Capítulo 2 "Mi amigo con derecho" (Parte 2)

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Kendall: ¡Hermana, ya llegué! —Gritó Kendall mientras entraba a la casa —Te traigo una... —Nos miró atónito. —¡¿Pero qué carajos están haciendo?! —Subió el tono de su delicada voz.

James y Andrea: ¡Nada! —Gritamos al unísono.

Kendall: No me mientan ¿Si?, ya saben que yo odio las mentiras y más cuando me dicen una. ¿Qué estaban haciendo? —Preguntó muy molesto, traía ambas manos en la cintura, por lo consiguiente quería una buena explicación.

James: Nos estábamos besando ¿Si?, algo tan normal como el aire, y el agua. No hicimos nada malo

<< ¿A poco así se siente besar a un hombre?>> —Me pregunté a mí misma.

Andrea: Además, tú dijiste que James y yo seríamos una bonita pareja.

Kendall: —Cruzó sus brazos —Así es, no voy a mentir sobre eso. Y tampoco me voy a meter en una relación muy...muy... —Cerró sus ojos por un momento —... bonita, ¿Sí? Escuchen, si me molesté un poco cuando los vi, es porque no quería saber que su momento pasó más allá de besos y abrazos.

Andrea: Kendall...Jamás pasó de besos y abrazos. Fue algo tan inesperado que, ni yo misma lo creo. No te molestes, o te arrugarás...

Kendall: —Comenzó a reír levemente. —De acuerdo, me voy a calmar.

James: ¡Demonios! —Gruñó revisando su celular

Kendall: ¿Qué ocurre? —Preguntó preocupado.

James: Mi primo Carlos acaba de llegar a la casa, ¡Y olvidé por completo eso! ¡Me tengo que ir, nos vemos luego! —Salió con Fox en brazos por la puerta principal

Andrea: Te veo luego. —Lo despedí agitando mi mano.

Después de que James se fue, abracé a Kendall y le di las gracias por no molestarse por un simple beso.

(...)

"Kendall, hermano, si vez esto quiero decirte lo mucho que te amo y que te adoro. Eres el mejor amigo-hermano que he tenido. ¡TE AMO EMPANARO!".

Con amor, Andrea

Esta hermosa carta la coloqué junto a su almohada antes de irme directo a la escuela. El sobrenombre de "Empanaro" se lo coloqué cuando se encontraba enfermo y no podía mencionar algunas palabras, por ejemplo "Empanadas"

Narrador omnipresente:

Andrea se mantuvo feliz toda la mañana. Sus compañeras siempre se daban el lujo de quitarle esa felicidad, pero ella no dejó de sonreír. Su felicidad se mantuvo hasta la hora del almuerzo.

Narra Andrea:

Mafer: Espera un momento, ¿James fue a tu casa ayer? —Preguntó mi amiga mordiendo su sándwich.

Andrea: Sí, y todo fue maravilloso.

Mafer: Cuéntame todo, ¿Qué ocurrió? —Me preguntó en un tono de voz bastante pervertido.

Andrea: Es una larga historia. Sólo te puedo decir que... ¡Lo besé! —Exclamé saltando en mi asiento.

Mafer: ¡¿Lo besaste?! ¡¿Cómo puede ser posible?! —Preguntó exaltada.

Andrea: Tropecé con mi mochila. Ya sabrás qué pasó ahí.

Mafer: ¡Claro que sí!... ¿Ósea que ya son novios? —Bebió de su jugo mientras movía las cejas de arriba abajo.

Andrea: ¡No! Lo besé, más no le pedí que anduviera conmigo.

Mafer: ¡Ah, ya veo! ¿Son sólo amigos con derecho?

Andrea: ¡Algo así! —Aquella pregunta me incomodó.

Mafer: ¡Te comprendo! Yo he tenido amigos así.

Andrea: Sí, eso no lo dudo.

Mafer: —Se levantó de la mesa—Me tengo que ir, mi novio me está esperando.

Andrea: ¿Cuál de todos? —Pregunté burlona.

Comencé a reír a carcajadas mientras observaba a mi amiga irse, en todo el trayecto, me enseñó el dedo mayor de su mano derecha en sinónimo de grosería y enojo por mi comentario.

(...)

Eran las dos con quince minutos de la tarde, faltaba menos de una hora para irnos a casa. En toda la bendita mañana no logré poner atención a las clases, James rodeaba mi cabeza de una forma única; Ese muchachito comenzaba a ponerme de cabeza, las clases ahora me aburrían. Algo que jamás imaginé. En ese momento, una señora muy alta, bien arreglada, con una fragancia a rosas y un bolso negro que ni empeñando mi casa lo podría comprar, entró al salón.

Aquella señora pidió que por favor el maestro saliera, él aceptó y ambos comenzaron a charlar fuera del aula.

Yo no la reconocía, mis amigas me dijeron que se trataba de la madre de James. De hecho, yo no había logrado ver a James en todo el día. Comencé a preocuparme. Decidí colocar mi oreja derecha para escuchar la plática entre el profesor y aquella extraña señora... ¡Oh por dios! ¡No puedo creer esto! 

 ¡Oh por dios! ¡No puedo creer esto! 

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¿Amistad o Amor? James Maslow (FanFiction)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu