Capítulo 11 "Bóveda de los muertos" (Parte 2)

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Mafer y Carlos corrieron a toda velocidad en cuanto se enteraron del acontecimiento; James no dejaba de mirar el cielo... ¡pobre hombre! Está drogado, no era su intención dañarme.

Andrea: James, necesito que vengas con nosotros. —Tomé levemente su brazo.

James me miró extrañado.

James: ¿Por qué debo hacerlo?... Soy un monstruo, Andrea. Daño a todo el mundo.

Andrea: ¡No eres un monstruo, James! Eres mi prometido, y pase lo que pase no permitiré que te insultes a ti mismo sólo por concebir droga en tu sangre. Vas a venir conmigo, quieras o no. —Solté su brazo —Hasta que se te pase el efecto te dejaré libre.

James volvió a mirarme, en seguida asintió y comenzó a caminar. Yo lo seguí por detrás. Al llegar, Carlos intentaba romper el candado con una piedra pero nunca hubo resultado. Incluso, la piedra se quebró en lugar del candado.

Carlos: —Arrojó la roca al suelo —¡Maldita piedra corriente! —Golpeó el candado con su puño —¡Maldito candado irrompible! —Nos miró —¡Dejen de mirarme maldita sea! 

Logan: Carlos, el candado no se rompe porque es un Delta 400. Uno de los mejores candados en todo el mundo... y el más caro.

Carlos: ¡Excelente! —Expresó sarcástico —Estamos cerca de los secuestradores y el maldito candado no puede romperse.

Logan: Podemos abrirlo con cualquier llave, pero la llave tuvo que ser fabricada con la piedra Rox. —Tomó el candado entre sus manos —Es una piedra muy extraña, sólo crecen en las zonas montañosas de Alaska cada quince años... y al parecer aquellos quince años acaban de cumplirse.

Los tres hablaban y hablaban sin parar, excepto James y yo; en el transcurso de aquellos eternos minutos, James divisaba con interés el candado, como si hubiese visto algo fuera de lo normal. Me mantenía cruzada de brazos y la mirada de James me estremecía cada vez más.

Andrea: James, ¿te encuentras bien? ¿Qué ocurre?

Él cerró sus ojos...

James: No estamos solos... —Abrió sus ojos —Hay alguien más con nosotros.

No logré comprender lo que trataba de decir, su mezcla de palabras me confundían. Tal vez porque el efecto de las drogas lo atontaba.

Andrea: James, tranquilo, no digas tonterías. Está completamente desierto este lugar. Los únicos que están aquí somos nosotros.

James: No me comprendes Andrea, siento una presencia cerca de nosotros, y no hablo de una presencia de carne y hueso.

Fruncí el ceño.

Andrea: ¿Fantasmas? —Comencé a reír entre palabras —James, por favor mi amor; aquí no hay fantasmas por más tenebrosa que este la calle. —Tomé su mano derecha y entrelacé mis dedos con los suyos —Estás a salvo conmigo, te protegeré ante todo. No hay fantasmas, ni nada por el estilo.

James se encontraba serio, miró su mano entrelazada con la mía y poco a poco fue quitándola. Yo miraba sus movimientos, cerré mis ojos y mis lágrimas brotaron.

Andrea: ¿Qué haces, James?

James: Si quisieras protegerme, me entenderías... no mereces mi mano entrelazada. —James caminó hacía los chicos. Lloré en silencio por un momento, le pedí a dios en mi mente que cuide mucho a James para que no llegue a comportarse violentamente. De pronto, un estruendo provino de la puerta de metal que los chicos intentaban abrir, sequé mis lágrimas y me dirigí hacia los demás.

Andrea: ¿Qué ocurrió? ¿Se encuentran bien?

Carlos: —Sacudiendo su pantalón —Si, sólo trataba de abrirlo una vez más, pero tiene una fuerza que... —Carlos me miró —¿Te encuentras bien? —Preguntó con la voz un poco gruesa y entrecortada.

Asentí con mi cabeza.

Andrea: Si, estoy bien. ¿Necesitan ayuda? —Carlos asintió.

Carlos: ¡Sí! —Exclamó —¿Me podrías traer las llaves del auto?

Andrea: ¿Y para qué las quieres? ¿A caso ya nos vamos?

Logan: ¡NO! —Me interrumpió —La llave del auto concuerda con la cerradura del candado; creo que dejaron ese auto a propósito. Nadie dejaría un auto con las llaves pegadas.

Cerré los ojos y suspiré en señal de alivio. Luego de varios minutos de intentos y desesperación Logan y Carlos lograron abrir el candado, justamente con las llaves del auto. Me pareció algo ilógico, creo que todo esto tiene un sentido común.

La puerta era pesada, polvosa y descuidada; por dentro se encontraba una escalera color rojo oxidado. Logan se quedó vigilando afuera mientras nosotros bajábamos. Él se cercioró de que nadie nos vigilara. Al ver todo el bendito pueblo solitario decidió bajar.

Carlos: —Hablando en voz baja —Esta muy obscuro aquí abajo —Sacudió sus manos —¿Alguien trae una linterna? —Todos negamos a su pregunta, por lo que buscaremos a obscuras —¡Bien! Buscaremos así.

Logan: Hay demasiados caminos, nos tomará mucho tiempo encontrar a todos.

James colocó ambas manos en su pantalón y entrecerró los ojos.

James: Todas las puertas están cerradas, al fondo encontrarán una enorme puerta blanca. Ahí guardaban el helado podrido, seguramente ahí deben de estar nuestros familiares.

Ambos nos quedamos perplejos... ¡Pero James aún continúa drogado!

Andrea: ... ¿Cómo sabes eso? —Pregunté perpleja.

James: Las drogas, solamente. Caminen rápido, esto se pondrá peor. Necesito que uno de ustedes vigile por detrás; alguien nos observa, será mejor que él también sea observado... ¡Vamos!


¿Amistad o Amor? James Maslow (FanFiction)Where stories live. Discover now