Capítulo 17 "Puedes irte con una sonrisa."

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Narra Andrea:

Pasaron tres días desde que Carlos fue poseído por un espíritu maligno, que sólo Dios sabrá de dónde provino. James se encargó de llevarlo a nuestra casa después del incidente, para nuestra desgracia el sacerdote murió; no sé mucho de estas cosas, pero puedo jurar que fue una de las más escalofriantes escenas.

James sobrevivió a la energía que desprendía el exorcismo, y Kendall ni se mencione. Ambos fueron un par de héroes y se los agradecí saltando de alegría en cuanto llegamos a casa, claro, sin hacerle daño al bebé.

Y si están preguntándose por nuestros familiares: ellos se encuentran muy bien, un poco traumados por la escena de terror, pero lo importante es que hay salud.

Y en cuanto a nuestros invitados... no quisieron acercarse hacia nosotros. Y decidieron jamás hacerlo.

Bien, esta posesión sí que nos tomó por sorpresa, ¿cómo pasó? ¿A qué se debió? Ni siquiera el sacerdote me podía contestar, ya que se encontraba más rígido que un tronco.

James: Amor—Me llamó, captando mi atención—, necesito ir a la farmacia por unas inyecciones para Carlos, ¿podrías cuidarlo mientras salgo?

Embocé una sonrisa sarcástica y en seguida asentí. No quería demostrarlo demasiado, pero James a veces se pasaba de desconfiado.

James cruzó el umbral de la puerta y en seguida la cerró con sumo cuidado. Tomé asiento en el sofá pequeño y encendí la televisión. Carlos se encontraba dormido en el sofá gigante, se veía bastante adorable.

Carlos es adorable desde nacimiento, y esta escena reflejaba aún más su dulzura de joven. Aunque, no precisamente se comportaba como joven. Y recordar lo ocurrido hace unos pocos días me llenaba de amargura.

¿Cómo pueden hacerle eso? ¡Por Dios, Carlos es tan lindo! No merecía eso. Ahora entiendo por qué las personas más nobles y dulces siempre terminan lastimadas.

Fijé mí vista hacia la cocina, que de repente llamó mi atención. La puerta oculta comenzó a abrirse, me sobresalté por un momento, pero al ver que se trataba de Kendall con un montón de bolsas entre sus manos, solté el aire que guardé.

Andrea: Hay una puerta principal por si aún no la ves. —Sonreí socarronamente mientras me dirigía a la cocina. Kendall me asesinó con la mirada y en seguida dejó las bolsas con mucho cuidado sobre la mesa.

Kendall: Tu sarcasmo duele—Informó, para después abrir nuevamente la puerta trasera y meter más bolsas, que por lo visto, tenían muchísimas cosas dentro—. ¿Me podrías ayudar? Esto realmente pesa.

Rodé los ojos y lo ayudé con tres bolsas.

Sí, sí, soy una maldita floja que no quiere ayudar a su hermano. Pero estoy embarazada, excusa perfecta.

Andrea: Deberías entrar al gimnasio, la carne de tus brazos está muy colgada, y estás huesudo de la panza. —Sonreí decidida, a lo cual Kendall se llevó una mano al pecho fingiendo ofensa.

Kendall: ¡Cálmate, señorita Barbie, que tú serás la primera en ir al gimnasio!

Apreté los dientes con suma furia, ¡odio a mi hermano, siempre tiene la maldita razón y yo no puedo defenderme porque siempre me deja como una estúpida!

Cálmate, Andrea, te estás volviendo una bestia.


Narra James:

¡Maldita sea, esto es horrible! Llevo más de quince minutos esperando en la fila para pagar las inyecciones, y por más que lo deseaba, la bendita fila no se movía. Bien, al menos Carlos está en buenas manos; confío en Andrea, es muy valiente, y si puede cuidar de mi primo, sé que podrá cuidar de nuestro hijo.

¿Amistad o Amor? James Maslow (FanFiction)Where stories live. Discover now