Romántico empedernido, excesivamente egocéntrico, chantajista nivel profesional, capitán de americano e irresistiblemente atractivo. No es su culpa (o tal vez si) que sea perfecto, tiene más años de los que quiere admitir y adora crear fantasías en...
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—No... no señor, no consumo drogas— dice Scott, es la primera vez que lo veo tartamudear. Mi padre quiso que se quedara a desayunar y no se que hacer, lanzarle miradas asesinas a mi hermana o salvar a Scott. Mi padre se sienta y comienza a comer. Veo que aprieta mucho la cuchara haciendo que sus nudillos se pongan rojos
—cuéntame de ti, Dallas— pregunta mi padre, dirigiéndole una mirada dura a Scott. El no ha probado nada de comida así que lo animo
—tengo 19 años— dice, levanto la ceja—tengo buenas calificaciones sobretodo en historia—sonríe, por un recuerdo—soy capitán del equipo de americano—sonríe, temeroso. Y eres un cambiante además de mi alma gemela, quiero agregar
Y por un sólo momento parecemos una pareja normal... que el chico viene a conocer al padre de su novia. Me muerdo el labio, eso nunca pasará.
—¿qué intensiones tiene usted con mi hija?— pregunta y abro los ojos como platos
—¡papá!— me tapo la cara
—las mejores—contesta Scott. Prueba un bocado de la lasaña que prepare y me mira— te quedo buenísimo... Alaska—y sigue comiendo
—eso será lo único que comerás viniendo de ella—Scott se atraganta y yo sólo puedo hundirme en mi asiento. Mis mejillas han alcanzado su mayor punto para ponerse rojas, que vergüenza.
—papá, no empieces— gruño
—¿qué?— sonríe como si no supiera de que estoy hablando. Que bueno que mi padre no puede leerme la mente por que si supiera las fantasías que tengo con Scott... ya estaría en un convento hasta que me muera—¿sabes que trabajo para la policía?— rodeo los ojos. Grecia se esta divirtiendo de lo más lindo
—no...— Scott traga saliva
—trabajo en las escenas del crimen— los ojos azules de mi padre brillan—así que no me des la necesidad de recoger tu cuerpo si le haces algo a mi hija— la cara de Scott se ha puesto pálida
—no-no señor Stone— ¿porqué tengo una vida tan difícil? Mi padre sonríe victorioso
—¿cuando tienes partido Alaska?— me pregunta mi padre
—el viernes— digo, con voz queda
—iré a verte— sonrío un poco— ¿cuando tienes partido Scott?— Scott alza la mirada
—dentro de dos semanas... señor Stone— sonríe, tímido
—también iré—Scott traga saliva— bueno, Scott— mi padre deja su arma en la mesa, la sangre de Scott baja rápidamente de su cabeza— si le haces algo a mi hija, si la lastimas...— por primera vez mi padre me da miedo— date por muerto
