C:43Paraíso

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—Tú padre se la esta pasando genial eh, preciosa— frunzo el ceño y sigo su mirada, me encuentro a mi padre platicando animadamente con una chica morena, curvilínea y ojos con tonos miel y verde

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—Tú padre se la esta pasando genial eh, preciosa— frunzo el ceño y sigo su mirada, me encuentro a mi padre platicando animadamente con una chica morena, curvilínea y ojos con tonos miel y verde. Es hermosa y aunque suene raro, mi padre no es feo.

—se merece encontrar el amor después de Eva— le digo a Scott aunque no puedo evitar sentir un poco de celos— de seguro Eva nunca lo quiso—digo, con rabia. Grecia y James están jugando en la arena y, trata de untarle más arena en su barriga. Se ven muy bien aunque James aún no tiene mi confianza ganada. Scott y yo estamos en una tumbona tomando el sol, yo estoy boca abajo y Scott me esta mirando desde hace un buen rato... maldigo al sol por que hace más notable mi sonrojo. 

—cariño, se que Eva es un asco— empieza— pero eso no significa que no haya amado a tu padre— lo miro, como si estuviera loco

—¿Te das cuenta que ha tenido más de noventa hijos?— menciono—sin que fueran su alma gemela— bufo 

—Adán y Eva no son fieles— responde Scott—son leales— y por un segundo se me olvida que estaba discutiendo con el, ya que un rayo de sol le da directo a los ojos y en este momento los tiene color rosa... mierda, hace un contraste perfecto. Se que es un riesgo que nos vean a los ojos y nos cambien de color pero, el agua de mar lastima si traemos los pupilentes. Tenemos mucho cuidado de que no nos vean o que no nos vean mucho. 

—¿eso que significa?— pregunto, todavía no convencida 

—que tal vez ellos estarán con otras personas pero siempre se pondrán en primer lugar... siempre— sonrío un poco—siempre serán su primera opción

—¿tú me pondrías en primera opción?— pregunto de la nada y el se queda en silencio. Viendo el mar, viendo como las personas juegan en el agua, viendo como muchas parejas se divierten, viendo como muchas amigas sonríen. Y mi ánimo decae un poco en recordar a Cloé. Podría ahora mismo estar platicando con ella por teléfono... creo que ahora mismo me estaría diciendo que mi bañador esta espectacular pero que le hace falta ser más provocativo. Me río por mis pensamientos.

—Alaska—dice de nuevo Scott— tú no eres mi primera opción— mi corazón se estruja—preciosa, eres mi única opción— me mira, con sus ojos rosas brillantes y después azul claro. Este chico me trae como loca. Siempre me ha traído así— venga, vamos a un lugar... que te encantará.

Yo solo asiento un poco sonriente, nos levantamos y me entrelaza su mano con la mía, la agarro con fuerza. Ojalá nunca me suelte. 

Nos acercamos a la playa y llama a James y Grecia, me espero con ellos tres y Scott comienza a hablar con un chico moreno del lugar y después de unos segundos mi chico regresa con una enorme sonrisa. Le quiero preguntar por que pero la respuesta me llega por si sola cuando un yate color blanco y hermoso aparca junto a nosotros. Scott me ayuda a subir a mi y a mi hermana, antes de James ponga dos pies en el barco, lo empuja y cae directo al mar. Todos nos reímos y sobretodo Grecia, que se esta muriendo de risa.

Después de una disculpa poco sincera de parte de Scott ambos ya estamos dentro, Grecia y James se quedan en la parte de abajo que es técnicamente dos sillones contra agua y una mesa de cristal en medio, más al fondo esta el único camarote pero, subo las escaleras que están a un lado, siguiendo a Scott y me encuentro en la parte del timón, varios controles y tecnología desconocida para mi. Scott toma el mando y me mira, sonriente.

—¿sabes manejar esto?— pregunto, asombrada

—helicópteros y aviones también— se ríe viendo mi cara de asombro— y quiero aprender a usar un submarino— se burla y comienza a andar el yate— ventajas de ser inmortal, tienes tiempo para todo.






—Oh, si que lo vas a hacer—repito, por milésima vez a mi novia

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—Oh, si que lo vas a hacer—repito, por milésima vez a mi novia

—Scott... esto es demasiado extremo—dice Alaska. He traído a todos a una pequeña isla cerca de Malibú, la única forma de entrar es por medio de un barco o... como lo estamos haciendo Alaska y yo, saltando por un acantilado. No es tan alto pero si unos veinte metros sobrepasa. ¿Qué? para mi no es tan alto. James y Grecia los he dejado en una pequeña alberca que se forma en medio de la isla, obviamente Grecia no puede saltar y James dijo que se iba a quedar a cuidarla... cuando leí su mente no me sorprendí al ver que era miedo el que tenía. 

—no voy a dejar que nada te pase, cariño— le aseguro— toma mi mano, no te voy a soltar— ella lo hace un poco insegura. Caeremos a una parte donde el agua es muy profunda y al lado, hay una mini playa y, para mi gran suerte esta sola. 

—si muero, juro que te mato— asegura mi chica asustada antes de saltar. Me río por lo que dice y con solo un pequeño paso, un solo salto de fe... caemos al vacío. 

Toda la adrenalina es tan fuerte que, Alaska pega un grito de la impresión y, después de unos segundos el agua amortigua nuestra caída. Comenzamos a nadar hacia arriba pero con la ayuda del agua, no tardamos en llegar. 

—¡Scott puedo respirar bajo el agua!— grita mi chica, manteniéndose a flote y, me lo demuestra. Se pasa unos veinte minutos bajo el agua. Sonrío, porque demuestra que ya estamos compartiendo más poderes, más condiciones de cambiantes... ya somos aún más unidos. Y es cuando lo noto...

Nunca me ha soltado la mano. 

Yo no siento mariposas en el estómago, yo siento un maldito zoológico cuando estoy al lado de ella. 







Maldita Fantasía (DISPONIBLE EN FÍSICO)Where stories live. Discover now