¿Amistad o Amor? James Maslow...

Von MelsMorales

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Ser una estudiante de secundaria, con diecisiete años encima, además de ir cargando con millones de libros gi... Mehr

Capítulo 1 "El nuevo alumno" (Parte 1)
Capítulo 1 "El nuevo alumno" (Parte 2)
Capítulo 1 "El nuevo alumno" (Parte 3)
Capítulo 1 "El nuevo alumno" (Parte 4)
Capítulo 2 "Mi amigo con derecho" (Parte 1)
Capítulo 2 "Mi amigo con derecho" (Parte 2)
Capítulo 2 "Mi amigo con derecho" (Parte 3)
Capitulo 2 "Mi amigo con derecho" (Parte 4)
Capitulo 3 "James, mi sexy conquistador" (Parte 1)
Capítulo 3 James, mi sexy conquistador (Parte 2)
Capitulo 3 James, mi sexy conquistador (Parte 3)
Capitulo 3 James, mi sexy conquistador (Parte 4)
Capitulo 3 "James, mi sexy conquistador" (Parte 5)
Capitulo 3 "James, mi sexy conquistador" (Parte 6)
Capitulo 4 "Carlos, mi nuevo acompañante"(Parte 1)
Capitulo 4 "Carlos, mi nuevo acompañante" (Parte 2)
Capitulo 4 "Carlos, mi nuevo acompañante" (Parte 3)
Capitulo 4 "Carlos, mi nuevo acompañante" (Parte 4)
Capitulo 4 "Carlos, mi nuevo acompañante" (Parte 5)
Capítulo 5 "Los buenos recuerdos son los que permanecen para siempre" (Parte 1)
Capítulo 5 "Los buenos recuerdos son los que permanecen para siempre"(Parte 2)
Capítulo 5 "Los buenos recuerdos son los que permanecen para siempre" (Parte 3)
Capítulo 5 "Los buenos recuerdos son los que permanecen para siempre" (Parte 4)
Capítulo 5 "Los buenos recuerdos son los que permanecen para siempre" (Parte 5)
¡AVISO!
Capítulo 5 "Los buenos recuerdos son los que permanecen para siempre" (Parte 6)
Capítulo 6 "Revelación A Los Cuatro Vientos" (Parte 1)
Capítulo 6 "Revelación a los cuatro vientos" (Parte 2)
Capítulo 6 "Revelación a los cuatro vientos" (Parte 3)
Capítulo 6 "Revelación a los cuatro vientos" (Parte 4)
Capítulo 7 "Bebé A Bordo" (Parte 1)
Capitulo 7 "Bebe a bordo" (Parte 2)
Capitulo 7 "Bebe a bordo" (Parte 3)
Capitulo 7 "Bebe a Bordo" (Parte 4)
Capitulo 8 "¡Y comienzan los sustos!" (Parte 1)
Capitulo 8 "¡Y comienzan los sustos!" (Parte 2)
Capítulo 8 "¡Y comienzan los sustos!" (Parte 3)
Capítulo 8 "¡Y comienzan los sustos!" (Parte 4)
Capítulo 9; "¡Se los advertimos!" (Parte 1)
Capítulo 9; "¡Se los advertimos!" (Parte 2)
Capítulo 9; "¡Se los advertimos!" (Parte 3)
Capítulo 10 "¿Nuestra vida o la de ellos?" (Parte 1)
Capítulo 10 "¿Nuestra vida o la de ellos?" (Parte 2)
Capítulo 10 "¿Nuestra vida o la de ellos? (Parte 3)
Capítulo 10 "¿Nuestra vida o la de ellos? (Parte 4)
Capítulo 11 "Bóveda de los muertos" (Parte 1)
¡Reto del día!
Capítulo 11 "Bóveda de los muertos" (Parte 2)
Capítulo 11 "Bóveda de los muertos" (Parte 3)
Capítulo 11 "Bóveda de los muertos" (Parte 4)
Capítulo 12 "Nos volvemos a encontrar" (Parte 1)
Reto número 2
Capítulo 12 "Nos volvemos a encontrar" (Parte 2)
Capítulo 12 "Nos volvemos a encontrar" (Parte 3)
Capítulo 12 "Nos volvemos a encontrar" (Parte 4)
Capítulo 13 "¡Hazlo ahora, Maslow!" (Parte 1)
Capítulo 13 "¡Hazlo ahora, Maslow!" (Parte 2)
Capítulo 13 "¡Hazlo ahora, Maslow!" (Parte 3)
Capítulo 13 "¡Hazlo ahora, Maslow!" (Parte 4)
Capítulo 14 "Arreglos, sorpresas, nombres y más" (Parte 1)
Capítulo 14 "Arreglos, sorpresas, nombres y más." (Parte 2)
Capítulo 14 "Arreglos, sorpresas, nombres y más." (Parte 3)
Capítulo 14 "Arreglos, sorpresas, nombres y más". (Parte 4)
Capítulo 15 "¿Qué cosa dijiste?"
Capítulo 16 "Dos cuerpos en un solo ser."
¡Volví!
Capítulo 18 "Ni la muerte podrá separarnos"

Capítulo 17 "Puedes irte con una sonrisa."

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Von MelsMorales

Narra Andrea:

Pasaron tres días desde que Carlos fue poseído por un espíritu maligno, que sólo Dios sabrá de dónde provino. James se encargó de llevarlo a nuestra casa después del incidente, para nuestra desgracia el sacerdote murió; no sé mucho de estas cosas, pero puedo jurar que fue una de las más escalofriantes escenas.

James sobrevivió a la energía que desprendía el exorcismo, y Kendall ni se mencione. Ambos fueron un par de héroes y se los agradecí saltando de alegría en cuanto llegamos a casa, claro, sin hacerle daño al bebé.

Y si están preguntándose por nuestros familiares: ellos se encuentran muy bien, un poco traumados por la escena de terror, pero lo importante es que hay salud.

Y en cuanto a nuestros invitados... no quisieron acercarse hacia nosotros. Y decidieron jamás hacerlo.

Bien, esta posesión sí que nos tomó por sorpresa, ¿cómo pasó? ¿A qué se debió? Ni siquiera el sacerdote me podía contestar, ya que se encontraba más rígido que un tronco.

James: Amor—Me llamó, captando mi atención—, necesito ir a la farmacia por unas inyecciones para Carlos, ¿podrías cuidarlo mientras salgo?

Embocé una sonrisa sarcástica y en seguida asentí. No quería demostrarlo demasiado, pero James a veces se pasaba de desconfiado.

James cruzó el umbral de la puerta y en seguida la cerró con sumo cuidado. Tomé asiento en el sofá pequeño y encendí la televisión. Carlos se encontraba dormido en el sofá gigante, se veía bastante adorable.

Carlos es adorable desde nacimiento, y esta escena reflejaba aún más su dulzura de joven. Aunque, no precisamente se comportaba como joven. Y recordar lo ocurrido hace unos pocos días me llenaba de amargura.

¿Cómo pueden hacerle eso? ¡Por Dios, Carlos es tan lindo! No merecía eso. Ahora entiendo por qué las personas más nobles y dulces siempre terminan lastimadas.

Fijé mí vista hacia la cocina, que de repente llamó mi atención. La puerta oculta comenzó a abrirse, me sobresalté por un momento, pero al ver que se trataba de Kendall con un montón de bolsas entre sus manos, solté el aire que guardé.

Andrea: Hay una puerta principal por si aún no la ves. —Sonreí socarronamente mientras me dirigía a la cocina. Kendall me asesinó con la mirada y en seguida dejó las bolsas con mucho cuidado sobre la mesa.

Kendall: Tu sarcasmo duele—Informó, para después abrir nuevamente la puerta trasera y meter más bolsas, que por lo visto, tenían muchísimas cosas dentro—. ¿Me podrías ayudar? Esto realmente pesa.

Rodé los ojos y lo ayudé con tres bolsas.

Sí, sí, soy una maldita floja que no quiere ayudar a su hermano. Pero estoy embarazada, excusa perfecta.

Andrea: Deberías entrar al gimnasio, la carne de tus brazos está muy colgada, y estás huesudo de la panza. —Sonreí decidida, a lo cual Kendall se llevó una mano al pecho fingiendo ofensa.

Kendall: ¡Cálmate, señorita Barbie, que tú serás la primera en ir al gimnasio!

Apreté los dientes con suma furia, ¡odio a mi hermano, siempre tiene la maldita razón y yo no puedo defenderme porque siempre me deja como una estúpida!

Cálmate, Andrea, te estás volviendo una bestia.


Narra James:

¡Maldita sea, esto es horrible! Llevo más de quince minutos esperando en la fila para pagar las inyecciones, y por más que lo deseaba, la bendita fila no se movía. Bien, al menos Carlos está en buenas manos; confío en Andrea, es muy valiente, y si puede cuidar de mi primo, sé que podrá cuidar de nuestro hijo.

Bueno, ambos lo cuidaremos, heh.

Cerré mis ojos tratando de contener la desesperación y en seguida me vi vilmente interrumpido por Logan, Kevin y mi hermano, quienes corrieron hacia mí y me abrazaron con todas sus fuerzas, atrayendo las miradas de los clientes.

Oficialmente, me quedé sin huesos.

Phillip: ¡Nos alegra encontrarte aquí! —Exclamó mi hermano con un tono sumamente feliz—Necesitamos hablar contigo, ahora.

James: ¿Y desde cuándo te alegra A TI verme? —Fruncí el ceño y mi hermano rodó los ojos frustrado.

Kevin: Concéntrense, chicos—Ordenó—. Es unos meses se casarán y no hay mucho tiempo para discutir. Logan, Kendall, Phillip y yo seremos tus caballeros de honor.

Me quedé perplejo ante su información. ¿De verdad serán mis caballeros de honor? ¿Y sin consultarme antes?

Phillip: Caballeros de Honor significa que te ayudaremos a buscar un traje. —Habló Phillip, creyendo que mis pensamientos se debían a que no entendí el término.

James: ¡Gracias, ahora puedo morir en paz! —Contesté sarcástico.

Logan: James, esto va en serio—Tomó la palabra—. Decídete de una vez, me perdí mi novela por venir a buscarte hasta acá...

James: ¡De acuerdo, acepto! —Espeté, interrumpiendo a Logan con cierto tono de frustración. La maldita fila aún no se dignaba a avanzar, ¡estaba derritiéndome en sudor! —Pero quiero un traje bonito, uno que impresione a Andrea.

Los tres chicos arquearon una ceja sorprendidos. Cada uno sabía la cantidad de dinero que se gastaría sólo en mí. Y no los culpo, me conozco a la perfección y es un lado que odio de mí.

Kevin: Saliste mañoso, cuñadito—Sonreí ladeando la cabeza, mientras Phillip contenía una pequeña risa—. Mañana, en punto de las tres. Y no le des explicaciones a mi hermana.

Bufé exasperado. Después de todos los sucesos macabros, estaba comenzando a dudar sobre nuestra boda. Quiero casarme, amo a Andrea y a nuestro hijo, pero no puedo continuar mi vida sabiendo que el mundo está en contra de nosotros. No quiero que mis amigos, ni mi esposa, mucho menos mi hijo pasen por otra situación así.

Pero bien dicen que el matrimonio es una gran prueba para demostrar amor. Y si así lo dice la gente, así lo cumpliré. Le demostraré a Andrea que la amo, y seré buen ejemplo para mi hijo.

Sacudí mi cabeza, liberando mi mente y en seguida estreché mi mano con cada uno de mis amigos. Traté de ocultar mi desesperación, pero Phillip se dio cuenta al instante y aprovechó el momento para decirme "¡Relájate, todo está bien!" al oído.

Querida suerte: no la cagues, por favor. 


Llegué a casa junto con los tres chicos detrás de mí. Cerré la puerta y en seguida nos encontramos con Andrea, Kendall y Alexa hablando con Carlos. Quienes nos miraron de la misma forma que nosotros a ellos.

¿A qué hora llegaron Kendall y Alexa?

Me quedé un momento parado, el ambiente se volvió tenso en un abrir y cerrar de ojos. Y por el rostro que tenía Andrea sabía que algo no andaba bien.

James: ¿Qué sucede? —Pregunté, con el semblante serio.

Andrea: Hay algo que queremos decirles. Siéntense.

El rostro de Andrea me indicó que nada se encontraba bien. Tomamos asiento, sin despegar la vista de los demás. Eso fue extraño. ¿Tanto me tardé comprando inyecciones?

Carlos: Sé que estás preguntándote qué está pasando, ¿cierto? —Preguntó con tono neutro— Tranquilo, no es tan malo como parece.

James: ¿A qué te refieres con...?

Andrea: Escucha, mi amor—Me interrumpió, jugando con sus manos—, estos últimos años han sido fantásticos, a excepción de las rarezas que han ocurrido. Pero... Carlos y Alexa han decidido manejar una vida por sí solos, y enfrentar los problemas solos, y...

James: ¡Los entiendo! —Interrumpí a Andrea— Los entiendo a la perfección, chicos. No tienen por qué poner sádico el ambiente cuando todos podemos hablar tranquilamente.

Alexa y Carlos ladearon su cabeza en señal de aceptación. Desde un par de días antes del incidente con el demonio, me di cuenta del comportamiento raro de Carlos, al igual que el de Alexa. Ambos se distraían fácilmente, como si no quisieran enfocarse en la realidad.

Pero llegamos a la conclusión: si ellos tenían que irse, podrían hacerlo. Aunque será un gran hueco para todos.

Alexa: ¿Entonces... tú sabes de...? —Ella trataba de explicarlo.

James: ¡Adelante! No los detendré en el camino. Si se tienen que ir, pueden hacerlo. Lo único que quiero es que ya no sufran, y menos teniendo en cuenta que ahora un demonio está en contra de nosotros.—Crucé una pierna y en seguida Carlos comenzó a llorar.

A veces Carlos se comportaba como una mujer. Siempre he querido decírselo, pero me golpeará si lo hago en un momento como éste.

Carlos: ¡Se los agradezco mucho! —Expresó, limpiándose las lágrimas con su camisa— Los extrañaré demasiado.

Kendall: ¡No seas ridículo, carnal! —Palmeó el hombro de Carlos— Nos seguiremos viendo. ¿A dónde se irán? —Preguntó, para después beber del envase gigante de jugo de naranja.

Alexa: Viviremos en Canadá.

Kendall escupió el jugo, manchando el piso blanco que tanto nos costó limpiar. Se cubrió su boca y pidió disculpas varias veces. El resto lo miró con el semblante serio, hasta que Phillip estalló a carcajadas y nos contagió.

Para ser un ambiente sádico, tiene su chiste.

James: Mi padre tiene su empresa en Canadá. Podemos reunirnos ahí en vacaciones si es que lo desean. —Informé, después de controlarnos.

Alexa: Sería un honor, primo. Lo tomaremos en cuenta. Además, estamos ansiosos por conocer al pequeño Abraham. Lo llevarán a Canadá a visitarnos, ¿verdad?

Andrea y yo asentimos. Creo que sería una muy buena idea llevar a nuestro hijo a recorrer el mundo. Una forma fácil para que se abra.


Narra Andrea:

La noche cayó en un abrir y cerrar de ojos, la mayoría de nosotros se encontraba cansado pero el ambiente fue mejorando con el paso de las horas, así que a nadie le importaba dormir.

Durante el tiempo, contamos chistes y anécdotas graciosas que a cada uno le ocurrió en su infancia y adolescencia. Yo hablé un par de veces, no tuve una infancia muy productiva ni graciosa, así que sólo podía compartir las experiencias dentro de casa; en cambio Kendall, fue una máquina de risas para todos nosotros. Él siempre fue un chico social, amable y muy trabajador. Normalmente pasa la mayor parte del tiempo con amigos o recorriendo las calles junto con Logan en sus patinetas.

Técnicamente, Kendall ha vivido más que yo.

Kendall: Cuando tenía ocho años, un cepillo para baño calló encima de mi cabeza. Y lo peor, fue que estaba usado. —Mi hermano comenzó a carcajearse al igual que el resto.

Lo recuerdo perfectamente: Kendall y yo solíamos comprar pan por las mañanas. La panadería se encontraba cerca de la casa, así que no corríamos peligro. Pero ese día fue de mala suerte para mi hermano. El cepillo salió volando de una ventana y calló en la cabeza de Kendall.

El cepillo olía a rayos. Y bueno, al final descubrimos que la vecina intentó asesinar a su esposo con el cepillo del baño.

Ya saben, lo típico.

Logan: Eso sí fue gracioso. Ahora, es mi turno de contar un chiste: ¿cómo se le llama a una venada sin ojos? — Logan entusiasmado esperó la respuesta, pero el resto nos intercambiábamos miradas, creyendo que contestarían— Se le llama: "No-venada", jajajajaja— Logan estalló a carcajadas, mientras que el resto lo miraba con el semblante serio. Dejó de reír en cuanto notó el ambiente aburrido y vergonzoso, y se cruzó de brazos, molesto— ¡Soy un asco!

Kendall: No eres un asco, hermano. Sólo tienes que practicar los...

Logan: ¡No, ya nada! —Se levantó del sofá, y caminó hacia la puerta— Iré a tomar aire, ¡y no me molesten! —Fueron las últimas palabras de Logan, para después cerrar la puerta con fuerza. 


Esta noche fue inexplicablemente única; contamos chistes, historias tristes y uno que otro coraje que pasamos en nuestra infancia, hasta que el reloj nos sorprendió, indicándonos que debíamos dormir.

James: Chicos, es hora de dormir. El ambiente es muy bueno pero hay que descansar. —Dijo, tallándose el ojo izquierdo.

Carlos: Estoy de acuerdo. Antes que nada, ¿me prestarías dos o tres maletas? —Pregunto, dirigiéndose a James— Aún tengo ropa por guardar.

Alexa: Llenó treinta maletas con su ropa.

Carlos: ¡A nadie le importa!

James: Por supuesto. Las maletas se encuentran en mi closet, Andrea puede ayudarte mientras yo despido a los chicos.

Carlos asintió levemente, y nos dirigimos hacia los escalones.

Carlos: ¡Oye! —Gritó, asustando a James— ¿Y mis inyecciones?

James: Alexa tiene las inyecciones. No quiero que mueras en el trayecto a Canadá.

Carlos: ¡Eres un amor de hombre! —Suspiró dramáticamente, llevándose ambas manos al pecho.

James: Morirás algún día. Aún así, gracias por el cumplido. —Guiñó el ojo.

Carlos puso los ojos en blanco y subió arduamente las escaleras, rebasándome.


El closet de James es muy amplio, y muy elegante. Pero lo más estresante es que guarda papeles, bolsas con ropa vieja, basura y posiblemente, insectos. Carlos intentó sacar las maletas sin hacer desorden. Sin embargo, las bolsas obstruían el camino. Hacía un esfuerzo en vano.

Carlos: Estoy harto— Espetó, controlando su respiración —. A este paso nos tomará más tiempo llegar a casa.

Andrea: Disculpa el desorden, James no es muy bueno con la limpieza. —Me agaché con dificultad y traté de mover las pesadas bolsas.

Carlos: Conozco a James, y tú no tienes por qué ayudar— Me tomó de ambos brazos y me llevó hasta la cama. Tomó asiento junto a mí—. Estás embarazada, recuérdalo. Sé que quieres ayudarme a buscar las maletas, pero el bebé puede lastimarse.

Carlos me tomó de las manos y las apretó delicadamente. Sus ojos color café brillaban, transmitían paz y a la vez dolor, recordándome aquella noche cuando nos besamos.

Una noche, que poco a poco, fue convirtiéndose en una pesadilla.

Carlos: ¿En qué piensas? —Me preguntó, sonriendo de lado— Tu rostro no me conmueve.

Andrea: Lo siento— Contesté cabizbaja—. Es sólo que... el sentir tus frías manos me hizo recordar aquel momento cuando nos besamos en el campo. Y... bueno... reviví toda la escena en mi cabeza.

Carlos me escuchaba con mucha atención, pero poco a poco fue retirando sus manos de las mías, mientras negaba para él mismo.

Carlos: Deja de pensar en ello. Son momentos estúpidos.

Andrea: No son momentos estúpidos. Son únicos, y deberías agradecer que cumplí con lo que pediste.

Me levanté de la cama y continué con la búsqueda de las maletas. Por detrás, escuché un profundo y grueso suspiro, seguido de unos pasos que poco a poco se hacían más grandes. Carlos se arrodilló a un lado de mí y ayudó con las bolsas.

Carlos: Discúlpame—Dijo, sin hacer contacto con mis ojos—, pero es un recuerdo que jamás quiero revivir. Te usé para mi bienestar, y lo peor de todo, fue que traicioné a mi primo. No sabes cómo me siento desde que eso ocurrió.

Andrea: James ya no está enojado contigo...

Carlos: ¡Pero yo estoy enojado conmigo! —Interrumpió, subiendo el tono de su voz— ¿Qué pasaría si tu prima te quita a James?... ¿Vivirías feliz con ello?... ¿o harías algo al respecto?

No haría nada al respecto, ni siquiera permitiría que mis primas se acerquen a mi esposo.

Andrea: No tengo idea de qué hacer.

Carlos: Exacto—Contestó con seriedad, mientras sacaba con dificultad la primera maleta que se encontraba hasta bajo de todas las pesadas bolsas negras—. Será mejor que pienses en una idea. El mundo está rodeado por zorras...

Andrea: Y por mujeriegos. —Completé.

Carlos: Nos entendemos bien, prima—Dijo, brindándome una sonrisa—. Por fin logramos sacar la maleta.

Asentí levemente. Carlos ladeó la cabeza y se dirigió hacia la salida de la habitación arrastrando los pies. Yo lo observé desde la postura incómoda en la que me encontraba, hasta que él giró sobre sus talones y prestó atención a causa de mi llamado.

Andrea: Prométeme que no te irás con ese rencor entre manos.

Carlos tronó la lengua, fastidiado.

Carlos: Trataré de hacerlo, sólo no me recuerdes nada. —Se marchó.

Ladeé la cabeza, aceptando las palabras de Carlos.

Después de todo son recuerdos muy bellos. Espero que un día Carlos lo acepte, y deje de culparse por hacerle caso a sus sentimientos. 


Por favor, suban al vuelo 322, con destino a Vancouver, Canadá.

Esperaba que mi mente estuviese jugándome una broma pesada. Pero no, desgraciadamente cada uno de nosotros vivíamos la cruel y dura realidad de despedir a uno de nuestros mejores amigos.

En especial, James.

James: Estaré llamándote por las noches para recordarte que tomes tus medicinas. —Dijo, limpiándose las lágrimas de sus rosadas mejillas.

Carlos: ¡Eres un estúpido!— Expresó, con la voz entre cortada— No te contestaré las llamadas. Tendré un sueño pesado a esas horas.

James: ¡Te vas a moriiiir!

Carlos: Prefiero morir, que escuchar tu irritante voz de homosexual.

Carraspeé mi garganta en cuanto James y Carlos se enredaron en un dulce abrazo por última vez. James lo abrazaba con todas sus fuerzas, mientras sollozaba en su hombro.

Carlos, tu primo te ama, ¿por qué no lo ves así?

Logan: Te traje un jugo de naranja— Dijo, entregándome la bolsa de plástico—. Está echado a perder, así que es tu decisión.

Andrea: Gracias, pequeño— Dije, con suavidad, tomando la bolsa de plástico—. ¿Crees que algún día veamos a Carlos? —Pregunté, girando la mirada hacia Logan. Él asintió con toda seguridad.

Logan: Lo veremos de nuevo, amiga. Por lo mientras, dejémoslo descansar, ha pasado por muchos problemas.

Andrea: ¿Estará seguro en donde sea que se encuentre? —Pregunté, cabizbaja. Logan suspiró y rodeó mi espalda con su brazo, brindándome apoyo.

Logan: Él ya está grande, sabrá defenderse por sí solo. Tú deberías preocuparte menos por Carlos y pensar más en tu futura familia.

Es lo mismo que pensé durante el trayecto hacia el aeropuerto. Me preocupo demasiado por mis seres queridos, que olvido cómo me encuentro yo. No quisiera ser egoísta, pero tampoco debo descuidar a la pequeña Andrea.

El gran parlante de la estancia captó la atención de las personas, avisando que el vuelo a Canadá estaba a punto de despegar. James lo volvió a abrazar, y Carlos rompió en llanto. Rápidamente, fuimos hacia ellos y nos envolvimos en un abrazo grupal muy doloroso.

Tanto así, que los guardias corrieron hacia nosotros para evitar que aplastaran mi pancita.

—Jóvenes, tengan más cuidado. La señorita... —arqueé una ceja, confundida—... perdón, la dama, corre el riesgo de perder a su hijo con estos abrazos bruscos.

James: Descuide, oficial. Sólo nos despedimos de nuestro amigo— Explicó, colocando ambas manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero. El oficial asintió con lentitud pero no despegaba la vista del rostro rojo de James—. ¿Qué me ve?... ¿Quiere una foto?

—¿Estás drogado? —Preguntó, entrecerrando los ojos. James puso los ojos en blanco pero no contestó nada— Estoy preguntándote si estás drogado.

James: Sí, señor— Contestó, con sarcasmo—. Estoy tan drogado que no me he dado cuenta que el avión de mi primo está a punto de despegar... —Abrió los ojos con exageración—... ¡Chicos, el avión!, ¡corran! ¡Rápido!

A los segundos, Carlos y Alexa ya abordaban el avión, gritando por la ventanilla un "adiós" que no se escuchaba para nada. James regresó por el pasillo alfombrado y nos acompañó varados en el cristal hasta que el avión despegó. Observé a mí alrededor y cada uno lloraba en silencio, excepto yo.

Pero, ¿por qué no siento nada?

Tal vez por la sencilla razón de que ambos podrán realizar su vida sin preocupaciones, al igual que todos nosotros.

Sí, eso me mantiene tranquila.

Andrea: Puedes irte con una sonrisa, querido Carlos. —Dije, en voz baja, para después seguir a los demás, quienes deseaban unos ricos tacos antes de ir a casa.

Hola, ¿cómo han estado? 

Wow, ha pasado mucho tiempo desde la última actualización. Les quiero recordar que, a pesar de mi lentitud con las actualizaciones, la novela aún continuará. Faltan muy pocos capítulos, ¡no se vayaaaan! 

Además, tengo una sorpresa para ustedes. Después sabrán la razón de mi pequeña ausencia. 

¡Los quiero mucho! 

TheMelsMorales. 

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