Luke:
– ¡Buen día imbécil! – gritó Michael mientras abría las cortinas de mi habitación, lamentablemente estaban justo frente a mi cama y dejaban entrar el resplandor del sol – Hoy es tu primera misión, deberías estar muriéndote de la emoción, no del sueño. – finalizo con un emtusiasmo barato, yo opte por cubrir mi rostro con las almohadas, considerando hacer un poco de feng shui en este lugar.
– Vete – gemí soñoliento.
«Luke párate pedazo de flojo» ordenó divertido dentro de mi mente, odiaba cuando hacía eso, pero que más, le obedecí.
Me levante de mala gana y me senté en el borde de la cama, después de frotar mis ojos me di cuenta de que el idiota de Mike ya no se encontraba en mi habitación, así que lo sentí distante cuando me habló por segunda vez «El profesor Kurt vendrá en cualquier momento, prepárate imbécil».
– Deja de hacer eso, joder me duele la cabeza – me quejé camino al baño y sentí su carcajada timbrar en mi cerebro.
Después de vestirme y sentarme en mi cama para colocarme mis vans negros, tocaron mi puerta.
– ¡Adelante! – grité.
– Buenos días Robert – saludó Kurt nuestro director, un hombre de traje elegante y costoso, irradiaba poder y compromiso, su cabello y barba se encontraban blancos por la edad, pero detrás de sus gafas podías ver sus oscuros ojos amables, siempre me llamaba por mi segundo nombre, lo encontraba más formal que Luke.
– Buenos días Kurt – repliqué poniéndome de pie mientras él me daba un sobre con todos los datos sobre mi misión, estaba nervioso, no podía creer que me habían seleccionado para esto.
– No puedes regresar solo hijo, tienes que traerla – exclamo – Éxito y mucho, mucho cuidado – fue todo lo que me dijo, pensé que me daría un sermón, pero solo extendió su mano y la apreté, era el gesto más cercano que iba a obtener de él, podía sentir su sinceridad y preocupación.
Kurt de verdad quería a sus estudiantes aunque no lo demostrara.
–
Me encontraba en el avión, de camino a mi nuevo destino: Edimburgo, Escocia, leí todos los datos del sobre durante el viaje, esta chica era todo un contraste.
– Muy bien Aria Mason, prepárate porque voy por ti – susurré para mí mismo.