La Boxeadora

By YuehRivelo

218K 11.6K 732

Atenea McCleane. Impulsiva, cínica, irrespetuosa algunas veces, narcisista, soberbia y pretenciosa. La autént... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
¡Aviso parroquial!

Capitulo 12

7.2K 398 27
By YuehRivelo


Estaba haciendo un calor infernal, este gimnasio necesitaba clima, todos los que estaban adentro estábamos sudando como puerco. Termine con la cuerda y la deje en el piso, increíblemente mi condición había mejorado mucho gracias a Ian. Lenno me llamo para que subiera al ring, Naiara ya estaba preparada, me puse los guantes y extendí mis manos para que Ian me los ajustara bien. Ellos estaban tomando un descanso, yo subí al ring e Ian se fue a sentar a lado de Ares y Chazz.

Habíamos estado practicando la posición Philly, que si puedo alardear ya era toda una experta. Lo que aún me costaba mucho eran los doce rounds, Lenno decía que me cansaba muy rápido porque era muy desesperada. En fin, Naiara y yo chocamos guantes.

Estábamos por el quinto round y la verdad estaba muy aburrida, no nos lanzábamos bueno golpes, solo flotábamos sobre la lona. Los chicos decidieron hacerlo más interesante.

―¿A quién le van?― les pregunto Ares― yo voy por Atenea.

―Yo digo que empate― Ian no escogió bando.

Espere la respuesta de Chazz, sabía que me apoyaría a mi como yo lo hice la vez que boxeo contra Ares.

―Naiara― gire a verlo totalmente ofendida, pero él ni se inmuto.

Regrese rápidamente a ver a Naira, no fuera a ser que se aproveche de la situación.

―Traidor― grite. Lance un puñetazo que Naira esquivo haciéndome ver torpe.

―Él solo apoya a quien sabe que va a ganar― se burló.

―Después de ese puñetazo al aire, creo que yo también apoyo a Naiara― escuché la voz de Jayden sin embargo no gire a verlo, ni loca aparto la vista de Naiara― La tía Amelia golpea mejor que tú― él sabía que yo odiaba a la tía Amelia.

―A partir de hoy dejas de ser mi hermano― lo mire acusatoria― le diré a papá que te desherede por traidor.

Me concentre en Naiara, llevaba días, que digo días semanas boxeando contra ella y siempre era lo mismo, no sabía cómo rayos darle un buen golpe. Para mí era desesperante, de estar en un octágono ya la tendría donde quiero. Decimo round, bien vamos bien, o eso era lo que yo creía.

―Respira Atenea― me grito desde una esquina Lenno― no te aceleres.

―Estoy― tome una gran bocanada de aire― respirando― refunfuñe.

Vi toda la intención de Naira de lanzarme un gancho, reaccione haciéndome para atrás, para mi mala suerte mi pie de apoyo se resbalo con el sudor que había sobre la lona. Caí de sentonazo, no me dolió el golpe en el trasero, mas buen fue el hecho de que mi tobillo se doblara de una forma inusual. Aprovechando mi incidente Naiara se fue sobre mí. Gire por la lona y me pare tratando de no cargarle peso a mi pie lastimado.

―¿Qué te pasa? Me ibas a golpear y estaba en la lona.

―Que seas tan torpe no es mi culpa― la mire indignada― vamos McCleane, solo faltan dos rounds.

No estaba viendo la gravedad del asunto. No podía caminar. De hecho, el tobillo ya se me estaba inflamando, esto definitivamente era un esguince. Lenno vio mi cara de circunstancia.

―Es todo Naira― iba a replicar, pero Lenno de dedico una mirada que hasta a mí me dio miedo.

Naiara bajo y yo me senté en la lona, el pie me dolía horriblemente, Lenno se acercó a mí. Reviso mi pie y por la cara que hizo sé que no estaba bien.

―¿Está muy mal Lenno?― lo que se ve no se pregunta Atenea, no seas tonta.

―Pudo haber sido peor― me sonrió reconfortante. Miro hacia donde estaban los chicos, se veían algo inquietos― Ian me puedes traer hielo― este asintió y se fue.

Ares se acercó al ring, traía su entrecejo fruncido. Miro mi pie y después mi cara, subió al ring y se agacho a mi altura.

―Eso no luce bien Nea― que ánimos eh― pero ve el lado bueno, tienes un chico musculoso que te puede cargar― aparte humilde, que más puedo pedir.

―Eres todo un caso Ares.

―¿Qué sucedió?― Ares, Lenno y yo volteamos a ver a Chazz.

¿En qué momento subió al ring?

―Se esguinzó― Le contesto Lenno― iré por vendas, pueden ayudarla a que baje― Lenno bajo del ring y fue a su oficina por vendas.

Sin pensarlo dos veces Chazz me ayudo a pararme, lo que si no espere fue que me cargara. Le pidió a Ares que abriera las cuerdas para que pudiese salir conmigo en brazos. Bajo conmigo y me sentó en una silla a lado de Jayden

―Que amable gracias― me miro serio.

―No se repetirá.

―Nea tendré que llevarte con Stone― me aviso Jayden.

La verdad no quería ir, Stone me había roto el corazón cuando sin querer lo vi saliendo de Burberry con una morena y lo peor no fue eso, él la beso y no fue cualquier beso, iba incluido el manoseo. Ante esa imagen mi tempano de hielo que tengo como corazón se fragmento. Desde ahí le tengo cierto rencor.

Ian llego con el hielo y me lo coloco, me queje, el hielo quemaba. Lenno vendo la bolsa de hielo sobre mi tobillo, dijo que tenía que ir con mi doctor porque si no mi pie empeoraría. No creo que pudiese empeorar más, ya estaba saliendo un hematoma y estaba hinchado a mas no poder.

―Atenea te voy a llevar al hospital, pero...― Jayden se quedó pensando.

―¿Pero qué?― mire que Ares guardaba mis cosas.

―Tu auto se va a quedar aquí― ¡que! No ¡jamás!― yo traigo mi Audi.

―No pienso dejar el lambo en la calle― lo mire inquieta.

―Bueno si es así, yo me lo puedo llevar, Ares hermano te puedes llevar mi auto― Ares dejo mi bolsa a mi lado y asintió― bien, Ares se lleva mi auto a casa y yo te llevo al hospital.

―Jayden― Ares lo llamo― no se llegar a tu casa― lo que faltaba.

―Mierda― mi hermano se encontraba en apuros, miro a Chazz como si fuera la octava maravilla del mundo― Chazz― el aludido se exalto por el grito de mi hermano― puedes llevar a Atenea al hospital― Chazz parecía que iba a decir que no, entonces mi hermano uso la técnica de convencimiento McCleane, ósea, hizo su cara de perrito abandonado. Chazz accedió, esa técnica era eficiente.

Ya poniéndonos todos de acuerdo salimos, yo con ayuda de Ares. Jayden me paso mi bolso y busque las llaves. Dios me estaba arrepintiendo. Se las ofrecí, pero de inmediato las quite de su alcance. Me miro confundido. Se las volví a ofrecer, pero hice lo mismo. Me miro descontento. Pero que podía hacer, que se ponga en mi lugar, me había costado mucho poder comprar ese lambo y entregarle las llaves a mi hermano como si nada, no señor, además de que las veía con mucha adoración.

―Jayden― lo llame seria― ese auto es una de las mayores inversiones de mi vida, si le pasa algo te castro Jayden McCleane Low― dicho esto le entregue las llaves.

Se subió contento al lambo, Ares se fue al Audi. Toque el vidrio y lo bajo.

―No lo corras a más de 65 millas, de acuerdo― asintió, me quite y lo deje ir, Ares salió detrás de él.

Ahora solo quedábamos Chazz y yo. El muy patán comenzó a caminar sin mí. Era una persona invalida y no tenía ni una pisca de compasión.

―¡Hey!― giro a verme inexpresivo― no estaría mal que me ayudaras.

―No es mi obligación― maldito engreído. Giro y siguió caminando.

Bien, que le den. Camine hacia el lado contrario obviamente cojeando, cada paso que daba era una completa tortura, pero mi orgullo era mayor y nunca rogaría por ayuda.

―Atenea― me grito, no hice caso y seguí― ¿A dónde vas?― no respondí.

Chazz me tomo por sorpresa y me cargo como un costal de papas. Lo mire molesta, él no se dio cuenta.

―Quieres bajarme, me quedo bastante claro que soy un estorbo.

―No seas ridícula.

Paro frente a un auto azul, quito los seguros y me bajo. Abrió la puerta del copiloto esperando que entrase. Me cruce de bazos haciéndole saber que no entraría.

―Por las buenas o por las malas Atenea― dijo amenazadoramente― tú decides.

Entre perdiendo un poco de mi dignidad, lo hice más que nada porque mi pie ya estaba mas hinchado. Chazz cerró la puerta, dio la vuelta al carro y subió al asiento del piloto. Comenzó a conducir y yo me dedique a observar detalladamente el auto, era bonito.

―Valla no es lo que esperaba― recordé que él me dijo eso. Me miro de reojo alzando una ceja― digo el BMW es bonito, pero yo te hacía con una Land Rover Defender.

―Lamento decepcionarte― comento sarcástico.

―No es la primera vez que lo haces― paro en un semáforo y me miro esperando una respuesta― yo aposte por ti cuando boxeaste contra Ares, que me puedes decir de eso traidor.

―Me fui a la segura― lo miré sentida.

―Ósea que no confías en mí.

―¿Por qué estamos hablando de esto?― el semáforo cambio y avanzamos.

―Nada más, ya vi que para la otra si me dan a escoger entre otra persona y tú, escogeré a la otra persona.

―Como sea― puso los ojos, ahora comprendía porque Christian Grey odiaba cada vez que Anastasia Steele hacia eso.

Llegamos al hospital, Chazz me ayudo a bajar, gracias a que algunas enfermeras que ya me conocían me vieron y me ayudaron, me trajeron una silla de ruedas y me transportaron hacia una camilla, Chazz venía detrás de nosotros.

―Él es tu novio― me pregunto pícaramente una enfermera.

―Ya quisiera serlo― respondí sarcástica.

Me subí a la camilla, la enfermera Rose dijo que en un momento más vendría el doctor Stone. Chazz se sentó en una silla que estaba al lado. Esperamos alrededor de quince minutos cuando llego Stone. Llego sonriente como siempre, cuando vio a Chazz lo saludo y después a mí.

―Mi paciente favorita― si aja― esta vez que paso―nos miró sucesivamente a Chazz y a mí.

―Se lastimo el tobillo― respondió por mi Chazz.

Stone me reviso, movió un poco mi pie y me exalte.

―¿Te duele?― no, que va, siento cosquillas.

―No― respondí seca, tanto que hasta Chazz me reprendió con la mirada y Stone me miro desconcertado.

―Iré por una férula― salió desapareciendo de nuestra vista.

Chazz comenzó a juguetear con sus llaves comenzando a desesperarme. Stone se estaba tardando mucho y ya nos queríamos ir.

―Sabes fuiste algo grosera― no me digas.

―Se lo tiene bien merecido― fruncí mi entrecejo.

―¿Por qué un simple doctor se ganó el odio de Atenea McCleane?

―Me rompió el corazón― comente dramática y me miro divertido― me engaño con una morena.

―Pero si no estaban saliendo― me miro curioso― como te pudo haber engañado.

―Lo vi con mis propios ojos besándola y manoseándole el trasero públicamente en fashion valley.

―Pues la chica debe estar muy buena si hizo eso― lo analizo.

―Tu sí que subes mi moral de mujer― lo mire mordaz.

Stone llego, traía la férula en forma de bota, se acercó a mí, reviso de nuevo mi pie. Me coloco una pomada que al principio se sentía fría y después caliente, masajeo la zona hasta que no hubo rasgos del ungüento.

―Bien cenicienta levanta la pierna― hice lo que me pidió.

Coloco la férula en mi tobillo lastimado. La ajusto bien para que no se moviera y cuando termino sonrió satisfecho por su trabajo. Me pidió que bajara de la camilla, sorpresivamente ya no me dolía pisar. Me entrego unas pastillas que según eran por si me llegaba a doler. Se despidió no sin antes darle una insinuación a Chazz.

―Cuídala― no sé si solo lo note yo, pero el tono de voz que uso Stone fue algo ¿amenazador? Chazz solo le sonrió frívolamente.

Salimos y gracias a dios ya podía caminar. Subimos al BMW para que Chazz pudiera llevarme a mi casa.

Estábamos pasando por el centro y para mi mala suerte mi estómago rugía peor que un camión, le pedí a Chazz que se detuviera, se negó rotundamente, entonces comencé a gritarle tanto que se cansó y se detuvo en un restaurante de comida italiana para que me callara. Baje contenta porque logre mi cometido, el por su parte se veía notablemente fastidiado.

Entramos al pequeño restaurante y un señor regordete nos saludó en italiano, a lo cual le respondí en el mismo idioma. Camine hacia la barra para poder pedir mi comida, Chazz venía detrás de mi pisándome los talones. Pedí un risotto con piccata, espere que Chazz que se había acomodado a mi lado pidiera algo, sin embargo, veía el menú con cara de asco, sin esperar que pidiera algo ordene lo mismo para él.

Nos quedamos esperando nuestra comida, el lugar era muy bonito y pintoresco. De reojo vi a Chazz que examinaba cada parte del lugar. Se quedó viendo un lugar en específico y de pronto giro de golpe viendo hacia el frente. No entendía esa reacción de su parte.

―¡Mierda!― susurro.

Mire detrás de él, una pelirroja con unos pantalones demasiado ajustados y me imagino que incomodos se estaba acercando hacia nosotros. Chazz ni por todo el oro del mundo volteaba en esa dirección. Sacando muchas teorías, concluí que tuvo algo con esa chica y no termino bien o...

―Chazz hola― saludo efusivamente la pelirroja.

Chazz giro a verla en contra de su voluntad.

―Hola Juliane.

―Dios hace semanas que no te veo― tomo asiento a su lado.

―Sí, he estado algo ocupado― se veía realmente incómodo.

―¿Te importa si te acompaño?― la pobre pelirroja lo miro ilusionada. Se estaba acercando demasiado a él― como en los viejos tiempos― sonrió coqueta, pues que hacían estos dos.

―No creo que se correcto Juliane― se alejó de ella casi chocando conmigo― vengo acompañado.

La chica Juliane arrugo su entrecejo y miro hacia todos lados.

―Ah si ¿de quién?― ¡ups! Te atraparon amigo.

Era tan divertido verlo en apuros. Nota mental recordar el nombre de Juliane para molestar a Chazz. De repente se levantó de su asiento dejándome ver y sin pedirlo tomo mi mano.

―Vengo con ella― paso uno de sus brazos sobre mis hombros y me atrajo hacia él, que rayos― es mi chica― ¿su qué?

Mire a Chazz irritada, me metió en asuntos que no me concebían. La pelirroja me miro de pies a cabeza engreídamente, ¡ah no! A mi ninguna fulana de Wayne me va a mirar de esa manera, si quería jugar rudo que se atenga a las consecuencias. Yo por mi parte la mire fríamente sin ninguna expresión.

―¿Y cómo se llama la afortunada?― no seas hipócrita querida.

―Atenea― le respondió Chazz― Atenea ella es Juliane― nos presento

La pelirroja me observaba mucho, su expresión cambio, al parecer callo en cuenta quien era.

―Tu eres esa Atenea, la Atenea que estoy pensando― asentí sonriendo falsamente― eres Atenea...

―Low― finalicé― un placer― extendí mi mano, pero la muy maleducada no la tomo.

―Creí que no te agradaba ella Chazz― le reclamo y ambas lo miramos.

Se veía en apuros y decidí lanzarme al fuego por él.

―Tienes razón― ambos me miraron― pero de la vista nace el amor, no es así cariño― mire a Chazz como una enamorada empedernida.

Chazz asintió conmocionado.

―¿Y desde cuando salen?― se cruzó de brazos en una pose altanera.

―Llevamos mes y medio juntos― abrace a Chazz.

Nos miraba burlonamente, que se creía esta pelos red velvet.

―No creo querida― sonrió lobuna― porque hace unas semanas Chazz y yo estamos liados, no es así Chazz― lo miro, el muy idiota no hablaba ni en defensa propia.

―Ah entonces tú eras el plato de consolación― la mire socarrona.

Si creía que me humillaría diciendo que Chazz y ella habían tenido sus queveres estaba demasiado equivocada.

―Como sea el disfrutaba más conmigo― que divertido era que creyera que si se me acercaba me intimidaría. Solté a Chazz y me levanté de mi asiento― tanto que había veces que lo hacíamos hasta cinco veces en una sola noche.

―Basta Juliane― y yo que pensé que le habían comido la lengua los ratones― aléjate de Atenea― coloco su brazo entre las dos― y déjanos en paz.

―¿Por qué?― lo miro molesta― te molesta que ella sepa lo que hacíamos, te molesta que sepa cuanto te hacia disfrutar, tanto que me pedias que te lo...

―Mira intento de Emma Stone― quite el brazo de Chazz, me acerque a ella amenazadoramente, ella era muchísimo más baja que yo― no lo repite dos veces, aléjate de él― iba a protestar, pero no la deje― soy muy recelosa con lo que me pertenece y él me pertenece, me escogió a mí y no a ti, que te quepa eso en la cabeza― Juliane apretó los dientes― si te vuelvo a ver cerca de él te pateare el trasero, y has nota mental yo no peleo dando arañazos ni jalones de cabello.

La mire dudar por un momento, estúpida y erróneamente decidió abrir la boca.

―No me das miedo― dijo muy valiente.

―No Juliane― por primera vez la llame por su nombre― yo no doy miedo, doy pavor, me puedo convertir en tu peor pesadilla si quiero, aléjate de mí chico― la mire arrogante desde mi 1.75 de estatura―ahora si no es mucha molestia te puedes retirar, estábamos bien antes de que llegaras.

Dio un pisotón molesto y se fue de ahí. Mire a Chazz y este soltó todo el aire que tenía retenido. Iba decir algo, pero no lo deje.

―No digas nada, estoy muy molesta y necesito cinco minutos de silencio.

Respeto lo que le dije, inclusive creo que se pasó el tiempo. Nos trajeron nuestra comida, agradecí y salimos de ahí, el mismo señor regordete se despidió de nosotros. Chazz me abrió la puerta para que entrara y la cerro una que me acomode. Rodeo el auto y subió.

Íbamos en un silencio abrumador, ya quería llegar a mi casa.

―Gracias― dijo de repente, llamando mi atención.

―No era cono si quiera ayudarte― me queje― me inmiscuiste en tu problema―reclame.

―Lo siento, no supe que hacer en ese momento.

―No hagas tus asuntos míos y más si son de faldas― lo regañe como una madre y sonrió― de acuerdo.

―Si mamá― comento en un tono divertido.

―Bien, ahora cuéntame que paso con esa chica― me miro suspicaz― me lo debes después de la escena de novia posesiva que me vi obliga a hacer por tu culpa.

Me dejo esperando un buen rato.

―Y bien, no me dirás nada.

―No― lo golpeé en el brazo― por el momento agresiva.

Vi qui no nos dirigíamos a mi casa, mire a Chazz y este a mí, lo único que hizo fue sonreír de lado y secretamente tengo que decir que se vio encantador. Unas calles después se detuvo. Estábamos en la zona de mission valley. Bajo y rodeo el auto solo para abrirme la puerta y ayudarme a bajar, lo seguí por detrás con el entrecejo fruncido.

―¿A dónde me trajiste?― saco una llave y la introdujo en la enorme puerta de roble frente a nosotros.

Entro el primero y yo detrás de él, espero a que yo entrara y cerró la puerta. Me quito la bolsa donde traía nuestra comida y las coloco en la isla de la cocina. Lo escuché gritar, pero entendí muy bien qué. Algo entro corriendo rápidamente hacia donde estaba él. Salió con la comida en platos y se fue a sentar en uno de los sillones reclinables que tenía, detrás de el venia la bola de pelos, sonreí cuando lo vi. Se acercó a mi moviendo su cola contento, se paró en dos patas y lamio mi cara.

―Hola a ti también― respondí mientras lo acariciaba.

Chazz rió al ver como era atacada por su perro. Camine haciendo que Zeus se quitara de encima mío y caminara a mi lado. Me senté y tomé el plato con comida que Chazz me ofrecía. Zeus subió al sillón y recargo su cabeza en mis piernas cómodamente. Antes de comer tenía que sacar la pregunta que me estaba atormentando.

―¿Puedo saber por qué me has traído a tu casa?

―Jayden mando un mensaje― tome un bocado de risotto― dijo que tu padre no estaba en casa y que el iría al mecánico porque algo le había ocurrido al lambo y quería que te distrajera.

Me atragante a nivel de que Chazz se tuvo que levantar de su lugar para darme palmadas en la espalda. Cuando me incorpore lo mire afligida.

―Mi lambo― lloriqueé― voy a matar a Jayden cuando lo vea.

―Por dios Atenea cálmate, es una broma― lo mire seriamente y se rió de mí, tome un cojín que estaba cerca y se lo lance, le dio de lleno en la cara, ahora yo reía y el me miraba severo― como quiera dijo que iba organizar una fiesta y que...

―No me quería ahí porque iba a mandar a sus amigos la mierda, lo sé― puse los ojos.

―Exacto.

Se acomodó en su lugar y encendió la enorme pantalla led de 55 pulgadas frente a nosotros, busco unos canales y dejo el basquetbol, eran los Thunder contra los Warriors. Habíamos terminado nuestra comida por eso del primer cuarto. Faltaba poco para el medio tiempo y los anuncios. Le pasaron la pelota a Kevin Durant y encesto de tres, entonces sonó la chicharra que anunciaba el medio tiempo.

Me le quede viendo a Chazz un buen rato hasta que sintió mi mirada perforarle la cabeza.

―¿Qué?― comento brusco.

Lo observaba como el padrino cuando hablaba con sus mafiosos.

―Me debes una explicación.

Dijo algo entre dientes que no entendí y poso su mirada severa en mí. Parecía luchar internamente entre decirme o no.

―Soy toda oídos.

―Creí que ya lo habías olvidado― alce una ceja― bien― tomo aire― Juliane era algo así como mi...― no creo lo que veo, se había sonrojado levemente. Era algo nuevo y fascinante para mí verlo así.

―Tu acoston seguro― afirme sin pelos en la lengua y él asintió― que interesante, quiero saber más― lo mire atentamente acariciando a Zeus que aun seguía en mis piernas.

―Ella malinterpreto las cosas pensando que ya éramos algo formal, incluso saco una copia de las llaves de mi casa― lo mire sorprendida.

―Dios, que loca.

―Me di cuenta que hizo eso un día que llegue tarde, ella estaba aquí, había preparado la cena y me estaba esperando― analice lo que me dijo.

―Bien si quieres saber mi punto de vista...

―No lo quiero saber Atenea― respondió presuntuoso.

―Igual te lo diré― lo mire agria― por lo que me contaste y por como ella me miro hoy y de haber tenido un cuchillo al alcance me lo uniera clavado en el pecho― hizo un gesto disgustado― asumo que Juliane se enamoró de ti. Así que en todo caso es tu culpa― me miro incrédulo.

―¿Por qué mi culpa?

―Por andar coqueteando con las chicas y enamorarlas― comenzó a reírse.

Se levantó por soda, quiso revolverme el pelo, pero al ver su mano sobre mi cabeza Zeus se levantó de golpe y le gruño dejándolo desconcertado.

―Tu perro me quiere más a mí que a ti Wayne― me burle― trágate eso― sonreí y abrace a Zeus.

Se recargo en la barra con una expresión divertida.

―Lo manipulaste― me acuso― no mal acostumbres a ese traidor― se adentró de nuevo a la cocina. Mire a la bola de pelos frete a mí.

―No le hagas caso, solo esta celoso, porque a ti si te quiero y a él no.




Another one. Y el mas largo creo.

#DisfrutaloBebé

Continue Reading

You'll Also Like

277K 27.3K 44
Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de difere...
573K 44.1K 77
La experiencia me enseñó que las vidas perfectas no existen, pero la mía con Laura me hacía feliz. Sin embargo, nuestra vida de ensueño se convirtió...
30.8K 5.1K 53
Lin An, aquejado de una severa ansiedad social y una limpieza obsesiva, rara vez se aventuraba a salir y prefería pasar los días en casa, comprando a...
67.9K 2.8K 74
¿Que pasará cuando se enteré?