C3:A ganar

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 —Saber manejar el dinero parece una cosa sencilla—la voz gruesa del profesor Marshall inunda las paredes del aula—cuesta mucho ganarlo

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 —Saber manejar el dinero parece una cosa sencilla—la voz gruesa del profesor Marshall inunda las paredes del aula—cuesta mucho ganarlo... casi años de dedicación y, si haces una mala inversión lo podrías perder todo en un segundo —he tenido muchísimas carreras en toda mi vida de inmortal, soy de todo un poco. La materia en donde estoy ahora es una optativa. Las optativas son materias a elegir que ofrece la institución; artes, construcción, música y finanzas... las eliges en tu último año. Por supuesto, elegí finanzas y me alegro por que el profesor Marshall es el único ser humano arriba de veinticinco años que tiene neuronas y que sabe enseñar—dicen que negociar es un don, ¿ustedes que opinan?—por obvias razones, todos en esta clase estudiarán negocios o algo relacionado.

—pienso que no es un don, es saber si dejas todo o nada—interrumpe una voz gruesa hasta el frente del aula

—muy buen punto, señor Bane—pero, otra voz lo interrumpe

—estoy en desacuerdo, yo pienso que si es don—un chico que no logro ver, pero se que esta casi  al lado de Bane- porque, no toda la gente puede conversar a otra de vender o hacer algo

—estoy de acuerdo con Bane—interrumpo en voz alta y toda la clase se gira a verme... me abstengo de rodar los ojos—no tiene nada que ver con tu poder de convencimiento, chico—el chico se estremece ante mi acusación—negociar se basa en argumentos—capto la atención del profesor—por ejemplo, yo no voy a negociar algo si no me das las bases del por que lo necesito- explico mi punto de vista—necesitas argumentos y de ahí nace el convencimiento, buenos argumentos dan como resultado el éxito en la negociación—termino de decir y puedo apostar que he dejado a todos con la boca bien abierta

—muy bien, señor Dallas—Marshall sonríe mientras mira su reloj—quiero para la siguiente clase, diez cuartillas del como el dinero alimenta el flujo de los negocios—asentimos todos mientras suena el timbre.

Agarro mis cosas mientras comienzo a caminar hacia la salida, unos brazos duros me detienen en el acto.

—¿Porqué siempre me debes quitar la atención de todo, Scotty?— se ríe Bane

—por que soy mejor que tú, Dom—ambos nos reímos. Somos cómplices y amigos desde hace cien años. Dominic y Alaska son lo único bueno de estar en Eastwood.

—venga, tenemos entrenamiento antes del gran partido—comenzamos a caminar hacia el campo.







Mi respiración esta agitada, mi corazón no deja de latir a un ritmo antinatural. Oigo los gritos amortiguados por las gradas que hacen los estudiantes para animarnos. Estoy con mi equipo, es el inicio de la temporada y, aunque es sólo para tener puntos, yo siempre juego a ganar.

Y, hoy no es la excepción.

Veo a los de Jackson del otro lado de la cancha, llevan uniformes azules y su mascota, el águila. Nosotros en cambio, somos color rojo y nuestra mascota que es un jaguar esta ahí, animándonos.

Mi vista se fija en el número 85, un chico de cabello almendrado y ojos azules, un cuerpo bien torneado gracias al ejercicio y una sonrisa de modelo. James Stargell, el chico que quiere salir con Alaska. No me pregunten como lo se, simplemente utilice mi control mental para obligar a Leyna a decirlo. Otra vez.

—chicos, acérquense— grito para que todos me oigan. Una vez que todos están con su uniforme ya puesto se acercan—se que es el inicio de la temporada pero, tenemos que ganarles—sentencio—y no sólo por los puntos que conlleva si no, por que son nuestros enemigos principales... ¡hay que poner a Eastwood en la boca de todos!—mis cuerdas vocales vibran, nos ponemos los cascos y trotamos hacia la salida.

Todos los estudiantes gritan más aún cuando nos ven salir, mi vista sólo quiere encontrar a Alaska.

Y lo hago, lleva unos pantalones negros, una playera azul y unos tenis del mismo color. Pero no me importa como se viste, me importa cuando sonríe. Todo mi cuerpo responde a esa simple gesto, dándome un extra de adrenalina.

Nos colocamos al centro de la cancha y justamente, James esta en frente mío. Podría usar mis poderes para muchas cosas en su contra pero no, no voy a jugar sucio. Ganaré por mis propios méritos.

—nada de juego sucio—dice el árbitro con más edad encima, que ganas. Justo antes de que comience el juego, miro a mi único amigo y que agradezco que juegue también americano

—el 85 es mío— le digo a Dominic y el asiente, sonriente

Miro a James con una mirada que no le hago a nadie, pero quiere a Alaska. El se merece todas mis miradas y golpes feos.

Oigo sonar el silbato y me pierdo en el juego.



Maldita Fantasía (DISPONIBLE EN FÍSICO)Where stories live. Discover now