Quizás olvido el hecho de que vivía en el mundo mágico, donde casi lo imposible, se hacía posible.
Y que un par de tragos te hace cometer crímenes que ni muerto pensarías.
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Se había convertido en otro después de la guerra, sus ánimos no solían ser los mejores y su sonrisa arrogante parecía muy pocas veces asomarse.
Aquel día su mirada gris se encontraba fija en la marca de su brazo izquierdo. Sentía tanto odio a eso.
Pero no quiso deprimirse más, por todos los magos, él era Draco Malfoy.
Por eso, esa tarde tenía un plan algo peculiar. Beber cerveza de mantequilla hasta no recordar nada más que disfrutar. Y así lo hizo.
Eran las tres de la madrugada y sus sentidos lo llevaron a más que solo beber, lo llevaron a buscar placer.
No supo como pero ya se encontraba a punto de un orgasmo.
No estaba consciente como para preguntar quién era la otra persona, pero poco le importaba.
Llegada la mañana Draco no se esmero en ver quien había sido la persona que gritó su nombre toda esa madrugada. Y la posición en la que llevaron a cabo tal acto tampoco le favoreció. Pero se sentía satisfecho con recordar ese lindo trasero que estaba a su merced hace unas horas, ese trasero elevado solo para él.
De seguro la chica era hermosa. Pensó Draco ya llegando a su habitación.
Lastima que Draco Malfoy no sabía dos cosas:
Uno, no uso hechizos anticonceptivos.
Dos, vaya forma de caminar tendría "esa chica" luego.
publicado: 20 de noviembre del 2017
terminado: 30 de diciembre del 2018
resubido: 22 de febrero del 2022
©Di_Lover.