¿¡Nuestra Hermana!? - Brother...

Від TDMellow

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Las coincidencias son tan fugaces como impresionantes, pero ¿será el destino que hizo de las suyas esta vez? ... Більше

1º El Comienzo
2º Algo Parecido...
3º Manga y Videojuegos
4º Aún Más Manga y Videojuegos y... ¿Atracciones?
5º ¿Un Partido?
6º Trabajo de Oficina
7º Trabajo de Oficina II
8º Noche de Peliculas... O ¿Es una cena?
9° La Flor Lavanda.
10° Perfecta.
11° ¿Presentación?
12° ¿Presentación? II
13° Cumpleaños.
14° Cumpleaños II
15° Piscina y Juegos Inocentes.
17° Pretendía Ser Inocente.
18° Confesiones Gemelas
19°
20°
21° La Boda.
22° La Boda Parte II
23° Audición.
24° Audición II
25° Tempranas Sorpresas Navideñas.
27° Prohibido.
28° Conflicto en el Partido
29° Sorpresa Actuada.
30º Nueva felicidad.
31° Suave Toque, Suave Desliz.

26° Hanami En Familia.

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- ¡Aah! -mi boca se abrió horrorizada, Ukyo-san no había llenado la nevera y yo estaba descuidada tampoco me había fijado si habían insumos. ¿Y ahora qué hago?

- ¿Sucede algo? -oí la voz de Tsubaki.

- ¿Acaso te cortaste onee-chan? -preguntó el pequeño Wataru a lo que solo suspiré cerrando la nevera y poniéndome de pie.

- N-No es nada de eso... Es solo que no hay suficiente comida como para hacer el almuerzo. -me quité el delantal.

- Se le olvidó llenar la nevera... -comentó Azusa.

- Ahora está en medio de un caso... -justificó Masaomi dulcemente, los miré detenidamente.

- Debe ser duro para el señor abogado... -miré a otro lado.

- Lo es, así era mi madre cuando vivía con ella. Olvidaba completamente cocinar el almuerzo o el desayuno, así fue como yo aprendí a cocinar... -cerré mis labios al ver que capté toda la atención que se puede conseguir en la casa. Me sonrojé y empecé a caminar para salir de la cocina. - I-Iré a comprar algo... -pero me detuvieron y sentí unas manos en mi hombro, esas que me recorrieron ayer, jadeé girándome un poco para mirar su sonrisa burlona, notó que me hizo temblar.

- Hoy sólo seremos nosotros y Subaru... ¿Te parece bien comer afuera? -oí un leve maullido de mi gato a lo que me separé un poco del peliblanco.

- ¿Comeremos fuera? ¿¡En un restaurant familiar!?-Wataru sonrió de oreja a oreja ante la idea, no suena mal realmente, es bueno descansar de vez en cuando.

- Ir a comer a un restaurant familiar suena aburrido. -ahogué una pequeña risita ante el comentario del azabache.

- ¡Entonces hagamos un hanami! ¡Aún no hemos ido a ver las flores! ¡Sería genial ir a ver las flores! ¡Hanami! ¡Hanami! ¡Hanami! -suspiré mirándolo algo cansina, no soy fan de los niños pequeños, miré la sonrisa de Tsubaki, la indiferencia de Azusa y la dulzura de Masaomi mientras miraba al menor gritando el cual corría por todos lados, me quedé observando al pediatra, hay que tener un amor y paciencia enorme hacia los niños como para tolerarlos bien.

- Por mi está bien... -suspiró Azusa.

- Ver los cerezos por la tarde es buena idea... -sonreí.

- Amo ver los cerezos a cualquier hora del día... ¡Oh! Pero Subaru-san... -Tsubaki rodó los ojos.

- Le diremos en el camino, así que no te preocupes. Además, Invitaré a Natsume que parece estar libre estos días. -mi rostro formó una amplia sonrisa boba mientras mis mejillas se coloraban.

- ¿¡Nat-chan!?-mi sonrisa se borró ante la mirada del peliblanco, miré de reojo al resto que mantenían su mirada sobre mí, Masaomi inquisitivo y Azusa neutral. Wataru solo seguía corriendo. - A-Ah, e-es decir. V-Veré l-lo que hay en la nevera, d-de todas maneras hay que ir a comprar comida ¿No? Hahaha... -abrí la nevera nerviosa mientras ocultaba mi enorme sonrojo avergonzado. - ¡M-Mira! P-Puedo hacer algo de pollo frito ¿Les parece? -Wataru alzó los brazos emocionado.

- ¡Wohoo! ¡Onee-chan hará pollo frito! -volvía corretear repitiendo lo mismo.

- Sí, tienes razón, no estaría bien comer solo cosas de la tienda. -se levantó recargándose de sus brazos de la mesa intentando borrar el tenso momento de hace segundos. - Así que te lo encargo, _tn. -sonreí asintiendo antes de ponerme manos a la obra.

- ¡No hay que olvidar las cervezas! -exclamó Azusa a lo que lo miré algo nerviosa.

- ¿C-Cervezas? -pestañeé nerviosa.

- Solo para los adultos, pequeña. -me sonrojé como tonta ante la cálida sonrisa de Masaomi.

- Hehe, c-claro... -continué con el pollo.

Una vez preparamos todo, partimos hasta el parque de los arboles de cerezo, admiré el sitio muy bien cuidado, los arboles desprendían sus características hojas rosas que caían lentamente hasta el suelo, formando una capa que se podría confundir con una muy linda alfombra rosa pastel de terciopelo.

- Te ves muy flipada _tn-chan. -le sonreí a Tsubaki.

- No importa cuántas veces pase por aquí, simplemente me encanta. -aspiré el aroma fresco y ligeramente perfumado a flores, ignorando el leve bullicio de las personas alrededor.

- Sí, es muy confortante. Es bueno distraerse un poco. -comentó Masaomi.

Luego de ubicarnos en el sitio y colocar todo para luego sentarnos a comer disfrutando de una buena charla en familia. Tsubaki había dicho casi hace diez minutos que se retiraría lo ignoré por el momento por que el pollo estaba bueno pero ahora necesito sus tonterías porque es como si faltara algo. Y además, ya vamos a terminar de comer y no veo a Natsume por ningún lado, claro, debe estar ocupado, pero ¿Sí estaba ocupado por qué le dijo a Tsubaki que vendría?

- ¿Dónde está Tsu.... -me detuve al oír su voz.

- ¡Wahg! ¡Pero qué lindas nee-chan tenemos hoy aquí! -exclamó ante un grupo de chicas seguramente fans de él. - ¿Quieren que les cante una canción? -estas empezaron a chillar emocionadas, sonreí recargándome en mis brazos para mirar detenidamente al peliblanco. Masaomi, a mi lado, soltó una suave risita.

- Ese Tsubaki... -me reí ante el comentario del pediatra el cual tenía un vaso en sus manos.

- Así se le quiere... -me encogí de hombros disfrutando su canto sin preparación, por lo que forzaba su voz para algunas notas que aún así sonaban cómicas, no pude evitar reír más por ello, acompañada de Azusa que tenía una leve sonrisa burlona.

Mi mirada se desvió al camino adornado de flores, uniéndome a Wataru, que miraba detenidamente desde hace ya unos pocos minutos. ¿Y cómo no notarlo? Era el único tío formal de cabello naranja vestido con traje en un parque.

- ¡Na-kun! -lo miré detenidamente y aún así haya distancia, me encontré con sus ojos y él con los míos, le dediqué una cálida sonrisa que me devolvió sutilmente.

- Oh, Natsume. - saludó su trillizo.

- Llegas tarde... -dijo Masaomi a lo que el peli naranja hizo una muy suave mueca.

- Ya están terminando, no debí venir. -fruncí el ceño regañándole con la mirada así que este miró a otro lado antes de sentarse junto a Azusa.

- No digas eso, pocas veces hacemos este tipo de eventos así que deberías participar. Desde que vives solo te has vuelto menos cooperativo. -le riñó su trillizo a lo que este suspiró suavemente.

- Sí, sí, está bien. -oímos aplausos y giramos a ver al escandaloso peliblanco.

- ¡Muchas gracias queridas onee-san! -exclamó sonriendo de oreja a oreja, matando a las chicas frente suya.

- Maldición, no importa cuántos años tenga Tsubaki, sigue siendo fastidioso. -ahogué una risa nasal que provocó que la mirada divertida de Natsume se posara sobre mí.

- Como dice el dicho, '' El alma no cambia con la edad'' -serví un poco de jugo para luego tendérsela al peli naranja.

- Ten, Nat-chan. -me sonrió antes de tomar el vaso.

- Gracias... -miré a otro lado mientras recordaba el aroma de su bufanda.

- A-Amhg, l-lamento que te hayamos molestado de esta manera, e-es decir, Tsubaki es un necio. -jugué con mi cabello bajo su atenta mirada. - S-Sin embargo, m-me alegra que hayas podido venir aún con tu trabajo encima, este negó con la cabeza y yo le tendí la bandeja de croquetas de pollo que hice. - T-Ten, prueba esto. -este agarró un palillo y lo comió directamente. - Compramos la comida p-pero... -dejé la bandeja en el mantel.

- ¡El pollo frito lo hizo nee-san! -sonreí tímida mirando su reacción y esperando sus palabras, pero no salieron a lo que hice una leve mueca.

- ¿Por qué me estás mirando con esa cara? -enarcó suavemente una de sus cejas a lo que miré a otro lado con una suave mueca.

- No es nada... -este suspiró.

- Sabe bien... -lo miré con un calor subiendo a mis mejillas.

- ¿Enserio? -sonreí. - Me alegro... -este mantuvo su mirada en otro lado.

Luego de un buen rato, no sé cuánto tiempo exactamente, la charla amena se había desviado a una más adulta y seria, no incluía a Tsubaki por qué seguía con el grupo de fans que no lo dejaban sin embargo no le parecía molestar así que miré a Wataru que corría todo el parque y seguía con energías para seguir corriendo hasta que me fijé que ya no quedaba algún tipo de bebida y era lo único que me entretenía.

- Oh. -los hermanos detuvieron su charla para mirarme, me sonrojé levemente.

- Esto... -me levanté y sacudí un poco mi ropa. - S-Se acabaron las bebidas, iré a buscar algunas. -estos se percataron de los envases vacíos.

- Ah, deja te acompañamos. -negué con la cabeza.

- No importa, yo iré rápido. -les sonreí y me encaminé rápidamente a las tiendas más cercanas.

Luego de caminar un poco para llegar al centro me encontré con Subaru, tenía una campera negra y una camisa azul debajo que le veía muy bien realmente. Sonreí y este miró a otro lado indiferente.

- ¿Estás sola?

- Ah, no, iba a comprar unas bebidas, que ya no nos quedan. -este suspiró suavemente dándose la vuelta para ir a la tienda que iba a entrar. - A-Ah, S-Subaru-san. -el azabache siguió caminando.

- Vamos, no podrás tu sola con las bolsas. -hice una leve mueca correteando suavemente tras él hasta caminar a su lado.

- S-Sí puedo sola, a-además no quiero molestarte, debes estar cansado por tu entrenamiento. -este negó con la cabeza.

- Está bien, vamos. -suspiré suavemente antes de aceptar.

Compré lo necesario contando ahora con la presencia de Subaru. Una vez nos encaminamos miraba el suelo del trayecto algo incómoda, así eran los silencios con él.

Me gustaría decir algo, pero... Miré de soslayo su rostro tan indiferente y casi molesto, no sé si le moleste mi presencia.

Suspiré internamente mirando al frente y el largo recorrido que nos queda por delante.

- Sabes... -me sobresalté levemente y lo miré aunque él no me devolvía el gesto.

- ¿Umhg? -mordí mi labio levemente mirando su semblante dubitativo.

- Es... Acerca de lo que te dije antes... -enarqué una ceja intentando recordar, tampoco es que habláramos tanto. Este me miró de reojo ante mi silencio pero luego devolvió su vista al frente al encontrarse con la mía. - Debes ir a verme jugar en el próximo partido. -sonreí levemente bajando la mirada. - Yo... Quiero que me veas ganar. -con que si me aprecia, de una manera algo rara pero me aprecia. Sonreí un poco más.

- Por supuesto Subaru-san... -este me miró de soslayo. - Claro que iré, no hace falta que me lo digas, y obviamente vas a ganar. -golpeé suavemente su hombro. - Sí no ganas no te lo perdonaré. -este soltó una muy leve sonrisa antes mirar al frente, lo imité y ninguno de los dos dijo palabra alguna el resto del trayecto.

...

- ¡Oye Natsume! ¿Estás bebiendo? ¡Vamos bebe más! Jajajaja... -oí los berrinches de Tsubaki desde la distancia, madre mía.

- Ya has bebido demasiado, Tsubaki. -masculló Azusa con su hermano rodeándole el hombro y recargado en el mientras bebía sake.

- Oh, Subaru. - dijo Masaomi al vernos, el basquetbolista dejó las compras en el mantel y se paró a mi lado.

- ¿Ahh? ¿Qué es eso? ¿Es una coincidencia que ustedes dos llegaran juntos? -rodeé los ojos cruzándome de brazos.

- Es solo una coincidencia. -comentó Subaru algo cortante antes de mirar a varias direcciones algo mosqueado. - Espera ¿Dónde está Wataru? -todos comenzamos a mirar alrededor

- Ah... Eso...

- Estaba aquí hace un momento. -respondió Masaomi. Miré al frente y lo vi recargado en la valla que separaba el lago del parque.

- ¡Ah! ¡W-Wataru-chan eso es peligroso! -puse una mano en mi pecho, sin embargo, antes de cualquier reacción Natsume se levantó de inmediato y corriendo a muy rápido se acercaba al peli salmón.

A punto de llegar, Wataru saltó chillando y cayó al suelo, mala suerte del pelinaranja que cayó justo en sus pies haciéndolo caer a él en vez del niño.

- ¡Natsume-san! -chille inconsciente para luego tapar mi boca sonrojada ante mi reacción, pues, tenía la mirada de Tsubaki, Azusa y Subaru sobre mí.

...

- ¡Arriba! -Tsubaki lo ayudó a salir del agua jalándolo de un brazo. - ¡Agarra fuerte!

- - Ahh... Na-kun está completamente empapado... -me paré cerca de ellos mirando algo divertida la escena. - ¿Por qué se tiró al estante?

- Es que a Natsume onii-chan le gusta nadar...

- ¿Enserio?

- ¡Por supuesto! ¡Mira! - y con una sonrisa de oreja a oreja soltó a su trillizo el cual volvió a caer al agua.

- ¡Tsubaki! -le reñí asomándome a ver a Natsume. - Ouuhg, pobre Nat-chan. -fruncí el ceño mirando al peliblanco que se partía de la risa. - ¡Ayuda a Natsume, idiota! -le di un coscorrón y este se sobó quejándose.

- Vale, vale...

Una vez estaba fuera del agua noté como temblaba por momentos.

- Ah, Natsume-san... -este estaba sentado en el suelo, me arrodillé a su lado y me quité mi suéter de lana para cubrirlo. Este me miró por el gesto, le sonreí dulcemente con mis mejillas algo tibia. - T-Tal vez no sea mucho pero vas a resfriarte si no te calientas rápido. -este bajó la mirada.

- ¿Enserio fue una coincidencia? -enarqué una ceja.

- ¿Disculpa?

- ¿Fue una coincidencia que te encontraras con Subaru a la mitad del camino? - lo miré levemente sorprendida ante la pregunta.

- C-Claro que lo fue, Natsume... -respondí sincera, aún tenía su mirada clavada en el suelo.

- Natsume, disculpa a Tsubaki por la broma. -este bufó mirando a otro lado.

- Como si fuese la primera vez... -sonreí acercándome al peli salmón.

- ¡Es verdad que a los chicos guapos no les hace daño el agua! ¿Verdad? -miré de soslayo a Natsume, es verdad, es completamente verdad, creo que los ayuda, despeinado y mojado se ve totalmente... Me abofeteé mentalmente mirando a Wataru.

- ¿Por qué no vienes a casa a darte una ducha? -me sonrojé levemente oyendo detenidamente sus palabras.

- Sí eso haré. -esbocé una sonrisa traviesa sumergida en malos pensamientos.

- Waah, o-onee-chan con esa cara das miedo... -carraspeé mi garganta volviéndome a abofetear.

- P-Perdón, hehe, pero, Wataru-chan ¿Qué veías que casi te caías por la valla? -este sonrió de oreja a oreja.

- Un señor pato que dormía. -exclamó alegre. - Hasta que lo desperté y me asustó. -sonreí enternecida.

- Eso te pasa por asustar el pobre señor pato, seguro tenía más miedo que tu. -este miró a otro lado.

- Seguramente... -infló sus mejillas.

....

Al llegar a casa me tiré en mi cama sobresaltando a mi gato el cual al verme se relajó volviéndose a acomodar para mirarme detenidamente mientras cerraba sus ojos.

- Kiiro-kun, Natsume está aquí... -murmuré con ganas de hablar con alguien, este abrió sus ojos verdosos y sonreí levemente. - Y se está duchando... -otra sonrisa no tan inocente se posó en mi boca pero luego la borré. - Tonta, tonta... -tapé mi cara con una almohada. - No puedes pensar esas cosas ¡Tonta! -suspiré antes de quitar la almohada y mirar a mi gato pidiendo ayuda, este maulló vagamente antes de cerrar sus ojos. - Lo sé... Sé que es mi hermanastro, pero no puedo evitarlo... -miré el techo. - ¿Cómo crees que él me ve a mí? -cerré mis ojos antes de volver a abrirlos y levantarme de un tirón para cambiarme, me coloqué mi típico pijama, una camisa algo grande con unos shorts.

Mi gato me miró en la cama.

- ¿Q-Qué? ¡E-Es mi pijama! N-No es que esté intentando provocar a N-Natsume-san... -inflé mis mejillas mirando a otro lado. - Y-Ya vuelvo...

Salí de mi habitación y me asomé por la escalera.

- Natsu-nii... No sabes nada, déjame en paz. - abrí mis ojos ante las palabras de Subaru el cual iba a subir las escaleras por lo que correteé de vuelta al pasillo para que no pensara que estaba oyendo. Le sonreí inocente una vez lo vi al tope de la escalera, este me dedicó una corta mirada antes de perderse en el pasillo. Suspiré suavemente bajando las escaleras.

- ¿Nat-chan? -este miraba el suelo sosteniendo una toalla que rodeaba sus hombros.

- ¿Huh?... -me miró a los ojos, pero luego su mirada me recorrió el cuerpo a lo que ahogué una sonrisa, seguramente mi gato me miraría juzgante de nuevo.

- ¿Ya estás mejor? -asintió mirando a otro lado.

- Sí, gracias... -pasé por su lado yendo a la cocina.

- ¿Ya tomaste algo caliente? -pregunté buscando hacer algo de chocolate caliente.

- No, de todos modos no te molestes, no tengo muchas ganas de beber algo. -me giré a mirarlo con el ceño fruncido.

- Natsume, puedes resfriarte. -este se sentó en el sofá.

- Ya me quité la ropa mojada. -preparé todo para hacer la bebida.

- Pero necesitas agarrar calor, las noches son muy frías. -este suspiró.

- Ya estoy agarrando calor... No te preocupes... -lo miré de reojo, me miraba fijamente. Bufé volviendo a lo que hacía en la cocina.

- Mejor asegurarse, baka. -soltó otro suspiro.

- Que obstinada eres a veces...

- ¿Tanto como Tsubaki? -pregunté graciosa.

- No lo sé, no conozco tus límites.- sonreí levemente. - Y no sé si quiera perder la paciencia... -lo miré de reojo.

- ¿No eres paciente? -no lo dejé responder. - Bueno, sí o sí debes tener cierto grado de paciencia con Tsubaki. -este ahogó una sonrisa.

- Sí, soy paciente, _tn. -mordí mi labio levemente.

- Yo no... -mascullé para mi mientras miraba el chocolate en la olla, lo mezclé antes de servirlo en dos tazas y dejar un poco para el que quiera tomar. Se lo llevé. - Aquí tiene señor paciente... -este suspiró suavemente antes de tomar la taza y soplar el vapor de esta mientras cerraba sus ojos. Me senté a su lado llamando su atención. Este me miró de reojo, sonreí levemente. - Algún día intentaré quitarte la paciencia, entonces... -me propuse antes de beber un sorbo de la primera ligera capa fría que aparece al soplar.

- ¿Huh? ¿Y qué harás para lograrlo? -lo miré encontrándome con sus ojos púrpuras, ¿Ah? ¿Escuché mal? Un tono retador de palabras mal interpretables que sonaba levemente atrevido... O ¿Soy yo que siento demasiado calor en mi cuerpo?

Nos quedamos compartiendo esas miradas que hablaban por si solas, al principio retadoras pero desviaron su curso volviéndose más... Sucias.

Jadeé al mirar sus labios entreabiertos.

- Quiero darte calor... -mascullé inconsciente tomándolo por sorpresa que noté en el jadeo que soltó. Cada uno bajó las tazas propulsados por la inercia que comenzó, Natsume se acercó a mi rostro y yo al de él.

- Oh. -nos sobresaltamos cada uno volviendo a su lado, cuando ya podía sentir su cálido aliento en mi boca, miré a otro lado sosteniendo mi taza con recelo. - Pensé que no había nadie aquí. -Masaomi bajó con una de sus serenas sonrisas, observándonos detenidamente al ver nuestra incomodidad. - ¿Todo bien?...

...

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