Ser una estudiante de secundaria, con diecisiete años encima, además de ir cargando con millones de libros gigantes, que al parecer, son de tu agrado no es tan malo, ¿verdad?, ¿qué pasa si te digo que esa pequeña gran estudiante de secundaria nunca...
Antes de que me maten por no actualizar en mucho tiempo, déjenme decirles que tengo preparadas muchas sorpresas para ustedes y por lo tanto necesito planear, observar, bla, bla, bla. En fin... ¡Nuevo capítulo de "¿Amistad ó Amor?"! ¡Siii!
Ya pueden continuar leyendo...
Los presuntos secuestradores se detuvieron en mi habitación, con nervios y mareos bajé al sótano de un salto; ellos escucharon mis gritos cuando vi a Kendall, por lo tanto entrarían y nos capturarían. Al caer, mis piernas se doblaron, perdí el equilibrio y no lograba levantarme. Las sombras se apoderaron del lugar, los secuestradores entraron; guardé silencio y me oculté tras la obscuridad.
—Kendall, te traemos un poco de comida —Habló una figura masculina y joven. Aquellas personas asomaron su cabeza por el agujero, arrojando tortillas frías y duras, acompañadas de frijoles podridos y una botella con agua de coladera.
Mi hermano golpeaba su cabeza una y otra vez en la pared, cada vez más fuerte. Él lucía espantoso, su pose de chico bueno, amable, atento y guapo desapareció; ahora, era una mezcla de terror con furia y matanza; su ropa se encontraba rota, su cabello desarreglado y el pedazo de pared con el que golpeaba su cabeza se encontraba ensangrentado.
—Te dejamos ahí tu comida, vendremos a visitarte en unas horas. Es mejor que pruebes tu comida, sino... ya sabes lo que ocurrirá —Aquella voz femenina me retortijó. Kendall no decía nada, al contrario, golpeaba más su cabeza.
—¿Está entendida la orden, Schmidt? —Preguntó la figura masculina.
Kendall: —Se detuvo—... Está todo entendido... Sólo... ¡Déjenme en paz! —Su respiración se entrecortó.
—¡Bien! —Exclamó la figura femenina —¡Buen provecho!Estaremos vigilando el lugar. Duerme bien, angelito.
Aquellas personas se marcharon, en cuanto oí el golpe de la puerta al cerrarse me levanté poco a poco; Mi hermano observaba con desprecio su comida, él no sabía que yo estaba ahí. Comenzó a llorar de una manera silenciosa... mientras decía pequeños parlamentos:
Kendall: ¡Ya no aguanto!... ¡¿Qué hizo mi hermana?!... Ella no hizo nada... Sólo quiere ser feliz. —Su expresión facial indicaba que se volvería loco en poco tiempo —Ella es buena —Él jugaba con sus manos desesperadamente —Ella no haría daño por amor... ¡Ella es un amor!
Traté de estabilizar el equilibrio en cuanto me levanté, caminé hacia Kendall lentamente; Él se encontraba de espaldas, toqué con mi mano su hombro, volteó rápidamente y me miró con susto y preocupación.
Andrea: Por fin logré encontrarte —Las lágrimas me escurrieron —Te extrañé mucho, hermanito—Kendall continuaba mirándome asustado y preocupado; comenzó a retroceder hacia la pared poco a poco... ¡No me reconocía! —Kendall, soy yo, Andrea Schmidt, tu hermanita menor.
Kendall: ¡¿Qué?! —Exclamó tenso —Tú no eres mi hermana... Mi hermana nunca se arriesgaría a salvarme, mi hermana no me tocaría el hombro, más bien me abrazaría mientras grite: "Kendooo, te extrañé burro de dos patas"... Mi hermana sabría mis frases típicas.
Eso me arrugó el corazón.
Andrea: Soy tu hermana, Kendall, Por qué piensas que no...
Kendall: ¡De acuerdo, habladora! —Me interrumpió —Si eres mi supuesta "hermana" dime una frase que yo dije, una frase que te hizo reflexionar y llorar.
Andrea: De acuerdo. —Sequé mis lágrimas —"Oportunidades como éstas sólo aparecen una vez en la vida" Me mostraste el lado bueno de la vida, que sólo podemos cumplir nuestros sueños si nos esforzamos; Que ningún problema es más grande que nuestra inteligencia... que los hermanos nos cuidamos mutuamente.
Mi ritmo cardiaco aceleró al instante, las palabras reflexionaron el momento; Kendall sonrió y comenzó a llorar, sus brazos me rodearon todo el cuerpo y en un abrir y cerrar de ojos él me cargó. Dio vueltas aun estando en sus brazos, terminó de girar y me bajó, tomó mis mejillas y me miró a los ojos.
Kendall: ¡Eres tú! —Sorbió su nariz —Perdóname, hermana... Fui un estúpido.
Andrea: No eres un estúpido, eres especial. Todo esto te está dañando, vamos a sacarlos de aquí.
Kendall: ¡No! Es muy peligroso, son demasiado audaces y no quiero que te ocurra nada... ¡Espera! —Sorprendido abrió sus ojos —¿Por qué hablas en plural?
Andrea: Llegué con Logan, Carlos, Mafer y James, logramos dar con la dirección para rescatarlos. Escuché tus gritos desde el salón donde se encuentran los cadáveres.
Aquellos ojos color verde poco a poco recuperaron el brillo natural, de alegría y salud. Kendall sonrió nuevamente y sus brazos volvieron a cargarme. Él reía, prácticamente sus abrazos me terminarían ahorcando, pero todo sea por amor. Pero sus risas cada vez se hicieron más fuertes; golpeé su espalda para que se detuviera... la felicidad tomó su cuerpo y ellos nos tomarían a nosotros.
—Kendall, ¿Qué son todas esas carcajadas? —La figura masculina gritó. En seguida, Kendall me bajó de sus brazos desesperadamente. Corrí nuevamente a mi escondite, logré escapar pero la linterna iluminó mi cabello.
—¡¿Con quién carajos estás, Schmidt?! —Aquella figura apuntó con la luz al rostro de mi hermano. Él se cubrió su rostro con ambas manos rogando que no lo dañara.
Kendall: No hay nadie aquí, no me dañes más de lo que deberías. Ella ni nadie tiene la culpa de que fueses rechazado millones de veces, sólo eres un maldito, que busca vengarse cada vez que una chica lo rechaza por su estado mental tan mafioso. —Su rostro se decoloró.
—¿Te volviste loco, Schmidt? Recuerda que puedo dañarte todo lo que quiera, incluso matarte. No deberías hablarle así a tu futuro cuñado.
Kendall: No hace falta rebajarse a tu nivel, pudiendo enfrentar todos tus...
Al ocultarme bajo latas y variedad de frascos de plástico estos cayeron al suelo; Kendall cerró sus ojos en señal de derrota. El secuestrador se alteró gritando una y otra vez "¡¿Quién está contigo, Kendall?! ¡Lo mataré!" mientras bajaba al sótano.
Kendall: ¡Por favor, no lo hagas! —Se colocó de rodillas ante el secuestrador —Ella lo es todo, mátame a mí, pero a ella no.
—Tus arrogancias no van con mi persona —Él se dirigía cuidadosamente a la zona donde me encontraba oculta —¡Escúchame! Si tienes a una persona escondida en éste maldito sótano... próximamente escucharás los lamentos del infierno.
Mi hermano comenzó a respirar rápidamente, al mirarme negó con la cabeza y con sus pequeños labios gritó:
Kendall: ¡Escapa ahora, Andrea!
Me levanté bruscamente del escondite tirando las pocas cosas que quedaban; De un golpe noqueé a la figura masculina. Kendall y yo salimos corriendo del sótano lo más rápido posible, era claro que los demás escucharían el conflicto y llegarían por nosotros... lo cual dio resultado.
—¿A dónde van? —Aquella figura femenina de aproximadamente un metro con setenta centímetros cubrió la salida de la bóveda.
Mañana espero publicar la siguiente parte. Las(os) quierooo♥
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