—Le hemos dado sedantes, se ha calmado— las palabras de John hacen que todo mi cuerpo recobre su energía, la poca energía que le queda— suerte que estuve aquí, con el asunto del escape— me mira—solo tuvo un movimiento muy fuerte del bebé
—necesito una explicación—suplico. Todos me miran, apoyándome. Estamos afuera del estudio de Ethan y fue al único que se nos ocurrió— ¿James es un cambiante o algo así?— miro sus ojos completamente oscuros—porque si es así...
—no, Alaska— responde—los cambiantes, así como sus acompañantes nos formamos como un humano... lo normal, nueve meses—asiento—ambos padres son humanos es normal que el bebé sea como ellos
—¿eso significa?—pregunta Leyna, un poco confusa ya que Asher no le había dicho nada sobre nosotros, es nueva en esto. Pensándolo bien, yo también sigo siendo nueva
—que el bebé, es un cambiante— la mano de Scott se entrelaza con la mía—cuando la madre es humana y el bebé cambiante, necesita un cuerpo como el de una madre cambiante... necesita poder desarrollar sus poderes y la madre humana no puede dárselos—trago saliva— y se desarrolla más rápido
—¿entonces que sucede cuando tienen un hijo cambiante?— digo— ¿cuando los padres son humanos?
—casi nunca pasa— interrumpe Ethan— Stone, creo que nunca ha pasado que ambos padres sean humanos... a menos que seas acompañante— dice— ahí cambia pues, tú no tienes poderes no sospechan de ti
—lo siento, Ethan—interrumpe Dominic soltando a Hayley— pero si ha sucedido— todos los miramos
—¿qué?—habla John y por un segundo, parece un adolescente normal
—yo— su voz se vuelve cansada— mis padres eran humanos y gracias a un alma que se dividió en dos, me toco ser cambiante—dice—mi otra mitad, no se donde esta—agrega
—ya te lo dije, tal vez todavía no ha nacido— sonríe en apoyo a Dom— ¿tú mamá como le hizo?- pregunta
—le paso lo mismo que ha Grecia, me dio a luz a los dos meses— frunzo el ceño
—¿y no dudo?— pregunto
—eran principios de 1800, ahí era un poco diferente, un niño que nace en dos meses era la menor de sus preocupaciones—explica—crecí normal después, como un bebe humano—dice— oculte mis poderes ya que iban a pensar que estaba loco— se ríe, nostálgico
—¿no le provocaste hambre extrema a tu madre cuando te enojabas?— bromeo
—solo frío— me sonríe, siguiéndome el juego
—¿entonces que hay de malo?— pregunto—deberían alegrarse pues habrá más cambiantes en el mundo— le digo a John— 101 para ser exactos— les sonrío, sarcásticamente
—61—interrumpe Ethan—si no sabes Stone, no digas—pero no me enojo si no que frunzo el ceño
—pero Scott me dijo que eran 100 en total de todo el mundo— respondo
—eso fue hace tres semanas—dice John— han asesinado a más de treinta acompañantes— Scott, Asher y Dom se tensan— los cambiantes se han convertido en cazadores—cierro los ojos—por eso el ejército
—un momento, los cazadores son cambiantes que no tienen alma gemela— menciono- ¿porqué los cambiantes al matar a sus acompañantes se convierten en cazadores?— todos me miran, sin entender—se supone que al ser cazador es por que no naces con un alma gemela
—cuando a un cambiante matan a su alma gemela o acompañante, sus ojos son negros como los míos—explica John—pero, al decidir vengarse... se convierten en cazadores— suspira— si no deciden vengarse, ocupan altos cargos. Cuando quieras saber la diferencia entre un cazador sin alma gemela o uno que mataron a su alma, fíjate en los ojos—asentimos todos— y por supuesto que nos alegra tener a otro de nosotros y de hecho, quería hablar de eso
—un momento, ¿sobrevivirá verdad?— trago saliva
—si, sólo que nacerá en dos semanas—abro los ojos como platos— Alaska, necesito que entres a ver esto—asiento— quédense aquí—agrega pero Scott no se mueve de mi. John cede y cuando entramos, me quedo sorprendida.
Parece un mini hospital, hay varios aparatos para hospitales, una cama en donde esta Grecia y por si fuera poco, tiene su panza destapada. Ignoro tener que verla con detenimiento. Parece una panza arriba de seis meses. Estrías comienzan a aparecer.
—ayer no lo tenía, apenas se le notaba— menciona Scott
—parte del desarrollo— responde John
—juro que tenía once semanas— habla Grecia—¿Alaska, qué esta pasando?— rompe en llanto
—ya, ya— me acerco rápidamente a ella. Acaricio su cabeza, tratando de alguna forma... decirle que estoy con ella— todo estará bien—le sonrío, pero no puedo verla así. Y aunque sea mi media hermana, no puedo hacerlo, no puedo verla... sufriendo
—Alaska, quería enseñarte esto—dice John. Me sonríe mientras agarra mi mano, su mano esta fría pero no incómoda. Pone mi mano en el vientre de mi hermana.
—estas fría— se queja Grecia pero sonríe
—pondré mi mano encima de la tuya— advierte John. Cuando lo hace no siento nada, ningún cambio. Pero cuando comienza a moverla, siento un pequeño latido, muy leve pero uno.— es el latido— explica John, mientras lágrimas se arrinconan en mis ojos. Es hermoso.
El, comienza a mover más la mano y profundizar la misma pero sin dañar a Grecia, cada vez se oye más rápido y rítmico. Sonrío. Esta latiendo, mi sobrino. Nunca pensé que iba a decir esta palabra bueno, siendo yo tan joven.
Pero, siento otro latido. Más rápido aún, muchísimo más rápido. Se mezcla con el otro, dando una explosión de sensaciones en mi mano.
—¿qué es esto?—pregunto fascinada y sorprendida— late muy rápido su corazón— menciono. Scott me mira, sonriente
—no es que lo haga muy rápido, Alaska— frunzo el ceño
—¿entonces que es?— pregunta Scott
—son gemelos— mi corazón se detiene— varones.