Capítulo 15 "¿Qué cosa dijiste?"

72 1 1
                                    

Antepenúltimo capítulo.

Doce de agosto del dos mil quince: cinco meses de embarazo, dos meses para la boda.

Es increíble cómo las personas pueden comenzar odiando a alguien más y terminar amándola. No sé, es como un sentimiento impuro, que aún no está muy bien investigado por psicólogos, científicos, ¡qué sé yo! Lo único que realmente sé es que es un sentimiento muy hermoso, tan pacífico, que te quita esas ganas de querer asesinar a la persona, que por un momento, la odiaste. Encontrándole todo tipo de ventajas y dejando de lado el rencor, que una vez, llegamos a sentir.

Desde mi punto de vista, eso es amor. La reacción química más potente de todo el universo, el sentimiento el cual nadie podría resistirse, ni siquiera yo; la típica chica ñoña que no creía en el amor, y que lo único más poderoso en todo el mundo era el conocimiento.

Kevin: ¡Oye, Andrea! —Chasqueó sus dedos en mi rostro— ¡Reacciona!

Parpadeé varias veces para recuperar la noción.

Andrea: Lo siento, hermano. Estoy pensando en muchas cosas.

Kevin: ¡Ya veo! —Expresó— Reventaste uno de los globos con tus uñas y no te diste cuenta, será mejor que te lleve con un psicólogo para que nos dé un diagnóstico del por qué te pones como mensa cada cinco minutos.

Bien, lo admito: no sé si reír, llorar o matar a mi hermano gracias al comentario que acaba de hacer.

Andrea: Tú me conoces desde que éramos unos niños sin conocimientos, no sé por qué te sorprende esto.

Kevin: Dejé de verte por mucho tiempo, lo que tú hagas o digas me sorprenderá demasiado, como tu esposo. Aún no creo que ya estén planeando su boda.

Y era cierto, Kevin se alejó por mucho tiempo de la familia. No ayudó a nuestros padres con varios gastos de la casa y por esa razón, Kendall y yo lo odiábamos a morir. Detestábamos hablar de él, sentíamos que lastimábamos a nuestros padres con sólo mencionar su nombre. Y bueno, creo que no les he contado la historia: Kevin es nuestro hermano mediano, con veintiún años encima y un cuerpo de entrenador profesional a cualquier persona intimida. Tiene un enorme parecido a Kendall, pero es totalmente distinto en cuestiones físicas y psicológicas.

Hace aproximadamente un mes, él llegó a nuestro departamento para disculparse por sus malas acciones y recuperar la armonía que teníamos como familia. Mis padres lloraron en cuanto lo vieron por primera vez en casi diez años. Sí, mi hermano se fue de la casa a sus once cortos años de edad. Ya no soportaba a nadie, él quería su propio espacio; Kevin nunca fue de aquellos niños alegres y juguetones que sólo piensa en juegos, videos y cosas así. Él siempre fue reservado, con una mente demasiado madura.

Mi familia creía que nunca lo volveríamos a ver, técnicamente ya lo dábamos por muerto. Y miren, aquí se encuentra; ayudándonos a inflar globos para la fiesta de nuestro pequeño. Sin rencores, ni discusiones, sólo riendo por cosas sin sentido. James se disculpó con Kevin, al igual conmigo. Ambos lo perdonamos.

¿Les digo algo? Se siente increíble cuando ya no deseas arrancarle la cabeza a alguien.

Kevin: Tengo curiosidad: ¿qué te dijeron mis padres cuando les dijiste que te casarías? —Preguntó, ansioso, mientras pegaba tres globos en la pared del gran salón.

Andrea: Bueno, para empezar: no recordamos que era Día de Los Inocentes, así que Kendall nos recibió con una broma—Kevin rió a carcajadas, el salón se encontraba vacío, así que su risa se escuchaba aún más fuerte—. ¡No te burles! —Le arrojé una rebanada de sándwich— Estuvimos a un paso de morir por un infarto.

¿Amistad o Amor? James Maslow (FanFiction)Where stories live. Discover now