué te acostaste tan tarde? 😮

06:24

Buenos días, Hobi hyung😽

De nuevo jejejeje

Uhhhm

06:25

Quizás estuve hasta la madrugada jugando en casa de Kookie... 🙆‍♂

NO ENTIENDO CÓMO PASÓ

Es decir, en un momento eran las siete, y al otro las dos de la mañana

😅😫

06:26

No sé por qué no me extraña...

Bueno, sí sé 😂

Todos los días es lo mismo

JAJAJAJAJAJAJAJA

06:27

HYUNG 😫😠

06:28

Vale, vale🙊

06:29

Tae, hablamos más tarde, si?

Hoy me toca hacer desayuno

06:29

Vale, hyung!

Yo también tengo que terminar de vestirme, y sacar a Soonshim de mi cuarto

Por cierto, te manda saludos desde la comodidad de mi cama❤

06:31

Soonshim 😍🙈

Dale unas palmaditas en la espalda de mi parte

👋👋👋

06:33

Por cierto, irás esta tarde?

06:34

CLARO

Kookie y yo iremos a por unos videojuegos

06:35

Genial👌

Entonces nos vemos más tarde, Taetae

06:36

👍👍

[]

Suspiró complacido, dejando su teléfono de lado y admirando la imagen que el espejo de cuerpo completo le devolvía. Ese día estaba luciendo sus mejores ropas y no era para menos; dentro de unas horas tendría que presentar el guión de fin de año junto a sus amigos, y mostrarle algunas escenas al profesor de teatro, uno de los más huraños de la facultad.

Decir que estaba nervioso era poco.

Se dio otra mirada en el espejo antes de tomar su bolso y llamar a Soonshim, quien se mantenía atenta a sus movimientos desde la comodidad de su cama, bajo el grueso cobertor.

Ya estaban a diez de diciembre y, como era normal en esa temporada del año, el frío no había dejado de sentirse. Bostezó, limpiándose una traviesa lágrima mientras caminaba hacia la friolenta sala, advirtiendo cómo su madre hacía malabares en la cocina.

―Buenos días, cariño ― sonrió ella al verlo, volviendo su atención a la sartén con rapidez.

―Buenos días, mamá ― contestó, acercándose hasta besar su mejilla y mirando a su alrededor ―. ¿Y papá?

―Enfermo ― suspiró ―. Un compañero del trabajo lo contagió de gripe y anda en cama, delirando ― acotó, sonriendo con diversión ―. Los hombres son tan exagerados...

Asintió, imaginando la estampa de su padre enfermo antes de reír por lo bajo.

―Por cierto, hoy volveré tarde ― comentó, tomando algunas frutas y guardándolas en su bolso ―. Iré a casa de Kookie.

Su madre alzó una ceja, mirándolo interrogante.

―Últimamente siempre estás donde Kookie... ― inquirió, apagando la hornilla ―. ¿No está él en exámenes...? Deberías dejarlo tranquilo; al menos hasta que empiece el período vacacional-

―Está bien, mamá. Kookie es un genio, no necesita estudiar  ― dijo sin más, interrumpiéndola y despidiéndose ―. ¡Nos vemos en la noche! ¡Te quiero! ― y salió disparado de su hogar.

Conocía a su madre y esos impactantes poderes que se gastaba para leerle la mente. Una cosa llevaría a otra y, sin darse cuenta, ella llegaría al tema que había estado tratado de evitar durante más de dos semanas. Algo que ansiaba olvidar encarecidamente: Su amor unilateral por Heeyeon.

Se apoyó en la pared, recordando esos últimos días. Nunca podría terminar de agradecerle a Jungkook toda la ayuda psicológica que le había estado prestando; ya fuera acompañándolo al cine y al teatro, o invitándolo a su casa a jugar videojuegos. La presencia del menor había compensado la falta de Jimin, quien seguía ocupado con el cierre de fin de año de su carrera, y también, que el rechazar las invitaciones de Heeyeon fuera mucho más fácil.

Suspiró. Realmente necesitaba un descanso; que las vacaciones de invierno y su viaje a Daegu llegaran como el detonante que lograra que su corazón dejara de doler de una buena vez por todas.

El suave tintineo del ascensor al llegar lo sacó de su ensimismamiento, adentrándose en él mientras volvía a bostezar con cansancio.

Realmente esperaba que todo saliera bien con la obra; que los papeles se mantuvieran y no tuviesen que hacer muchas correcciones, al fin y al cabo, hacerlo les había llevado mucho tiempo y ahora que estaban a días de terminar el primer período, un cambio de gran magnitud en medio de exámenes y pruebas finales sería catastrófico.

Salió del ascensor, saludando a la recepcionista antes de encaminarse a la zona de aparcado, buscando con la vista su bicicleta antes de montarse en ella y encaminarse con lentitud a la universidad.

"Quizás debería buscarme un empleo de medio tiempo y comprar un auto" pensó, bostezando por tercera vez. Amaba su bicicleta y siempre llegaba a tiempo con ella; pero en días tan fríos como ese y los anteriores, andar en ella era un completo y absoluto suplicio. A pesar de llevar una gruesa bufanda y un mullido cardigán, el frío calaba hasta sus huesos, haciendo difícil la tarea de pedalear.

Llegar a la universidad fue toda una proeza que no pudo celebrar, ya que su facultad era de las más lejanas y el campus era enorme. Con pesar, siguió pedaleando contra el helado viento que entumecía sus mejillas, advirtiendo cómo se iba acercando al alto edificio al que pertenecía. Ni siquiera esperó a estacionarse; se bajó del vehículo de un salto y empezó a brincar, tratando de desentumecer sus músculos.

―¡Tan temprano y con tanta energía...!

―Tenía que ser Taetae.

Aún friccionando sus manos, se giró hacia Jin y Jaehwan, uno de sus mejores amigos, y quien estudiaba finanzas.

―Hey, Jaehwan hyung, Jinnie hyung, ¿cómo están? ― saludó, abrazándose a sí mismo.

Jin no tardó ni dos segundos en acercarse a él y acomodarle la bufanda; buscando entre los bolsillos de su larga chaqueta hasta sacar unos guantes, los cuales le ofreció.

―Mejor que tú, por lo que veo ― contestó en una leve reprimenda ―. ¿Cuántas veces te he dicho que en invierno tienes que agarrar el bus?

―Pero hyung... El bus pasa muy temprano ― se quejó, estornudando, y ganándose una risilla de Jaehwan.

―Kim Taehyung... Todos los años es lo mismo: siempre te enfermas por no cuidarte ― regañó ―. ¿Qué te cuesta levantarte un poco más temprano?

Suspiró. Le costaba toda una vida... Pero no es como si pudiese decirlo así sin más. Lo único que ganaría con ello sería otra amonestación de Jin, quien lucía lo suficientemente molesto como para seguir sermoneándolo.

―Si no vivieras tan lejos podría buscarte y-

―Hyung, no te preocupes, estoy bien ― aseguró, cortándolo ―. Buscaré un trabajo de medio tiempo y me compraré un carro. Acabo de decidirlo.

Jin y Jaehwan no tardaron en alzar una ceja, escépticos.

―¿Tienes licencia de conducir?

―No, Jae... La verdadera pregunta es: ¿siquiera sabes lo que es un volante?

Apretó los labios, alzándose de hombros ante las miradas divertidas de los mayores. Nunca era tarde para aprender, a fin de cuentas... No podía ser más difícil que conducir un carro de los del parque de diversiones.

Y él era de los mejores haciéndolo.

-


Abrió los ojos desmesuradamente, tratando de digerir lo que el profesor Li había dicho. Jinyoung, a su lado, intervino con voz preocupada.

―Pero, profesor... Es demasiado tarde para tal cambio-

―¿Tarde? Aún queda una semana y media para presentar la obra, joven Park.

―Estoy de acuerdo con Jinyoung, profesor, no nos dará tiempo... Estamos en finales y ya el vestuario está listo, y-

―Joven Kim... ― cortó el viejo hombre, frunciendo el ceño, a lo que Jin palideció ―. Ya di mi veredicto ― anunció, levantándose ―. Kim Taehyung será el hijo bastardo e Im Jaebum será el brujo. Park Sooyoung será la ayudante del hermano de sangre azul y Anh Heeyeon seguirá siendo la protagonista, pero ya saben, con el agregado que les dije.

Los doce cruzaron miradas con claro malestar, notando cómo el mayor daba por terminada la charla, ondeando las hojas entre sus manos mientras se despedía con un: "¡Espero ver esos cambios para el veinte, si es que quieren aprobar!".

Una vez solos en el amplio salón, el primero en hablar fue Minho, quien lucía igual de enfadado que cuando el equipo de fútbol de la universidad perdió las regionales.

―Sabe que no tenemos tiempo, por eso lo hizo ― masculló, rabioso. Yongsun y Sooyoung le dieron la razón, igual de molestas.

―No podemos hacer nada más que atenernos a lo que nos dijo ― replicó Minjae ―. Su nota es decisiva...

―Ugh. Si nos reprueba estamos jodidos ― asintió Jeongyeon, fijando su vista en él ―. Tae, ¿crees que puedas aprenderte el libreto de Om?

Mojó sus labios, mirando a sus amigos intercaladamente hasta llegar a Jin, quien frunció el ceño, negando.

―Yo... ― Jin abrió sus ojos, volviendo a negar. Yongsun, a su lado, también negaba ―. Supongo que sí... Es decir, si no lo hago, reprobaremos.

Heeyeon suspiró, atrayendo la atención de todos.

―Más importante que la capacidad de Taetae para aprenderse tal guión en una semana...  Los cambios ― apuntó, seria ―. Son demasiados.

Jaebum gruñó, seguido de Minho, quien pateó el escritorio donde antes había estado Li, aún demasiado enfadado como para contenerse, y siendo regañado al instante por Solji. Sana fue la primera en hablar luego del largo e incómodo silencio, diciendo con inocencia:

―Bueno, la mayoría son cambios sencillos. Lo único que veo problemático es la escena del beso ― dijo, a lo que todos posaron su atención en él ―. Pero Tae y Hani tienen buena química, ¿a qué no? Dudo que tengamos muchos problemas.

Demonios. ¿Podían ser las cosas peor? Lo dudaba.

―Insisto, una escena de beso es ridícula. Estuvimos semanas pensando una historia que no involucrara elementos románticos como las demás. Se suponía que no sería ese tipo de obra ― siguió Jaebum ―. Una escena como esa en el acto final es... Arruinar de a gratis lo que tanto nos costó idear. Sin contar con el cambio de Joy... Es decir, ni siquiera combina con tal papel.

Sooyoung no tardó en asentir, completamente de acuerdo; más ninguno podía hacer más que quejarse. Al final tendrían que hacer todo lo que Li les hubiese dicho. No por nada era el profesor con más peso en la facultad y, si no hacían las cosas como él quería, lo más seguro es que terminaran repitiendo año sólo por llevarle la contraria.

-


―Eso es... una mierda.

Asintió sin ganas, apoyando la cabeza sobre sus antebrazos. Jimin, quien seguía estirándose frente a él, suspiró, mirando un punto muerto tras él.

―¿Crees poder hacerlo? ― terminó por preguntar, atrayendo su mirada. Su amigo había detenido sus movimientos, observándolo con preocupación. Con un suspiro, escondió su rostro, negando.

―Es un beso, Jimin ― gimió, frustrado ―. Es imposible.

―... Pero dijiste que podrías...

―No es como si pudiese haber dicho "No puedo hacerlo. No pienso besar a Hani y enamorarme aún más de ella". Además, Li nos va a crucificar si no hacemos los cambios que quiere.

Jimin lo miró un largo rato, sentándose frente a él.

―Estás jodido.

―...Gracias por los ánimos ― gruñó, volviendo a esconder su rostro entre sus brazos, apesadumbrado.

Siguieron en silencio, él con el rostro oculto y el más bajo comiendo, mientras empezaba una intrascendental charla acerca de la comida que servían a esa hora en la cafetería y que todos amaban, pero a él no le terminaba de gustar. Estaba haciendo su mejor esfuerzo por mejorar su ánimo, pero era inútil; la angustia y el miedo que sentía continuaban atormentándolo.

El suave sonido de su celular lo sacó de su auto miseria. Con desgana, sacó el móvil del bolsillo de su pantalón, percibiendo cómo su corazón latía entusiasmado a la par que una suave sonrisa se formaba en su rostro. Era Hoseok.

[Chat con: Hobi hyung]

11:14

DIME QUE NO ESTÁS EN CLASES

ESTOY TAN NERVIOSO

AAAAHHHH

TAE-SSI

NECESITO ÁNIMOS

😫😫😫😫😫

11:15

Acabo de hacer la prueba de la que te hablé ayer

Y NO CREO QUE HAYA PASADO

😭

HABÍAN PREGUNTAS QUE EN MI VIDA HABÍA VISTO

😭😭😭

AAAHHHH TAE-SSI. VOY A RASPAR

😭😭😭😭😭😭💊⚰

11:16

No te preocupes, hyung 

Eres muy inteligente

Eres el mejor

Vas a salir genial 💪

11:17

CÓMO ESTÁS TAN SEGURO?! 😩

JAJAJAJJAA

Lo siento

Esta situación me tienen mal

Estoy que me como las uñas

😩😩😩

11:18

Pero hyung, respondiste todo?

Tardaste mucho...

El examen no era a las ocho? 😰

11:20

SI 😭

Fueron unas tres horas

TRES HORAS TAEHYUNGSSI

😭😭😭😭

11:21

Yah, mi cerebro está agotado

Quiero dormir

Es en lo único que pienso

Y este frío no ayuda

😭

11:21

Seguro saliste bien, hyung

No te preocupes

Estudiaste mucho ❤

[]

―¿Con quién andas hablando? ― alzó su sonriente rostro a Jimin, notando su cejo fruncido ―. ¡Ah! No me digas, seguro es el tal "Hobi hyung".

Alzando una ceja, asintió.

―Hoy tenía un examen y anda algo preocupado. Tiene que salir bien en este parcial si es que quiere salir ileso este semestre ― explicó, bajo la transparente mirada de su mejor amigo, en ese momento llena de fastidio.

―Umh, claro.

Rodó los ojos, volviendo la vista a su teléfono. Jimin era un tonto. Desde que le había contado de Hoseok y cómo había pasado de ser "el mejor amigo del chico que casi me mata" a conocidos, y ahora se atrevía a decir que a amigos, Jimin no había dejado de criticarlo. Iba desde "No lo conoces lo suficiente como para mensajearte tanto con él" a "¿Ahora me vas a cambiar por el tal "Hoseok hyung"?". Era un pesado, pero no podía hacer nada; estaba claro que su amigo sólo estaba celoso, y Jimin celoso era imposible de tratar.

A veces pensaba que sería bueno presentarlos y así Jimin se daría cuenta de lo genial que era Hoseok. Y quién quitaba y quizás hasta se hacían amigos. Pero ya luego imaginaba lo bien que podrían llevarse -porque en su mente, la idea de que no se agradaran era impensable- y cambiaba de opinión.

Era un poco estúpido y bastante inmaduro de su parte, pero por ahora, prefería tener a Hoseok sólo para él.

Bueno, sólo para Jungkook y para él.

Ligeramente incómodo por la obvia molestia que pintaba la pequeña cara de Jimin, volvió la vista a su móvil, notando que Hoseok le había respondido.

[Chat con: Hobi hyung]

11:25

Amo hablar contigo 😭❤

Siempre me subes el ánimo, Taehyungie

💚

11:27

Mientras tú me dices esas cosas tan lindas

Nam sólo está pendiente de a qué hora saldré de aquí para buscarlo😡

Y hyung ni ha leído mis mensajes

Seguro está durmiendo

😡😡😡

11:29

A veces pienso

Si mi vida llegase a peligrar y Yoongi hyung fuera el único que pudiese ayudarme, creo que moriría 😩

JAJAJAJAJA

Pero hablo en serio.

Esa idea siempre me ha dado algo de miedo. Hyung no me haría caso y Nam seguro se accidenta antes de ayudarme 😩😩😩😩

Gracias a todos los dioses te conocí

💚

11:40

Yo también estoy feliz de haberte conocido, hyung 🙈

11:50

Vendrás?

11:50

Por supuesto 👏

11:55

Te esperaré

Y a 🐰 también

Jejejeje

11:57

Te dejo, Tae, tengo que buscar a Monie.

Ya hablamos luego

11:57

Nos vemos, hyung 

Y ánimos, que seguro pasaste esa odiosa prueba con honores! 💪

[]

-


―Ustedes dos... Se llevan demasiado bien.

Hoseok y Jungkook dejaron de juguetear, posando su atención en él, a lo que desvió la vista, suspirando.

―Hyung, ¿sucedió algo? No pareces de buen humor.

―Sólo estoy algo cansado, Kookie.

En realidad tenía demasiadas cosas en su cabeza.

Desde que había aceptado hacer el papel de Om, su humor fue decayendo de mal a peor. Jimin no había sido de mucha ayuda para aliviar su creciente preocupación, y Jinnie y Yongsun, los únicos del equipo que sabían de sus sentimientos, no habían hecho más que recriminarle que hubiese aceptado hacer algo que "Sería un cruel golpe para su corazón", según la mayor.

Y ahora se había dado cuenta que no sólo tendría que olvidarse de sus tardes de videojuegos con Jungkook, o de visitar a Hoseok; sino que también tendría que estar más tiempo con Heeyeon. Y eso sin contar la escena romántica que ambos tendrían que ejecutar...

Demonios, no estaba preparado para eso. Iba a volverse loco.

―Hey, Taehyungie, ¿de verdad estás bien?

Alzó la vista, encontrándose con la brillante y preocupada mirada de Hoseok clavada en él. Jungkook ya no estaba allí, así que sólo eran ellos dos, recargados en el largo mostrador de la tienda.

Con pereza, dejó caer el rostro sobre el tablero, notando al instante lo frío que estaba.

―Es cansancio, hyung ― murmuró ―. Tú siempre tienes cara de cansado y no te digo nada.

Hoseok bufó divertido, negando.

―Es cierto ― ratificó ―. Pero, uhm...No luces cansado. En realidad... ― pareció pensarlo un poco, terminando por musitar ―. Te ves triste, Tae.

Frunció los labios con ligereza, cerrando los ojos por un segundo. De repente se sentía débil, sus emociones burbujeaban sin parar mientras su nariz empezaba a picar con furia.

―...No te preocupes, hyung. En serio.

Se quedaron un rato en silencio, interrumpidos por el suave sonar de una canción pop de fondo. Los pasos de Jungkook se dejaban oír por toda la tienda, correteando de un lado al otro con rapidez; al igual que los latidos de su tenso corazón. Luego de cinco minutos calmándose a sí mismo, Hoseok llamó su atención, con una sonrisa tambaleando en sus labios.

―Dentro de una hora termina mi turno ― mencionó en voz baja, admirando de soslayo a Jungkook, quien seguía lejos, revisando unos discos ―... ¿Quieres hacer algo? No hace mucho estrenaron Liga de la Justicia y yo aún no la he visto... Podríamos... Ya sabes, ir y perder el tiempo.

Parpadeó confundido, aún con la mejilla pegada al mostrador. Era la primera vez que Hoseok le decía para verse en algún otro sitio que no fuera la tienda, la pizzería, o la plaza. Estaba realmente sorprendido, y más aún porque lo estaba invitando a él. Sólo a él.

Algo nervioso, se alzó en su lugar, relamiéndose los labios.

―Podríamos comer algo de comida coreana después de eso ― insinuó, luego de unos segundos, sonriente, notando cómo la mirada de Hoseok resplandecía mientras asentía veloz.

―Es la mejor propuesta que me has hecho. Estoy tan cansado de comer pizza ― acotó, riendo con suavidad ―. Oye, Tae... No le digas a Kookie ― señaló en voz baja, acercándose un poco a él. Su corazón no tardó en latir con rapidez cuando sus hombros se tocaron, sintiéndose inquieto ―. Estoy algo preocupado; el jueves tiene una exposición, y por lo que me ha dicho... Está bastante atrasado. Creo que se distrae mucho ― suspiró, a lo que tragó en seco, recordando la de veces que lo había convencido para quedarse más tiempo jugando o viendo Iron-man por vigésima vez ―. Me gustaría que saliera bien en este primer corte. Yo también soy estudiante y sé lo terrible que es dejarlo todo para última hora.

―Él ya está acostumbrado a eso, hyung ― soltó, sin poderlo evitar ―. Es su modo de vida.

Hoseok frunció los labios cómicamente.

―Pues eso va a cambiar ― gruñó, contrariado ―. Quiero sentirme orgulloso la semana que viene, ¿sabes?. Estoy que le digo al jefe que aumente el precio de todos los videojuegos para ver si así deja de perder el tiempo aquí y lo invierte en hacer su pintura de fin de año ― confesó, mirándolo ―. Y también estoy pensando en cómo distraerte a ti para que dejes de distraerlo a él.

Abrió sus ojos más de la cuenta, estupefacto.

―¿...A mí?

―Sí. A ti ― sonrió, picando su mejilla antes de darse la vuelta, saludando al cliente que recién se había adentrado a la tienda.

Mojó sus labios, desviando la vista con vergüenza y advirtiendo cómo Jungkook parecía decidirse entre los dos videojuegos entre sus manos. Sin dudarlo, se alejó de un alegre Hoseok, quien no dejaba de mostrarle varios productos al señor de canoso cabello que no sabía qué regalarle a su hijo.

"Lo sabe" pensó, ofuscado. No es como si lo hubiese ocultado, pero ahora que Hoseok le decía aquello... Se sentía abochornado por su actuar. Por ser tan mal amigo. Él más que nadie sabía que el menor estaba igual de ocupado que él con sus finales y aún así no le había dado tiempo de pensar en ello, despistándolo con las cosas que sabía le gustaban.

Había sido un completo egoísta.

―Oye, Kookie... ¿Cómo vas con los exámenes? ― preguntó, una vez a su lado, sin mirarlo ―. ¿Has salido bien?

El menor frunció el ceño, murmurando de forma inentendible, antes de suspirar.

―Voy bien, hyung. Siempre estudio en la facultad ― contestó, luego de varios segundos, observándolo por fin ―. Aunque pasado mañana tengo una exposición y no he hecho mucho... Y tampoco he adelantado nada de mi trabajo final...

Con el sentimiento de culpabilidad golpeando fuerte en su cabeza, atizó su hombro.

―Jeon Jungkook-ah... ¿Por qué nunca me dijiste que estabas liado con las tareas de la Facultad? ― frunció el ceño, percatándose en cómo el señor de cabello blanco salía de la tienda―. Si hubiese sabido eso no te hubiese molestado todos estos días.

Jungkook se alzó de hombros, volviendo la mirada al videojuego entre sus manos.

―Umm, supongo que no quería dejarte solo, hyung. Te veías algo decaído luego de lo de Hani ― explicó, a lo que no pudo más que sorprenderse por la habilidad de Jungkook de leer sus emociones ―. Sé que Jimin-ssi está muy ocupado... Así que supuse que necesitarías algo de compañía para no sentirte solo.

―Jungkook...

―Arg, hyung, no pongas esa cara ― cortó, alejándose ―. Ya que estás mejor, vas a tener que olvidarte de mí hasta la semana que viene ― advirtió, sonriendo ―. Tengo varios lienzos en los que trabajar.

Hoseok, quien había escuchado la última parte, aplaudió alegre, saliendo de detrás del mostrador para palmear los hombros del menor mientras repetía sin cesar lo mucho que había crecido. Él mientras, no pudo dejar de sentirse temeroso ahora que estaba realmente solo; más sin embargo, su corazón se calmó un poco cuando su mirada y la de Hoseok chocaron; cuando la brillante sonrisa del mayor le dijo, sin palabras, que él seguía estando allí.

―Tae-ssi, vámonos ― ordenó el de cabello azabache, repudiando los delgados brazos del bailarín, que insistían en rodearlo ―. Hyung, no volveré hasta acabar los exámenes. No me extrañes.

La carcajada de Hoseok les sacó una sonrisa a ambos.

―Vale, vale. Intentaré no hacerlo ― bromeó, empujándolo hacia la salida ―. Sólo vete y hazme sentir orgulloso el viernes que viene.

―A mí también me tienes que hacer sentir orgulloso ― increpó, juguetón ―. Estas dos semanas sin ti no será fáciles para el equipo.

―Hyung... Tú también deberías de estudiar y dejar de perder el tiempo en Overwatch.

―Umh, siento los celos carcomer tu enorme cuerpecito, Jungkook-ah.

―Ustedes dos, ya basta ― rió Hoseok ―. Enfóquense en salir bien. Tú, en terminar los veinte lienzos que debes, y tú, en actuar. ¿Cómo podré presumir de ustedes si no se esfuerzan y sólo juegan, ah?

Jungkook sólo suspiró, asintiendo, mientras él se mordía el labio inferior, volviendo a pensar en la obra de fin de año.

―Arg, ya es tarde ― murmuró su amigo, mirando el reloj ―. Hyung, vámonos.

―Eh... ― miró a Hoseok de reojo, confuso ―. Eh, no, no. Adelántate, Kookie, yo aún tengo algunas cosas que hacer por aquí.

―Vale. Nos vemos entonces. Hobi hyung, el sábado, ¿no?

Hoseok frunció el ceño.

―¿Y los lienzos?

―Eh... Bueno, yo te aviso, hyung.

Confuso por ese intercambio que no entendía, admiró al mayor sonreír con suavidad.

―Está bien. Nos estamos viendo, Jungkookie.

El menor por fin se despidió, caminando a paso rápido por las gélidas calles de la ciudad. Ambos lo observaron en silencio hasta que se perdió en una esquina, siendo Hoseok el primero en atraer su atención, codeándole juguetón.

―... Entonces... ¿Vemos qué funciones hay para más tarde?

Y sonrió feliz, mientras asentía con fuerza.

-


Indeciso, se volvió a mirar en el espejo de cuerpo completo que adornaba un ala de su clóset, frunciendo los labios antes de salir de su habitación con dirección a la pequeña salita, donde su pálido amigo de cabello celeste miraba sin expresión alguna la televisión.

Carraspeó, atrayendo su atención de inmediato, a lo que sonrió, alzando los brazos.

―Hope... ¿No es eso demasiado? ― preguntó con calma, bostezando ―. Prefería el anterior.

―Pero hyung... Antes habías dicho que ese era muy simple ―recordó, frunciendo el ceño.

―¿Nunca has sabido lo que la palabra "intermedio" significa?

Rodó los ojos, girándose sobre sus talones. Ya estaba sobre la hora y aún no conseguía qué ponerse. Nervioso, volvió a admirar su celular, notando con alivio que Taehyung aún no le había mandado el mensaje avisándole que ya estaba listo.

Sin reparar mucho en lo que hacía, se quitó el colorido suéter, buscando con la mirada qué otra cosa podría ponerse.

―El de rayas, con el sobretodo gris y la bufanda.

Saltando, giró sobre sí mismo, notando al más bajo apoyado en el marco de la puerta.

―¡Hyung! ― se quejó, tomando el suéter que su amigo le había señalado ―. Apareciendo así... Un día de estos me vas a matar de un susto.

―¿Con quién saldrás?

―Taehyung ― contestó, mientras se terminaba de colocar el suéter y empezaba a acomodar la gruesa bufanda alrededor de su cuello ―. Ya sabes, el chico que Monie casi mata.

La suave risa de Yoongi atrajo su atención.

―Le has de caer muy bien ― acotó, descansando la cabeza sobre el marco ―. Si a mí me hubiese sucedido tal cosa evitaría estar cerca de cualquiera de ustedes dos. Namjoon-ah es un peligro andante y tú eres un pegoste.

Bufando con diversión, negó.

―Es un buen chico.

―Uhm... Supongo que sí. Siempre has tenido un buen ojo para eso ― sonrió con pereza ―. Pero oye... ¿No estás muy entusiasmado?

―Me agrada ― se encogió de hombros, sin pensarlo mucho ―. Y bueno... Parece triste. No sé; creo que está pasando por un momento difícil y trata de ocultarlo... Y me molesta, porque tiene una muy linda sonrisa y odio no poder apreciarla.

―Oh... Ya veo...

―Bueno, hyung, me voy. Gracias por ayudarme.

―Vale... ¡Hey, Hoseok-ah! ― llamó cuando estaba por salir, a lo que volvió hacia él, extrañado ―. Si tienes un chance busca chaquetas que luzcan caras pero no sean costosas ― alzó una ceja ―. Ya sabes, Hope, para el sábado.

―¡Ah!... Claro, claro. Echaré un ojo en esa tienda de rebajas que tanto te gusta.

Yoongi sólo hizo una mueca, negando.

―No, no. Ya fui y no hay nada ― murmuró ―. También le dije a Nam; si no consigues algo, ya él resolverá.

Rió, dándole un pequeño golpe en el hombro.

―Hyung, en serio, tienes que dejar de aprovecharte del pobre; con todo lo que ha comprado ya le debemos como una casa.

―Umm, ya yo le dije que cuando fuera un famoso productor de las tres grandes, le pagaría con intereses ― alzó sus hombros, sonriendo con suficiencia ―. El que debería estar preocupado eres tú, Hope-ah.

Volvió a rodar los ojos, a punto de replicar, cuando el alegre sonido de su teléfono lo interrumpió. Notando que era Taehyung, sonrió, descolgando de inmediato.

―Taetae, ¿ya estás saliendo?

Sí, hyung, ya voy de camino al estacionamiento.

―Oh, ¿vas en carro?

¿Eh? No, no. Voy en bicicleta.

―¿...En bicicleta...? ¿¡Estás loco!? ― preguntó escandalizado, mientras se despedía del mayor, avanzando a paso rápido por los pasillos del piso donde vivían ―. Yo te busco ― dijo, llamando al ascensor; escuchando la suave exclamación de Taehyung al otro lado ―. Recuerdo a la perfección donde vives.

―Oh... ¿En serio puedes, hyung? ¿No te queda muy lejos?

―No es como si fuera a buscarte a pie ― burló, adentrándose en el ascensor y presionando la planta baja ―. Dentro de diez minutos estoy en tu casa, ¿vale?

Genial. Gracias, hyung.

Suspiró, moviendo las llaves del auto entre sus dedos.

―¿Vas abrigado? Digo, ¿vas lo suficientemente abrigado? ― preguntó en voz baja ―. Está helando aquí afuera ― informó, advirtiendo cómo una fuerte corriente helada golpeaba su mejilla nada más salir al estacionamiento ―. Joder, me congelo.

La ligera risa de Taehyung hizo que su mueca enfurruñada se borrara por completo, reemplazándola por una leve sonrisa risueña.

―Hobi hyung, estás peor que mi mamá ― bromeó ―. Pero para dejarte tranquilo, me puse la ropa más calientita que tengo. No te preocupes.

―Uhm, vale... Oye, Tae, ya estoy en el auto-

―¡Oh! Rayos, debería cortar...

―Sí... Deberíamos ― rió ―. Nos vemos en diez.

Vale, vale. Nos vemos.

Y cortó, apoyando la cabeza en el espaldar del asiento mientras un lento suspiro salía de entre sus labios.

Darle su número a Taehyung había sido el comienzo de una amistad que, con el pasar de los días, iba creciendo más y más. Y no iba a mentir, estaba feliz por ello.

Luego de encontrarse tantas veces y compartir algunas charlas, su curiosidad por el chico de sonrisa tan particular no había hecho más que crecer. Darle su número era algo que había deseado hacer desde su segundo encuentro; y estaba realmente feliz de haberlo logrado al final.

Esas dos últimas semanas habían sido muchísimo más amenas en compañía del menor, y era algo que apreciaba demasiado. Sus personalidades eran muy parecidas, por lo que nunca se aburrían cuando se encontraban, ya fuera en la tienda o en la pizzería. El menor incluso había ido un día a la plaza, junto a Jungkook, solamente para verlo bailar, terminando los tres en la misma cafetería en la que Taehyung y él habían charlado días atrás; compartiendo anécdotas graciosas e historias de sus universidades y amigos.

Adoraba a Namjoon y a Yoongi, y eran sus mejores amigos. Sus hermanos... Pero pasar tiempo con Taehyung lo ayudaba a olvidarse de sus problemas, algo que nunca podía hacer cuando estaba con ellos.

Encendiendo el carro, recordó que al día siguiente su hermana lo llamaría; quizás para otro sermón o quizás para ofrecerle dinero, de nuevo.

Esperaba que no fuese eso último porque se enojaría. Mucho. Ya estaba harto de que su familia no entendiera que él quería hacer las cosas por sí mismo, y esa meta que tenía la alcanzaría sin la ayuda económica de nadie.

No pensaba cometer el mismo error que en el pasado. Ya había aprendido lo suficiente como para volver a caer con la misma piedra.

Encendió la radio, buscando de inmediato una estación de hiphop; algo que le ayudara a despejar la mente de sus oscuros recuerdos, esos que no quería volver a repetir ni por error.

Cuando se dio cuenta, ya estaba frente al conjunto residencial donde Taehyung vivía. Dando una larga mirada a los altos edificios, se preguntó si algún día podría vivir en paz consigo mismo, haciendo lo que le gustaba y viviendo cómodamente de ello.

"Todo esfuerzo tiene su recompensa" se repitió cual mantra, pegando la frente al volante mientras cerraba los ojos. "Lo harás bien, Jung Hoseok. De aquí a enero tendrás el dinero. Sólo tienes que seguir esforzándote".

El firme golpeteo en la ventana lo sacó de su ensimismamiento, saltando en su lugar, mientras con terror admiraba el sonriente rostro de Taehyung.

―Mierda ― jadeó, quitando el seguro de la puerta antes de bajar el vidrio y contagiarse de la alegre mueca del menor ―. Hey... Te ves... Wow. Luces genial ― admiró, pasando su vista de la oscura boina que cubría parte de la frente del castaño, hasta el largo sobretodo azabache ―. Sube, sube, que te vas a congelar allí afuera.

Taehyung asintió con rapidez, rodeando el auto antes de montarse en el asiento del copiloto, suspirando con alivio.

―Está caliente ― apreció, colocándose el cinturón ―. Hyung, tú también te ves muy bien. Pareces una estrella de cine.

Se carcajeo por lo bajo, agitando una mano y poniendo el marcha el vehículo con la otra.

―Yah, ¿qué dices?

―En serio, hyung. Estás muy guapo.

―¡Yah! No sigas, no sigas ― rió, arrebolado ―. Harás que me avergüence.

Ambos siguieron bromeando por un buen rato, dejando de lado todas sus preocupaciones; como siempre le sucedía cuando Taehyung estaba cerca. Cómodo, se apretujó contra el asiento, dando un sonoro bostezo cuando quedaron atrapados en un semáforo en rojo. Taehyung, a su lado, también bostezó, riendo.

―Hyung, nos vamos a dormir en el cine.

―Oh, no, no. Es la Liga de la Justicia, ¿cómo nos podríamos dormir viéndola?

Taehyung asintió, dándole la razón, antes de comentar.

―Hace mucho que no salía al cine.

―¿En serio? ¿No te gusta?

―Lo amo ― apuntó, suspirando ―. Pero últimamente todos mis amigos siempre están ocupados. Y con Jungkookie es cine de casa ― frunció sus labios, sacándole una sonrisa. Se veía tan tierno... ―. Jimin siempre me acompañaba, pero desde que empezó este semestre, casi ni lo veo.

―Jimin es el que cursa Danza Moderna, ¿no?

―Sí. Él es asombroso, hyung... Sería genial si se conocieran, seguro se llevan bien ― apuntó, dudoso ―; aunque actualmente no le agradas mucho.

Desconcertado, lo miró de reojo.

―¿Eh? ¿Por qué? ― preguntó, curioso ―. Pero si no nos conocemos, ¿cómo le voy a caer mal? ― parpadeó, a lo que el menor rió.

―Está celoso. Dice que paso mucho tiempo contigo y que lo voy a cambiar.

―Oh...

―Sí, Oh de "Oh, que idiota".

Cruzaron miradas y rieron.

Cuando se dieron cuenta, ya estaban en el estacionamiento del centro comercial. Ambos salieron del auto, estirándose y percatándose, nuevamente, de lo frío que estaba el tiempo.

―Oye, hyung... ¿Y Namjoon hyung no necesitará el carro?

―Nah. Monie anda de reposo.

Los ojos de Taehyung se agrandaron, deteniendo sus pasos.

―¿Le pasó algo?

―No, no. No es nada. Él mete reposo siempre que anda en finales ― rió, rodando los ojos ―. Como es empleado ejemplar, y ha salvado a la pizzería de ir dos veces a la bancarrota, el jefe le da trato especial ― comentó, contento por su contemporáneo.

―Wow, ¿en serio ha salvado a la pizzería de ir a bancarrota? ¿Cómo lo ha hecho...?

Movió sus cejas de arriba abajo, mientras cruzaban una de las entradas del enorme edificio, a esas horas de la noche, atiborrado de personas. Ambos se pegaron al instante, chocando sus brazos mientras dirigían sus pasos al cine.

―Namjoon es un genio ― aclaró luego de unos segundos, mientras se adentraban al ascensor ―. Literal, es muy inteligente. Estudió derecho y terminó la carrera en tres años. Y ahora está estudiando finanzas ― explicó ―. Su conocimiento en esos temas es muy amplio. Gracias a él el dueño de la pizzería ganó una demanda que le hicieron hace dos años, y no hace mucho ayudó con un problema con los ingresos y egresos.

―Woah.

―Sí, Woah, de "Woah, es un jodido genio" ― bromeó ―. Esta semana termina clases, así que anda muy ocupado estudiando.

El menor asintió, aún con expresión asombrada. Él mientras, no perdía detalle de cada mueca que cruzaba su rostro; era realmente entretenido admirar cómo sus facciones se contorsionaban con cada cosa que decía.

―Es cómico que hyung tenga carro pero no pueda conducirlo.

Sonrió, dándole la razón; y atisbando a ver la máquina expendedora de boletos en la lejanía.

―Desde los diecinueve tiene carro, pero nunca lo usó ― rió, divertido ―. Cuando fui a casa de los señores Kim, hace una semana, y les comenté que había vendido el mío... Hubieses visto sus caras ― carcajeó ―; estaban demasiado felices. Enseguida me confiaron el carro de Namjoon.

―Woah; hyung, eres muy confiable.

―Supongo... Ellos tienen miedo de Nam y sus habilidades al volante; y tampoco se confían del transporte público. Aunque eso es comprensible desde que su familia es de las más importantes de la capital...

Siguieron hablando un buen rato, de todo y de nada, mientras esperaban en la corta fila a que llegara su turno de comprar. Cuando se hicieron con las entradas, ambos se miraron divertidos, advirtiendo que tenían unas dos horas antes de la función.

―Entonces, Taehyung-ssi... ¿Comida coreana?

―Eso ni se pregunta, hyung.

-


Desde el momento en que Jinyoung se acercó a su asiento y le dijo que ese día practicarían, su miércoles fue en caída libre.

Luego de haber pasado una excelente noche en compañía de Hoseok, sus ánimos habían estado por todo lo alto. Hasta que se topó con Heeyeon en clases, tan hermosa e inalcanzable como ese viernes negro.

Frustrado, se enfocó en tomar apuntes y mantenerse lo más alejado posible de su amiga. No se sentía preparado para hablar con ella de la obra; no cuando la escena del beso era lo más comentado entre los miembros del equipo.

Lástima que no pudo huir por siempre, y cuando llegó la hora de practicar la escena final junto a Heeyeon, todo fue un desastre. Ambos lo habían hecho mal; terriblemente mal, según Minho. Él por su parte, no había repasado lo suficiente; el día anterior había estado con Hoseok en la tarde, y luego había estudiado un poco antes de su salida al cine, y ya después, a medianoche cuando llegó a su hogar, medio leyó la hoja con su parte, quedándose dormido en el acto. Y por el otro, Heeyeon andaba en el espacio; según Solji por un problema con Minseok.

"¿Qué habrá pasado?", se preguntó, luego de que Jinyoung los ayudara con unas expresiones que estaban siendo particularmente difíciles de mostrar. Más sin embargo, ninguno rindió al cien por ciento, y la mayoría, por decisión unánime, pasaron a interpretar otras escenas igual de importantes.

Ya para la hora del almuerzo los ánimos estaban caldeados; Heeyeon se había ido de la universidad luego de una pelea por teléfono con Minseok, y Solji la había acompañado; Minho seguía molesto por el desempeño de todos, y Jaebum no se había aparecido en todo el día; sin contar con que Jin estaba más dormido que prestando atención y Yonsung no podría quedarse a la práctica de la tarde.

Jinyoung, Jeongyeon, Sana y él se miraron con frustración, sabiendo que ese día estaba perdido.

―¿Y Minjae? Ya han pasado tres horas y nada que aparece...

―En clases ― respondió Sana, admirando cómo Minho y Jin interpretaban una de las escenas más complicada ―. Dijo por el grupo que vendría en la tarde. Igual Joy.

Jinyoung resopló, claramente fastidiado.

―Minjae debería de estar aquí, igual que Jae hyung y Hani ― gruñó ―. Ellos son los que tienen los papeles fuertes. No podremos adelantar mucho sin ellos.

―Tampoco podemos obligarlos a venir o quedarse ― intervino Yonsung, alzándose de hombros ―. La nota es individual y-

―La nota de Li-ssi es grupal ― cortó Jin, logrando que todos se quejaran.

―Jodido, Li. Me tiene hasta los-

―Jeongyeon, no hagas esa cara que te vas a arrugar ― calmó Sana, desde su lugar en el centro de la larga mesa ―. Podemos practicar los ocho; quizás podríamos rotarnos los papeles, si quieren. Cambien esas caras largas, aún tenemos una semana para perfeccionar detalles.

Se mordió la lengua, suspirando para sus adentros. En realidad tenían menos de una semana, si contaban los días que tendrían que ayudar con el escenario y el fin de semana. No quería alebrestar los ánimos, así que se quedó en silencio, dejando que las palabras de Sana calmaran el tenso ambiente en el que estaban sumidos.

Casi sin pensarlo, sacó su móvil, tecleando con rapidez.

[Chat con: Sexy Mochi🐥]

12:15

Esto se está descontrolando 🙃

Creo que teatro me va a quedar, Jimin

12:16

Lo peor es que ni me importa

Los chicos están por volverse locos

Pero yo sólo puedo pensar en cuándo podré irme a casa; hundirme en mi cama junto a Soonshim y olvidarme de esta estúpida obra

😢

12:17

No sé

Algo está mal conmigo

12:20

Y Hani?

12:20

No está

Se fue

Peleóconsunovio 🙄

Debería sentirme feliz, no?

No sé, sólo me siento mal. Tengo ganas de comer helado y ver películas

Me siento algo perdido

Ugh 🤢

12:22

Tae...

Odio ser la persona que te lo diga...

12:22

No lo seas

12:23

Sólo quería desahogarme un poco

12:24

No vas a raspar

Li es un imbécil, no un ciego

Tus habilidades actorales no son de este mundo 💁‍♂

12:25

Y no lo digo porque sea tu mejor amigo del mundo mundial

En verdad eres genial

Lo harás bien 💪

12:27

La nota es grupal 😶

Y falta medio elenco. Y los que estamos aquí lo hemos hecho del asco

Yo lo he hecho mal.

Mal, Jimin

En serio 😞

Ni siquiera puedo recordar las líneas

12:28

Oh

Joder

12:29

Quieres que vaya a tu casa y me ponga en el papel de Hani?

Podemos practicar hasta el amanecer 💪

12:30

Lo harías?

No estás muy ocupado?

12:36

Ya estoy cansado de esto. Creo que he practicado lo suficiente para otra vida

Nos vemos en la tarde

12:38

6?

12:38

Perfecto

[]

-


―¡Hobi!

Giró la cabeza, encontrando miradas con Jackson, quien sostenía una bandeja entre sus manos. Enseguida se movió hasta su lado, tomando los vasos que estaban a punto de desbordarse. El de cabello azabache le agradeció en chino, guiñándole el ojo, antes de encaminarse hasta una de las mesas de fondo, donde una familia esperaba su cena.

―¿Esos son los vasos de la mesa cuatro? ― Daniel señaló los vasos que cargaba a lo que se encogió de hombros.

―Los llevaba Jackson.

―Oh, entonces son esos, hyung ― sin más, le dejó ambos vasos al chico, alejándose de la zona de comensales hasta adentrarse en la cocina, el lugar en el que trabajaba ese día.

Namjoon seguía de "reposo", por lo que el trabajo en la pizzería había estado más fuerte de lo normal. Taehyung, el novio de Jiwoo, incluso había ido esa semana para ayudarlos con la caja; y todos se lo habían agradecido en demasía, porque de verdad que el flujo de clientes de esos últimos días había sido una locura.

Mark, quien preparaba la masa de la pizza, lo observó de reojo nada más se acomodó a su lado, sonriéndole con cansancio.

―Es duro sin Namjoonie.

―Duro y aburrido, hyung ― bostezó, apilando algunos platos para lavarlos ―. Eunkwang y Jackson siempre hacen sus payasadas afuera, y Seongwu anda con las entregas a domicilio ― recordó, frunciendo los labios ―. Los que me ayudan a mantenerme en pie están lejos de mí.

Mark rió, negando.

―Hace rato la cocina estaba súper animada con Jackson aquí, fastidiando; y ahora que se fue... Sólo hay silencio ― acotó, dándole la razón ―. No sé qué sería de nosotros sin ellos.

―Nos moriríamos del aburrimiento, hyung.

Ambos compartieron una suave sonrisa, ocupados en sus respectivas labores.

―Si Jinnie hubiese seguido...

―Yah, hubiese sido genial ― murmuró, recordando a su amigo ―. ¿Cómo le estará yendo en su trabajo? Hace mucho que no hablo con él.

―Oh, la semana pasada hablamos un poco ― dijo el más alto, amasando la mezcla ―. A la gente guapa siempre le va bien en trabajos de modelar.

Hoseok carcajeó, divertido.

―Pues si lo dice hyung ha de ser verdad.

Ambos se entretuvieron en sus tareas, tarareando al ritmo de la música de fondo. Hoseok lavaba los platos a medida que Jackson y Eunkwang los colocaban a su lado, en una pila.

Cuando se dio cuenta, ya eran las once de la noche.

Estirándose, bostezó, admirando cómo Jiwoo le daba un ligero beso en la mejilla a Taehyung, quien pareció ligeramente avergonzado antes de darse la vuelta y volver a la caja. Sin poderlo evitar, canturreó.

―Yah, el amor ― sonrió ―. Parecen dos conejitos.

―¿Conejitos? ― rió la más baja, dándole un pequeño golpe en el hombro ―. Por cierto, ¿qué pasó con la bailarina con la que salías? ―inquirió de repente, mientras caminaban hacia los probadores ―. Namjoon estaba realmente emocionado con eso.

Gruñó por lo bajo, rodando los ojos.

―Estaba más emocionado que yo ― saltó ―. Yo no hice mucho, Hyerin la odió a primera vista e hizo todo lo que estuvo en sus manos para quitármela de encima.

Jiwoo alzó una de sus cejas, interponiéndose en la entrada del probador de hombres mientras se cruzaba de brazos.

―Jung Hoseok-ah, te tiene que gustar a ti, no a los demás ― apuntó ―. Siempre dejas que otros decidan por ti, por eso sigues soltero.

Suspirando, se acomodó la gorra que ocultaba sus rosados cabello. Jiwoo siempre era algo intensa con ese tema, ahora que lo recordaba.

―No es como que me importe mucho-

―Porque ninguna te ha gustado lo suficiente ― cortó, seria ―. Pero cuando encuentres a la ideal, y Hyerin o Namjoon se metan... Los vas a terminar odiando; o vas a dejar que el amor se te escape. Una de dos.

―Jiwoo... ― inhaló con fuerza, demasiado cansado como para discutir justo de eso con ella ―. Por ahora no estoy interesado en esas cosas.

Ella se cruzó de brazos, volviendo a alzar una ceja.

―Desde que te conozco nunca has estado interesado ― señaló, desconcertada ―. No te entiendo, Hoseok. Eres brillante, literal. Eres guapo, bailas, cocinas, eres amable, tienes una hermosa sonrisa... Sin contar con que tienes a muchas chicas locas por ti. Jeonghwa me dijo que en la academia todas suspiran por tus huesos. Incluso hay dos chicos que quieren contigo ― susurró con entusiasmo, a lo que sonrió con pena.

―Jiwoo ― llamó, evitando rodar los ojos ―. No estoy interesado. En serio. Que Hyerin me las quite de encima es un favor-

―Pero, Hobi-

―¡Jiwoo-ah! Deja de acosar al pobre Hoseokie.

Ambos voltearon hacia el pasillo, admirando a Jackson, quien mantenía el ceño ligeramente fruncido hacia la más baja. Su amiga sólo se enfurruñó en su lugar, alejándose dos pasos de él.

―Yah, todos ustedes son iguales ― reclamó ―. Después no pidan mi ayuda cuando se vean con treinta y aún solteros

Ambos sonrieron. Sabía que Jiwoo sólo estaba preocupada y quería verlo feliz, pero una relación no era lo que buscaba en esos momentos de su vida en que todo era tan inestable.

―Anda a cambiarte Ji-ah ― señaló Jackson, ondeando su mano ―. Taehyungie está esperando por ti.

Y esas fueron las palabras mágicas que hicieron que la chica se moviera de su sitio, dejándolos a ambos a solas. El de cabello oscuro no tardó en colocar una mano en su hombro, palmeándolo.

―Quizás Jiwoo y el resto dejarían de buscarte novia si tú les dijeras la verdad, Hoseok...

Frunciendo los labios, negó.

―Monie lo sabe y aún así siempre me presenta chicas para eso.

―Nam es especial ― aseguró ―. Ya sabes lo mucho que le hacen felices las mujeres. Aún no comprende que tú no eres de ese tipo... Ya sabes, no lo hace por algo malo... Sólo es él siendo torpe.

―Sí... Ya lo sé ― susurró, apoyándose de la pared. Namjoon podría ser de las personas más inteligentes que hubiese conocido en su vida, pero seguía siendo como un niño, torpe y descuidado, cuando se trataba de chicas.

―...Te ves cansado, Hoseokie.

―Estoy cansado.

Jackson le dio una larga mirada antes de palmear su hombro con fuerza, desestabilizándolo.

―Serás recompensado, ya vas a ver. Todo ese esfuerzo que estás haciendo valdrá la pena ― sonrió, a lo que no pudo evitar imitarlo, esperando que su amigo estuviese en lo cierto ―. ¿Cuándo...?

―A mediados de enero, si no es que antes ― recordó, nervioso ―. ¿Podemos cambiar de tema? Todo esto me pone ansioso.

Su amigo rió, empujándolo al vestidor.

―Vete, vete ― despidió ―. Esta semana también terminas tus clases, ¿no?

―Mañana es mi último examen.

―Joder, ¿y has estudiado?

―Sí. Estudié esta mañana antes de presentar el de hoy.

―Yah, Hoseok, eres demasiado genial. En serio, tú y Namjoonie son... Otro nivel.

Avergonzado, lo corrió del lugar, yendo hasta su locker y sacando su suéter y bufanda con rapidez.

A decir verdad ya estaba muy cansado, y no veía la hora para caer como peso muerto sobre su cama. Bostezando, terminó de cambiarse, tomando su bolso y móvil, notando que tenía varios mensajes.

[Chat grupal con: Haters gonna hate 😎]

21:32

Monie🐨: Preparen sus ojos

Monie🐨: Para estas bellezaaaas 

Monie ha enviado una imagen.

21:33

Yoonginie-yah🍪: estamos hechos 😎

[]

[Chat con: Monie 🐨]

21:30

Acabo de encontrar la ropa perfecta para el sábado 😃

Te va a encantar

Ya te mando foto

Hablamos por el grupo

[]

[Chat con: Yoonginie-yah 🍪]

20:45

No encontré nada.

Espero que Nam tenga éxito.

20:46

Nuestras vidas y nuestro swag dependen de él. 💀

[]

[Chat con: Taehyungie]

20:00

Odio a mi profesor de teatro 😠

20:05

Por cierto, Jiminie te quiere conocer.

No sé cómo sentirme 😧

HAHAHA

No quiero que lo conozcas, hyung

Eres mío

🙊

[]

[Chat con: Jiwoo 🐽]

19:36

Hoseokie, ¿cómo estás? Cuando puedas llámame, porfis.

[]

Frunció el ceño. Su hermana pocas veces le mandaba mensajes a esas horas. Algo preocupado, buscó su contacto, marcando su número con rapidez. Al segundo tono, la melodiosa voz de su hermana mayor inundó su cabeza.

Hobi, ¿cómo estás? ¿Estás saliendo del trabajo? ― preguntó de inmediato.

―Bien, Jiwoo. ¿Sucedió algo? Aún no salgo...

El suave suspiro de su hermana lo alertó.

Tenemos un problema. Creo que te vas a enojar, pero... Mamá acaba de vender su anillo de casada ― murmuró, claramente preocupada ―. Papá aún no lo sabe, pero cuando se entere... Va a quedar destrozado.

―Espera, espera. Noona, ¿por qué hizo eso? ― se sentó en el banco del probador, reposando la espalda en la pared mientras cerraba sus ojos, preocupado ―. ¿...Están yendo las cosas mal por allá..? ―preguntó con temor, a lo que su hermana negó rápidamente, aliviando su pecho ―. ¿Entonces... por qué?

Esto no te va a gustar ― advirtió ―. Pero mamá quiere mandarte el dinero del anillo.

―¿Qué? ― saltó en su lugar, frunciendo el ceño ―. Estás de broma.

Es en serio, Hobi. En cualquier momento lo depositará a tu cuenta.

―No puedes dejar que haga eso ― quitándose la gorra, revolvió sus cabellos, ofuscado ―. No voy a aceptar ese dinero, Jiwoo.

Ya lo sé, ya lo sé... Quizás debas hablar con ella, Hoseok. Hablar de verdad ― aclaró ―. No como el año pasado.

―Jiwoo...-

No, Hoseok; no. Tienes que sentarte con ellos y dejar los puntos claros. Son nuestros padres, obvio te van a querer ayudar y-

―¡Ya han perdido mucho dinero, Jiwoo! ― cortó, enfadado. Enseguida unas intensas ganas de llorar lo llenaron de pies a cabeza; su madre no podía hacerle eso. En un susurro lleno de tristeza, acotó: ―... Los he hecho perder demasiado.

Hoseok...

Frustrado, masajeó su sien, incapaz de pensar con claridad en medio de ese torrente de emociones que lo asaltaban.

―Pienso hacerlo por mi cuenta.

―...Lo sé ― ella sonaba decaída ―. ¿Vendrás en navidad?

―Sí...

Vale. Haré lo posible para que no te deposite. Tengo algo ahorrado de mi línea; puedo comprar el anillo y mantenerlo conmigo mientras todo esto se resuelve musitó ―. De verdad me preocupa la reacción de papá; no es común vender tu anillo de casado. Podría malinterpretarlo.

―Es ridículo, Jiwoo ― bufó ―. Ellos ganan bien; tú tienes un trabajo y yo estoy haciendo lo posible por cumplir mis sueños. No es necesario que se preocupen a ese nivel por mí. No me estoy muriendo de hambre.

Ya... Pero entiende que son nuestros padres y ellos también se preocupan, sobre todo si no eres claros con ellos desde un principio. Mamá sabe de todos los trabajos que tienes, y de los bailes; sin contar la universidad. Ella... sólo está preocupada.

―No es necesario que se preocupe a ese extremo ― susurró, dolido.

¿Hasta cuándo lastimaría a su madre? ¿Cuándo sería el día que podría darle una alegría? ¿Cuándo sería el día en que su hermana lo llamara para felicitarlo en vez de para contarle cómo su madre gastaba todos sus ahorros en él?

Lo veía tan lejano, y se sentía tan inútil...

Hobi, no lo pienses mucho, en serio. Nos vemos...

―La semana que viene. El sábado iré a Gwanju.

Te espero. Cuídate. Come todas tus comidas, y... no te sobre esfuerces. Por favor, Hobi, tu salud es lo más importante.

―Cuídate, Jiwoo.

Cansado, se dejó caer contra la pared. Estaba tan harto de todo, ¿por qué su vida no era un poco más fácil?

-


―"Por favor, no te vayas"

―"¿Para qué permanecer aquí si no me vas a amar?"

―"¿Cómo estás tan segura de ello?" ― con fuerza, tomó el pálido brazo de su amiga, jalándola hasta tenerla abrazada, respirando sobre su castaño cabello ―. "Tú lo eres todo para mí, Hye. Todo..."

Era el momento. Con decisión, tomó el rostro de Heeyeon entre sus manos, alzándolo. La cristalina mirada de su amiga chocó contra la suya, dándole una descarga eléctrica. Era hermosa. Jodidamente hermosa.

Él podía hacerlo. Podía tener ese ansiado toque con su persona favorita.

Nervioso, mojó sus labios, notando cómo Heeyeon desviaba su vista a ellos, haciéndolo temblar en expectación. "Vamos, Taehyung, tú puedes" se dijo a sí mismo, exhalando con suavidad antes de empezar a acercar su rostro al de la más baja.

Estaba a centímetros de tocar esos rosados labios cuando el grito de Jin los hizo saltar a ambos.

―¡Yah, Yongsun-ah! ― todos giraron su atención a Jin, quien parado, recogía sus cosas del piso mientras le lanzaba miradas fulminantes a su amiga ―. ¡Deja de echarme bichos encima! ― lloriqueó, moviéndose al lado de Sana, quien enseguida lo ayudó a limpiarse la tierra que tenía en el suéter.

―Lo siento, Jinnie ― canturreó la chica, sonriente ―. Oh, y lo siento, chicos, no fue mi intención ― se disculpó, a lo que frunció el ceño.

Eso había sido a propósito. No era estúpido.

―¿Podemos repetir la escena? ― pidió Jinyoung en un suspiro, a lo que su amiga negó con rapidez.

―Los diálogos estuvieron bien, ¿no? ― preguntó, empezando a recoger sus cosas ―. No creo necesario practicar un beso... Es decir, es demasiado extraño. ¿No crees, Taetae?

Perdido, asintió.

―¿Estarán bien sin hacerlo?

―Bueno, es sólo un toque de labios ― soltó Minho, estirándose ―. ¿Qué tanto pueden practicar?

―Y Minseok-ssi se va a molestar ― inquirió Yongsun, guiñando un ojo a Heeyeon ―. Te salvé, ¿a que sí?

―Si no parabas tú, lo hacía yo ― rió, y esas palabras fueron como puñaladas a su magullado corazón ―. Bueno, eso era todo por hoy, ¿no? Mañana haremos una pequeña reunión navideña donde Jeonghwa; ¡espero verlos a todos!

El resto empezó a recoger sus bolsas y cuadernos, mientras conversaban, de mejor humor que el día anterior, de qué llevar para la pequeña reunión en casa de la pequeña Jeonghwa.

Él, sin embargo, se quedó relegado, admirando con algo de tristeza cómo Heeyeon se despedía de todos junto a Solji, partiendo casi de inmediato.

¿Qué había pasado con ellos?

Esas últimas semanas él la había evitado, sí, pero ahora ella también lo evitaba... "No, Taehyung; no te evita. Ella sólo tiene mejores cosas que hacer que perder el tiempo contigo. Ahora tiene a Minseok..." pensó, relamiéndose los labios. Ni siquiera tenía ganas de asistir a esa reunión navideña si es que tendría que ver a Heeyeon y Minseok compartiendo como los novios que eran.

―Lo siento, Tae.

Alzó la vista, encontrándose con una apenada Yongsun. Trató de hacer como que no le importaba, más no pudo. Jin, quien no tardó en acercarse a ambos luego de despedirse del resto, codeó a la mayor, bufando, antes de volver su atención a él.

―Tae, ella no vale la pena.

―¿Vas a seguir, Kim Seokjin?

―Hablo en serio, Yongsun ― gruñó ―. Hani está totalmente enamorada de su novio ― apuntó, a lo que bajó la vista, admirando sus zapatos con esfuerzo ―. Si Yongsun no hubiese fastidiado la escena, ella lo iba a hacer. Se notaba a leguas que... Ya sabes ― murmuró, con pesar ―. Entiende, Tae, jamás te diría algo como esto porque sí; si lo hago es porque me importas y quiero que seas feliz.

―Que valga la pena o no es irrelevante ― intervino la mayor ―. Pero estoy de acuerdo con Jinnie; estamos preocupados y queremos verte feliz. No te pongas triste, ¿sí? Vamos a comer pizza. hoy noona invita.

Jin no tardó en aplaudir.

―Genial, muero de hambre.

―¿Y quién te está invitando a ti, Kim Seokjin? ― bromeó la chica, alzando su ceja ―. Hace minutos me querías matar y ahora pretendes que lo olvide así como si nada?

―¡Hey! ¡Querías echarme un bicho-!

―¡Era una hoja! ― refutó, tomando los brazos de ambos antes de jalarlos ―. Vamos, Taetae, sé de un sitio donde hacen unas pizzas que te vas a morir.

-


Consternado, notó la colorida fachada y los largos ventanales que tan bien conocía. Yongsun, quien no había dejado de parlotear con Jin y con él, no tardó en estacionar su auto justo en frente de la pizzería a la que tenía días yendo.

La pizzería donde Hobi trabajaba.

Se bajó del auto sin decir nada, recogiendo su mochila y acomodándose el largo sobre todo que cubría su cuerpo de las corrientes de aire helado; esperando por sus amigos, quienes bromeaban sobre un suceso ocurrido en el trabajo de Jin. Luego de unos minutos, se adentraron al cálido lugar, y no pudo más que sorprenderse cuando Jackson y Eunkwang, en vez de saludar como lo hacían normalmente, corrieron hacia Jin, abrazándolo entre gritos.

―¡Oh, por Dios! ¡Volviste, hyung!

―¡Te extrañé tanto, Jinnie-ah!

Yongsun reía mientras saludaba a Mark, quien también salió a recibirlos con alegría.

¿Qué rayos estaba pasando allí?

Jin se giró hacia él, hinchando su pecho mientras señalaba el lugar.

―Antes trabajaba aquí ― dijo, orgulloso ―. Hacía las mejores pizzas del mundo.

―¡Totalmente de acuerdo!

―¡Vuelve, hyung!

Vaya... Eso sí que era una sorpresa.

Él apenas se había hecho cercano a Jin el año pasado, por lo que no sabía nada de sus anteriores trabajos a la revista de moda donde fungía como modelo esporádico. Todo aquello era una grata casualidad.

Estuvieron algunos minutos más hablando; Jackson y Eunkwang reconociéndolo luego de intercambiar más palabras, preguntándoles cómo era que ellos tres se conocían, conversación que no duró mucho al estar Mark allí, apurando a los otros dos para que atendieran las otras mesas. Sin más, tomaron asiento en la zona más alejada de la entrada, cruzando miradas con Jin, quien admiraba la decoración navideña del interior con alegría.

―Hyung, ¿cuánto tiempo estuviste trabajando aquí...?

―Unos dos años ― comentó ―. Fue mi primer empleo, ¿sabes? Aún le guardo cariño a todo esto ― murmuró, mirando todo de soslayo ―. ¡Yah! ¿¡Namjoon-ah!?

El alto moreno, quien llevaba una gruesa bufanda en su cuello y unos grandes lentes de fórmula sobre su rostro, se giró con gesto sorprendido hacia ellos, abriendo la boca con sorpresa.

―¿¡Hyung!? ― saltó, yendo hacia su mesa a pasos apresurados mientras una gran sonrisa se expandía sus labios, gesto que decayó un poco al fijarse en él ―. ¡¿Taehyungie...?! ¿Pero qué...? Oh, noona, ¿cómo estás-? Espera, ¿Qué rayos...? ― se interrumpió a sí mismo, rascándose la cabeza ―. Entonces... ¿Todos ustedes se conocen?

―Obvio, Namjoon, estudiamos la misma carrera en la misma universidad ― burló Jin, haciendo un gesto con su mano ―. Más importante aún, ¿Taetae y tú se conocen?

Con un poco de vergüenza, se dejó caer en el espaldar del mueble, contemplando a los tres mayores hablar sin parar del fatídico encuentro de ese viernes quince, donde conoció al más alto de la peor forma jamás imaginada.

En silencio, analizó el lenguaje corporal de los tres mayores, advirtiendo lo cercanos que parecían ser. Namjoon y Jin bromeaban ocasionalmente, siendo seguidos por una vivaracha Yongsun, quien no perdía detalle de la plática que en esos momentos mantenían.

El mundo era tan pequeño...

Incluso viviendo en una urbe llena de millones de personas, ¿cómo había sido posible que todos ellos se conocieran? Era una locura.

¿Conocerían a Hoseok también...? Demonios, por supuesto que lo conocían. Jin trabajó allí y era muy amigo de todos, por lo que había notado. No le sorprendería si Hoseok y él fueran realmente cercanos; y de alguna extraña manera, eso lo hacía sentir ligeramente disgustado.

Lo de Hoseok y Jungkook era una cosa; pero que también Jin y Yongsun lo conocieran...

Arg, realmente no quería compartir su amistad con el bailarín, incluso si era con sus propios amigos. Es decir, aún tenía muchas otras cosas que hacer con el mayor, a solas, si podía ser posible.

Aún recordaba la tarde del cine con burbujas flotando en su estómago. Ese día había sido genial, y no veía la hora de que se repitiera. De verdad lo ansiaba.

―Mañana tenemos un evento.

Atraído por la voz de Namjoon, salió de sus tumultuosos pensamientos, notando la expresión dudosa del más alto.

―Oh... ¿aún siguen con eso?

―Por supuesto, hyung; ahora es que somos medianamente reconocidos. Hemos mejorado muchísimo desde la última vez que nos viste ― acotó, seguro de sí mismo ―. Deberías asistir... Es más, los tres deberían de ir.

―¿Es un evento de raperos, no?

―Sí, noona... ¿Irás? Todos aquí se están preparando para mañana ― señaló a Jackson y Daniel, quienes jugueteaban a lo lejos ―. Será divertido.

―Claro que voy, Namjoon-ah. A mí no me tienes que convencer; sé que será asombroso. Yah, y tengo mucho sin ver a Yoongi y Hobi-ah

¿Hobi...?

―Yo también iré, Namjoon hyung ― saltó, mordiéndose el labio inferior a los segundos. El moreno pareció algo desconcertado por su entusiasmo, más terminó por asentir, sonriendo de lado.

―Entonces mañana nos vemos... ― el sonido de su teléfono lo hizo moverse con rapidez, disculpándose ―. Bueno, ya me tengo que ir. Jinnie hyung, ¿tienes el mismo celular? ― el mencionado asintió, a lo que Namjoon sonrió ―. Perfecto. Más tarde te paso la dirección.

―Esperaremos por ellos, Namjoon-ah.

―Entonces nos vemos. ¡Adiós! ― despidió, encaminándose a la caja, donde dejó un pequeño paquete antes de salir casi corriendo por la amplia puerta de acceso.

Yongsun fue la primera en alzar una de sus cejas, mientras reposaba su barbilla sobre sus manos entrelazadas, mirándolo con fijeza.

―Entonces, Taetae, el desastroso de Namjoon casi te mata y tú nunca nos dijiste...

Genial, esa sería una larga charla.

-


El sábado despertó tarde.

Con los ojos más cerrados que abiertos, tanteó en la mesa de noche al lado de su cama, tratando de hallar su móvil, el cual sonaba estridentemente desde hacía unos cinco minutos.

Exasperado al no hallarlo, terminó por desperezarse, admirando el cielo totalmente nublado que hacía a través de la amplia ventana de su recámara. A su lado, Soonshim dormitaba, sin prestarle mayor atención al insoportable ruido de su alarma.

Cuando logró encontrar su teléfono y apagarlo, no sólo se dio cuenta de que era más de las once de la mañana, si no que tenía varios mensajes; demasiados, en realidad. Así que volviendo al calor de su cama, se escondió bajo las gruesas cobijas mientras abría el Line, sorprendiéndose de todos los chats que tenía; la mayoría pertenecientes a sus compañeros de clases. El grupo de la obra tenía más de cien, incluso.

Entrecerrando los ojos, saltó todos sin cuidado; abriendo la conversación que más le atraía e importaba a esas horas de la mañana.

[Chat con: Hobi hyung]

08:12

Hyung acaba de decirme que mi cabello necesita una visita urgente al estilista

😩😩😩😩

Qué crees tú?

He estado taaan ocupado

Ni siquiera me había dado cuenta que el color que tenía con anterioridad había cambiado a este rosado😵

JAJAJAJAJAJAJAJAJ

En serio. Estoy sorprendido

😩

08:15

¿Qué color te gusta más?

Negro azabache

Rojo pasión

O amarillo pollito?

Estoy entre esos tres 🤔

Hyung dice que amarillo pollito 😂

08:16

Quiero arriesgarme y probar algo diferente. Pero amarillo pollito... No es demasiado?

😅

09:30

Yah, Taehyung-ssi, eres un dormilón

JAJAJAJAJAJAJAJAJAA

No debimos quedarnos hasta tan tarde conversando

😅

09:42

No tenías que practicar algo de tu obra de fin de año?

Me sentiré MUY culpable si te quedaste dormido por mi culpa 😫

O estás practicando?

10:45

TAEHYUNG-SSI

DAME SEÑALES DE VIDA

😠😠

11:37

😂😂😂😂😂

Buenos días hyung 

No te preocupes

Este fin no vamos a practicar

11:38

A mí me gustó lo de anoche

Deberíamos repetirlo❤

Me gusta hablar contigo, hyung

No te sientas culpable 🙈

11:40

😱😱😱😱😱

POR TODOS LOS DIOSES, TAEHYUNG

Tardaste una eternidad. Me quedé sin uñas del tiro

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

Aunque me alegra saber que no tenías nada que hacer hoy

Bueno

Ahora me siento culpable porque no pudiste desayunar por mí

😅

11:41

Hyung😂

Mis desayunos suelen ser a esta hora

Jajajajajajaja

Es genial, porque como dos veces seguidas 😎

Deberías intentarlo🙊

11:43

Ummm🤔

Aunque quiera, mi organismo no acepta que me despierte a estas horas

😅

11:44

De verdad?

11:44

Te lo juro

11:50

Un día de estos podríamos hacer una pijamada...

No dejaré que despiertes temprano🙊

11:51

😧😧😧😧

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

TAE

ESO SONÓ TAN MAL

11:52

😶

HYUNG

PERVERTIDO

11:52

JAJAJAJAJAJA

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA AY LO SIENTO

PERO EN SERIO SONÓ TERRIBLE JAJAJA

11:54

😒

HYUNG

Ya estoy comiendo

Mi mamá me acaba de regañar porque es muy tarde JAJAJAA

11:55

Por cierto, hyung, estoy buscando trabajo

Si sabes de algún lugar... Ya sabes, yo estoy aquí

11:56

😱😱😱😱😱😱

EL BEBÉ YA ES GRANDE

11:57

HYUNG 😒

11:58

Jajajajaja lo siento

Creo que sé de un trabajo perfecto para ti; es en una revista

Puedes en las tardes?

12:01

SI

Justamente estaba buscando algo en la tarde

12:12

Vale, envíame tu currículum a Hobihobihobiyah@hdec.co.kr

12:35

ERES EL MEJOR, HYUNG❤

Ya te lo envié

GRACIAS, GRACIAS❤❤❤❤

13:46

Ya lo reenvié a mi amigo

Suerte con la entrevista🤗

14:57

HYUNG😧❤

Eres lo máximo

De verdad

AAAH

15:16

Por cierto

Rojo pasión es mi opción favorita😋👌

[]

El resto de la tarde transcurrió con normalidad. Jugó un poco con sus hermanos mientras sus padres andaban fuera, haciendo unas diligencias. Los tres no habían dejado de corretear por todo el apartamento junto a Soonshim, terminando por hacer un pequeño desastre en la sala. Bajo gritos y risas siguieron brincando, seguidos muy de cerca de los animados ladridos de Soonshim, hasta que todos se cansaron y decidieron jugar videojuegos en el televisor.

Varias horas después, estaba preparando algunos snacks y comida instantánea, alertado por la llamada de Jimin, quien iría a su casa a recogerlo para ir a la reunión de Jeonghwa.

Al final se había dejado convencer, pero aún no estaba muy seguro de que eso fuese lo mejor para su salud mental. Realmente no creía poder soportar ver la interacción de Heeyeon y Minseok; pero Jimin, más testarudo que en días pasados, no había dejado de decir que esa sería una buena oportunidad para empezar a olvidarla de una vez por todas.

Suspirando, se sentó en la pequeña mesa del comedor, admirando a sus hermanos mientras comían y veían la televisión, acompañados de una exhausta Soonshim, quien reposaba en el piso.

Por el grupo de la obra, Heeyeon había dejado en claro que los quería ver a todos en la pequeña fiesta de fin de año, antes de que agarraran camino hacia otras ciudades como hacían todos los años. Jin y Yonsung, por otro lado, le habían dado algunas palabras de aliento para soportar la velada, e incluso, habían insinuado el irse temprano para poder ver la actuación de Namjoon.

Y eso era otra cosa...

Hoseok no lo había invitado. Hoseok ni siquiera le había insinuado que se presentaría en un espectáculo de... Ni siquiera sabía de qué era. Estaba algo desconcertado y un poco temeroso de que el mayor pudiese enfadarse con él. Es decir; ni por asomo le había dicho algo de su actuación de esa noche, y ellos siempre estaban hablando...

No estaba seguro de ir; pero en cambio de la reunión con Heeyeon, donde su pecho se contraía en dolor de sólo pensar en encontrarse con ella; con Hoseok le pasaba todo lo contrario. Su estómago se aligeraba y los nervios eran fuertes, sí; pero no era una sensación desagradable, ni dolía. De cierta manera, se sentía entusiasmado por ir y averiguar qué más podría hacer Hoseok.

Ya para la próxima se preguntaría qué no podía hacer el bailarín, en vez de qué podía hacer.

El pesado sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos, a lo que dio una rápida ojeada al reloj de pared sobre la nevera, notando que ya eran las seis de la tarde y seguramente quien estaba afuera era Jimin. Así que se guardó todos sus sentimientos y obvió el fuerte latido de su corazón, mientras acortaba la distancia de la sala a la puerta de entrada, abriéndola y encontrándose con su sonriente amigo.

―Hey, te ves muy bien ― saludó, ameno, chocando manos.

―Tú también. Me gusta ese pantalón ― acotó, dejándole lugar para que pasara y saludara a sus hermanos. Ambos habían quedado en ir juntos a la reunión donde Jeonghwa, quien también era conocida de Jimin. Los dos estudiaban Danza Moderna, sólo que la chica iba un año por debajo de su amigo.

Se fijó por segunda vez en la sencilla camisa roja que llevaba su contemporáneo, recordando que casi había escogido una del mismo tono; pero terminó decantándose por una camisa colorida y unos pantalones de vestir a juego, en combinación con una corbata azabache. También llevaría un grueso sobretodo oscuro, que descansaba sobre el mueble, para no congelarse de camino.

―Entonces, ¿nos vamos?

―Papá y mamá llegarán dentro de diez minutos. Tenemos que esperarlos.

―Oh, bueno, ¿jugamos una partida con los peques?

Minutos después, mientras se gritaban con diversión al son de los chillidos de sus hermanos, la puerta de entrada se abrió, dando paso a la estilizada figura de su madre seguida de su padre, quien con afable expresión los saludó. Jimin no tardó en levantarse, recibiendo a sus padres con venias, mientras corría a ayudarlos con las bolsas que cargaban.

―¿Entonces te quedarás donde Jinnie? ― preguntó su madre, luego de un rato de hablar con Jimin, a lo que desvió la mirada de la partida que estaba jugando con su hermano, asintiendo.

―Sí, ma. No te preocupes; él me trae temprano ― avisó, levantándose del mueble y despidiéndose de sus hermanos con abrazos y besos, antes de agarrar su sobretodo y acercarse a Jimin y su madre, quien seguía ordenando unas cosas en la cocina.

―Está bien, cariño ― respondió ella, sonriendo ―. Mañana me avisas cuando vayas saliendo, para estar pendiente ― y con un suave beso en su mejilla, lo despidió ―. Que disfruten mucho.

―¡Nos vemos, hijo, Jimin! ― exclamó su padre desde su habitación, sacándole una sonrisa.

―¡Adiós papá! Nos vemos, mamá ― despidió, saliendo del apartamento junto a un claramente confundido Jimin.

―¿Te quedarás donde Jin hyung?

Se mordió el labio inferior, recordando que ese pequeño detalle no se lo había mencionado a su amigo, más que nada, porque sabía que sus ridículos celos saldrían a flote. Pero llegados a ese punto, no podía mentirle; Jimin ya se enteraría de la verdad, le dijese o no.

―Iré con él y Yongsun noona a un bar, ya sabes, luego de la fiesta ― explicó, mientras se recargaba en la pared interna del ascensor, viendo con fingido interés cómo los números del piso iban cambiando a medida que se acercaban a planta baja ―. Es un lugar frecuentado por raperos y Undergrounds; no creo que-

―¿Undergrounds...? ― cortó, alzando una ceja con incredulidad ―. Tú nunca has ido a ese tipo de sitios, Taehyung.

―Siempre hay una primera vez para todo, Jimin.

Su amigo lo observó de hito en hito, mudando de expresión a una curiosa.

―¿Desde cuándo te gusta el hiphop? Tengo demasiado tiempo conociéndote y nunca noté ni un poco de interés en eso.

―¿Qué dices? Amo el Kpop, Jimin. Sabes que las partes de los raperos son mis favoritas ― gruñó, empezando a fastidiarse, mientras salía del ascensor; seguido por un Jimin que no dejaba de apuntar lo extraño que era todo eso.

―No es lo mismo raperos underground que raperos del Kpop ― atacó ―. ¿Qué rayos harás allá...? Y con Jin hyung y Yongsun noona... No entiendo. Además, con esas caras que se gastan, temo que los puedan molestar. Tú no sabes el tipo de personas que van a esos lugares-

―Yah, Jimin, deja de ser tan fastidioso ― saltó, antes de adentrarse en el puesto del copiloto, enfurruñado ―. Jin hyung tiene unos amigos que se van a presentar en ese lugar y justo ayer estaba con él y noona, así que me invitaron y acepté. Eso es todo.

―Ugh... Todo eso sigue siendo raro― apuntó, alzándose de hombros antes de posar la vista en la vía, terminando por salir del estacionamiento y siendo recibidos por las iluminadas y colapsadas calles del barrio donde vivía.

Con alivio, notó cómo Jimin decidía olvidar el tema, enfrascándose ambos en una intrascendental charla acerca de un drama que el más bajo había empezado a ver a pesar de las malas críticas que rodeaban al elenco.

El tiempo pasó volando mientras deliberaban el porqué los dramas de época siempre tenían que ser tan exasperantes y, cuando se percataron, ya estaban en la amplia calle que llevaba a casa de Jeonghwa.

―Bueno, ya estamos aquí ― exhaló Jimin, mirándolo de reojo ―. ¿Todo bien?

Mojándose los labios, asintió.

―Sí. Todo perfecto.

Luego de conseguir un puesto vacío cercano al alto edificio, salieron del auto; encaminándose al lugar mientras Jimin empezaba a llamar por teléfono a Taemin, quien según ya debería estar en la fiesta.

No tardaron ni diez minutos dando sus datos cuando el guardia de seguridad les dejó pasar, señalándoles la dirección del salón de fiesta donde estaban sus amigos reunidos; así que a paso rápido por el intenso frío de la noche, serpentearon las amplias zonas verdes, advirtiendo el suave rumor de la música y luces no muy lejos de donde se encontraban.

Cuando llegaron al lugar se sorprendieron un poco. Habían unas cien personas; setenta más de las que se imaginó irían. Con Jimin, no tardó en moverse por el amplio salón, en medio de chicas y chicos que bebían y hablaban bajo la ruidosa tonada pop que inundaba el lugar, mientras otros se dejaban llevar por ella, bailando en pareja o pequeños grupos cercanos a la barra.

El ambiente no estaba nada mal; en realidad, ya estaba entusiasmado por deshacerse de su abrigo e ir a bailar un rato; pero la pequeña mano de Jimin lo jalaba con fuerza del brazo, instándolo a alejarse del barullo mientras su cabeza se movía a todos lados, buscando caras conocidas.

Sonrió alegre, divisando cerca de ellos a Jin; quien estaba acompañado por Minho y Taemin. Enseguida se acercaron a donde estaban, notando sus escandalosas carcajadas.

―¡Hyung!

Jin dejó de reír en el acto, luciendo confundido, antes de verlos y sonreírles, llamándolos.

―¡Pensé que no vendrían, mocosos! ― inquirió.

―Denme esos abrigos, chicos ― pidió Taemin, con gesto afable ―. Se van a morir del calor con eso aquí dentro.

Ambos asintieron, empezando a quitarse la ropa de más, y dándosela al bailarín, quien no tardó en desaparecer tras una puerta. Minho enseguida lo codeó, alzando el vaso entre sus manos.

―¿Preparado para la raspada que nos echarán el viernes? ― no pudo evitar reír, recibiendo gustoso el cóctel que Jin le tendía ―. El maldito de Li nos va a masacrar.

―Minho, por favor, no quiero deprimirme ― gruñó Jin, dando un gran sorbo a su trago.

―Bueno, yo aún tengo esperanzas de que las cosas mejoren.

Minho y Jin compartieron una mirada incrédula, antes de reírse.

―Pobre, Taetae.

―La esperanza de los pobres e inocentes bebés de tercero me dan años de vida.

Cuando Taemin regresó, uniéndose a la conversación, cambiaron de tema a uno más agradable: las tan esperadas vacaciones de invierno. Los cinco discutieron por un buen tiempo sus planes para esas navidades, donde Minho se iría de viaje, junto a sus padres, a Europa; mientras Jin y los suyos se irían a Australia por año nuevo, y Taemin y Jimin pasarían las fiestas en la ciudad; por lo que ambos se enfrascaron con rapidez en una charla de qué días podrían verse y pasear por ahí.

Él, por su parte, estaba totalmente seguro que iría a Daegu, como todos los años, a visitar a su abuela; así que comentó los posibles planes que ejecutaría allá, junto a sus amigos de la infancia, a quienes hacía ya un año que no veía.

Al intercambio no tardó en unirse Sana, quien enfundada en un grueso vestido, les comentó sus planes de ir a Japón y visitar a unos tíos y primos. Así siguieron por un par de horas, llevando la conversación a los últimos incidentes que se habían dado en la universidad, así como a la de veces que el profesor Li había sido engañado por sus esposas, razón primordial del por qué era tan amargado.

Cuando decidieron salir a bailar, se encontró ligeramente achispado, por lo que, cuando su desenfocada mirada se cruzó con la femenina silueta de Heeyeon por primera vez, como si de una diosa se tratase, bailando con extrema sensualidad al ritmo de la lenta tonada que en esos momentos inundaba el salón; no pudo menos que quedar paralizado, admirándola con la boca entreabierta.

Quería acercarse. Ansiaba tomarla entre sus brazos y bailar con ella; mirarla a sus profundos y gentiles ojos mientras acercaba su rostro al de ella, y al ritmo de la suave música, adueñarse de esos labios color cereza que tanto se le antojaban.

En medio de sus amigos, y con unos cuantos tragos de más, se dio cuenta de que jamás podría superar a Heeyeon.

Nunca.

Por lo que, cuando Heeyeon sonrió coqueta apuntando a su novio, antes de ser abrazada de forma posesiva por el mismo, no pudo contener sus emociones; esas que se dejaban apreciar en forma de gruesas lágrimas cayendo por sus mejillas.

¿Cuándo dejaría de doler...? ¿Cuándo podría dejar de amarla?

Con rapidez, restregó sus manos de forma brusca contra su rostro, respirando con pesadez. Necesitaba un baño con urgencia; así que sin decirle nada a nadie, se encaminó a donde sabía se encontraba el aseo, esquivando a varios conocidos y amigos en el camino.

Adentrándose en uno de los cubículos, volvió a agradecer para sus adentros la casi parcial oscuridad del lugar; sentándose sobre el inodoro mientras dejaba caer la cabeza sobre sus piernas. No podía seguir así. Iba a volverse loco, por Dios.

Sin pensarlo, sacó el móvil del bolsillo de su pantalón, marcando con desespero el número de teléfono que más recientemente había aprendido; esperando en vilo, con el corazón latiéndole a mil por segundo.

"Por favor..."

¿Taehyung?

Exhalando con alivio, se dejó caer hacia atrás; apoyando la espalda en la pared mientras cerraba sus ojos.

―Hoseok hyung ― susurró, y no sabía si el escándalo que se escuchaba entre ambos provenía del alboroto fuera del aseo, o del lugar donde se encontraba el mayor.

Tae... ¿Cómo estás...? ¿Sucedió algo? ― preguntó, más fuerte que la primera vez que había hablado ―. Es raro que me llames... ¿Necesitabas algo? ¿Una pizza? Hoy no trabajo y su risa fue como un bálsamo para su magullado corazón.

―No es nada, hyung ― negó, mojando sus labios ―. Sólo quería escuchar tu voz ― confesó sin más, arrepintiéndose al segundo.

¿Qué cosas decía...? Eso no había sonado nada bien.

Nervioso, aguardó con creciente inquietud, esperando oír la escandalosa risa de Hoseok, o algunas palabras mofándose por andar diciendo cosas tan vergonzosas. Más sin embargo, no recibió nada más que silencio. En medio de sus sutiles respiraciones, el ruido de la música era el único sonido entendible. "¿Por qué dije eso?" reflexionó, sin entender. Sí, quería escuchar su tranquilizadora voz. Sí, quería bromear con él y olvidar su desdicha. Sí, quería perderse en sus largas y ridículas charlas.

Sí, quería verlo.

―Hyung... ― alarmado por tan nuevas emociones, pasó una mano por su largo cabello, perdido.

Yo también quería escuchar tu voz ― y su corazón dejó de latir por un mili segundo. Con mirada desorientada, volvió a dejarse caer contra la pared, posando la vista en el techo del baño; sin ningún pensamiento en concreto cruzando su mente, más que la sutil y rasposa voz de Hoseok ―. Oye, Tae... ¿Estás ocupado?

―¿C-Cómo...?

Ahora mismo, ¿estás ocupado? ― volvió a preguntar, y su pecho vibró, intuyendo qué seguía a continuación ―. Me odio un poco por no haberte comentado esto antes; no sé... No confío en mis habilidades... ― carraspeó, oyéndose nervioso ―. Hoy me presentaré en un local, no sé si lo conoces; se llama "El Ático". Queda por-

―Lo conozco, hyung ― susurró, emocionado ―. Lo conozco ― repitió, oyendo la suave risa de Hoseok al otro lado.

Genial... Entonces... Hoy me presentaré aquí con Nam y Yoongi hyung ― siguió ―. Eh... Si no tienes más nada qué hacer... Sería fenomenal si vinieras y... No sé... ¿Escuchar nuestras voces?

Rió. Rió largo y tendido; advirtiendo cómo del otro lado Hoseok se oía igual de atacado. Asintiendo luego de un buen rato, deslizó sus dedos por sus ojos, borrando las pequeñas lágrimas de diversión que seguían atascadas entre sus pestañas.

―Es la mejor oferta que me has podido hacer, hyung ― bromeó, con la sonrisa aún tambaleando en sus labios ―. Nos vemos en un rato-

¿¡De verdad vendrás...!? Oh, por Dios, ¿En serio...? Arg, ahora estoy nervioso.

―¿Qué...? ¿¡Por qué!? ― rió ―. Ya te he visto bailar, hyung, y eres el mejor, junto con Jimin ― canturreó, percibiendo el bufido del bailarín.

Ojalá fuese bailar... ― gruñó ―. Avísame cuando llegues. Iré a tomarme una copa a ver si dejan de temblarme las manos.

Largando una carcajada, se despidió del mayor, cortando la comunicación luego de unos segundos.

Era terapéutico. Antes había estado al borde de un colapso, y ahora se sentía liviano; incluso contento.

Hoseok era la medicina que necesitaba su roto corazón.

Ya más recuperado, salió del pequeño cubículo, mirándose en el amplio espejo. Tenía los ojos ligeramente rojos, y el cabello un poco despeinado; nada que la poca iluminación no le ayudara a ocultar. Sin más, lavó sus manos; echándose un poco de agua en el rostro antes de decidir que ya era hora de buscar a Jin.

Cuando salió del aseo, se dio cuenta que la gran mayoría de los invitados se encontraban bailando una canción lenta, por lo que, moviéndose con cuidado, serpenteó a través de varias parejas, gruñendo un poco a medida que avanzaba y seguía sin hallar rastro del mayor.

―¡Taetae! ― se giró hacia la conocida voz, encontrándose con Jimin, quien se acercaba a él a paso grácil ―. ¿Dónde rayos te habías metido?

―Uhm, andaba en el baño... ― miró a su alrededor, estresado ―. ¿Sabes dónde está Jinnie hyung?

Jimin rodó los ojos, bufando.

―¡Se fue! ― exclamó, a lo que abrió la boca, sorprendido ―. Estuvo un buen rato buscándote. En serio, ¿de verdad estabas en el baño? Desapareciste como por una hora y-

¡¿Una hora?! Dejando de prestarle atención al más bajo, sacó su móvil, encendiéndolo y dándose cuenta de las diez llamadas desviadas en el lapso que duró su conversación con Hoseok, y las otras nueve perdidas, a lo que se golpeó la frente. ¡Todo ese tiempo había tenido su teléfono en silencio!

Mierda.

―Entonces...

Jimin lo observó de hito en hito, antes de suspirar y jalarlo del brazo, tomando sus abrigos del cuarto donde Taemin antes los había guardado, antes de guiarlos a la salida.

―Nos vamos ― declaró, ante sus intentos por zafarse del agarre.

―¿Qué...? Pero Jimin... ― desconcertado, se dejó arrastrar, frunciendo el ceño ―. No es necesario que me lleves. Puedo llamar a un taxi y-

―Taehyung... Está bien ― cortó su amigo, mientras salían del complejo de edificios. Eran casi las nueve de la noche y el frío seguía férreo. Los dos guardaron silencio al instante, apurándose al vehículo entre rápidos pasos ―. Los muchachos andaban de ligue ― informó, una vez dentro del carro, mientras se abrochaban el cinturón ―, y ya sabes cuál es mi propia ley-

―No ligar con chicas de la facultad ― interrumpió, ganándose un asentimiento.

―Exacto. Si ellos coqueteaban tan abiertamente... Sabes que terminaría haciéndolo en algún punto ― explicó ―. Y no quiero que lo de ya sabes quién se repita.

Mojando sus labios, asintió. Jimin, un año atrás, había estado saliendo con una chica de la facultad con la que terminó por falta de tiempo a su carrera. La chica, literal, habló terriblemente mal de él con amigos y profesores; sin contar con los espectáculos que le hizo en varias ocasiones y que le valieron la expulsión de dos clases.

Jimin, quien era tan apasionado por el baile, luego de todos esos problemas, decidió no volver a salir con nadie hasta que terminara de estudiar y alcanzara sus sueños; una decisión bastante difícil debido a su innata naturaleza coqueta, pero que, hasta esos momentos, había cumplido al pie de la letra; incluso, a pesar de tener un club de fans que lo perseguían día y tarde en la universidad.

Acomodándose en el asiento, miró por la ventana, suspirando.

―¿Sabes si quiera a dónde vamos-?

―"El Ático". Jinnie hyung me pasó la dirección por Google Maps.

Envalentonándose, se giró hacia su amigo, observando con fijeza su masculino perfil.

―Hani y Minseok estaban en la fiesta ― relató, sabiendo que, aunque no lo mirara, Jimin estaba prestándole total atención ―. Los vi bailando... Y me sentí mal ― confesó ―. Fui al baño a calmarme... Yo... Siento haberlos dejado de esa manera sin explicarles.

El más bajo esperó hasta dar con un semáforo en rojo, girándose y dándole una larga mirada; con una expresión llena de afecto que lo hizo sentir pequeño.

―Me lo imaginé apenas los vi. No tienes que disculparte. Sé lo que es tener el corazón roto, Tae.

Frunció sus labios, negando.

―Pensé que ya la estaba superando, pero... Mis sentimientos y emociones son un revoltijo. A veces no me duele tanto, y otras como hoy... Sólo quiero dormir y que esto que siento... Desaparezca.

―... Tae... eso no es tan fácil. Si realmente la querías, va a doler; días, semanas, y hasta meses ― volviendo la atención a la carretera, aceleró al ritmo de los demás automóviles ―. Sólo el tiempo te curará.

Pues sería genial si el tiempo pasara rápido, como lo hacía cuando estaba con Hoseok.

Cerrando sus ojos, se dejó cobijar por la suave música de la radio, recordando la conversación telefónica que había tenido minutos antes con el mayor. Eso había sido... Reconfortante. No había mentido al decir que extrañaba su voz; pero más que eso... Realmente necesitaba verlo. Encontrarse con él, perderse en esa brillante sonrisa que hacía a su corazón vibrar emocionado; hablar por horas sin aburrirse, dejándose hacer cuando el bailarín lo molestaba, mientras reía a carcajadas; intercambiar opiniones, ya fueran de videojuegos, comida, el último dorama que habían visto... Cualquier cosa servía. Hoseok se había adentrado en él de forma veloz y profunda, alejando de su mente cualquier sentimiento que no fuese de alegría y felicidad.

Estaba demasiado agradecido, y realmente esperaba que para el mayor, él también fuese esa persona con la que perderse; lejos de cualquier desazón de su vida cotidiana.

Con un suave suspiro, abrió los ojos, volviendo a delinear el alborotado y recién estrenado rubio cabello de su mejor amigo; sonriendo de medio lado.

―Jiminie... Casi se me olvidaba decirte; hoy por fin conocerás a Hobi hyung.

-


―Realmente no quiero ser esa clase de amigo; de verdad no me importa si quieres embriagarte... Pero por favor, hazlo después de nuestra presentación.

Dejando el fuerte cóctel de menta de lado, se fijó en Yoongi, quien sonreía con sorna mientras bebía de su cerveza. Cerca de ellos estaban Namjoon y Jackson, ambos conversando con unas chicas que acababan de conocer; y más adelante Eunkwang, Seongwoo y Daniel, quienes reían fuertemente mientras Mark negaba con claro fastidio. Jiwoo y Somin estaban un poco más lejos, junto a Taehyung, los tres sentados en la larga mesa que habían reservado para todos; hablando con muecas sorprendidas mientras sus vistas se desviaban cada dos por tres al escenario, donde un rapero de la zona estaba hablando.

Mordiéndose el labio inferior, cambió el peso de su cuerpo de un pie al otro, intranquilo.

Estaba por volverse loco, ¿y cómo no hacerlo? Si por fin había agarrado el valor de contarle a Taehyung sobre su presentación; e incluso lo había invitado. Estaba emocionado, pero a la vez angustiado de sólo pensar en cómo saldrían las cosas.

No era su primera vez presentándose junto a sus amigos, es decir; ya lo había hecho otras seis veces, sin contar con que había practicado más de la cuenta durante esa semana; más que nada porque quería mejorar y dar un espectáculo que no avergonzara a su hyung y a Namjoon, quienes siempre se esforzaban por dar lo mejor de sí en ese tipo de eventos.

Pero estaba claro que no era ni por asomo el mejor; ni mucho menos tenía la habilidad que sus dos amigos poseían, esa que sólo los años de práctica y la madre naturaleza otorgaba a unos cuantos.

Con eso en claro, había desechado casi de inmediato la idea de invitar a Taehyung; no cuando tenía tan poca fe en su rap... Y así se hubiese quedado si el castaño no lo hubiese llamado.

Fue sólo el escuchar su ronca voz, con el desánimo impreso en cada palabra, mientras susurraba "Quería escuchar tu voz", cuando no pudo contenerse a sí mismo; cuando miles de cosas se removieron en su interior; haciendo que sus emociones se alborotaran como si de huracán se tratase.

Ni siquiera lo pensó con detenimiento cuando las palabras abandonaron sus labios.

Era un idiota.

―Apenas llevo dos, hyung ― refutó, volviendo su atención al más bajo; ganándose una mirada de "No me jodas, que te he visto" que sólo lo hizo desviar el rostro con vergüenza. Quizás si se estaba excediendo con el alcohol...

―Ese es el último ― apuntó, dando un largo sorbo a su botella ―. Ya luego de que terminemos puedes emborracharte hasta caer al piso, si quieres.

―Hyung... ― se quejó.

―Hablo en serio, Hobi-ah ― gruñó ―. ¿Por qué estás tan nervioso, de todas formas? Ni en el primer escenario te veías así de estresado.

―Ugh, bueno... ― rascándose la cabeza, murmuró ―. Taehyung vendrá.

La ceja alzada de Yoongi fue respuesta suficiente para terminar de esconder su cara tras sus manos, azorado.

―Este niño... Eh... ¿Jungkook? ― asintió, volviendo a mirarlo, a lo que el más bajo continuó ―. Vale, Jungkook también viene, ¿no? Y no parecías nada afectado por ello...

―Es diferente ― gruñó ―. Kookie ya me ha visto rapear.

―Uhm... Claro ― asintió con lentitud ―. Entonces... Taehyung... Se nota que te importa demasiado su opinión.

Era imposible negar lo innegable, pero ese tonito de Yoongi de "Yo lo sé todo. No hay nada que puedas ocultarme"... Lo detestaba. Rodando los ojos, volvió su atención al trago sobre la barra, dando un largo sorbo a su cóctel; esquivando la mirada llena de sorna que cargaba el más pálido.

Apoyando la espalda de la barra; advirtió cómo las conversaciones a su alrededor iban acrecentándose en volumen, y el lugar se iba haciendo más caluroso a medida que pasaban los minutos. Estaba ligeramente sorprendido; nunca había visto el local tan full como esa noche.

―Oh, mira; Hyojin acaba de llegar ― apuntó Yoongi, sacándolo de sus pensamientos, mientras señalaba a la alta chica de delgada nariz se adentraba junto a Jiho; los dos mejores amigos de Yoongi en ese medio ―. Ahora vuelvo... Ya sabes; ese vaso y nada más.

Asintió mientras volvía a rodar los ojos, recargándose contra la barra; sintiendo cómo no sólo los nervios, si no el cansancio, se apoderaban de su cuerpo.

Esos últimos días había trabajado demasiado, y eso sin contar con las prácticas para la presentación que tendrían esa noche, ni los últimos exámenes que había rendido, o los bailes; a los cuales les había hecho unos cuantos cambios para adaptarlos al clima navideño.

Estaba agotado.

―¡Oh, Hoseokie! Pero que sorpresa encontrarte por aquí.

"No puede ser..." pensó, obligándose a sonreír, mientras posaba su vista en la alta chica de abundante cabellera escarlata; la cual sonreía coqueta, sentándose en el taburete próximo a él.

―Hey... Tiempo sin verte, noona ― saludó, notando cómo la chica fruncía sus labios ligeramente.

―¿De qué hablamos la última vez, Hoseokie? No tienes que ser tan respetuoso conmigo ― reclamó ―. Dime Yuhwa, como todos.

Ligeramente fastidiado, se removió en su lugar. De reojo, percibió a Namjoon reírse por lo bajo junto a Jackson, el último siendo más que obvio para su gusto.

Park Yuhwa era el tipo de persona que no se rendía, y él era el tipo de persona que no podía rechazarla abiertamente. Medio Seúl sabía lo mucho que sus coqueteos lo incomodaban, menos ella; y si lo hacía, era realmente buena haciéndose de la vista gorda. Hasta el sol de hoy él seguía sin comprender porqué él; por qué lo perseguía cuando habían cientos de chicos guapos a su alrededor; como Kai, por ejemplo.

¿Dónde rayos estaba Hyerin cuando más la necesitaba? Ella era la mejor cuando se trataba de quitarle a Yuhwa de encima.

Noona está bien para mí ― terminó por decir, sonriendo lo mejor que podía mientras tomaba su trago ―. Lo siento, noona, pero tengo que ayudar a Yoongi hyung con... Con cosas, sí. Con cosas muy importantes. ¿Me disculpas...? ― y sin esperar respuesta, se despegó de la barra, perdiéndose en menos de cinco segundos entre los cientos de cuerpos en torno al mostrador. Lo sentía mucho por ella, pero ya se encontraba lo suficientemente ansioso como para también agregar los intensos flirteos de la mayor.

A paso rápido, se movió hasta la mesa que habían apartado, sentándose junto a Daniel, Seongwoo y Mark, quienes hasta ese entonces había estado cuchicheando divertidos. Eunkwang, quien llegaba en ese momento a donde ellos, fue el primero el codearlo mientras se sentaba a su lado, sonriendo.

―¿Cuándo le darás el sí? ― bromeó, captando la atención de los menores ―. Lleva como un año detrás de ti, Hobi.

―Cierto ― intervino Jiwoo, unos asientos más alejada, con pesar. Somin y Taehyung, habituados a esa charla, siguieron con sus vistas en el escenario ―. No se ve una mala chica...

―Muchachos, dejen a Hobi tranquilo ― regañó Mark, con suavidad ―. Obviamente no le gusta-

―Ese es el principal problema; ¿cómo no le va a gustar con lo sexy que es? ― soltó Eunkwang, desconcertado ―. Ya quisiera yo que una belleza como ella me coqueteara tan ferozmente como lo hace con Hobi.

―Bueno, es muy guapa, sí; pero también es algo hueca ― acotó Daniel, sacando risas del resto.

―¿Algo? Yo diría que demasiado ― reiteró Mark, negando ―. Además, es completamente opuesta al tipo de Hobi.

Incómodo, notó como los demás lo miraban con creciente curiosidad.

―Tenemos unos dos años conociéndote, y ahora que lo pienso... No sé cuál es tu tipo ideal ― Eunkwang lucía lo suficientemente estupefacto como para sacar algunas risitas, antes de que Seongwoo interviniera.

―Bueno, es que nunca lo hemos visto interesado en alguien.

―Sin contar con que Hyerin las espanta a todas ― saltó Jiwoo, ganándose un regaño de Taehyung por meter sus narices donde no debía.

El resto se carcajeó de ello, mientras él, algo avergonzado, carraspeaba.

―Oigan, ¿es realmente necesario hablar de esto?

―¡Por supuesto! Es cultura general ― inquirió Seongwoo, sonriente ―. Vamos, Hyung, ¿por qué no nos cuentas? Yo tengo varias amigas que podría presentarte.

No pudo evitar una carcajada, negando.

―Gracias por la oferta, pero ahora no estoy interesado en conocer chicas.

Los cuatro lo admiraron con incredulidad, a lo que se alzó de hombros; recibiendo otro trago del camarero que pasaba por su lado, antes de que la gruesa voz de Yoongi se dejara oír detrás de él:

―A Hoseokie le gustan del tipo que manda mensajes a toda hora; de esas que te acompañan con gusto a ver películas de DC... Y hermosas, no como Yuhwa; hablo de ridículamente hermosas, como gráficos de computadora; por si quieren saberlo ― acotó, sonriendo de forma enigmática mientras tomaba el trago que tenía en su mano y le daba un largo sorbo ―. Pero ahora Hobi está muy ocupado trabajando, bailando y estudiando como para buscar a alguien, ¿no es así...?

Mirándolo de hito en hito, asintió con lentitud, confundido. ¿De qué demonios estaba hablando Yoongi...?

Ni siquiera pudo rememorar sus palabras por segunda vez cuando los gritos y aplausos colmaron el bar, atrayendo la atención de todos al escenario, en el que por fin el presentador daba por iniciadas las presentaciones de Hiphop.

Casi todos, totalmente atrapados por el primer concursante; un alto hombre de pelo trenzado, se movieron de sus asientos hacia el centro del lugar, donde varios vitoreaban al rápido ritmo de las poderosas ritmas; dejándolo atrás junto a Mark y Yoongi, quienes sólo movían sus cabezas de arriba abajo, disfrutando de la música.

Estuvieron una media hora así, cuando Namjoon, jadeando, llegó a la mesa, apurándolos porque ya sería su turno y tenían que prepararse. Con rapidez los tres se despidieron de Mark, moviéndose con dificultad entre la marea de personas que estaban dentro del local, hasta dar con la zona VIP, por esa noche, exclusivamente para los artistas.

―Estoy un poco nervioso ― confesó Namjoon, exhalando ―. Será la primera vez que escuchen la letra de esta canción ― murmuró, mientras se colocaba su chaqueta de terciopelo azul.

Yoongi, a su lado, hizo un sonido con la boca; demasiado ocupado en desenredar las cadenas que llevaría esa noche. Y mientras, él se colocaba su abrigo de terciopelo morado, intentando calmar los acelerados latidos de su corazón a la par que se ponía sus anillos. "Vamos, Hoseok, has hecho esto varias veces. Todo saldrá bien", pensó, recordando a Taehyung. ¿Llegaría a tiempo...?

Si lo hacía o no, a esas alturas ya no importaba. Lo primordial era calmar los ánimos de sus amigos, y los suyos propios.

―Lo haremos bien ― terminó por decir, con seguridad ―. Nam, hyung; ambos han practicado muchísimo. Ya van a ver cómo dejan a todos deseando más ― alentó, ganándose un par de cálidas miradas.

―Tú también lo has hecho muy bien, Hobi ― apuntó Yoongi, palmeando su hombro ―. Nunca nadie me ha impresionado tanto como lo has hecho tú.

Azorado, bajó la vista a sus zapatos, sonriendo con vergüenza. Si había sido capaz de mejorar era gracias a Namjoon y a Yoongi, quienes lo habían guiado y apoyado de la mejor forma posible durante todo ese tiempo.

Cuando se fue de Gwanju, con la firme idea de bailar en un grupo Idol, jamás se le pasó por la cabeza la idea de rapear; en todo caso, iba dispuesto a cantar como Vocalista... Pero ser rapero... Nunca en su vida lo había considerado.

"Tampoco estudiar ingeniería del sonido... O trabajar en una pizzería, o en una tienda de videojuegos... Y ni hablar de bailar en una plaza por dinero" caviló, irónico. Su vida había dado demasiadas vueltas en esos últimos cinco años...

―¡El siguiente grupo...! ― llamó un hombre de gorra, alertándolos ―. Vayan preparándose, que luego de esta presentación les toca.

Tragando en seco y dejando los nervios de lado, compartió miradas con sus dos mejores amigos; sonriendo con confianza. Esa noche estaban dispuestos a una sola cosa: dejar a todos los que se encontraban en "El Ático" con la boca abierta.

-


Jimin lo miró con confusión, volviendo la vista al local de dos pisos frente a ellos. Afuera habían muchas personas, la gran mayoría en grupos; hablando alto y riendo, mientras desde las amplias y oscuras ventanas, fuertes luces multicolores se dejaban vislumbrar cada dos segundos.

El más bajo apretó su brazo, admirando su móvil.

―Estoy seguro que es aquí ― apuntó ―. Google Maps me lo acaba de corroborar.

―Uhm... entonces deberíamos entrar.

Compartieron una preocupada mirada. La mayoría de las personas que estaban afuera no eran del tipo que estaban acostumbrados a ver. Daba un poco de miedo, en realidad. Los dos querían acceder al local, pero no estaban vestidos para encajar, y mucho menos estaban seguros de ser tratados de buena manera si lucían como dos riquillos de la zona alta de Seúl...

―¿Tae...? ¡Taehyungie! ¡Jiminie!

Volteó de inmediato, reconociendo esa voz. Jin, a unos pasos de la entrada del establecimiento, movía su mano con rapidez, apurándolos para que se movieran a donde estaba él y Yongsun, quien hablaba amenamente con otras tres chicas. Jimin y él no aguantaron ni un segundo, caminando a toda velocidad entre las personas y grupos que allí se encontraban; notando cómo varios los miraban con extrañeza.

Algo arrebolado por la situación, saludó al mayor, sonriendo.

―¡Hyung, te llamamos como mil veces y no atendiste! ― soltó, volteando hacia Yongsun ―. Noona, ¿cómo estás?

―Taetae, Jiminie, estamos esperándolos aquí afuera desde que nos fuimos de donde Jeonghwa ― regañó, acercándose un poco a ellos ―. ¿Y estas ropas...? ― rió ―. Están muy formales; serán el centro de atención.

―Es que... Vinimos directo de la fiesta de Jeonghwa ― murmuró Jimin, admirando a Jin, quien sí se había cambiado a una ropa más casual, al igual que Yongsun ―. Nos pudieron avisar, ¿saben? ― gruñó.

―¡Nah! No importa, así ligan más ― rió Jin ―. ¿Y su ropa del frío...?

―La dejamos en el auto ― respondió, mientras Yongsun los llamaba.

―Chicos, chicos, quiero presentarles a unas amigas-

Un escándalo de gritos y movimientos los hizo desviar su atención al interior del local, advirtiendo cómo la gran mayoría empezaban a desplazarse hacia el centro, donde se hallaba el escenario; el único lugar totalmente iluminado y que se podía apreciar desde donde estaban. Los siete no tardaron en cruzar miradas con extrañeza, alcanzando a oír a un hombre en medio del barullo.

―¡...Y con ustedes, el grupo más esperado de la noche; les estoy hablando de Rap Monster, Agust D, y J-Hope; ¡El trío de S&F y su nueva canción, directamente salida del horno: Cypher Pt 3!

Su corazón vibró en excitación nada más reconocer el apodo de su hyung, más sin embargo, fue Wheein la que lo demostró, saltando en su sitio mientras empezaba a jalonear a Yongsun del brazo.

―¡Son ellos, son ellos!

Con rapidez, y en medio de empujones, entraron al lugar al ritmo de la fuerte melodía. Aún impactado por cómo se habían dado los acontecimientos, se apoyó en Jimin, quien no había dejado de admirar el lugar con asombro.

―¡Woah! ¡Se ven geniales!

Quiso afirmar aquello, pero de alguna increíble manera su cuerpo no respondía a los llamados de su cerebro. Las palabras simplemente no salían. Estaba demasiado impactado por lo que veía.

Los que estaban sobre el escenario no eran el Namjoon y el Hoseok que había conocido esas últimas semanas. Era imposible...

Ellos lucían... Tan jodidamente guapos...

Namjoon era como otra persona, enfundado en esa costosa chaqueta y esos lentes de gruesa montura, mientras escupía con fuerza cada palabra al ritmo del intenso beat; con sus otros dos acompañantes alrededor, haciendo ruidos, saltando y animando al público.

El tal Agust D, que, por lo que le había contado Hoseok, seguro era Yoongi, no había dejado de moverse de un lugar a otro, siendo frío y salvaje con sus movimientos, a lo que muchas mujeres gritaban con más fuerza, vitoreándolos.

Y Hoseok... Demonios, Jung Hoseok.

Posar la mirada en él fue su perdición. De inmediato se olvidó del resto, mientras sus ojos perseguían con asombro al bailarín; quien ahora también era rapero. Jung Hoseok era simplemente perfecto; no había otra forma de describirlo. Él realmente podía hacer de todo, y brillar como sólo él sabía hacerlo.

Tragando en seco, admiró con perplejidad cómo el intenso coro acababa, dándole paso a Hoseok, quien enfundado en ese grueso abrigo morado de terciopelo y con esos lentes de color rojo, empezó a escupir a toda velocidad palabra por palabra, alentado por el público, quienes estaban como locos gritando y saltando.

Con la boca ligeramente abierta, captó cada rima y movimiento sin parpadear. Era más que increíble; ni siquiera hallaba una palabra lo suficientemente buena como para catalogar la presencia de Hoseok en ese escenario. Su corazón estaba a punto de salírsele del pecho de la emoción. Ya no veía la hora de encontrarse con él y decirle lo maravilloso que era.

...Y también de pegarle un puñetazo por decir que "no era tan bueno", cuando sobre ese escenario estaba brillando más que el jodido sol.

Aún impactado y con las emociones a flor de piel, advirtió cómo Jin lo tomaba del brazo, jalándolo lejos del grupo en dirección a la barra, antes de voltearse a él con gesto radiante.

―¡¿A qué son increíbles?!

No pudo contestar. Atinando a asentir, volvió la mirada al escenario y al rap afilado de Agust D, siendo escoltado por palabras al lazar y sonidos por demás de intrigantes de sus otros dos compañeros. Él también era genial, pero luego de haber visto a Hoseok...

Mierda, nadie se le comparaba; es decir, jamás en su vida alguien había movido tantas fibras en su interior como lo había hecho Hoseok esa noche... Ni siquiera Heeyeon, joder.

―Mierda, ¡son demasiado geniales! ― saltó Jimin, apareciendo tras él, sin dejar de admirar el escenario ―. ¡Ese tipo... Soy su fan!

Jin rió, ofreciéndoles dos tragos a la par que el último coro terminaba y el escándalo aumentaba a medida que las luces se iban apagando; mostrando por última vez a los tres integrantes de S&F, antes de encenderse a los cinco segundos, revelando el vacío lugar.

¡Estos chicos son increíbles! ¡Nunca defraudan, ¿verdad?! ― exclamó el presentador, ganándose vítores ―. Ahora... ¡Sigamos con la siguiente presentación...!

―Ya vuelvo, voy al baño ― avisó el más bajo, antes de desaparecer a paso rápido a través de la marea de personas, dejándolo a solas con Jin.

―Y... ¿Te gustó, Taetae? ― preguntó, sorbiendo de su cóctel con expresión gustosa.

―No sólo Jimin se hizo fan ― alcanzó a decir, aún maravillado ―. No sé cómo he vivido todo este tiempo sin conocerlos ― bromeó, tratando de no parecer tan conmocionado como el realidad estaba.

Es decir, su corazón seguía latiendo con locura, y ya estaba empezando a temer que no dejara de hacerlo.

En medio de la otra actuación, siguieron hablando por unos minutos más acerca de cuán genial era S&F, antes de que Jin desviara la mirada, agitando su mano con fuerza. Girando, abrió sus ojos desmesuradamente, avistando a un igual de sorprendido Jungkook.

―¿Qué rayos haces aquí? ― soltó, perplejo.

El menor se saludó con Jin, tomando la cerveza que le tendía, sin dejar de mirarlo con extrañeza.

―Hobi hyung me invitó... Pero... ¿Qué haces aquí? ¿Y tú hyung...? ¿Qué rayos...?

―Larga historia ― señaló riendo el mayor ―. Conclusión: Seúl no es tan grande como creías.

El menor bufó, dando un sorbo a su botella.

―Sí, ya me di cuenta.

Taehyung, quien aún tenía grabadas las palabras de Jungkook, lo jaló del brazo; acercándolo a su rostro bajo la asombrada mirada de sus dos amigos.

―¿Hobi... Hobi hyung te dijo de esto? ― preguntó en voz baja, desconcertado ―. ¿En serio te dijo?

―... Pues sí... Me lo dijo hace como dos semanas ― respondió ―. No entiendo, él me dijo que no te dijera nada porque le daba vergüenza ― refunfuñó ―. No sabes la de veces que casi se me escapaba esto. ¡La pasé realmente mal tratando de ocultártelo!

Soltó su brazo, incómodo. ¿Qué era eso? Se sentía realmente molesto. Bueno, obviamente tendría que estar irritado si Hoseok le escondía cosas... "Ellos se conocen de hace mucho más tiempo" trató de razonar consigo mismo, pero el enfado seguía allí, latente.

―¡Oh, Hobi hyung...! ¿Y Jimin-ssi...?

Alertado por Jungkook, se fijó en los tres miembros de S&F, quienes se acercaban a la barra en medio de charlas y saludos con las personas a su alrededor; todos felicitándolos por su actuación. Y también estaba Jimin, al lado de Hoseok: ambos hablando en medio de sonrisas. ¿Pero qué demonios...?

No tuvo tiempo de cuestionar algo. Su corazón no tardó en distraerlo, saltando con fuerza dentro su pecho nada más su mirada y la brillante del bailarín se cruzaron. Hoseok lucía impresionado; con sus labios ligeramente entreabiertos mientras sus ojos delineaban su figura de arriba abajo. Imitándolo, hizo lo mismo; bebiendo de la feroz imagen que le ofrecía el rapero: con su cabello despeinado mientras algunas hebras se pegaban a su sudorosa frente, vistiendo una sencilla camisa blanca arremangada a los codos y unos pantalones de cuero que se pegaban a cada músculo de sus piernas.

"Está tan guapo y sexy..." pensó, avergonzándose al instante al notar que se había quedado más tiempo del debido admirando las largas piernas de Hoseok.

―¡Hyung, Taehyung! ¡Qué bueno verlos! ― exclamó Namjoon, empujándose hacia donde ambos estaban ―. Como no estaban más temprano pensé que no vendrían― saludó, chocando manos con Jin, quien bufó.

―Por supuesto que vendríamos, Namjoon-ah. No me hubiese perdido su presentación por nada del mundo ― sonrió, con orgullo ―. Nunca había visto a un público tan entusiasmado con una agrupación underground.

Él también quiso agregar algo, cualquier cosa; pero su cerebro no reaccionaba. Toda su atención estaba puesta en las oscuras orbes; esas que poco a poco, a medida que se acercaban a él, lo iban poniendo más nervioso.

Gracias a todos los dioses Jungkook saltó frente a ellos, palmeando los hombros del bailarín, y sacándolos a ambos de su trance.

―¡Hobi hyung, estuviste perfecto! ― señaló sonriente, a lo que Hoseok le dirigió una sonrisa avergonzada mientras se rascaba el cabello. Jimin, quien hasta ese entonces había estado al lado del bailarín, exclamó, alejándose de Hoseok como si quemara, mientras abría sus ojos con impresión.

―¡Oh por Dios! ¡¿Tú eres Hobi Hyung?!

Mierda.

-


Poco a poco la noche iba mejorando.

Con una risita divertida, atisbó a observar cómo Yoongi intercambiaba números con Jimin cerca de la barra, mientras parecían tener una amena conversación llena de sonrisas y movimientos de manos. Negando, esperó a que su pálido amigo se alejara de una buena vez, acercándose con rapidez al más bajo, quien saltó en su sitio nada más girarse y chocar contra su cuerpo.

―¡Oye! ― gruñó ―. Hyung, ¿qué quieres? ― preguntó, cruzándose de brazos mientras le ofrecía una mirada que casi lo hace carcajearse. Ese chico era tan gracioso... ―. Urg. Ya sé que te dije que eras increíble y te admiraba-

―Y que eras mi fan número uno; no te puedes olvidar de eso ― interrumpió, riendo, a lo que Jimin se sonrojó, frunciendo sus gruesos labios en un cómico mohín ―. Vengo en son de paz, Jiminie; en serio.

―¿Paz...? ― preguntó, alzando una ceja ―. Dices "paz", pero quieres quitarme a mi mejor amigo ― acusó.

―Oh, vamos, yo no quiero quitarte a Taetae.

―¡Yah! No le digas "Taetae". Ese apodo sólo lo pueden utilizar sus amigos de más de un año; y por lo que sé, tú apenas lo conoces de hace unas semanas.

Se mordió el labio inferior, aguantándose las carcajadas. No quería hacer enfadar a Jimin; de verdad quería llevarse bien con él.

―Vale, vale; lo siento ― terminó por decir, ocultando su mueca divertida ―. No quiero quitarte a Taehyungie ― aclaró, apoyándose en la barra, bajo la atenta mirada del rubio ―; sólo quiero su amistad, Jiminie... Él es un chico muy especial, y lo sabes; en estos últimos días me ha hecho muy feliz con sus ocurrencias... Y me gustaría poder llevarme bien con él... Y con sus amigos ― explicó con suavidad, apretando su brazo ― Odiaría no poder hablar contigo; es decir, eres su mejor amigo. Quiero que nos llevemos bien.

El más bajo suavizó sus facciones, apoyándose a su lado en la barra, mientras miraba a su alrededor.

―Vale.

Parpadeó, confundido.

―¿Cómo...? ― Jimin frunció el ceño, girando su cabeza hacia él.

―Está bien, hyung ― aceptó ―. De todas formas, hablé contigo mucho antes de saber quién eras y me caíste demasiado bien ― refunfuñó, a lo que rió, siendo seguido del menor ―. Arg, de verdad quería odiarte, hyung.

―Lo siento, de veras ― carcajeó, pidiendo dos tragos al cantinero ―. Y cambiando de tema, ya que somos nos llevamos bien... Te vi intercambiando números con Yoongi hyung no hace mucho.

―Oh... Bueno- ― el más bajo se interrumpió, tomando la cerveza que el cantinero le ofrecía; dando un largo sorbo ―; estuvimos hablando un buen rato, y me dijo que anda produciendo una canción, y según él, yo y mi voz son lo que ha estado buscando-

Carcajeó, impresionado de los dotes actorales de su pálido amigo. Negando, bajo la azorada mirada del inocente de Jimin, palmeó su cabeza. "Eso es genial, tú voz es realmente dulce" fue lo único que alcanzó a decir antes de que su voz se quebrara, riendo un poco.

Jimin no era un mal chico, y él conocía a Yoongi; si el menor caía en la pequeña mentirita de su hyung, él no tendría más opción que aclararle los verdaderos y absurdos motivos de Yoongi para pedirle su Line. Dudaba que el rubio se enfadara de todas formas.

Sin más, ambos intercambiaron más palabras antes de devolverse a la larga mesa donde el resto seguía la reunión entre risas, bebidas, y escandalosas conversaciones.

Eran casi las doce de la noche y estaba algo achispado, como la gran mayoría de los allí presentes. Luego de que se presentaran todos los grupos, el jurado había deliberado por largo tiempo, dejando el veredicto final para el siguiente día; por lo que decidieron invertir el tiempo en beber y disfrutar de la velada al ritmo de una rola de Hiphop americano que tenía a todos de buen humor.

El local seguía igual de lleno, por lo que habían tenido que rodar las mesas y sillas que habían apartado para todo el grupo, quedando todos apretujados. Eunkwang, quien era el que más sufría en medio de Daniel y Taehyung, no dejaba de bromear con ello; ganándose largas carcajadas de todos.

Negando ante el último chiste de su amigo, ojeó la mesa con rapidez, hallando a Taehyung entre los asiento del fondo, los más cercanos a la ventana, y donde pegaba más frío. Sin dudarlo, se encaminó hacia él, dejando a Jimin junto a Namjoon, de quien también se había hecho fan.

―Hey... ― llamó con ligereza, atrayendo la atención del castaño, quien le devolvió la sonrisa; arrimándose de inmediato para que pudiera sentarse ―. ¿Por qué te sentaste aquí...? Hace frío ― señaló, encogiéndose un poco al notar la helada corriente de aire filtrarse por el cuello de su camisa. Taehyung sólo se encogió de hombros, dando un sorbo a su cóctel.

―Cuando Jinnie hyung y Yonsung noona estaban aquí no hacía tanto frío ― comentó, mojando sus labios; movimiento que siguió con interés, golpeándose mentalmente al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Taehyung, que no se había percatado, seguía hablando ―... Y bueno, supongo que por el calor corporal de todos no hacía frío, pero recién ahora me estoy congelando.

Asintió, sin perder detalle de la expresión ligeramente enfurruñada del menor. Era adorable; demasiado lindo como para no intentarlo. Así que sin pensarlo realmente, alzó su mano, pellizcando con suavidad la sonrosada mejilla de Taehyung, quien asombrado, se giró hacia él, con la boca entreabierta.

"Incluso sin intentarlo es lindo" razonó, tanteando su mano por la suave camisa de Taehyung hasta dar con su gélida mano, apretándola con cariño, sin despegar la mirada de la del menor.

―¿Por qué eres tan lindo, Kim Taehyung? ― suspiró, afianzando la mejilla en su mano libre, sin dejar de contemplarlo. El menor, claramente avergonzado, alcanzó a sonreír con timidez mientras entrecruzaba sus dedos con los suyos; afirmando el agarre que ambos compartían bajo la mesa.

El alcohol no le estaba haciendo bien. Nada bien. Es más, estaba totalmente seguro que más tarde se arrepentiría de todas las cosas que le estaba diciendo a Taehyung; e incluso se odiaría por ser tan atrevido. En sus siete sentidos, tomar la mano de un amigo, de la forma como lo estaba haciendo con Taehyung sería impensable.

Pero con el alcohol nublando sus sentidos... Su resistencia se evaporaba casi tan rápido como el rap de Yoongi.

Con un suspiro, delineó con la mirada el perfecto rostro de Taehyung, pensando en que a fin de cuentas, estar de esa manera con el castaño no se sentía tan extraño como la vez que, enfermo, mantuvo las manos de Yoongi y las suyas entrelazadas. Aunque quizás todo fuera culpa del alcohol, y en realidad sí se sintiera endemoniadamente raro si estuviera en todos sus sentidos.

Dejando de lado sus suposiciones, suspiró, cerrando los ojos por segundos, volviéndose a perder en la calidez del toque.

―Hyung... ¿Me estás escuchando?

Parpadeando con confusión, asintió con cuidado, terminando por soltar una ligera risa.

―No, la verdad es que ando un poco ebrio ― admitió en voz baja, sacando un "¡Lo sabía!" del menor, que se le hizo de lo más tierno. Volviendo a enfocar el flujo de sus pensamientos, preguntó ―. Entonces, Taehyung-ssi... ¿Te gustó la presentación?

―No pude despegar la mirada de ti ― confesó de inmediato, a lo que abrió los ojos, asombrado ―. Eres... Más que asombroso, Hobi. De verdad eres el Golden Hyung ― suspiró, y jamás en su vida se había sentido tan conmovido como en ese momento.

Sin pensarlo realmente, como llevaba haciendo desde el momento en que había mezclado Soju, cerveza y un poco de cóctel de menta; se acercó al más alto, dejando un suave beso en su cabello antes de revolverlo con su mano, bajo la impresionada expresión del castaño.

―Si sigues así, te haré mi dongsaeng favorito ― señaló, enternecido; suficiente para que Taehyung riera, risueño.

―Gracias por invitarme, hyung ― murmuró, luego de unos segundos en silencio, escuchando el rumor de las demás conversaciones ―. Me sentía del asco cuando te llamé ― confesó, batiendo sus largas pestañas bajo su atenta mirada ―; pero cuando escuché tu voz... Yo... Al instante me sentí mejor.

¿Sería demasiado extraño volver a besarlo? Se mordió el labio inferior, negando. Era demasiado. Incluso para su yo de esa noche; con seis tragos encima y una bebida del demonio que lo había hecho sentir más desinhibido de lo habitual.

Haciendo a un lado sus deseos, se acomodó en la silla; notando cómo Yoongi, en medio de risas, se sentaba frente a él, junto a Jin, Yonsung y sus amigas; los seis hablando entre escandalosos gritos que se detuvieron nada más posar su atención en ellos. Su pálido amigo fue el primero en señalar lo obvio, con un bufido divertido.

―Hoseok, ya estás ebrio.

―¿Eh...? ¡Claro que no! ― negó rotundamente, enderezándose a la par que un mareo lo hacía volver a su postura anterior, ganándose unas largas carcajadas de Wheein y Yonsung.

―Hobi, ¿cuántos cócteles te has tomado? ― preguntó Jin, mientras daba una mirada al castaño, alzando una ceja ―. Kim Taehyung, misma pregunta.

Estaban jodidos.

Refunfuñando por lo bajo, acarició con su pulgar el dorso de la mano del menor, advirtiendo que Jin les quitaría las bebidas si no actuaban lo suficientemente sobrios como para engañarlo.

―Eh... Bueno... ― empezó Taehyung, pensando con furia ―. Unos ¿...Ocho? ― preguntó, y eso fue suficiente para que todos los que estaban cerca rieran a carcajadas.

―Yonsung-ah, dime que tienes pastillas para el dolor de cabeza ― pidió el más alto, a lo que la mayor se alzó de hombros, sonriendo divertida.

―Déjalo sufrir, Jinnie; quizás así no vuelva a recurrir al alcohol por despecho-

¿Despecho?

Giró su cabeza hacia Taehyung, quien sorbía de la pajilla de su rosado cóctel, con su muda expresión puesta en la discusión entre los mayores. No entendía, ¿cómo que despecho? ¿Taehyung estaba despechado? ¿Desde cuándo...?

Volvió la atención a Jin, que hablaba de algo relacionado a no querer limpiar vómito a mitad de la noche, mientras Yonsung y sus amigas trataban de convencerlo que un Taehyung borracho era lo mejor que podría pasarle.

De todas formas, ¿Por quién demonios estaba despechado Taehyung?

Aún perdido en sus pensamientos, alcanzó a escuchar un "Tierra llamando a Hobi" de Yoongi, que logró llamar su atención por completo. Su amigo sonreía divertido, balanceándose en su silla de atrás hacia adelante.

―Eres tan obvio ― canturreó sin más, levantándose de su asiento ―. Iré con Nam; sé prudente con la bebida, no sí que no pienso limpiar vómito esta noche ― advirtió, antes de alejarse.

Taehyung, quien había seguido la conversación con curiosidad, lo miró de reojo, preguntando:

―¿Estás borracho, hyung?

―Tanto como tú ― bromeó, bostezando ―. En realidad no estoy tan ebrio, sólo tengo sueño... Aunque tenerte a mi lado me da fuerzas ― inquirió, sonriendo de lado ―. Eres como mi cargador.

―¡Yah! ¡Esas frases de ligue tan de los años de mi bisabuela...!

Ambos se giraron hacia la delgada chica de cabello corto que, parada al lado de un divertido Mark y Jackson, mantenía la boca fruncida con fingido asco, mientras balanceaba una botella de Soju en una de sus manos.

―¿Hyerin? ¿Qué rayos...? ― rió, desconcertado. Definitivamente no había esperado que su amiga fuera al club. Ella sólo negó, tomando un vaso en su otra mano y sirviéndolo hasta el tope, a la par que los gritos de sus amigos no tardaron en escucharse.

―¿Escuché bien? ¿¡Quién está ligando!? ― irrumpió el de cortos cabellos, estirando su cuello.

―¡Yah, Eunkwang! ¡Qué escandaloso!

―¡Hobi está ligando! ¡Yo escuché!

―¡No estoy ligando! ― negó, carcajeando.

La mesa estalló en risas y gritos, mientras todos bromeaban en torno a él y su supuesto ligue. Hyerin, que se había sentado a su lado, le tendía el vaso completamente lleno de Soju; sonriendo con inocencia.

―Ugh, Hyerin-ah, no creo-

―¡Claro que puedes, Hobi! ― irrumpió Hyojin, con cuatro botellas de Soju bajo sus brazos, ganándose varios aplausos entusiasmados ― ¡Vamos, celebremos que esta mesa está llena de personas increíbles! ― animó, dejando las botellas frente a él, mientras sus amigos empezaban a agitarse en excitación ―. ¡Una ronda de Soju para todo el mundo! ¡Invita la casa!

Y eso fue suficiente para que todos se descontrolaran.

-


―Si hubiese sabido que iban a emborracharse de esta manera, los hubiese mandado con Seokjin hyung. A los dos ― gruñó Yoongi, desde el asiento del conductor, ganándose varias carcajadas de sus dos molestos acompañantes.

No recordaba cuánto había bebido, sólo sabía que estaba feliz. Demasiado feliz.

Ah... Y que, de alguna extraña manera, había terminado en el auto de Yoongi, yendo al apartamento que compartían ambos raperos.

En su mente, el recuerdo de Jin aceptando que él y Hoseok -ambos excesivamente bulliciosos e incontrolables- se largaran con Yoongi, mientras una expresión llena de alivio inundaba su rostro, era lo único que podía evocar a la perfección.

Ni siquiera Jimin se había negado. Su amigo, más dormido que despierto, había sido llevado por Wheein y Jackson hasta el carro de Jin, uno de los pocos que se había salvado de Hyerin, Hyojin y sus cinco botellas de Soju que habían dejado a la gran mayoría por el piso.

―¿Emborra-... ah? ¿Borrachos...? Hyung, no estamos borrachos ― negó, riendo ―. Hobi hyung... ¿Estás borracho?

―No, no, no, no ― negó, con los ojos cerrados; totalmente recargado de la puerta ―. Tú estás borracho.

―Yo no estoy borracho.

―Sí.

―No.

―Estás borra-... Lo estás. Ya dije. Soy tu hyung; y los hyungs siempre tienen la razón.

―... Tú estás borracho.

―No, tú.

―Miren, ustedes dos; si no se callan ya mismo, me voy a largar al apartamento y los dejaré con sus culos congelándose aquí afuera.

Y eso fue suficiente para que Hoseok se enderezara, mirando con temor al mayor, antes de desplazar su atención a la ventana; cosa que él no tardó en copiar, en medio de risitas, advirtiendo con asombro el estacionamiento en el que se encontraban.

Yoongi no tardó en instarlos a moverse, saliendo del carro con rapidez y abriéndoles la puerta, antes de desaparecer con pasos rápidos tras la puerta de vidrio que dividía el estacionamiento del interior del edificio.

Con una ojeada a Hoseok, salió por la puerta abierta, esperando por el bailarín; quien no había dejado de moverse de forma torpe. Riendo, tomó su brazo sin avisar, presintiendo que si él no terminaba con la cara estampada en el frío suelo, lo haría Hoseok.

Así, en medio de un semi abrazo cargado de risas y vacilantes pasos, se adentraron al interior del inmueble; encontrándose con un Yoongi recargado en la pared del largo pasillo, esperando por ellos.

―Hyung, quiero pizza ― soltó Hoseok, antes de lanzarse sobre la espalda del más pálido, quien gruñó, molesto.

―Mierda, Hoseok. Llama a Mark y que abra la jodida pizzería.

―Hyung... ― berreó ―. Tengo hambre. ¡Me voy a morir!

Yoongi se movió con más rapidez, tratando de quitarse a su amigo de encima; siendo sus esfuerzos claramente inútiles. Él mientras, reía de la oscura expresión en el más bajo mientras se adentraban en el ascensor, con un Hoseok repitiéndole en el oído lo mucho que quería comer.

―Jung Hoseok, estoy a punto de convertirme en un asesino serial de borrachos fastidiosos ― regañó, saliendo del cubículo nada más las puertas se abrieron ―. Pizza no hay. ¿Te sirve pollo?

―Cualquier cosa que me des está bien, hyung.

El mayor volvió a gruñir, mascullando un "En estos momentos no sé porqué sigo teniendo compañero de piso", antes de seguir su camino. Taehyung, quien no había dejado de reír, se acercó a Hoseok, que había dejado libre a Yoongi para que abriera la puerta, tomando su brazo en un apretón.

―Yah, hyung, me congelo ― se quejó ―. ¿Y vives...?

―Justo aquí ― señaló la puerta que el más bajo abría, sonriendo con pereza ―. Comamos pollo y durmamos, ¿sí?

A los segundos, los tres estaban en la sala del pequeño y helado apartamento; guiados por Yoongi, quien no tardó en adentrarse en la cocina, empezando a sacar varias cajas del microondas.

―Les calentaré esto y me largo a dormir. Y más les vale no hacer desastres ni escándalos, si es que no quieren que les patee el trasero...

Hoseok no tardó en hacer un saludo militar, asintiendo bajo la hastiada expresión del rapero.

―Entendido, mi comandante.

Yoongi rodó los ojos, terminando de calentar las cajas de comida en el microondas, antes de despedirse con un movimientos de manos y desaparecer por una de las puertas ubicadas en el corto y único pasillo, justo en frente de la sala.

Agust D es genial ― susurró maravillado, afianzándose del hombro del bailarín mientras se sentaba a su lado, cerrando los ojos a la par que el olor a pollo llenaba sus sentidos.

―Lo sé ― concordó Hoseok, ofreciéndole un muslo que agarró al momento ―. Tengo tanta hambre... ― gimió, dando una mordida al pollo que sostenía con ayuda de sus palillos ―. ¡Yah! Esto está delicioso con salsa.

―¿De verdad?

―Prueba, Taetae ― y con ayuda de los palillos, acercó un pedazo de pollo a su boca, a lo que lo tomó entre sus dientes, gimiendo complacido.

―Woah...

Y, encontrando sus miradas, se sonrieron abiertamente.

Estuvieron algunos minutos en silencio, demasiado ocupados en devorar las piezas de pollo con voracidad. Ambos tenían mucha hambre y todo estaba demasiado sabroso como para ser recatados. Hoseok era el que tenía un tiempo difícil mientras comía; aún con el cabello despeinado, lucía ligeramente irritado cada vez que las mangas de su camisa caían a sus muñecas, ensuciándose con salsa y haciéndole gruñir, mientras él no podía dejar de reír ante el espectáculo.

Así pasaron los quince minutos que tardaron en comerse todo, siendo Hoseok el primero en ofrecerse a lavar los platos luego, cuando despertaran; por lo que ambos sólo se ocuparon en recoger las cajas y palillos, metiendo todo en el lavaplatos antes de encaminarse a la habitación contraria a la que había entrado el mayor.

En medio de risitas sin sentido, y ligeros golpes por parte de Hoseok, ingresaron a la iluminada recámara; dándose cuenta de inmediato que quizás Hoseok y él eran muy parecidos en personalidades, pero cuando se trataba de sus habitaciones... Eran unos completos polos opuestos.

La habitación, a diferencia de la suya, lucía lo suficientemente limpia como para tirarse al piso y dormir allí si es que quería. De un lado estaba la cama de una plaza, perfectamente ordenada, con dos almohadas y varios peluches que lo hicieron enternecer; mientras al lado contrario se encontraba un amplio closet de madera empotrado en toda la pared, y cerca de él, un escritorio lleno de papeles, cuadernos y la pantalla de una computadora; todo eso ubicado bajo el amplio ventanal, donde se mostraba el clima nocturno y uno que otro edificio.

―Ya te busco ropa cómoda. Creo que tengo un conjunto que te quedará perfecto ― murmuró Hoseok, cerrando la puerta y encaminándose hasta el clóset ―. A mi hermana le gusta regalarme ropa grande ― acotó, sacando varias prendas ―... Oh... Un edredón; déjame buscarte un edredón también.

―Hyung... ― interrumpió, girándose hacia él ―. Me gusta tu cuarto.

Hoseok sonrió de medio lado, canturreando por lo bajo mientras seguía revolviendo unas gavetas.

―Eso es bueno ― apuntó, recogiendo todo lo que había sacado y cerrando las puertas del clóset ―. Buscaré un cepillo para ti. No te vayas.

¿A dónde podría ir? Razonó, con diversión. El pollo que se había comido había sido suficiente para detener el ligero mareo que lo aquejaba desde hacía varias horas, por lo que ahora se encontraba en una mejor condición; aunque no la suficiente para curiosear más allá de la habitación de su hyung. Con eso en mente, volvió a dar un vistazo más detallado a las cosas de Hoseok que inundaban su escritorio; encontrando algunos libros de composición musical, otros de autoayuda y apuntes; muchos apuntes.

Tarareando, se sentó en la silla giratoria, advirtiendo los marcos que reposaban a un lado del escritorio, y acercándose a ellos con curiosidad. En una foto, la que más le había llamado la atención, salía Hoseok en la playa; sonriendo mientras un flotador yacía sobre su cabeza. Exhalando, delineó con su dedo el rostro aniñado de su hyung, terminando por morderse el labio inferior. Incluso en esa época era jodidamente lindo.

"Y tiene la misma sonrisa..." pensó, suspirando.

―¿Qué haces, Taetae? ¿Espiando? ― giró en la silla, encontrándose con Hoseok a medio desvestir.

Ni siquiera pensó en contenerse a sí mismo cuando su mirada ya se estaba paseando con lentitud por el lampiño y fibroso pecho, aún medio cubierto por la camisa blanca, la cual se hallaba casi totalmente desabrochada; mientras sus piernas, ahora enfundadas en un short naranja, lucían con orgullo los músculos que las duras jornadas de baile habían formado.

Tragando en seco, volvió su vista al rostro del mayor, quien lo observaba de hito en hito, con sus rosados cabellos más desordenados de lo normal.

―Tu foto... ― carraspeó, sintiendo su voz más ronca de lo normal ―. Aquí. Sales adorable, hyung ― explicó, mostrándosela. El más bajo no tardó en sonreír, acercándose a él y revolviéndole los cabellos.

―Yah, no digas cosas tan vergonzosas, Taetae ― pidió, alcanzándole un pijama enorme con patrones de ositos ―. Urg, no sé por qué Jiwoo insiste en comprarme cosas de ositos; pero seguro te queda bien.

Asintiendo, dejó de lado la fotografía, empezando a desvestirse, a lo que Hoseok comentó que iría a cepillarse, desapareciendo de forma apresurada tras la puerta.

Diez minutos después, ambos estaban con sus pijamas puestas y sus caras lavadas, jugando una partida de "piedra, papel o tijera" para decidir quién dormiría contra la pared; siendo él el ganador luego de tres rondas, logrando que Hoseok frunciera los labios en un mohín.

―No te vas a caer, hyung; si quieres te agarro ― ofreció, esperando de todo corazón que le dijera que sí; pero el más bajo sólo gruñó, lanzándole el edredón sin miramientos.

―Vamos, vamos, chico guapo; acuéstate ― ordenó, bostezando ―. Ya quiero dormir.

Riendo, se montó en la cama, gateando hasta su lugar y abrigándose con las cobijas; Hoseok no tardó en apagar la luz y sentarse a su lado, acomodándose hasta acostarse de espaldas a él.

―Hyung... ― llamó, situándose en su costado; apreciando con dificultad sus claros cabellos y parte de su pijama naranja ―. ¿No sería mejor si durmiera en la sala?

―Olvida eso ― susurró Hoseok, girándose ―. Te vas a congelar allá afuera; además, contigo aquí se siente mucho más calientito.

Exhaló por la nariz, conteniendo una risita. Hoseok, a pesar de ser el mayor, seguía siendo tan lindo como cuando era pequeño.

Acercándose más aún al cuerpo contrario, buscó a tientas bajo las sábanas la mano del mayor, encontrándola a escasos centímetros de la suya. Realmente no alcanzaba a notar qué clase de expresión tendría Hoseok en esos momentos, pero sin perder detalle del lugar dónde sabía estaba su rostro, entrelazó sus dedos; suspirando con gusto cuando los delgados dedos del mayor apretaron el agarre, guiando ambas manos hasta la altura de su pecho.

―Gracias, Hobi hyung ― soltó en un murmullo, percibiendo el ligero apretón en su mano ―. Por todo... En serio. Gracias.

―Yo soy quién debería agradecerte ― susurró ―. Conocerte ha sido una de las mejores cosas que me han pasado este año ― confesó, a lo que su corazón empezó a bombear con fuerza, percatándose del fuerte cosquilleo que subía desde su estómago ―. Me gustaría... Que nuestra amistad durara mucho más, Taehyungie.

Conmovido, buscó con su pie el del mayor, acariciándolo con suavidad a la vez que Hoseok suspiraba complacido.

―¿Para siempre, quizás? ― preguntó, cerrando los ojos; completamente a gusto con el contacto que mantenían.

―Esa idea no está nada mal...

Se quedaron un rato en silencio. Su pie aún rozando el del bailarín, del cual sólo sabía que estaba despierto por sus suaves exhalaciones cada vez que apretaba con sus dedos la piel de su tobillo.

Risueño, se dio cuenta que podría estar todo el día así con el mayor, y no le importaría. Le gustaba; le gustaba mucho esa intimidad entre ellos.

Algo más adormilado, susurró:

―Me gustó verte hoy, hyung.

―... A mí también, Tae ― la débil y ronca voz de Hoseok alegró sus tímpanos ―. Siento no haberte invitado antes...

―No importa, hyung. Ya sabía que eras algo tonto ― bromeó, ganándose una ligera patada ―. En serio, hyung. Estoy feliz. Tú me haces feliz.

Hoseok rió bajo, removiéndose entre las sábanas.

―El alcohol nos vuelve unos sentimentales ― añadió ―. No sigas, que me harás llorar.

Ambos se carcajearon un poco, apretujándose aún más cerca.

―Ugh, sentimentales y demasiado afectuosos... Hyung, ¿por qué me abrazas? ― rió, ligeramente desconcertado, mientras la mano libre de Hoseok rodeaba su cintura y su rostro se ocultaba en su pecho ―... Hyung...

―Cállate, Tae ― gruñó, con su cabello haciéndole cosquillas en la barbilla a medida que estrujaba su rostro contra su pecho ―. Hace mucho que no duermo acompañado... Sólo... Duérmete y ya ― ordenó en un susurro.

―El alcohol... ― terminó por decir, desechando cualquier otro pensamiento mientras enterraba su nariz entre las suaves hebras rosadas ―. Todo es culpa del alcohol...

Vainilla. Hoseok olía a vainilla.

Encantado, enredó sus piernas entre las del mayor, mientras su brazo libre rodeaba el cuerpo de Hoseok; sonriendo cómodo y totalmente satisfecho antes de caer en los brazos de Morfeo.

-


NDLA:

Estúpido Wattpad. He estado como dos horas tratando de subir este capítulo. 😠😠😠😠😠😠

Por cierto...

*Arrojando las 22.845 palabras* 

¡FELIZ NAVIDAD!

Antes de decirles cualquier otra cosa... Yo NECESITO, pero de verdad NECESITO, dejarles una imagen mental de cómo lucía Hoseok el día de la presentación sin su "costoso" abrigo de terciopelo morado 😍

JUNG PERFECT HOSEOK, ATACANDO CORAZONES DESDE 1994.

Si no es tu Bias, es tu Bias.💅

¿Se enamoraron, verdad?😍🤤

Por otro lado, lamento la demora 😅 Como se habrán dado cuenta, cuando digo que no tardaré, tardo, y cuando digo que tardaré, no tardo. 😂😂😂😂

La cosa es que llevo TRES DÍAS editando, confinada a una incómoda silla mientras pienso que, a parte de que no recibí regalos, ninguna de las historias que sigo han sido actualizadas 😭#Lloro

Por otro lado, ¿qué tal DNA? ¿Les va gustando? Es mi primera vez haciendo AU, así que no estoy muy segura de mis habilidades XD ¿Alguna tiene idea de qué va a suceder? ¿Final triste o feliz? ¿Han pensando en eso? Para serles sinceras, siento un particular gusto por escribir finales triste, aunque odio leerlos😅 #NoLasQuieroAsustar #PeroLasAsusto

En fin, regálenme amor, valeee: comenten y voten.💕

¡FELIZ AÑO!

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