¿Amistad o Amor? James Maslow (FanFiction)

Capítulo 18 "Ni la muerte podrá separarnos"

¡Jóoooovenes ilustres! ¡¿Cómo han estado?! Wow, ¿ya es agosto? Dios mío, la escuela sí que me mantuvo ocupada.

Ustedes disculparán la demora, pero los maestros no me dejaron en paz hasta el día de hoy y le agradezco al cielo por permitirme volver a escribir esta increíble novela (Aplausos). 

Aquí les traigo el PENÚLTIMO CAPÍTULO de "¿Amistad o Amor?" WTF! ¿El penúltimo? ¡Efectivamente! El penúltimo capítulo; así que pónganse cómodos y disfrútenlo mucho. 

No olviden apoyarme dándole clic a la estrellita de los votos, se los agradeceré mucho. Si tienen amigos o conocidos que les gusten los géneros que yo manejo, no olviden recomendárselos.

Sino les gusta el capítulo, por favor no me maten. He estado ausente por MEDIO BENDITO AÑO y créanme que es difícil retomar todo de nuevo.

Por ciertooooo, me extendí en varios párrafos, así que lean cuidadosamente. Y no se vale llorar.

¡Ya! ¡Los dejo en son de paz!

Penúltimo capítulo 

Narra Andrea:

Día de la boda por la mañana

¡Feliz día de nervios, angustias y pensamientos negativos! 

Suspiré. Llegó el día. El día en el que nuestras miradas se cruzarán cada mañana al despertar y nuestras respiraciones se unirán al compás de la regadera una tarde cuando decidamos bañarnos juntos. El día en el que dejaré de ser la hija de mi madre para convertirme en buena esposa y buena futura madre para mi hijo. El día en el que no hay marcha atrás, donde mis comodidades las dejaré a un lado para que mi familia esté a gusto. 

Un día especial e irrepetible, y por el cual, le pido mucho al cielo.

Mafer: ¡Waaaaaa! —Mi mejor amiga entró de golpe, asustándome— ¡Futura novia, muy buenos días! Espero que ya estés lista porque hoy será un día súper estrujado y no quiero que te dé un ataque de nervios en pleno altar—Dejó una caja gigante de metal sobre la mesa, para después sentarse en uno de los sillones más cómodos de la habitación.

Andrea: No sé cómo responder a ello.

Mafer frunció el ceño confundida. Se levantó y se acercó lentamente hacia mi lugar: su mano posó sobre mi cabello y comenzó a acariciarlo de arriba hacia abajo.

Mafer: Comprendo tu actitud ante este día. Han ocurrido tantas cosas que ni yo misma desearía comprometerme; el miedo penetraría mi corazón y mis ganas de hacer algo productivo en mi vida. ¿Pero sabes algo? Tienes a tu familia y amigos apoyándote. Lo que te hagan a ti, nos lo harán a nosotros

Sonreí. Abracé muy fuerte a Mafer, y en voz baja, le di las gracias por su tiempo, esfuerzo y apoyo. Cada una de nosotras vive distintas situaciones, y estoy agradecida de que, a pesar de no siempre tener buenos días, ella esté presente para resolver mis confusiones.

Andrea: Creo que Abraham y yo lloraremos. —Reí. Mafer negó con una sonrisa en su rostro, y después de ello, se dirigió a la caja gigante metálica que trajo. Abrió el candado, y con todas sus fuerzas, despegó varias plataformas llenas de sombras para los ojos, labiales de muchos colores, esmaltes, rubor y otros artículos de belleza. 

Quedé atónita.

Mafer: ¡Quita esa cara! —Gritó, asustándome—¡Pareces mensa! —Tomó un bote con crema para el cabello y el contenido lo sirvió sobre sus manos—Discúlpame por usar un tono de voz agresivo hacia ti, pero aveces creo que no estás interesada por tu boda. Quiero decir... sé que nunca estuvo en tus planes casarte, tener hijos o inclusive arriesgarte por una pareja estable y tal vez eso te mantenga con un límite hasta el día de hoy, pero recuerda que Dios hace milagros, da bendiciones, y si a ti te eligió, debes aprovecharlo; y sobre todo, darle las gracias por lo poco o mucho que te ha dado. —Una lágrima recorrió mi mejilla y Mafer la limpió con un pañuelo. No dije nada, sólo levanté la sonrisa y erguí mi espalda— Me encargaré de que te veas más hermosa de lo que ya eres. Comenzaremos por tu cabello. ¿Qué peinado desea, futura esposa?